(Lectura de la Biblia en tres años: Jeremías 20, 2 Timoteo 2:1–5)

El Mechero

La Palabra de Dios: Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados.

(Filipenses 4:1)

Aconteció una noche que un hombre oyó que alguien andaba por su casa. Se levantó y, para tener luz, intentó encender su mechero. Pero el ladrón, vino a colocarse ante él y, cada vez que una chispa tocaba la mecha, la apagaba discretamente con el dedo. Y el hombre, creyendo que la mecha estaba mojada, no logró ver al ladrón.

Esta historia que propongo, nos enseña la necesidad, como cristianos, de estar en Cristo firmes. El ladrón en esta historia representa al diablo, el cual obra de maneras que no podemos imaginar para envolvernos en el círculo maligno del pecado y la desobediencia hacia Dios. ¿Cuántas veces hemos caído en pecado contra Dios? Muchas veces, pero, por la fe, tenemos el mensaje de salvación de nuestro Salvador Jesús. El diablo, en su afán de reclutar almas para su infierno, se esconde, y nos prepara planes para que caigamos en su trampa. El desea que no veamos la verdadera luz: la luz salvadora de Jesús.

El mechero, en cambio, es símbolo de nuestra fe, a veces apagada por las pruebas terrenales que sufrimos a lo largo de nuestros días en la tierra. Es por eso que los cristianos deben estar firmes en Cristo, orando, obrando para bien y gloria de Dios, compartiendo lo que tenemos, ayudando al prójimo. En nuestro corazón siempre hay alguien dispuesto a apagar el fuego del Espíritu Santo. Por eso, tenemos que proteger nuestra fe, haciéndola más fuerte mediante los medios de gracias, es decir, el evangelio encontrado en la Palabra de Dios y en el bautismo y la Santa Comunión. No basta hacer como el hombre de la historia que probó y, sin más deseos, se dio por vencido creyendo que el mechero estaba húmedo. Así, nunca supo quien era el que hacía ruido dentro de su casa. Jesús debe ser nuestra constante inspiración para vencer a los que intentan apagar nuestra fe y confianza en Dios. Estar por Cristo firmes, como nos enseñó también Lutero, es la mejor receta para caminar sin miedo hacia la vida eterna en nuestro Salvador.

Oración:

Padre celestial, te doy gracias por darme la fe en mi Salvador Jesús. Ayúdame a estar en Él firme hasta la vida eterna. Amén

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