Servicio - 7 marzo 2021

El tercer domingo de cuaresma

(Púrpura)

El Tema del Día: Dios quiere tener el primer lugar en nuestra vida, es decir, que quiere que le amemos con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser. Dado que nosotros no hemos cumplido con lo que exige Dios, Cristo vino a este mundo y obedeció la ley de Dios en nuestro lugar y murió en la cruz para pagar todos nuestros pecados. Por consiguiente, qué nosotros con corazones agradecidos tengamos a Dios como lo más importante en nuestra vida.

La Colecta: Oh Dios, que ves que no hay en nosotros poder alguno: Guárdanos exterior e interiormente para que seamos defendidos de toda adversidad que pueda sobrevenir a nuestros cuerpos y de todos los malos pensamientos que puedan asaltar y dañar nuestras almas; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Éxodo 20:1-17 Dios da a su pueblo Israel los diez mandamientos, estableciendo lo que exige de ellos en su ley moral. Estos mandamientos se resume en la palabra “amor.” Dios exige que amemos a él con todo nuestro ser y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

¹Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: ²Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

³No tendrás dioses ajenos delante de mí.

⁴No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. ⁵No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, ⁶y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

⁷No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

⁸Acuérdate del día de reposo* para santificarlo. ⁹Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; ¹⁰mas el séptimo día es reposo* para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. ¹¹Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo* y lo santificó.

¹²Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

¹³No matarás.

¹⁴No cometerás adulterio.

¹⁵No hurtarás.

¹⁶No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.

¹⁷No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

El Salmo del Día: Salmo 19

Al músico principal. Salmo de David.

¹ Los cielos cuentan la gloria de Dios,

Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

² Un día emite palabra a otro día,

Y una noche a otra noche declara sabiduría.

³ No hay lenguaje, ni palabras,

Ni es oída su voz.

⁴ Por toda la tierra salió su voz,

Y hasta el extremo del mundo sus palabras.

En ellos puso tabernáculo para el sol;

⁵ Y éste, como esposo que sale de su tálamo,

Se alegra cual gigante para correr el camino.

⁶ De un extremo de los cielos es su salida,

Y su curso hasta el término de ellos;

Y nada hay que se esconda de su calor.

⁷ La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;

El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.

⁸ Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;

El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.

⁹ El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;

Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

¹⁰ Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;

Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.

¹¹ Tu siervo es además amonestado con ellos;

En guardarlos hay grande galardón.

¹² ¿Quién podrá entender sus propios errores?

Líbrame de los que me son ocultos.

¹³ Preserva también a tu siervo de las soberbias;

Que no se enseñoreen de mí;

Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.

¹⁴ Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,

Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

 

La Segunda Lectura: 1 Corintios 1:22-25 El mensaje que proclamamos de Cristo crucificado es “tropezadero” y “locura” para el mundo incrédulo, pero para nosotros, es el poderoso evangelio, las buenas nuevas de nuestra salvación.

²²Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; ²³pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; ²⁴mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. ²⁵Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

El Versículo: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en él vida eterna.

El Evangelio: Juan 2:13-22 Jesucristo, en el principio de su ministerio en este mundo, purificó el templo, quitando a los vendedores de ello. Dios y su Palabra no tenía el primer lugar en los corazones de esas personas, sino el dinero. Cuando los judíos le preguntaron con qué autoridad hizo esas cosas, Cristo respondió con una predicción de su muerte y resurrección.

¹³Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, ¹⁴y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. ¹⁵Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; ¹⁶y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. ¹⁷Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. ¹⁸Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? ¹⁹Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. ²⁰Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? ²¹Mas él hablaba del templo de su cuerpo. ²²Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

HERMANOS POR JESÚS SOMOS VERDADEROS ADORADORES

¹²Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. ¹³El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. 2 Samuel 7:12-13 este pasaje bíblico nos enseña que el rey David queria construir el templo para Dios, pero todos nosotros sabemos que esta no fue la voluntad de nuestro Creador y por lo tanto su hijo Salomón era el llamado para construirlo. En efecto, fue su hijo Salomón quien comenzó la obra. Para ello buscó la ayuda de los experimentados fenicios, a través de su alianza con Hiram, rey de Tiro. Los fenicios habían construido muchos templos, tanto en Tiro como en Chipre y otras partes, así como mercados y obras portuarias. Hiram envió madera de cedro y madera de ciprés por vía marítima, así como a expertos en metalurgia, entre ellos a Hiram-abi. También canteros, albañiles y carpinteros. Salomón pagaba por esto en trigo y aceite (1 R. 5:2–18; 2 Cr. 2:1–18). Para conseguir la mano de obra necesaria, “el rey Salomón decretó leva (tributo) en todo Israel; y la leva fue de treinta mil hombres”, más unos ciento cincuenta mil cananeos que fueron también forzados como cargadores y cortadores (1 R. 5:13–18). La etapa de construcción tomó unos siete años (1 R. 6:1, 38), y se inauguró con una gran festividad que duró catorce días (1 R. 8:65; 2 Cr. 7:8).

El diseño del templo siguió ciertos lineamientos del tabernáculo. Pero el edificio principal tenía una forma oblonga, alargada, en la cual había tres compartimientos. Primeramente, un pórtico o vestíbulo, luego el cuarto para el ministerio sacerdotal, y finalmente el Lugar Santísimo. En cuanto al mobiliario del tabernáculo, se encuentran todos reproducidos en el templo, pero con diferentes dimensiones, excepto el arca del pacto, que era la misma. La historia de Israel nos enseña todas las modificaciones que tubo este lugar a causa del pecado del pueblo y las guerras que vivió el pueblo a manos de Nabucodonosor rey de Babilonia y como el rey Ciro, rey de Persia, permitió que se volviera a reconstruir el templo y el evangelio para este día nos presenta un templo renovado por Herodes el Grande en el año 20 a.C. y se completó en el 64 d.C. Los romanos lo destruyeron en el año 70 d.C. Podríamos pasar horas y horas hablando de todo lo que sucedió alrededor del templo de Jerusalén con la historia bíblica y la historia secular, pero en este tercer domingo del tiempo de Cuaresma vemos que sucedió una purificación interna porque este lugar ya no cumplía el propósito por el cual Dios mando a construir, el cual era adorar su nombre. El evangelio de Lucas para este día nos presenta el problema ¹⁴y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. El mismo pasaje nos presenta el acontecimiento que estaban celebrando, la pascua, nosotros como cristianos entendemos que esta celebración era muy especial para los judíos porque recordaban como sus antepasados salieron de la esclavitud de Egipto y todos los lineamientos dados en la ley ceremonial que leemos en Éxodo, Levítico y Deuteronomio no se estaba cumpliendo. Las personas no tenían una preparación personal para adorar a Dios porque su amor condicional, egoísmo y facilismo terminaron celebrando la pascua por costumbre y no por agradecimiento a Dios y esto mostró también como estaban alejados en sus vidas de ser verdaderos adoradores.

Realmente Jesús vivió esta situación en el templo al inicio de su ministerio y al terminal el mismo, entonces la Biblia nos registra que esto sucedió en dos oportunidades diferentes, pero en la misma celebración, la Pascua. Este problema que vemos con este pasaje nos hace preguntarnos ¿cómo estamos preparados para celebrar la pascua? ¿celebramos cuaresma, semana santa y pascua por tradición? ¿nuestras vidas son constante adoración a Dios? para contestar estas preguntas usemos el segundo y tercer mandamiento como espejo para nuestras vidas, el segundo habla de la adoración a Dios usando su nombre y el tercero nos enseña por medio de la Palabra como adorarle no en las formas sino desde nuestro corazón y terminamos reconociendo que nosotros no merecemos adorar a Dios, nosotros somos personas de costumbre que hasta la adoración y celebración de estas fechas las hacemos porque siempre se han hecho, olvidamos el propósito. Nosotros en verdad ponemos freno al Espíritu Santo en nuestra adoración diaria porque mostramos a Dios y al prójimo nuestro amor condicional y nuestro egoísmo creyendo que merecemos todas las bendiciones de Dios y tratamos a Dios, su Nombre y Palabra como esclavos nuestros haciendo lo que nos parece y no lo que Él quiere que hagamos y por esto merecemos ser enviados al lago de fuego eterno.

Todo este problema está en nuestro corazón donde nuestro orgullo pecaminoso aún vive, pero hoy es un día especial y al igual que todos los días de nuestras vidas porque el Espíritu Santo vive dentro de nosotros, la Biblia nos dice en 1 Corintios 6:19 encontramos esta pregunta retórica ¹⁹ ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Lo que ha hecho el Espíritu Santo desde el día de nuestro bautismo es increíble porque siempre nos ha llevado a creer en nuestro Salvador. Hoy nosotros reconocemos y sabemos que nuestra adoración en este momento y en nuestras vidas esta corrompida por el pecado, pero el Padre en los cielos nos ve a través de Jesús verdaderos adoradores que le adoramos en espíritu y verdad. Esto lo ganó Jesús por cada uno de nosotros ¹⁵Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; ¹⁶y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. ¹⁷Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. Jesús perfectamente amó el templo de Jerusalén porque era el lugar mandado por Dios para que le adoraran y por esto hizo esto cumpliendo el segundo y tercer mandamiento, pero también amó nuestro cuerpo, que es templo de Dios, porque con esto mostró que vino para que nuestro cuerpo y alma no fuera castigado en el infierno por culpa de nuestro pecado, sino que ofreció su cuerpo, su vida perfecta cumpliendo cada mandamiento que Dios le dio a su pueblo para que le adoraran en vida. Cuando escuchamos la primera lectura para este día donde Dios dio los mandamientos a su pueblo para que vivieran perfectamente de acuerdo con ellos vemos que su pueblo no lo hizo, nosotros no lo hacemos, pero Jesús sí lo hizo por amor a nosotros. Pero cuando los incrédulos judíos, no entendieron que pasaba en ese momento le pidieron señales como lo leemos en esta historia bíblica ¹⁸Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? ¹⁹Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. ²⁰Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? ²¹Mas él hablaba del templo de su cuerpo. ²²Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho. En estos versículos podemos ver como Jesús limpio nuestro templo, que es nuestro cuerpo, de todo pecado al morir y resucitar al tercer día. Jesús recibió el castigo en su cuerpo para que nuestro cuerpo fuera limpiado de pecado y el Espíritu Santo siguiera haciendo su obra en nosotros de ser verdadero adoradores de Dios en espíritu y verdad.

 

Cada vez estamos más cerca de la semana santa y la pascua, estos domingos los usamos preparando nuestros corazones para dar gracias a Dios por no enviarnos al infierno y tener misericordia de nosotros por medio de Jesús, pero nosotros no seremos solamente adoradores en nuestro templo o cuando estamos alrededor del evangelio y los sacramentos, somos adoradores de tiempo completo para nuestro Dios. El Salmo 19, para este día nos enseña ⁷La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Esta Ley es su Palabra, ella es la que nos ha convertido en verdaderos adoradores, ella nos ha enseñado el testimonio de Dios que no cambia, es decir que somos sus hijos por los méritos de Cristo y nosotros personas sencillas, que se nos enseña fácilmente que es el significado en el hebreo de este término. Fácilmente nos enseña el Espíritu Santo en ser adoradores en espíritu y verdad usando cada mandamiento como una guía para nuestras vidas, cuando el amor ágape es nuestro motor en nuestra vida siempre nos preguntaremos en cualquier situación de nuestras vidas que vivamos en nuestro matrimonio, hogar, trabajo, en la calle ¿Qué me dice Dios en su Palabra? Y conociendo cada mandamiento sabremos la respuesta, sabremos que pensar, que decir y que hacer y cuando tenemos esta conexión no seremos adoradores de semana santa o de pascua, seremos adoradores siempre que es la voluntad de Dios. Nuestra vida conectada con la Palabra de Dios será la mejor señal para los incrédulos que Dios existe y que ese mismo Dios quiere que ellos también sean verdaderos adoradores creyendo y confesando que Jesús es su Señor y Salvador. Amén

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

18 Te saludo, Cristo santo

88 Sublime gracia

107 El Señor es mi luz

47 A nadie amaré como a Cristo

48 Busca primero el reino de Dios

49 Con el buen Jesús andemos

50 Cristiano soy

51 Dios de gracia, Dios de gloria

53 Seguidme a mi, dice el Señor

 

Culto Cristiano:

47 Cristo vida del viviente

114 Sabia, justa y toda pura (primera lectura)

142 Mi espíritu, alma y cuerpo

170 Precepto del Señor (primera lectura)

253 A los pies de Jesucristo

254 Firmes y adelante

255 Que mi vida entera esté

257 Mirad y ved a nuestro Dios