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Servicio - 6 septiembre 2020

El decimocuarto domingo después de pentecostés

(Verde)

Tema del día: La Santa Iglesia Cristiana se basa completamente en la confesión de que Jesucristo es el Hijo de Dios, nuestro Salvador, y por medio de esta confesión Dios también protege y extiende su iglesia.

La Colecta: Oh Dios todopoderoso, que conocerte es vida eterna: Concede que conozcamos sin dudar a tu Hijo Jesucristo, quien es el Camino, la Verdad y la Vida, a fin de que, siguiendo sus pasos, podamos caminar el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Éxodo 6:2-8 En esta lectura Dios se revela a sí mismo como "Jehová"--el Dios eterno y fiel que siempre cumple con sus promesas. Los israelitas no tenían que temer, porque Jehová su Dios fiel iba a salvarlos de sus enemigos y llevarlos a la tierra prometida.

2Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. 3Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. 4También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. 5Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. 6Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; 7y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. 8Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.

 

El Salmo del Día: Salmo 34

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;

Su alabanza estará de continuo en mi boca.

2 En Jehová se gloriará mi alma;

Lo oirán los mansos, y se alegrarán.

3 Engrandeced a Jehová conmigo,

Y exaltemos a una su nombre.

4 Busqué a Jehová, y él me oyó,

Y me libró de todos mis temores.

5 Los que miraron a él fueron alumbrados,

Y sus rostros no fueron avergonzados.

6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,

Y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,

Y los defiende.

8 Gustad, y ved que es bueno Jehová;

Dichoso el hombre que confía en él.

9 Temed a Jehová, vosotros sus santos,

Pues nada falta a los que le temen.

10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;

Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

11 Venid, hijos, oídme;

El temor de Jehová os enseñaré.

12 ¿Quién es el hombre que desea vida,

Que desea muchos días para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,

Y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal, y haz el bien;

Busca la paz, y síguela.

15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,

Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16 La ira de Jehová contra los que hacen mal,

Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17 Claman los justos, y Jehová oye,

Y los libra de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;

Y salva a los contritos de espíritu.

19 Muchas son las aflicciones del justo,

Pero de todas ellas le librará Jehová.

20 El guarda todos sus huesos;

Ni uno de ellos será quebrantado.

21 Matará al malo la maldad,

Y los que aborrecen al justo serán condenados.

22 Jehová redime el alma de sus siervos,

Y no serán condenados cuantos en él confían.

 

La Segunda Lectura: Romanos 11:33-36 San Pablo, ya que ha demostrado en el capítulo once como Dios en su sabiduría puede usar la desobediencia del hombre como oportunidad para mostrar su misericordia, responde con un himno de alabanza a su Dios cuyas hazañas y sabiduría son indescifrables.

33¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? 35¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 36Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cristo Jesús abolió la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. ¡Aleluya!

El Evangelio: Mateo 16:13-20 La mayoría de los que vivían en los días de Jesucristo lo consideraban nada más un gran profeta, pero Pedro aquí confiese la verdad que Jesús es "el Cristo, el Hijo del Dios viviente." Sobre esta confesión, este fundamento de piedra, se basa toda la iglesia. Ni el diablo puede tumbar una iglesia con un fundamento tan sólido. Y a esta iglesia, o sea, a todos los creyentes, Cristo dio las llaves al cielo--para perdonar al penitente y para condenar al impenitente.

13Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. 20Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.

 

HERMANOS CONFESEMOS NUESTRA FE AL INVOCAR EL NOMBRE DE DIOS

En la lectura para del libro del Éxodo apreciamos como Dios se le había presentado a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob para respaldar el pacto que había hecho con ellos y por lo tanto vemos que se presentó como el Dios Omnipotente, es decir, Dios Todopoderoso, el Dios que había demostrado su poder en el nacimiento milagroso de Isaac, y que con su poder había conservado y multiplicado a esta familia para que creciera hasta llegar a ser una nación fuerte. Y con esta referencia se le había presentado al mismo Moisés para respaldar que en su nombre iba a sacar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y es el tema de todo este domingo como Abraham, Isaac y Jacob confesaron su fe en el Dios Omnipotente y ahora Moisés confesó su fe en Jehová, y nosotros ¿en quién confesamos nuestra fe?

Si buscamos sinónimos de la palabra fe podemos encontramos seguridad, confianza, certeza y esta palabra relacionada con nuestra eternidad es muy importante en quien tenemos esta fe o seguridad, confianza o certeza. Lo primero que debemos tener en claro es como obtenemos esta fe y hay que tener claridad que no depende de nosotros, que no podemos producirla nosotros mismos por culpa de nuestra propia naturaleza. Cuando hablamos de este tema es netamente espiritual y la Biblia nos explica muy claramente como es el hombre sin fe, sin Dios como lo enseña 1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. El hombre que vive sin fe las Escrituras le llama hombre natural y las consecuencias de serlo consiste en que todo lo que lee en la Biblia es una locura para él porque no cree ni entiende la manera de trabajar de Dios y aun cuando tiene que ver con la Salvación. La Biblia nos dice que la salvación es un regalo inmerecido, esto es la Gracia, pero el hombre natural dice que es imposible que la salvación sea un regalo porque hay que ganarla y buscarla puesto que en este mundo nada es regalado. Otra cosa que es locura para el hombre natural es su actitud frente a la Biblia para ellos no es la Palabra de Dios, sino que es un libro escrito por hombres que quisieron hablar de un Dios y finalmente por tener el hombre natural esto nos lleva al infierno por la misma incredulidad. Pero este hombre natural fue vencido por la obra del Espíritu Santo por medio de la obra de Jesús como lo enseña Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. Y Jesús nos dio vida con su doble sustitución. Primero cumpliendo cada exigencia del Padre perfectamente y el Espíritu Santo nos ha dado confianza en lo que nos dice las Escrituras en 1 Juan 3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Es por este motivo que necesitamos tener conocimiento de la justicia de Dios porque en la vida de Jesús encontramos sustitución y es la manera en que el Padre en los cielos nos ha perdonado. Pero también nos dio vida en su muerte, es increíble ver como la muerte de un hombre puede dar vida y es por lo que Juan 10:14-15 14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. Jesús al poner su vida por nosotros nos hizo parte del redil de nuestro Dios, el sacrificio de Jesús en la cruz fue aceptado por el Padre y nosotros pertenecemos al Reino de Dios.

Ahora ¿en quién confesamos nuestra fe? Y es el momento de ir al catecismo de Lutero y en el segundo mandamiento tenemos esta pregunta ¿con qué propósito nos reveló su nombre? Recordemos en la lectura de Éxodo como mostro su nombre a los patriarcas y ahora en el evangelio para el día de hoy les pregunta a sus discípulos Jesús ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. 15El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Esta pregunta es muy importante porque Jesús les había revelado el nombre de Dios a los doce y ahora quería que ellos confesaran su fe en este nombre y es donde el Espíritu Santo llevó a Pedro y a cada creyente a confesar Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Dios Reveló su nombre para bendecirnos y salvarnos, nosotros hoy estamos confesando el nombre de nuestro Dios porque la misma Escritura nos dice que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9.

Creer y confesar que nuestra salvación depende de otro mediador que Jesús, como María o cualquiera de los santos de la iglesia de la tradición o creer que nuestras obras pueden salvarnos o confesar la fe en un Dios diferente a la Trinidad lleva al infierno. Y espero que ninguno de nosotros tengamos duda en cuanto a nuestra Salvación porque si la tenemos estaríamos dudando del nombre de Dios y esto nos hace merecedores del castigo eterno en el infierno. Pero sabemos y confiamos en la obra del Espíritu Santo que nos dice al igual que a Pedro 17Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Esto nos afirma que no solo Pedro es Bienaventurado sino también cada uno de nosotros porque esta fe que tenemos no ha sido revelada por un hombre, sino que vemos aquí una aplicación al segundo mandamiento, esta ha sido revelada por el Padre que esta en los cielos quién junto con el Hijo nos dio el Espíritu Santo para que usará los medios de gracia como el evangelio y los sacramentos para darnos la fe en Cristo Jesús.

Dios quiere que esta fe confesada sea cuidada y para esto nos ha dejado el oficio de las llaves, estudiando la teología bíblica usando el catecismo de Lutero aprendemos que este es el poder y derecho especial que Cristo dio a su iglesia en la tierra, de perdonar los pecados a los penitentes, y de negar el perdón a los impenitentes mientras no se arrepientan y esta doctrina la extraemos de estas palabras de Jesús 18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. 20Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo. Lo primero que entendemos con este pasaje es que no se establece aquí el papado y el vicariato de Cristo en la tierra en un hombre, lo que Jesús le esta diciendo a Pedro que sobre esta Roca que es Jesús el mismo Dios establecerá su iglesia. Es antibíblico creer que el fundamento de la iglesia sea un hombre pecador como Pedro y es Bíblico decir y creer que este fundamento es Jesús quién es la Piedra Angular de la Iglesia. Y cuando estamos fundamentados sobre esta roca vamos a cuidarnos unos a otros y esto lo hacemos usando el oficio de las llaves cuando un hermano en la fe ha caído en un pecado que no se ha arrepentido y cualquiera de nosotros tenemos una evidencia de esta situación estamos llamados a ayudar al hermano para que confiese su pecado por medio de la predicación de la Ley y escuche el bálsamo del Evangelio, es decir como ha sido perdonado por Cristo. Este oficio no es un mandato de confesar los pecados a un sacerdote o a un hombre en específico, este oficio lo puede hacer cualquier cristiano que entienda la diferencia entre la Ley y el Evangelio porque es la manera más efectiva de hacerlo. Es triste cerrar el reino de los cielos aquel que no se ha arrepentido de su pecado, aquel que abusa de la gracia practicando el pecado, aquel que en vez de arrepentirse lo que hace es atacar al hermano o a la iglesia que esta actuando por amor.

Un cristiano o una iglesia que tiene su fe fundamentada en Cristo tiene la promesa del Salmo 34:7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. Y esto quiere decir que el mismo Dios es quien esta en todo momento acompañándolo y esto lo disfrutamos nosotros porque nuestra fe esta fundamentada en Jesús y por lo tanto tenemos la protección de ÉL cuando el diablo nos ataca con el pecado, cuando el maligno quiere hacernos caer, las Escrituras nos dice que no podrá hacerlo porque su protección es tan clara y poderosa que nos libra de todo mal como lo enseña el Padre Nuestro. Jesús les dijo a sus discípulos ese día que por el momento no dijera a nadie que ÉL era el Cristo, pero tiempo después vemos que ellos tuvieron el llamado de anunciar su fe desde el día de Pentecostés y esto es una gran bendición porque desde ese día no ha parado el Evangelio de ser predicado y por lo tanto nosotros hoy tenemos la bendición y el privilegio de confesar nuestra fe y ser usados por el Espíritu Santo para que otros puedan escuchar esta fe y que también la crean para que juntos persistamos en el único camino para ir al cielo que es seguir invocando el nombre de Dios al mundo anunciando que sólo por Jesús, solo por su vida perfecta, solo por su sufrimiento, muerte y resurrección vamos al cielo y el Espíritu Santo nos mantiene en este camino hasta el último día de nuestras vidas. Amén

 

Los Himnos:

 

Cantad al Señor:

30 Jesús es la roca

45 Fortalece a tu Iglesia

81 Con Dios no temeremos

82 Bien sé en quien yo creo

87 Oh, Dios eterno

107 El Señor es mi luz

 

Culto Cristiano:

128 Un solo fundamento

129 Castillo fuerte es nuestro Dios

131 Firme en la roca eterna y fiel

135 De la iglesia el fundamento

219 Roca de la eternidad

246 Mi fe descansa en ti

254 Firmes y adelante


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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