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El sexto domingo después de pentecostés

(Verde)

 

Tema del día: El compañerismo que tenemos con Cristo rompe nuestro compañerismo con este mundo pecaminoso. La paz que Cristo nos da siempre va a causar divisiones entre nosotros y los que rechazan a él.

 

La Colecta: Oh Dios, que has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan el entendimiento humano: Derrama en nuestros corazones tal amor hacia ti que, al amarte nosotros sobre todas las cosas, se cumplan en nuestras vidas tus promesas, las cuales exceden todo lo que podamos desear; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Jeremías 28:5-9 La naturaleza humana prefiere escuchar que nuestros pecados no son tan malos y que no necesitamos temer el castigo de Dios. El falso profeta Jananías proclamó al pueblo de Judá un mensaje de paz, o sea, que no tenían que preocuparse por el castigo de Dios. El profeta Jeremías proclamó la verdad al decirles que iban a ver que Jananías era falso profeta cuando no se cumpliese su profecía.

 

5Entonces respondió el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de Jehová. 6Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová. Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados, han de ser devueltos de Babilonia a este lugar. 7Con todo eso, oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos de todo el pueblo: 8Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. 9El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió.

 

El Salmo del Día: Salmo 89

 

Masquil de Etán ezraíta.

1 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;

De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.

2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia;

En los cielos mismos afirmarás tu verdad.

3 Hice pacto con mi escogido;

Juré a David mi siervo, diciendo:

4 Para siempre confirmaré tu descendencia,

Y edificaré tu trono por todas las generaciones.

Selah

5 Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,

Tu verdad también en la congregación de los santos.

6 Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová?

¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?

7 Dios temible en la gran congregación de los santos,

Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.

8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos,

¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová,

Y tu fidelidad te rodea.

9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;

Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

10 Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte;

Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.

11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra;

El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.

12 El norte y el sur, tú los creaste;

El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.

13 Tuyo es el brazo potente;

Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.

14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;

Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;

Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.

16 En tu nombre se alegrará todo el día,

Y en tu justicia será enaltecido.

17 Porque tú eres la gloria de su potencia,

Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.

18 Porque Jehová es nuestro escudo,

Y nuestro rey es el Santo de Israel.

19 Entonces hablaste en visión a tu santo,

Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso;

He exaltado a un escogido de mi pueblo.

20 Hallé a David mi siervo;

Lo ungí con mi santa unción.

21 Mi mano estará siempre con él,

Mi brazo también lo fortalecerá.

22 No lo sorprenderá el enemigo,

Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;

23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,

Y heriré a los que le aborrecen.

24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,

Y en mi nombre será exaltado su poder.

25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,

Y sobre los ríos su diestra.

26 El me clamará: Mi padre eres tú,

Mi Dios, y la roca de mi salvación.

27 Yo también le pondré por primogénito,

El más excelso de los reyes de la tierra.

28 Para siempre le conservaré mi misericordia,

Y mi pacto será firme con él.

29 Pondré su descendencia para siempre,

Y su trono como los días de los cielos.

30 Si dejaren sus hijos mi ley,

Y no anduvieren en mis juicios,

31 Si profanaren mis estatutos,

Y no guardaren mis mandamientos,

32 Entonces castigaré con vara su rebelión,

Y con azotes sus iniquidades.

33 Mas no quitaré de él mi misericordia,

Ni falsearé mi verdad.

34 No olvidaré mi pacto,

Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

35 Una vez he jurado por mi santidad,

Y no mentiré a David.

36 Su descendencia será para siempre,

Y su trono como el sol delante de mí.

37 Como la luna será firme para siempre,

Y como un testigo fiel en el cielo.

Selah

38 Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,

Y te has airado con él.

39 Rompiste el pacto de tu siervo;

Has profanado su corona hasta la tierra.

40 Aportillaste todos sus vallados;

Has destruido sus fortalezas.

41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;

Es oprobio a sus vecinos.

42 Has exaltado la diestra de sus enemigos;

Has alegrado a todos sus adversarios.

43 Embotaste asimismo el filo de su espada,

Y no lo levantaste en la batalla.

44 Hiciste cesar su gloria,

Y echaste su trono por tierra.

45 Has acortado los días de su juventud;

Le has cubierto de afrenta.

Selah

46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre?

¿Arderá tu ira como el fuego?

47 Recuerda cuán breve es mi tiempo;

¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?

48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?

¿Librará su vida del poder del Seol?

Selah

49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias,

Que juraste a David por tu verdad?

50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos;

Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.

51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,

Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.

52 Bendito sea Jehová para siempre.

Amén, y Amén.

 

 

La Segunda Lectura: Romanos 6:1b-11 Por medio de nuestro bautismo somos partícipes en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, el pecado ya no tiene dominio sobre nosotros. Tenemos paz para con Dios y somos libres para servir a Dios temporalmente aquí en la tierra y para siempre en el cielo.

 

1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Someteos unos a otros en el temor de Cristo. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Mateo 10:34-42 Al tener paz con Dios, realmente entramos en una guerra con el mundo que lo ha rechazado. Nuestro amor a Dios a veces puede cortar aún los lazos de la familia y de amistad. Pero al sufrir esas nuestras cruces, tenemos la seguridad que recibiremos la vida eterna por la sola gracia de Dios.

 

Jesús, causa de división

(Lc. 12.49–53; 14.26–27)

 

34No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su casa. 37El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; 38y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. 39El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.

Recompensas

(Mr. 9.41)

40El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.

 

HERMANOS EN CRISTO JESÚS, EL ESPÍRITU SANTO NOS HIZO DIGNOS DE JESÚS.

 

En Génesis capitulo 13 encontramos la historia de dos hombres ricos, ambos tenian muchas ovejas, cabras, tiendas, plata y oro; pero esta riqueza le trajo muchos problemas a ellos y sus trabajadores y por esto tuvieron que tomar una desición, separarse, esta historia es de Abram y su sobrino Lot. Pero en la separación podemos notar la actitud de Abram guiado por Dios porque la promesa de la tierra era para él y no para su sobrino, más sin embargo le permitió que Lot escogiera la tierra que él quisiera y por lo tanto leemos: 10Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera. Génesis 13:10-13. Traigo esta historia para que podamos compararla con las palabras de Jesús en el evangelio de hoy. Lot no tuvo en cuenta su vida espiritual en el momento de escoger este lugar y prefirió vivir entre los incrédulos. Para entender espiritualmente todo lo que pasaba allí, necesitamos ir a capítulos más adelante del Génesis, en el capitulo 19 se nos presenta que Dios iba a destruir y destruyó a estas ciudades por su maldad, es un buen ejemplo de la justicia de Dios, pero en medio de esto podemos ver a un Lot que se comportó como uno más de Sodoma y Gomorra: 4Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. 5Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. 6Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, 7y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. 8He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; Génesis 19:4-8. Para Lot era tan normal vivir en este lugar donde la impenitencia e incredulidad era manifestada con la vida sexual desordenada que encontró una solución para cuidar a sus visitantes, que no sabían que eran ángeles enviados por Dios, y quiso que les hicieran mal a sus hijas, en otras palabras, Lot respondió al pecado con pecado. Pero no solamente Lot respondió en su vida de santificación de esta manera, sus hijas tiempo después cayeron en la practica sexual pecaminosa del incesto 30Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas. 31Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra. 32Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia. 33Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 34El día siguiente, dijo la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia. 35Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 36Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. 37Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. 38La menor también dio a luz un hijo. Génesis 19:30-38

 

Jesús usó un termino fuerte en tres oportunidades, no es digno de mí, nosotros vivimos en lugares donde es muy común ver el pecado y hasta nosotros en oportunidades nos hemos dejado llevar de aquellos que el diablo usa para hacernos pecar, veamos el ejemplo de Lot y sus hijas como cayeron en las mismas prácticas pecaminosas de Sodoma y Gomorra. Nuestros jóvenes son invitados a una fiesta y en nuestra libertad cristiana podemos aceptar que participen en estos eventos, pero cuando ellos empiezan hacer las mismas cosas que los incrédulos, consumir drogas, tener sexo y embriagarse, Jesús dice que no son dignos de Él. Pero nosotros como padres, empezamos a tener nuevos amigos, y estos amigos tienen ciertas practicas como estar alcoholizados o sus charlas siempre son inmorales y hasta empezamos a tener negocios con ellos para poder engañar a otros, Jesús también nos dice: No somos dignos de Él. Lo que Jesús quiere mostrarnos a nosotros hoy que los incrédulos son enemigos de los creyentes y cuando nosotros como hijos de Dios terminamos haciendo y aceptando lo que los incrédulos nos digan, Jesús nos dice: No somos dignos de Él. Nuestro Señor no esta prohibiendo que nos relacionemos con los incrédulos, lo que nos esta enseñando es que ellos no pueden guiar nuestra vida espiritual, no podemos dejar que ellos sean los que lleven los hilos de nuestra vida de Santificación. Por esto Jesús pone ejemplos de disensión en la familia, el cuarto mandamiento nos manda que obedezcamos a nuestros padres, pero si ellos son incrédulos lamentablemente tendremos muchas diferencias en la vida espiritual o si en casa nuestros hijos no creen en la obra del Dios Trino y quieren desestabilizar nuestra vida espiritual, no podemos amarlos más que a Dios. Por lo tanto, cada uno de nosotros pecamos contra el primer mandamiento cuando aceptamos, apoyamos y estamos de acuerdo con la vida pecaminosa de personas cercanas a nosotros y por esto no somos dignos de pertenecer a Jesús y merecemos la muerte eterna.

 

El Espíritu Santo juega un papel fundamental en nuestra vida de Santificación y por esto nos tiene aquí escuchando la enseñanza de Jesús quien es nuestro Principe de Paz, porque Él vino a este mundo para reconciliarnos con el Padre. No creamos que Jesús no aplicó estos versos en su vida, lo hizo por amor a nosotros, Él siempre fue digno del Padre perfectamente en nuestro lugar y la biblia nos cuenta en este mismo evangelio como Jesús mantuvo la diferencia con su familia y en especial con sus hermanos que no creían en Él como el Mesías, 46Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. 47Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. 48Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 50Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre. Mateo 12:46-50. Jesús no hizo lo que su madre y sus hermanos querían hacer con Él, porque la biblia nos dice que ellos le consideraban ¡loco! Pero Jesús por amor a ellos y a nosotros cumplió el primer mandamiento por cada uno de nosotros, es por lo que hoy nosotros somos dignos, es decir apropiados, para ser discípulos de Jesús e hijos del Padre. San Pablo hoy también nos recuerda el resultado de la muerte y resurrección de Jesús, el murió en la cruz para vencer a nuestros tres enemigos, el mundo, el pecado y al diablo, leemos en Romanos 6:5-6 5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

 

Entendemos el significado de ser dignos, el pecado en nuestras vidas fue destruido y ahora nosotros hemos perdido la vida en este mundo por amor a Jesús, ahora nosotros tenemos una cruz, la cual cargamos cada vez que los incrédulos quieren interferir en nuestra vida de santificación y por esto Jesús nos enseña lo que vamos hacer, predicar la Palabra de Dios constantemente a los incrédulos, si nuestros padres e hijos son incrédulos prediquémosle, si nuestra esposa o esposo es incrédulo prediquémosle, si nuestros amigos más cercanos son incrédulos prediquémosles porque tenemos una gran promesa y bendición 40El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Esto nos anima para que seamos insistentes en la predicación de la Palabra y por esto cuando un incrédulo nos incita a pecar vamos a predicar con hechos al decirle que no caeremos en esta práctica y si esto nos cuesta una amistad o hasta una relación sentimental es mejor perder esto que perder la vida eterna, por esto amados de Dios dejemos que el Espíritu Santo nos haga vivir como dignos de Dios en este mundo lleno de pecado, ¡pronto saldremos de aquí! Y diremos al final de nuestras vidas, valió la pena morir para el mundo y vivir para Dios. Amén

 

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

47 A nadie amaré

48 Busca primero

49 Con el buen Jesús andemos

50 Cristiano soy

51 Dios de gracia, Dios de gloria

52 Hermanos cantad

53 Seguidme a mí, dice el Señor

55 Servimos al Señor

 

Culto Cristiano:

52 Jesús mi Salvador

130 No temas tú pequeña grey

134 Adelante peregrinos

161 Dejo el mundo

240 En Jesucristo se halla la paz

245 Lejos de mi Padre Dios

254 Firmes y adelante

255 Que mi vida entera esté

272 Me guía Cristo

403 Estad por Cristo firmes

406 Luchad, luchad por Cristo

 

 


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