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Meditación - 2022 septiembre 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Números 2, Marcos 5:34–43)

JESÚS TUVO FE EN SU PADRE

“David dice de él [Jesús]: 'Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza, porque no dejarás mi alma en el Hades no permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia’”

(Hechos 2:25-28)

Con frecuencia hablamos acerca de nuestra fe en Dios. Al hablar a través del salmista David en los Salmos, Jesús nos muestra que también tenía fe plena en su Padre celestial. Él estaba seguro de que su Padre no lo abandonaría en la tumba después de que muriera en la cruz, ni que su cuerpo comenzaría a podrirse ni a descomponerse.

Jesús tenía toda la razón en confiar en su Padre. Como lo dice nuestro pasaje bíblico, Dios no dejaría que su Santo [Jesús] permaneciera en la tumba. Tal como lo había prometido, el Padre rescataría a Jesús y lo resucitaría de entre los muertos. Esta verdad tiene un significado real en nuestra vida hoy en día.

Debido a nuestros muchos pecados, merecemos ser olvidados por siempre por nuestro Dios el Padre. Merecemos más que solamente la descomposición de nuestro cuerpo. Debíamos haber recibido la eternidad de sufrimiento en cuerpo y alma, en el infierno. Pero Dios nos salvó al enviar a su único Hijo Jesús, a sufrir por nosotros la muerte y el infierno.

Como hijos de Dios, nosotros también tenemos fe en nuestro Padre que está en los cielos. Al estudiar los Diez Mandamientos sabemos que no somos “santos”. Somos declarados santos únicamente debido a lo que Jesús hizo por nosotros con su muerte y su resurrección. Ahora podemos estar seguros de lo mismo que Jesús estaba seguro: podemos vivir con esperanza porque Dios no nos dejará en la tumba. Nuestro cuerpo se pudrirá en la tierra después que muramos, pero en el último día Dios resucitará nuestro cuerpo y lo reunirá con nuestra alma. Entonces nuestro cuerpo será libre del pecado, nunca se podrirá. Por medio de la obra del Espíritu Santo sabemos que el sendero de la vida es por medio de Jesucristo.

Nuestro corazón se llena de alegría, y nuestra voz canta por estas bendiciones en alabanza a Dios. En verdad, ¡El Padre celestial ha hecho todo para nuestro bien eterno!

Oración:

Padre celestial, creemos en tu soberanía todopoderosa y en tu gracia. Como prometiste, tú no dejaste a Jesús en la tumba sino que lo resucitaste de entre los muertos. A nosotros tampoco no nos dejarás en la tumba, porque nos has hecho santos por medio de Jesús. Que todas nuestras alabanzas sean para ti motivadas por las bendiciones que has derramado sobre nosotros. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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