El primer domingo de cuaresma

(Púrpura)

 

Tema del día: Jesucristo vino a este mundo para vivir y morir como nuestro substituto. Llevó la vida perfecta que por causa del pecado no podemos llevar y murió en nuestro lugar, sufriendo el castigo de todos nuestros pecados. Con su vida perfecta e inocente muerte nos da la victoria sobre el pecado, la muerte y el gran tentador, el diablo.

 

La Colecta: Oh todopoderoso y eterno Dios, te rogamos que nos dirijas, santifiques y gobiernes nuestras almas y corazones en los caminos de tus leyes y las obras de tus mandamientos, a fin de que mediante tu protección poderosa seamos defendidos en cuerpo y alma, ahora y siempre; por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Deuteronomio 26:5-10 Moisés recuerda al pueblo de Israel lo que su Dios había hecho por ellos, como los había rescatado de la esclavitud y miseria de Egipto. Entonces, los exhorta que con corazones agradecidos traigan a Dios de las primicias del fruto de la tierra.

 

⁵Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; ⁶y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. ⁷Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; ⁸y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; ⁹y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. ¹⁰Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.

 

El Salmo del Día: Salmo 91

¹ El que habita al abrigo del Altísimo

Morará bajo la sombra del Omnipotente.

² Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;

Mi Dios, en quien confiaré.

³ El te librará del lazo del cazador,

De la peste destructora.

⁴ Con sus plumas te cubrirá,

Y debajo de sus alas estarás seguro;

Escudo y adarga es su verdad.

⁵ No temerás el terror nocturno,

Ni saeta que vuele de día,

⁶ Ni pestilencia que ande en oscuridad,

Ni mortandad que en medio del día destruya.

⁷ Caerán a tu lado mil,

Y diez mil a tu diestra;

Mas a ti no llegará.

⁸ Ciertamente con tus ojos mirarás

Y verás la recompensa de los impíos.

⁹ Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,

Al Altísimo por tu habitación,

¹⁰ No te sobrevendrá mal,

Ni plaga tocará tu morada.

¹¹ Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,

Que te guarden en todos tus caminos.

¹² En las manos te llevarán,

Para que tu pie no tropiece en piedra.

¹³ Sobre el león y el áspid pisarás;

Hollarás al cachorro del león y al dragón.

¹⁴ Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;

Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

¹⁵ Me invocará, y yo le responderé;

Con él estaré yo en la angustia;

Lo libraré y le glorificaré.

¹⁶ Lo saciaré de larga vida,

Y le mostraré mi salvación.

 

 

La Segunda Lectura: Romanos 10:8b-13 La Palabra de Dios nos proclama las buenas nuevas de la salvación y obra la fe salvadora en nuestros corazones. Por medio de esta fe confesamos nuestra confianza en Jesucristo. “Nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (2 Corintios 4:13).

 

⁸Esta es la palabra de fe que predicamos: ⁹que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. ¹⁰Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. ¹¹Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. ¹²Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; ¹³porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

 

El Versículo: Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo

 

El Evangelio: Lucas 4:1-13 Cristo como nuestro substituto sufrió las mismas tentaciones que nosotros, pero sin pecar. La perfección de Jesucristo ya es nuestra por el amor de Dios, el cual nos declara inocentes por los méritos del mismo Jesucristo quien derrotó al diablo con su vida perfecta e inocente muerte en la cruz.

 

¹Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto ²por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. ³Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. ⁴Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. ⁵Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. ⁶Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. ⁷Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. ⁸Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. ⁹Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; ¹⁰porque escrito está:

A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;

¹¹y,

En las manos te sostendrán,

Para que no tropieces con tu pie en piedra.

¹²Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. ¹³Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.

 

HERMANOS VIVIMOS EN EL ABRIGO DE DIOS

 

El Salmo 91 lo leemos, lo cantamos y ¿sabemos que significa vivir bajo el abrigo de Dios? Y realmente podemos explicar en qué consiste esto, pero cuando lo llevamos a la práctica, es decir, demostrar que estamos bajo el abrigo de Dios nos encontramos con una piedra grande que obstaculiza nuestra vida y esta piedra es la tentación. Una de las cosas que pasa constantemente en cada uno de nosotros, como cristianos, es no usar la Palabra de Dios en todo momento, el diablo cuyo nombre significa acusador, no pierde oportunidad de sembrar la cizaña en nosotros como creyentes para hacernos dudar que estamos bajo el abrigo de Dios. El acusador no solamente ataca a nosotros sino al Dios mismo y por esto vemos que en oportunidades nos ha puesto la duda haciéndonos creer que no somos hijos de Dios, el maligno ha hecho por medio de la falsa doctrina que dudemos de nuestro bautismo, usa a personas con capacidad de convencimiento para hablar que el bautismo de infantes no es válido y por lo tanto necesitamos bautizarnos realmente de nuevo para ser verdaderamente hijos de Dios y mostramos dudas sobre el bautismo al no bautizar nuestros hijos, nietos y familiares cercanos o es donde dudamos que la fe que se da en el bautismo no es válida porque no manifestamos los dones del Espíritu al hablar lenguas, hacer milagros y ver el futuro. Él acusador nos hace dudar que somos hijos de Dios cuando caemos en pecado y convence nuestra conciencia que no somos perdonados, que tenemos que hacer muchas cosas para ganar el perdón y es donde el mismo acusador nos convence en vivir en nuestro pasado y no deja que vivamos hoy como hijos de Dios. ¿Para que ir a la iglesia? ¿para qué dar ofrendas? ¿Para que tomar la Santa Cena? Estas preguntas las hemos hecho en oportunidades cuando tenemos dudas de ser hijos de Dios, empezamos a perder interés en congregarnos, no somos agradecidos con Dios siendo mayordomos de apoyar la iglesia con nuestros dones, tiempo y dinero y, finalmente no nos importa tomar la cena porque creemos que solo es una costumbre y no le damos importancia que allí está el verdadero cuerpo y sangre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, esta es la manera que el diablo ha puedo dudas… ¿Ahora puedes pensar como el acusador ha sembrado dudas de que eres hijo de Dios y que no estas bajo su abrigo?

Nuestra carne se satisface con el poder, el control, el dominar. Las mujeres cristianas están tentadas en querer tener autoridad sobre el hombre en casa y en la iglesia, olvidan la diferencia de lo que es el estatus ante Dios y el papel como mujer en el hogar y en la iglesia, y por esto el diablo ha usado personalidades fuertes de mujeres para dividir y dañar la iglesia del Señor y destruir hogares por su imponencia. El hombre que no sabe cuál es su papel abusa de la autoridad al ser cabeza, humilla, acosa, ultraja emocional y físicamente a la mujer y es por estas actitudes que muchas mujeres no cumplen su papel dentro del matrimonio y la iglesia porque es la manera de defenderse frente a un hombre autoritario. Nuestra carne se satisface cuando el pastor cree que convence a la iglesia con sus palabras y puede controlar las vidas de los demás, y esto ocurre cuando no se enseña a la iglesia la biblia y cautiva las mentes de las personas haciéndoles creer que solo tenemos la razón, el diablo usa la carne de nosotros los creyentes para satisfacernos del poder. Pero en la vida secular creemos que por el solo hecho de controlar a una persona tenemos el control y el poder de dominarla, somos expertos en cautivar conciencias señalando a las personas que ellas necesitan dejarse guiar por nosotros porque siempre tenemos la razón, porque creemos que somos más inteligentes que los demás, el acusador usa nuestra carne dominante para hacer dudar a muchos que están bajo el abrigo de Dios. Y si con las personas que amamos nos comportamos de esta manera, ¿podemos pensar donde fuéramos los reyes de este mundo o personas que tuviéramos autoridad y poder sobre la iglesia?  El poder lo apreciaríamos y amaríamos hasta la muerte. ¿Ahora puedes pensar como el acusador a sembrado y creado en nosotros el deseo de dominar y destruir nuestro matrimonio, nuestra familia, nuestra hermandad?

Pero somos atrevidos, ¿puedes pensar en alguna oportunidad que tentaste a Dios? ¿Cuántas veces hemos orado tentando a nuestro Creador y Salvador? Hemos hecho oraciones usando palabras como: ¿dónde estás? ¿Acuérdate que aún existo? ¿por qué te has olvidado de mí? Cuantas veces hemos abusado del amor de Dios tentándole al buscar peleas con los vecinos, en la familia y aún dentro de la iglesia porque creemos que Él nos sacará vencedores… Cuántas veces hemos tentado a Dios diciéndole que podemos vivir con nuestro pecado sin necesidad de arrepentimiento, cuantas veces hemos tentado a Dios diciéndole que estamos por encima de Él al aceptar la eutanasia, el aborto, la homosexualidad, el adulterio, la mentira y manipular las Escrituras a nuestra manera… ¿Ahora puedes pensar como el acusador ha sembrado y creado en nosotros el deseo de tentar a Dios? Viendo estas tres circunstancias donde en verdad reconocemos nuestro pecado, reconocemos que por nuestra naturaleza pecaminosa nos gusta rechazar el  abrigo de Dios es donde merecemos estar en el abrigo del acusador por toda la eternidad.

Pero ¿Que es el abrigo de Dios? Es la sombra constante de la protección de Dios. Moisés le recordó a su pueblo antes de entrar a la tierra prometida como su padre Jacob, este Arameo que estuvo en Egipto, llego solo y salió con una gran nación de Egipto y como el mismo Dios los protegió no solamente en Egipto sino también en sus 40 años en el desierto, esto es la enseñanza de la lectura de Deuteronomio para el día de hoy. San Pablo a los Romanos habla de la Palabra de fe, la que nos salva, la que nos hace confesar que estamos bajo el abrigo de Dios por Jesús, puesto que Él no cayó en la trampa del diablo, nuestro salvador Jesucristo se hizo débil por nosotros, en el desierto después de 40 días estaba emocional y físicamente agotado pero Él si se dio cuenta que el acusador estaba atacando al Dios de la Salvación, está atacando a la misma Trinidad porque Lucas nos presenta que están allí presentes el Espíritu Santo quien llevo a Jesús al desierto, el Padre en los cielos que fue a quién estaba atacando el acusador y el mismo hijo que era el medio por el cual atacaba el maligno, pero no lo logró. El diablo creyó que Jesús era Adán y Eva, uso la perfección de ellos para hacerles dudar de ser hijos de Dios para hacerles creer que podían tentar a Dios al comer el fruto del árbol del bien y del mal y haciéndoles creer que podían ser más que Dios, con ellos le funcionó la táctica, pero con Jesús no. Las repuestas de Jesús fueron contundentes y fueron respuestas dadas desde el mismo Dios que nos ha dado su Palabra… Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios… Escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás… Escrito esta: No tentarás al Señor tu Dios. El evangelio nos dice que el acusador lo único que pudo hacer fue irse porque fue vencido en esta oportunidad, pero esta victoria fue atribuida a nosotros que hemos pecado contra las dos tablas de la Ley al caer en tentación y ofender a nuestro Dios y al prójimo como lo vimos anteriormente, pero en Jesús encontramos la verdadera Vida, Perdón y Salvación porque no solamente vivió de esta manera, sino que soportó todos los ataques del acusador hasta llegar a la cruz, el acusador estaba ese viernes santo motivando la turba ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Aparentemente el logro su cometido de llevar a la cruz a Jesús, pero ahí perdió la batalla final, perdió su última oportunidad y es por lo que el Espíritu Santo hoy nos hace confesar: si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos serás salvo, Romanos 10:9. Y esto es vivir bajo el abrigo de Dios, es estar bajo la sombra de Jesús quien nos salvó de ser condenados en el infierno y ahora somos salvos, ahora tenemos Vida y Salvación.

Moisés le dijo al pueblo antes de entrar a la tierra prometida lo siguiente: ⁹y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. ¹⁰Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. Deuteronomio 26:9-10. Nosotros también traeremos primicias, lo principal de los frutos para Dios, y lo primero que traemos por la obra del Espíritu Santo es nuestras vidas conectadas con la Palabra de Dios, el diablo siempre nos va a tentar, pero nosotros al estar bajo el abrigo de Dios nos apartaremos de la tentación por el poder del Evangelio y entenderemos que la tentación es esa presión física y emocional que nos quiere llevar al pecado, pero al estar en el abrigo de Dios decimos no pecaremos. Cada vez que leamos las Escrituras memoricemos palabras, no versículos sino las palabras que están en ellas porque cada vez que las citamos en la tentación el diablo escapará de nosotros porque Él no tiene poder sobre lo que le venció, la Palabra de Dios. Cuando estamos conectados a las Escrituras nuestra vida muestra que constantemente estamos bajo la sombra de Dios y pertenecemos a Él y esto lo demostramos en nuestro hogar, en el trabajo, en la calle y en la iglesia con los hermanos en la fe al vivir guiados por las Escrituras. Estar bajo el abrigo de Dios nuestra  Salvación no se perderá por estar conectados a los medios de Gracia, confiando en el poder del evangelio puesto que constantemente estamos invocando el nombre del Señor, estar bajo el abrigo de Dios es confesar con nuestra boca lo que hay en nuestro corazón, la confianza en la obra de Cristo. También estar bajo el abrigo de Dios es cuando estamos en tentación el Espíritu Santo nos lleva a orar y usar las palabras del Padre Nuestro, no nos dejes caer en tentación y la respuesta de esta petición es afirmativa, Dios quita inmediatamente este mal, quita nuestro orgullo, y lo transforma en amor, perdón, benevolencia, sometimiento y lo más importante en sermones andantes, eso es lo que somos nosotros con nuestras vidas porque donde estemos, cuando hablamos, cuando actuamos mostramos que constantemente estamos bajo el abrigo de Dios. Amén

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

18 Te saludo, Cristo santo

32 Oh, Verbo humanado

88 Sublime gracia

 

Culto Cristiano:

129 Castillo fuerte

47 Cristo vida del viviente

54 ¿Vives triste y angustiado?

67 Santo Cordero

202 Oí la voz del Salvador

207-217 Himnos de Arrepentimiento y Confesión

219 Roca de la eternidad

223 Confío yo en Cristo

225 Por gracia sola yo soy salvo

229 Tal como soy