Meditación - 2021 enero 20

(Lectura de la Biblia en tres años: Job 35, Hechos 26:19–32)

UN AMOR Y UNA COMPASIÓN INIGUALABLES

“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: «El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!»”

Lamentaciones 3, 22-24

El amor es algo que durante mucho tiempo han buscado las personas. Lo han buscado en tantas partes puede imaginarse. Unos en los objetos materiales. Otros en las personas que están próximas a ellos. Otros incluso en ellos mismos. Pero todos estos tipos de amor no son perfectos y están puestos en cosas que tan pronto sopla el viento marchitan tal flor del campo. Los bienes materiales se corrompen y se destruyen, o los ladrones vienen y se los llevan. Las personas que están a nuestro alrededor nos pueden dar un tipo de amor, pero si se entabla una enemistad por algún desacuerdo ese amor puede llegar a desaparecer. Finalmente, en nosotros mismos no puede habitar un amor perfecto, pues no amamos todo el tiempo y muchas veces no mostramos amor hacia nosotros ni hacia nuestro prójimo.

Dios es la muestra del amor perfecto. Aun siendo nosotros pecadores, le encargó a su Hijo la misión de ofrecerse en sacrificio por nosotros, siendo que no lo merecíamos. Pero la compasión del Señor no se agota, siempre está presente. Su amor nunca se acaba, todo el tiempo está de brazos abiertos para recibir al pecador arrepentido, no importa cuál haya sido su pecado.

Dios nos da su amor, su compasión, su fidelidad eternas. Si tenemos todo ello ¡¿Qué más nos puede hacer falta?! La vida eterna es un regalo que se nos da por su puro amor, la salvación es nuestra. Tenemos nuestro futuro asegurado, el cual es una eternidad de felicidad y paz.

Dios siempre es el mismo, ayer, hoy, mañana y siempre, y su amor es igual. Todos los días de nuestra vida derrama sus bondades en todos sus creyentes ¡Aleluya!

Oración:

¡Oh, Señor! Te agradezco el amor que me has mostrado al enviar a tu hijo a morir por mí aún cuando no lo merecía. Que este amor me mueva a compartirlo con otras personas para que lleguen a conocer el verdadero amor. Amén.

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