El noveno domingo después de pentecostés

(Verde)

 

Tema del día: Visto que un gran número de rúbricas para este domingo incluyen lecturas que nos advierten contra la falsa doctrina y nos exhortan a mantenernos fiel en la doctrina pura, muchos llaman al noveno domingo después de pentecostés “el domingo de ortodoxia.” La clave para mantenerse fiel a la doctrina de Dios es sentarse constantemente a los pies de Jesús, escuchando con una fe sencilla lo que nos dice en su Palabra.

 

La Colecta: Te suplicamos, Señor, que nos concedas el espíritu de pensar y hacer siempre las cosas que sean justas, para que nosotros, que sin ti nada bueno podemos hacer, por tu gracia seamos hechos capaces de vivir según tu santa voluntad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Génesis 18:1-14 Abraham muestra respecto y hospitalidad a sus tres huéspedes celestiales y recibe una promesa increíble de ellos: que aunque tenía ya casi cien años, iba a tener un hijo. Sara duda de la promesa de Dios, pero Abraham la creía, porque nada es imposible para Dios (Romanos 4:18-20).

 

¹Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. ²Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, ³y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. ⁴Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, ⁵y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. ⁶Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. ⁷Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. ⁸Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.

⁹Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. ¹⁰Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. ¹¹Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. ¹²Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? ¹³Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? ¹⁴¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.

 

 

 

 

 

 

El Salmo del Día: Salmo 119a

 

Alef

¹ Bienaventurados los perfectos de camino,

Los que andan en la ley de Jehová.

² Bienaventurados los que guardan sus testimonios,

Y con todo el corazón le buscan;

³ Pues no hacen iniquidad

Los que andan en sus caminos.

⁴ Tú encargaste

Que sean muy guardados tus mandamientos.

⁵ ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos

Para guardar tus estatutos!

⁶ Entonces no sería yo avergonzado,

Cuando atendiese a todos tus mandamientos.

⁷ Te alabaré con rectitud de corazón

Cuando aprendiere tus justos juicios.

⁸ Tus estatutos guardaré;

No me dejes enteramente.

 

 

La Segunda Lectura: Colosenses 1:21-29 San Pablo escribe a los colosenses que para él fue un privilegio predicar a ellos y aun sufrir por ellos. Los anima a mantenerse fieles a “la esperanza del evangelio” que habían oído de él.

 

²¹Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado ²²en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; ²³si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.

²⁴Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; ²⁵de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, ²⁶el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, ²⁷a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, ²⁸a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; ²⁹para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

 

 

 

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Lucas 10:38-42 Aunque el servir comida a Jesucristo era algo bueno, María escogió la mejor cosa al sentarse a los pies de Jesucristo para escuchar su palabra. ¡Qué siempre mantengamos las prioridades correctas en nuestra vida!

 

³⁸Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. ³⁹Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. ⁴⁰Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. ⁴¹Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. ⁴²Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

 

 

EL ESPÍRITU SANTO HACE QUE SEAMOS CONOCIDOS POR NUESTRA PRIORIDAD A LA PALABRA DE DIOS

 

 

¿Cuál versículo le gusta a usted que nos enseña, que es la Biblia? Por lo menos encontramos lo que dice el Salmo 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. O decimos: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4:12, y pensemos en un último versículo: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, ¹⁷a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17. Al mencionar estos tres pasajes biblicos vamos a hacer una prueba de laboratorio espiritual, cuando queremos saber cual es nuestro estado real de salud vamos al médico y él enviará unos exámenes de nuestro cuerpo para saber como estamos de salud, es lo mismo que vamos a hacer con estos tres pasajes biblicos y esta pregunta que es nuestro chequeo espiritual ¿En mi vida realmente la Palabra de Dios es lumbrera a nuestro camino, es viva y eficaz o es muy útil para nuestro camino?

 

En las lecturas de este día encontramos dos pasajes que hablan de personas que estuvieron en el mismo chequeo médico espiritual que estamos nosotros hoy frente a la Palabra de Dios. En la lectura de Génesis habla de Abraham y Sara, y en el evangelio para hoy hablamos de Marta y María. Ellos vivieron situaciones diferentes en momentos diferentes pero relacionado con el mismo tema, la Palabra de Dios. Los visitantes que tuvo Abraham en su casa fue algo muy especial porque ellos venían del cielo y uno de ellos era Jehová mismo como lo leemos en Génesis 18:13 Entonces Jehová dijo a Abraham, y los otros dos eran ángeles como nos informa en Génesis 19:1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde. Pero concentrémonos en Sara, ella estaba detrás de la puerta escuchando la Palabra de Jehová, una Palabra que a ella la conmocionó al escucharla: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Conocemos la reacción de Sara al escuchar esta palabra, se río, se burlo de este mensaje, no lo creyó porque ella estaba avanzada en años y había cesado la costumbre de las mujeres. Ahora apliquemos esto a nosotros, ¿tus pecados son perdonados? ¿no tienes nada que hacer para ser salvo? Pero ¿en realidad vivimos en el perdón de nuestros pecados por la gracia? No lo hacemos, muchas de nuestras dudas y batallas espirituales las vivimos porque en oportunidades no nos sentimos perdonados, creemos que todo lo malo que vivimos en este momento es porque Dios nos esta disciplinando como consecuencia de no perdonar nuestros pecados, creemos que sí tenemos que tener un cambio, aunque sea pequeño, para ser perdonados por Dios, nosotros nos hemos reído al igual que Sara porque muchas veces es tan evidente nuestro pecado que las personas a nuestro alrededor preguntan si en verdad somos creyentes o no lo somos y en realidad el problema que tenemos con el pecado no es solamente con nuestra carne sino nuestra actitud frente a la Palabra de Dios. Ella nos expresa claramente como Dios quiere que vivamos en nuestra vida de santificación, es decir vivir como creyentes, pero cuando pecamos es porque no le estamos prestando la atención indicada a la Palabra de Dios y con nuestro pecado nos reímos de ella, puesto que nuestro viejo hombre rechaza la Escritura.

El otro ejemplo lo vemos con la historia del evangelio y especialmente con Marta, esto tiene que ver con nuestras prioridades, en sí, no estaba mal que ella quisiera atender a Jesús y sus discipulos, el punto es que Jesús estaba allí para enseñar de la Palabra de Dios y Marta tenia una prioridad diferente en ese momento, esto puede mostrar nuestro día a día, trabajamos, estudiamos, nos concentramos en el hogar con todos los quehaceres, invertimos tiempo en nuestros hobbies, queremos conversar con las personas y hacer muchas otras cosas más, pero ¿cuál es el lugar que le damos a la Palabra de Dios en nuestras vidas cada día? ¿Cómo es nuestra actitud cuando leemos las Escrituras? ¿Cómo usamos nuestra razón al leer los capitulos y versículos de la Palabra de Dios? y todo este examen espiritual nos muestra que somos positivos para ser desagradecidos y merecedores del infierno porque hemos pecado contra los tres primeros mandamientos y no hemos tenido en alta estima las Escrituras.

 

Pero el Espíritu Santo ha cambiado nuestro resultado de enfermos espirituales a tener buena salud espiritual, su hospital es perfecto y tiene la cura a nuestra enfermedad espiritual y la cura es el Evangelio, el resultado del poderoso Evangelio lo vemos en María y Abraham, ellos por la fe guiada por el Espíritu Santo mostraron lo primordial que es la Palabra de Dios para ellos, Jesús dijo a María, Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Jehová dijo a Abraham ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Y ellos tuvieron la confianza en esta Palabra por Jesús, Él sí entendió lo importante que es la Palabra de Dios y esta importancia la empezamos a ver en el mismo Jesús porque leemos en Juan 1:1-2 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. ²Este era en el principio con Dios. Este Verbo es la misma Palabra de Dios, este Verbo es el mismo Jesús, Él es la Palabra de Dios hecha viva porque vino a este mundo por amor a nosotros y darle prioridad al Padre y su Palabra como lo leemos en este evangelio para hoy ³⁹Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra, la visita de Jesús tiene un propósito claro, enseñar la Palabra de Dios y tenemos evidencia de su enseñanza porque claramente mostraba que era el Mesías esperado quien cumplió todas las profecías del Antiguo Testamento que le señalaban, Él es la escalera que se le apareció a Jacob, Él es la simiente que se le prometió Adán y Eva, y también a Abraham, Él es el Cordero pascual perfecto y sin pecado, Él es la Luz del mundo, Él es el Buen Pastor que habla a sus ovejas, y todo esto lo es Él porque vino a rescatarnos con su vida perfecta y hoy no somos condenados sino perdonados por su perfección, pero este Verbo tuvo que ser carne para poder cargar con nuestros pecados, la exigencia del Padre con la muerte es una verdad que no podemos cambiar y por esto castigó a su Hijo con los latigazos en su carne, con los clavos en su carne, con la corona de espinas en su cabeza y todo esto lo llevó a la muerte, Dios dice en su Palabra, la paga del pecado es muerte y Jesús pagó con su muerte y ahora nosotros tenemos Vida y Salvación. Jesús con su Resurrección nos dice que nuestra vida de creyentes es viva porque somos guiados por el Evangelio vivo que ha cambiado nuestro destino final, la vida eterna en el cielo.

 

Pero este Evangelio es evidente en nuestras vidas porque mostramos lo que ha hecho la Palabra de Dios en nosotros, Abram y Sara fueron testigos del nacimiento de su hijo Isaac, Marta cuando murió su hermano Lázaro confesó su fe al decir: Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Juan 11:24 y esto sucedió por el poder del Espíritu Santo en sus vidas y ahora nosotros por este mismo poder volvemos a los pasajes que vimos al principio y empezando con el Salmo 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. Aplicamos este salmo cuando en este mundo oscuro por el pecado ella nos guía con la Luz espiritual mostrando que ya no vivimos para nuestra carne sino para Dios porque cuando estamos en la tentación la biblia nos dice que esta viene del diablo y nos apartamos de ella, cuando nuestra carne pide alimentar nuestra debilidad nosotros vamos a dejar que la Palabra de Dios guie nuestro camino. Pero también es increíble lo que hace la Palabra de Dios en nuestras vidas como lo dice Hebreos 4:12, Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Es viva, llena de la vitalidad de Dios y por lo tanto indestructible e imperecedera. También es eficaz, porque la palabra hace cosas. No es pasiva ni anticuada, sino siempre actual y efectiva como dijo Dios por medio del profeta Isaías 55:11: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para lo cual la envié. La palabra penetra tan profundamente en el interior del ser, que expone sus partes más secretas. Las personas que oyeron el sermón de Pedro en Pentecostés conocieron la acción penetrante de esta espada de dos filos. Hechos 2:37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? y finalmente Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, ¹⁷a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17. Es solo de los 66 libros de las Escrituras que confesamos que son inspirados por Dios de donde sólo sacamos la enseñanza bíblica y también la usamos para vivir en el Evangelio y dar gracias a Dios por todas las bendiciones que nos da día a día. Hoy demos gracias a Dios porque por medio del Espíritu Santo nos ha dado una relación con el Padre como mediador Jesús y esto por el poder de la Palabra de Dios y en agradecimiento dejaremos que esta misma Palabra sea evidencia en nuestra vida. Amén

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

38 Tu Palabra es mi cántico

47 A nadie amaré como a Cristo

48 Busca primero el reino de Dios

49 Con el buen Jesús andemos

53 Seguidme a mí, dice el Señor

 

Culto Cristiano:

109 Sosténnos firmes, ¡oh Señor!

110 ¡Luz brillante, dulce y pura!

111 ¡Oh Dios, tu Verbo santo!

112 Padre, tu Palabra

113 Preciosa herencia otorga Dios

115 Tu Palabra, ¡oh santo Dios!

116 Tu Palabra, ¡oh Padre santo!

128 Un solo fundamento

253 A los pies de Jesucristo

286 Después, Señor, de haber tenido aquí

301 La Palabra hoy sembrada