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Servicio - 04 octubre 2020

El decimoctavo domingo después de pentecostés

(Verde)

Tema del día: La gracia y la sabiduría de Dios sobrepasan nuestro entendimiento humano, y entonces qué aceptemos su voluntad humildemente, confiando que él sabe mejor que nosotros.

La Colecta: Te suplicamos, Señor, que guardes tu iglesia con tu perpetua misericordia, y puesto que sin ti no podemos menos caer, defiéndenos siempre de cuanto nos pueda hacer daño y dirígenos a todo lo que corresponda a nuestra salvación; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Isaías 55:6-9 Los pensamientos de Dios, es decir, su sabiduría y gracia, son más altos que los de nosotros. No podemos entender su misericordia ni tampoco sus caminos justos. Por tanto, la única esperanza para nosotros pobres pecadores es abandonar nuestros pensamientos orgullosos para dejar todo en las manos poderosas de Dios.

6Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

 

El Salmo del Día: Salmo 27

Salmo de David.

1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?

Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,

Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.

3 Aunque un ejército acampe contra mí,

No temerá mi corazón;

Aunque contra mí se levante guerra,

Yo estaré confiado.

4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;

Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,

Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;

Me ocultará en lo reservado de su morada;

Sobre una roca me pondrá en alto.

6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,

Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;

Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.

7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;

Ten misericordia de mí, y respóndeme.

8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.

Tu rostro buscaré, oh Jehová;

9 No escondas tu rostro de mí.

No apartes con ira a tu siervo;

Mi ayuda has sido.

No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.

10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,

Con todo, Jehová me recogerá.

11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,

Y guíame por senda de rectitud

A causa de mis enemigos.

12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;

Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.

13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová

En la tierra de los vivientes.

14 Aguarda a Jehová;

Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;

Sí, espera a Jehová.

 

La Segunda Lectura: Filipenses 1:18b-27 De sus cadenas San Pablo escribe de la tensión que existe dentro de cada cristiano en este mundo. De un lado, anhelamos estar con Cristo en la gloria del cielo. Del otro lado, nos gozamos en el hecho de que podemos servir a Cristo aquí en este mundo. Qué Dios nos dé la fuerza y valor para exaltar a nuestro Salvador Jesucristo en vida y en muerte.

18¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

19Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, 20conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. 21Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; 24pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. 25Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, 26para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.

27Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. ¡Aleluya!

El Evangelio: Mateo 20:1-16 Aunque diferentes personas llegan a creer en momentos diferentes, la recompensa es igual porque es una recompensa de gracia que nadie merece. El servir a Dios en este mundo, sea por toda la vida o nada más por unos minutos, es un privilegio que Dios nos otorga en su gracia. Los que cuestionan esta gracia de Dios llegarán a ser "los últimos," o sea, se quedarán fuera de su gracia.

1Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. 5Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? 7Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. 8Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. 9Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. 13Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.

 

HERMANOS TENEMOS ASEGURADO LA ETERNIDAD CON DIOS

 Este primer domingo del mes de octubre marca un camino para nosotros como luteranos confesionales en este mes donde celebraremos los 503 años de la Reforma Luterana. El evangelio para este día nos enseña una doctrina bíblica fundamental que es explicada en la declaración sólida de la confesión de Augsburgo en su artículo XI que nos enseña sobre LA ETERNA PREDESTINACIÓN Y ELECCIÓN DE DIOS. Esta doctrina en la época de la reforma no tuvo problemas con los teólogos luteranos que la escribieron, pero como lo enseña la misma declaración sólida, la cual se llama así porque esta justificada por la Palabra de Dios, habían ya hermanos con dudas de esta doctrina porque al igual que nosotros los que hoy somos cristianos luteranos confesionales escuchamos de la doctrina calvinista de la doble elección eterna de Dios la cual enseña que unos son escogidos desde la eternidad para ser salvos y otros para ser condenados. Pero la Biblia no respalda esta enseñanza de Calvino y apoyados en la parábola que nuestro Señor Jesucristo está enseñándonos hoy tenemos la seguridad para nosotros que TENEMOS ASEGURADO LA ETERNIDAD CON DIOS.

Quisiera empezar a explicar esta parábola con el versículo 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, más pocos escogidos. Este versículo nos explica el tema que tenemos en este día: La gracia y la sabiduría de Dios sobrepasan nuestro entendimiento humano, y entonces qué aceptemos su voluntad humildemente, confiando que él sabe mejor que nosotros. Y esto nos anima a saber hoy que no importa el momento en el cual llegamos a la fe, no importa si llegamos a la fe primeros o postreros, lo que importa es que por la obra del Espíritu Santo usando los medios de gracia somos escogidos. Esto no está limitando el poder de Dios porque necesitamos entender la voluntad clara de Él con esta doctrina de la elección eterna puesto que aquí vemos la diferencia entre presciencia de Dios y la elección de sus hijos.  La Confesión de Augsburgo nos enseña: Cuando hablamos de la presciencia de Dios es la doctrina bíblica que nos señala que Dios sabe y ve todas las cosas antes de que ocurran, se extiende sobre todas las criaturas, malas y buenas, quiere decir, que Dios ya de antemano ve y sabe lo que es o lo que será, lo que sucede o sucederá, sea bueno o malo, por cuanto para Dios todas las cosas, pasadas o futuras, son manifiestas y presentes. Y la elección eterna por otro lado, o predestinación, no se extiende sobre todos los que pertenecen a una congregación visible y sobre los impíos en común, sino solamente sobre los hijos de Dios, que han sido elegidos y destinados para la vida eterna antes de la fundación del mundo, como dice San Pablo en Efesios 1:4-5 4según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.

Nuestro Señor Jesucristo contó esta parábola inspirada por esta pregunta: Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Mateo 19:27 esta pregunta fue motivada por la historia del joven rico que encontramos en el capítulo 19 de San Mateo el cuál creyó que era salvo por que cumplía los mandamientos, pero apenas nuestro Señor Jesucristo dijo que vendiera sus riquezas este joven se fue triste y así demostrando que no cumplía la ley para salvarse. Pero Pedro se sintió mejor que este hombre rico y creyó que merecía ser salvo porque dejó él y los otros discípulos todas sus cosas, toda su vida para seguir al Señor. Y Jesús le contestó que estaba equivocado puesto que la parábola donde este hombre Padre de Familia salió a contratar trabajadores para su viña podemos notar que los llamó a trabajar en distintos horarios y nuestra razón nos enseña que entre más horas trabajemos más se nos pagará, este es el mismo pensamiento de Pedro. Pero en esta parábola aprendemos que no hubo diferencia en este pago puesto que todos recibieron el mismo salario no importando la cantidad de horas que trabajaron, su pago fue un denario. Esta parábola es muy clara en su enseñanza porque Jesús nos enseña quienes pertenecen al reino de los cielos y como hacen parte de Él. Lo primero a notar es que el Padre fue quien salió a buscar a los trabajadores y la Biblia nos dice como fue que nos escogió Jesús a nosotros No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, Juan 15:16 y esto tiene que ver con el poder de Dios al llamarnos por la predicación del evangelio. Y este Dios quiere que sea predicado a todas las naciones porque su voluntad es que todo hombre sea salvo, pero muchos rechazan este llamado de Dios y nosotros hoy solo nos queda dar gracias a Él por vencer nuestro corazón incrédulo dándonos la fe en Cristo Jesús. La parábola también nos enseña que a todos les pagó por igual y esto quiere decir que no importa el tiempo que estemos en la fe todos llegaremos al cielo, si estamos en la fe desde nuestro bautismo cuando éramos niños o si llegamos a la fe en nuestra edad adulta o aún antes de morir tendremos el mismo pago, iremos al cielo por la gracia de Dios dada en Cristo Jesús.

Pero tengamos cuidado en no descuidar nuestra salvación porque no podemos relajarnos espiritualmente cuando escuchamos de la Biblia que tenemos un lugar en el cielo el cual nadie podrá quitarlo porque es Dios mismo quien nos sostiene en la fe por medio del evangelio y los medios de gracia. Pero muchos caen en el pecado de relajarse espiritualmente y no cuidan la fe como lo explica nuestra declaración sólida de la confesión de Augsburgo: Pues de ese concepto erróneo, muchos extraen y conciben pensamientos absurdos, peligrosos y nocivos, que ocasionan y fomentan o seguridad carnal e impenitencia, o desaliento y desesperación, al punto que tales hombres caen en cavilaciones aflictivas y peligrosas, y hasta llegan a afirmar: Por cuanto Dios preconoció (predestinó) a sus escogidos para la salvación ya antes de la fundación del mundo, y por cuanto el preconocimiento (o elección) de Dios no puede fallar ni puede ser impedido o cambiado por nadie por tanto: Si yo he sido preconocido (elegido) para la salvación, nada me puede dañar en ese respecto, aun cuando impenitentemente cometo toda suerte de pecados e infamias, desprecio la palabra y los sacramentos, y me desentiendo por completo del arrepentimiento, la fe, la oración y la vida piadosa; antes bien, tengo que salvarme y me salvaré, porque el preconocimiento (la elección) de Dios no puede menos que cumplirse; por otra parte, si no he sido preconocido (elegido), de nada me valdría ocuparme en la palabra, arrepentirme, creer, etc.; pues el preconocimiento (la predestinación) de Dios no lo puedo impedir ni cambiar. Esta es la doctrina del calvinismo que enseña a las personas que no importa como vivas no perderás la salvación porque ya estas elegido por Dios y si nosotros creemos que podemos vivir abusando de la gracia como lo acabamos de escuchar no seremos salvos, perderemos la Salvación.

 No podemos olvidar lo importante de cuidar nuestra Salvación movidos por el agradecimiento a la obra de Jesús, porque el Espíritu Santo es quien por medio del evangelio y el uso continuo de los sacramentos, y en especial la Santa Cena junto con la oración hace que siempre estemos unidos a la obra de Cristo quién vino a este mundo a asegurar nuestro lugar en la eternidad con su vida perfecta porque ÉL es Dios 27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30Yo y el Padre uno somos. Juan 10:27-30. El Padre y Jesús son uno solo y esto quiere decir que siendo Dios vivió perfectamente para nosotros tener asegurado la eternidad. Pero nuestro Señor Jesucristo que es nuestro buen Pastor también dio su vida por nosotros como lo leemos en Juan 10:15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Nuestro Buen y perfecto buen pastor recibió el castigo que nosotros merecemos en la cruz del calvario y el resultado de esta obra de Cristo es que nosotros hoy somos hijos de Dios elegidos desde la eternidad y su resurrección nos asegura que nadie nos arrebatará de la mano de nuestro Señor y las puertas del hades no prevalecerá en contra de nosotros, Mateo 16:18 puesto que en agradecimiento vamos a dejarnos guiar en nuestra vida de fe por la obra el Espíritu Santo para cuidar nuestra elección eterna así como lo explica la declaración sólida de la confesión de Augsburgo: La (predestinación) de Dios no puede ser de ninguna manera el de crear o aumentar impenitencia o desesperación. Acorde con esto, las Escrituras, al enseñar esta doctrina, lo hacen siempre en forma tal que nos remiten a la palabra porque necesitamos estar escuchando frecuentemente el Evangelio porque en el encontramos este mensaje En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Efesios 1:13; nos exhortan al arrepentimiento, es decir cada día de nuestras vidas pedimos perdón a Dios por nuestros pecador Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia  2ª Timoteo 3:16; nos instan a llevar una vida piadosa, que no es otra cosa que vivir guiados por los mandamientos de Dios  como lo enseña la Palabra en  Juan 15:3-4 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.; y practicando todas estas cosas constante y persistentemente se  fortalecen nuestra fe y nos hacen seguros de nuestra salvación. Amén

 

Los Himnos:

 

Cantad al Señor:

63 A Dios demos gloria

74 Hoy canto el gran poder de Dios

78 Señor, mi Dios

82 Bien sé en quien yo creo

84 Cristo, buen pastor, orienta

87 Oh, Dios eterno

107 El Señor es mi luz (Salmo)

 

Culto Cristiano:

163 Dios Padre, tus decretos

175 Haz lo que quieras

180 Altísimo y eterno Creador

189 Ser infinito, Dios bondadoso

194 Al trono majestuoso

253 A los pies de Jesucristo

255 Qué mi vida entera esté

272 Me guía Cristo

300 Guíenos Dios al salir


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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