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El decimonoveno domingo después de pentecostés

(Verde)

 

Tema del día: Dios en su infinito amor ofrece la salvación a todo ser humano, pero en su justicia condenará a todos los que rechazan este regalo de amor.

 

La Colecta: Oh Dios, Fortaleza de todos los que en ti confían: Misericordiosamente acepta nuestra súplica, y puesto que por causa de nuestra naturaleza pecadora no podemos hacer ningún bien sin tu ayuda, concédenos tu gracia, para que guardando tus mandamientos, te agrademos en palabra y obra; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Ezequiel 18:1-4; 25-32 Dios, por medio de su profeta Ezequiel, nos recuerda que él es justo y no condenará a nadie por los pecados de otros. “La persona que peque morirá.” De la misma manera, tampoco nadie puede ser salvo por la fe del otro, porque Dios quiere que cada individuo se arrepienta y confíe en él para la salvación.

 

1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? 3Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. 4He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.

25Y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? 26Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá. 27Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. 28Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá. 29Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos.

30Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. 31Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? 32Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.

 

 

El Salmo del Día: Salmo 25

Salmo de David.

1 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.

2 Dios mío, en ti confío;

No sea yo avergonzado,

No se alegren de mí mis enemigos.

3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;

Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;

Enséñame tus sendas.

5 Encamíname en tu verdad, y enséñame,

Porque tú eres el Dios de mi salvación;

En ti he esperado todo el día.

6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias,

Que son perpetuas.

7 De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;

Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,

Por tu bondad, oh Jehová.

8 Bueno y recto es Jehová;

Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.

9 Encaminará a los humildes por el juicio,

Y enseñará a los mansos su carrera.

10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,

Para los que guardan su pacto y sus testimonios.

11 Por amor de tu nombre, oh Jehová,

Perdonarás también mi pecado, que es grande.

12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?

El le enseñará el camino que ha de escoger.

13 Gozará él de bienestar,

Y su descendencia heredará la tierra.

14 La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,

Y a ellos hará conocer su pacto.

15 Mis ojos están siempre hacia Jehová,

Porque él sacará mis pies de la red.

16 Mírame, y ten misericordia de mí,

Porque estoy solo y afligido.

17 Las angustias de mi corazón se han aumentado;

Sácame de mis congojas.

18 Mira mi aflicción y mi trabajo,

Y perdona todos mis pecados.

19 Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,

Y con odio violento me aborrecen.

20 Guarda mi alma, y líbrame;

No sea yo avergonzado, porque en ti confié.

21 Integridad y rectitud me guarden,

Porque en ti he esperado.

22 Redime, oh Dios, a Israel

De todas sus angustias.

 

 

 

 

La Segunda Lectura: Filipenses 2:1-11 San Pablo anima a los filipenses y también a nosotros a seguir el ejemplo de Cristo, sirviendo los unos a los otros en humildad. Mostramos tal humildad porque sabemos que así como Dios exaltó a su siervo humilde Jesucristo, también nos exaltará a nosotros sus siervos humildes por los méritos del mismo Jesucristo.

 

1Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Mateo 21:28-32 Cuando el padre en esta parábola invita a sus dos hijos a trabajar en su viña, uno acepta la invitación, pero luego no va, mientras que el otro dice que no quiere, pero luego se arrepiente y va a la viña para trabajar. Los fariseos y líderes religiosos de los judíos siempre hablaron como que querían seguir a Dios, pero luego rechazaron el camino de justicia que Dios reveló por medio de Juan el Bautista. Por otro lado, los publicanos y “pecadores,” los que por sus vidas fueron hijos desobedientes, se arrepintieron y creyeron el evangelio predicado por Juan.

 

28Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.

 

 

 

 

 

 

HIJOS DE DIOS ESTAMOS AQUI PARA ARREPENTIMIENTO Y CREER

 

Cuando vemos un equipo de cualquier deporte es indispensable tener un director técnico, este juega un papel importante dentro del mismo porque es quien dice en cual posición estará un jugador y el mismo director técnico espera que este jugador cumpla bien su función no solamente para el bien del equipo sino para que puedan avanzar a la final del campeonato. Por esto se hacen equipos deportivos de diferentes categorías porque siempre se quiere mostrar que se puede llegar a vencer a todos, pero necesitan trabajar en equipo y seguir las recomendaciones del mismo técnico para llegar a la final del campeonato. Pero todos sabemos lo que pasa cuando hay jugadores que solo quieren hacer su parte y son llevados de su parecer y fama, y el técnico empieza a tener problemas con ellos porque no le obedecen y al final el equipo queda en la última posición del torneo y esto pasa por la falta de obediencia.

 

Nosotros como luteranos confesionales no queremos usar la palabra obediencia, cuando hablamos en la vida de santificación nos da miedo usarla y le damos poca importancia. Esto sucede porque no tenemos en cuenta que produce la obediencia, creemos que la produce la ley y por esto nos da miedo ser llamados legalistas cuando queremos obedecer en algo o cuando le decimos al hermano en la fe que necesitamos ser obedientes, otra razón por la cual no usamos la palabra obediencia entre nosotros es porque no queremos ser confundidos con evangélicos o pentecostales porque ellos dicen que obedecen a Dios y por esto son salvos. Hoy estamos aquí congregados escuchando esta parábola de los dos hijos la cual nos enseña sobre la obediencia a Dios. El Padre de familia le dijo a cada uno de sus hijos que fuera a trabajar en su viña, el padre dio una orden y está esperando de sus hijos obediencia, que ambos vayan por igual a trabajar a su viña y todos sabemos la connotación de lo que significa la viña que representa el pueblo de Dios, El evangelista Mateo tiene una sección de parábolas dedicadas a la viña, el pasado domingo hablamos cuando el padre de familia salió a contratar obreros para su viña y les pagó el mismo salario, hoy estamos hablando de los dos hijos con el mandato de que fueran a trabajar en su viña y continua en este capítulo con los obreros malvados que mataron al hijo del dueño de la viña. Esta parábola la inspiro los principales sacerdotes y ancianos que se le acercaron a Jesús al templo y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad? Mateo 21:23, estos representan al hijo que dijo a su padre que iría a su viña y no fue, no quisieron creer en Juan el Bautista porque tampoco sabían de donde era su bautismo, estos líderes conocían de la Palabra de Dios y estaban convencidos que eran obedientes a Dios y por esto eran salvos, estos hombres no solo creyeron cumplir los 10 mandamientos sino que crearon otra serie de mandamientos que llegaron a ser 613 y aunque en la biblia no encontramos un versículo que hable de esta cantidad, si encontramos que el evangelista Mateo usa al profeta Isaías para mostrar este pecado a los judios y pensando en los líderes: 8Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Mateo 15:8-9. Es interesante ver el corazón del hombre, como crea normas para crear obediencia y entre más normas se crean hay más desobediencia, nos damos cuenta con la constitución de nuestros países, los gobernantes y abogados creen ser expertos en la constitución y cuando vemos la aplicación de esta hay un caos porque han creado tantas normas y las han modificado que nadie sabe que dice las mismas. Lo mismos pasa en muchas congregaciones que se crean normas para el funcionamiento de esta, pero nadie es capaz de cumplirlas, la ley o norma que quiere crear en el corazón del hombre obediencia terminará siendo un fracaso y esto lo vemos representado con el segundo hijo, no obedeció a su padre. Cuando queremos crear obediencia usando la ley o la fuerza siempre será un fracaso porque a nuestro viejo hombre le gusta estar contra Dios y su escencia pecando así contra el primer mandamiento y por esto merecemos la muerte eterna.

 

Pero es el momento de que aprendamos a usar la palabra obediencia, al final de esta parábola encontramos dos palabras: arrepentirse y creer, Jesús dijo de esta manera a los lideres religiosos de los judíos: 32Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle. Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, el evangelio, Cristo Jesús y no le creyeron, pero este mensaje también lo escucharon los publicanos y las rameras y si creyeron, espero que estemos viendo en esta explicación a los dos hijos, al obediente y desobediente, porque el desobediente no se arrepiente para creer. ¿Qué produce la obediencia? Jesús lo está enseñando en esta parábola la diferencia entre arrepentirse y creer, porque el arrepentimiento pone énfasis en alejarse del pecado y el creen pone énfasis en volverse a Dios, estas dos acciones son de fe y por esto Lutero dijo que la fe es una cosa viva, ocupada, activa y poderosa. Pero todos nosotros sabemos que la fe viene del cielo, con el poder del Evangelio que nos lleva a Jesús, en la lectura de hoy en Filipenses hay una palabra con mucho énfasis, obediente, y nuestro Señor lo fue, primero dejando su trono de gloria y vivir en medio de nosotros obedeciendo al Padre, no es la cantidad de mandamientos que podemos medir la obediencia de Jesús, es su corazón perfecto quien le importó poner al Padre siempre en primer lugar cumpliendo cada mandamiento por nosotros y esta misma obediencia la aplicó al ir a la cruz y allí pagar por nuestra falta de obediencia a Dios y sus mandamientos, en la cruz, nuestro corazón desobediente fue cambiado por un corazón obediente que solo quiere ver la voluntad del Padre.

 

Este es el poder del Espíritu Santo en nosotros que usa la Ley y el Evangelio para producir en nosotros arrepentimiento, alejarnos del pecado y creer que somos perdonados por la obra de Cristo; hemos cometido adulterio, Dios nos manda arrepentirnos y alejarnos del mismo; hablamos con mentira, Dios nos llama al arrepentimiento y quiere que hablemos con la verdad los unos con los otros; hemos quitado al prójimo lo que es de él, después de arrepentirnos Dios quiere que devolvamos lo que habíamos robado; nos gusta la desobediencia a nuestros superiores, al arrepentirnos tenemos en buena estima aquellos que nos gobiernan en la tierra porque Dios los puso para nuestro bien, a nuestros padres porque se preocupan por nuestro bienestar material y espiritual, al gobierno que se preocupa por nuestro bienestar material y los líderes de la iglesia porque aman nuestro estado espiritual que nos lleva a la vida eterna. Todos estos ejemplos de arrepentirnos y alejarnos del pecado es obediencia, y cuando hacemos esto es porque nos importa mucho nuestra relación con Dios, cuando amamos a Dios y le glorificamos encontramos en su amor a Jesucristo nuestro testigo fiel quien está delante de nosotros y por su obra de redención y su resurrección nos motiva a obedecer a Dios movidos por los mandamientos y una vez más, esto no consiste en cuantos mandamientos podemos usarlos como guía, esto es del corazón que cree, este corazón que pertenece a Dios y este corazón que solo quiere ver y vivir en agradecimiento la voluntad de Dios, usando el primer mandamiento como guía.

 

 

Dios quiere que seamos obedientes al hacer el trabajo de Juan el Bautista al hablar a otros del camino de justicia, de predicar la Ley y el Evangelio que produce la verdadera obediencia, esta obediencia que es producida con el poder del Evangelio es la que vamos a predicar para que las personas pertenezcan a la viña del Señor y al pertenecer en este mundo es donde con la predicación de la Palabra muchos dirán las palabra que dijo Lutero: mi conciencia está cautiva a la Palabra de Dios, esto necesita ser claro para cada uno de nosotros, lo que dice Lutero es obedecer lo que dice la Palabra de Dios y es así como ayudamos a otros a conservar los matrimonios con amor, fidelidad y respeto hasta que la muerte los separe, ser obedientes como hijos y cristianos que identificamos, respetamos y obedecemos a todos los que están en autoridad sobre nosotros, cuidamos las posesiones de los demás y ayudamos a quienes necesitan de nuestra ayuda material y orando por el cuidado de la vida de las personas, pero también es la manera de mostrar al mundo que la iglesia de Dios, la viña está viva y es una luz que guía al hombre al arrepentimiento y creer en el perdón dado gratuitamente por Jesús. Amén.

 

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

30 Jesús es la roca

33 Soy el camino

34 Salvador, Jesús amado

63 A Dios demos gloria

76 ¡Oh amor de Dios!

88 Sublime gracia

 

Culto Cristiano:

47 Cristo vida del viviente

192 Tesoro incomparable

202 Oí la voz del Salvador

203 ¿Oyes como el evangelio?

219 Roca de la eternidad

225 Por gracia sola yo soy salvo

229 Tal como soy

265 Abismado en el pecado

 


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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