Meditación - 2021 febrero 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 35, Romanos 7:1–6)

DOMINGO DE TENTACIÓN

En seguida el Espíritu lo impulsó a ir al desierto, y allí fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.

—Marcos 1:12 –13

Por todo el planeta hoy se recuerda la tentación que nuestro Señor Jesucristo enfrentó cuando fue al desierto impulsado por el Espíritu Santo ¿Cuál es la verdad que Dios quiere que conozcamos con este evento?

El Señor permitió que Satán lo tiente como se tienta a cualquier ser humanos. Jesucristo no usó sus atributos divinos para enfrentar el ataque del diablo. La Biblia dice Cristo «ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado» (Hebreos 4:15). Jesús usó «la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.» (Efesios 6:17) para vencer la tentación. Pudo hacerlo porque había meditado y retenido la forma de las sanas palabras de la Biblia. Jesús obedeció perfectamente y venció la tentación como nuestro sustituto, esa victoria no es atribuida gratuitamente por la sola fe. En la cruz sufrió el castigo que merecemos por no haber vencido perfectamente las tentaciones. En gratitud vamos a querer depender de su poder y no del nuestro para vencer la tentación y suplicando al Padre que no nos deje caer en tentación; huyendo de las pasiones y defendiéndonos de los ataques del diablo con la espada del Espíritu y apagando «las flechas encendidas del maligno» con el escudo de la fe; y teniendo presente que Cristo «en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.» (Efesios 6:16,17; Hebreos 2:18).

Oración:

Oración: Tal como soy de pecador, sin otra fianza que tu amor, a tu llamado vengo a Ti; Cordero de Dios, heme aquí. Tal como soy, buscando paz, en mi aflicción y mal tenaz, combate rudo siento en mí; Cordero de Dios heme aquí. Tal como soy, con mi maldad, Miseria, pena y ceguedad; pues hay remedio pleno en Ti: Cordero de Dios heme aquí. Tal como soy me acogerás; Perdón y alivio me darás; Pues tu promesa ya creí: Cordero de Dios heme aquí. Tal como soy, tu compasión quitado ha toda oposición; Ya pertenezco todo a Ti: Cordero de Dios heme aquí. Amén.

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