(Lectura de la Biblia en tres años: Proverbios 9, 2 Corintios 4:12–18)

Conforme a tu palabra

Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación.

Lucas 2:29-30

Juan espera con entusiasmo que llegue el domingo para asistir a la iglesia. Después de días muy ajetreados por el trabajo y las responsabilidades hogareñas, para Juan no hay más felicidad que asistir a la casa de Dios a escuchar su palabra.

Quizá muchos pensemos también como Juan o, tal vez, nos sintamos avergonzados porque a veces no vamos con la regularidad que Dios desea que asistamos a nuestra congregación para compartir la Biblia y recibir los sacramentos. Pero no debemos desanimarnos porque aunque vayamos una sola vez al mes siempre debemos leer la palabra de Dios y confiar en ella. Y todos los días en oración pedir a Dios que siempre tengamos la voluntad, inspiración y amor para asistir a la iglesia. Resulta hoy muy fácil para el diablo intentar alejarnos de Dios y su palabra porque como dicen en mi país "el diablo anda suelto y sin vacunar." Lo que sucede es que muchos no comprenden que la mejor vacuna y antídoto contra Satán y sus engaños es la palabra de Dios y la promesa del Salvador. Jesús debe ser siempre nuestra fortaleza y la Biblia nuestro más importante alimento espiritual.

No se trata solamente de ir a nuestro templo para asistir y que alguien nos vea y que con ello seamos ejemplo. Es más importante hacerlo de corazón y practicar sin medida las enseñanzas de Jesús y cumplir cada día mejor los diez mandamientos. Es imprescindible que seamos honestos ante Dios y confesemos nuestros pecados y veamos el perdón que recibimos gratuitamente por la fe en Cristo Jesús. Y de esa forma, cuando nos vayamos iremos conformes porque sabemos y hemos visto que, con el evangelio, somos salvos y nuestros ojos son testigos de ello.

Es por ello que este domingo o en el próximo servicio asistiré con más entusiasmo y dedicación a mi iglesia y allí estará Dios para darme la bienvenida y su palabra certera me enseñará la verdadera felicidad que habita en el evangelio de nuestro amado Cristo Jesús.

Oración:

Padre celestial, gracias por darnos la oportunidad de asistir a nuestra congregación para recibir tu amor y misericordia y que siempre podamos ir con paz conforme a tu palabra. Ayúdanos siempre a ver la salvación en Cristo Jesús. Amén

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