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Meditación - 2019 diciembre 18

Meditación - 2019 diciembre 18

(Lectura de la Biblia en tres años: Deuteronomio 4:15–49, Marcos 16:1–8)

¿QUIÉN ES EL SEÑOR TODOPODEROSO?

¿Quién es este Rey de la gloria?
Es el SEÑOR Todopoderoso; ¡él es el Rey de la gloria! Selah

—Salmo 24:10

Antes de nacer en este mundo, Jesucristo ya era el Dios todopoderoso. Por eso, poco antes de su pasión, oró: «Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera» (Juan 17:5). Entonces, ¿Por qué el salmista plantea la pregunta de la meditación de hoy?

Como está escrito: «Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes que todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.» (Colosenses 1:15–17, RV95). En la Biblia, nadie ha visto a Dios. Por eso cada vez que alguien está en la presencia de Dios no dice que vio a Dios, sino que vio a gloria de Dios. La gloria de Dios es lo que puede verse de Dios. Puesto que Cristo es la imagen de Dios, la gloria de Dios es Cristo.» (Juan 1:14,18). Jesús se llama el Rey de la gloria porque él es verdadero Dios y porque ha derrotado a todos los enemigos del pueblo de Dios. Vino en gloria cuando entró al mundo para morir por nuestros pecados, pero su gloria estaba encubierta por el velo de su humanidad, excepto para los ojos de la fe. Hoy Cristo viene en gloria por medio del evangelio, y le damos la bienvenida con gozo cuando recibimos esta palabra en fe. Sin embargo, cuando Él se manifieste, en su segunda venida, lo hará en su plena gloria, como lo dice Pablo: «Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido.» (1 Corintios 13:12) Entonces su pueblo lo honrará dándole una bienvenida digna de un rey. No obstante, Dios quiere que honremos y adoremos al Hijo ahora. No honrar a Cristo adorándole como Dios es un pecado por el que merecemos toda la ira de Dios. Cristo nos redimió de la condenación eterna que merecemos, siendo nuestro sustituto al cumplir la voluntad del Padre perfectamente y morir por nuestro pecado. En gratitud vamos a querer adorar y honrar a Cristo como Dios porque Él es Dios (Juan 5:23)

Oración:

Señor Jesucristo, aunque no merezco tu amor incondicional, tú diste tu vida perfecta para pagar por mis pecados. Con los méritos de tu obediencia perfecta y tu muerte vicaria conseguiste mi salvación. En gratitud quiero adorarte y honrarte escuchando tu palabra, aprendiéndola y poniéndola en práctica. Por tus medios de gracia, te suplico, afírmame en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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