
El decimoquinto domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Las lecturas para esta mañana hablan de la suficiencia de la Palabra de Dios. En su Palabra, Dios nos dice todo lo que quiere que sepamos de él y su voluntad. Si agregamos o quitamos algo de ella, estamos pecando contra él y poniendo en peligro nuestra salvación.
La Colecta: Oh Señor omnipotente, Autor y Dador de todo lo bueno: Implanta en nuestros corazones el amor hacia tu nombre, aumenta entre nosotros la verdadera religión, aliméntanos con toda bondad, y haz brotar en nosotros el fruto de las buenas obras; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Deuteronomio 4:1-2,6-8 Dios toma muy en serio su Palabra entera, ley y evangelio, y no quiere que agreguemos ni quitemos nada de ella.
1Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. 2No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.
6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. 7Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?
El Salmo del Día: Salmo 119
Alef
1 Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.
2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios,
Y con todo el corazón le buscan;
3 Pues no hacen iniquidad
Los que andan en sus caminos.
4 Tú encargaste
Que sean muy guardados tus mandamientos.
5 ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos
Para guardar tus estatutos!
6 Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.
7 Te alabaré con rectitud de corazón
Cuando aprendiere tus justos juicios.
8 Tus estatutos guardaré;
No me dejes enteramente.
La Segunda Lectura: Efesios 6:10-20 La Palabra de Dios es una parte integral de nuestra armadura en la guerra contra el diablo y el pecado. Es el poder de Dios que nos da la fe salvadora y nos da fuerza en nuestra lucha. Solamente armados con la armadura de Dios vamos a poder en nuestra lucha diaria contra el diablo y el pecado.
10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 19y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón. ¡Aleluya!
El Evangelio: Marcos 7:1-8,14-15,21-23 Aquí Cristo regaña a los que en su celo agregan leyes a la Palabra de Dios. Los que lo hacen, muestran el orgullo en sus corazones. Para tener la motivación correcta para obedecer la ley, hay que primero ver las promesas consoladoras del evangelio. Obedecemos la ley de Dios para agradecerle por la salvación que nos da, y entonces, con corazones agradecidos, vamos a querer obedecer nada más y nada menos de lo que Dios nos dice en su Palabra.
1Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; 2los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. 5Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? 6Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
8Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.
14Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.
21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
AMADOS LAS ESCRITURAS SON LIMPIAS POR SI MISMA Y NO LA CONTAMINEMOS
Una de las actividades que tenemos todos los seres humanos es limpiar, es por esto que diariamente usamos la ducha para limpiar nuestro cuerpo y pueda estar fresco sin ningún olor desagradable, lavamos nuestra ropa para que siempre estemos presentables y por esto las empresas hacen y venden sus productos con el objetivo de que la ropa no pierda su color y pueda verse limpia, lo mismo pasa en nuestra casa, limpiamos cada día el polvo y la aseamos para que no solamente este presentable a las visitas sino también para tener nosotros un ambiente saludable. Estamos hablando mucho de limpiar, pero ahora apliquemos esto a la Palabra de Dios y usemos esta pregunta ¿Confiamos que la Palabra de Dios está limpia en su totalidad? Ella misma nos responde por medio de Proverbios 30:5-6 Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso. Salomón inspirado por Dios nos enseña que las Escrituras no tienen suciedad, no está contaminada, pero cuando en la segunda parte del versículo leemos de no añadir a ella encontramos cual es la actitud del cristiano frente a las Escrituras, lamentablemente se contamina el mensaje de la Palabra de Dios añadiendo lo que ella no dice. Para poder entender un poco más la contaminación del hombre a las Escrituras que son limpias en su mensaje tenemos el evangelio para este día el cual nos enseña la posición de los Fariseos y Escribas frente a la Palabra de Dios. Ellos creyeron que a Dios le falto mas leyes de santidad para su pueblo y por esto no perdieron la oportunidad de señalar a los discípulos de Jesús su pecado: 2los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. 3Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. 4Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Marcos 7:2-4. Estamos parados frente a un ejemplo de cómo contaminar la palabra de Dios. Los fariseos y escribas tomaron la posición de estar por encima de Dios y creyeron que su palabra estaba incompleta añadiéndole un acto de purificación, es por lo que estamos frente a un pecado en contra del primer y tercer mandamiento.
Hoy en día nosotros vivimos en medio de muchas personas religiosas que también tienen la actitud de los fariseos y escribas al añadir más a la Palabra de Dios, es por lo que encontramos mandatos como el diezmar para ganar bendiciones de parte de Dios, ayunar y hacer vigilas para que Dios traiga a más personas a la fe, también mandan como vestir al hombre y la mujer para poder mostrar santidad. Pero encontramos señalamientos que se peca cuando se toma una cerveza o se participa en un baile o cuando se ve la televisión porque lo llaman el cajón del diablo y es donde encontramos que han hecho una serie de reglamentos para guiar sus feligreses basados no en la Palabra de Dios sino en la conciencia de los lideres de su iglesia. Pero desafortunadamente dentro del luteranismo también ha pasado por etapas de contaminar el mensaje de las Escrituras, hubo una época en el cual un grupo de luteranos creyeron que había que hacer más énfasis en la manera de vivir de las personas y es donde nació lo que conocemos como el pietismo, todo estaba basado en una religión del corazón, un sentimiento más sincero y emocional. Pero todo no paro ahí, cada día muchos que dicen ser luteranos están interpretando las Escrituras usando la razón y se apartan del mismo mensaje que Dios ha dado, por lo tanto encontramos que hay algunos que están a favor de la homosexualidad, no creen en los milagros que la biblia presenta como la resurrección de Jesús y también ha ido creciendo poco a poco un clericalismo donde exigen un requisito, sin pastor no hay congregación, al igual se ha cambiado el papel del hombre y la mujer en las iglesia, estos son unos pocos ejemplos que vemos hoy en día dentro del luteranismo contaminando la Biblia. Pero ahora vamos a ver este tema de manera personal, ¿Cuál es mi actitud frente a la Palabra de Dios? necesitamos confesar que en oportunidades hemos contaminado el mensaje de las Escrituras y esto sucede cuando estamos ocultando un pecado, cuando estamos respaldando un pecado y cuando dejamos que sea nuestra razón quien interprete el mensaje de Salvación, realmente nosotros también necesitamos reconocer nuestro pecado en contra del primer y tercer mandamiento porque por naturaleza hemos contaminado y manipulado el mensaje de las Escrituras. No merecemos nada de parte de Dios solo su castigo por añadir al mensaje limpio y puro dado en su Palabra.
Muy importante para nosotros dejarnos guiar por el Espíritu Santo, nuestro Señor Jesucristo nos dice en su Palabra: 25Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 14:25-26. Estos versículos nos afirman que el Consolador es nuestro maestro y para nosotros es un honor saber que cuando estudiamos las Escrituras somos guiados por Él. Por este motivo necesitamos recordar que el mensaje limpio de las Escrituras trata con nuestro pecado, en el evangelio para hoy nuestro Señor enseña perfectamente la Palabra de Dios, nos muestra cuál es nuestro problema y por lo tanto no necesitamos contaminar el mensaje de las Escrituras, no podemos añadir al mensaje porque ellas muestran que es lo que somos nosotros y no podemos purificarnos por nosotros mismos 21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. Marcos 7:21-23 Los fariseos y escribas trataban por sus normas creadas no contaminarse y creían que eran mejores que otros, pero su contaminación estaba dentro de ellos, el pecado les estaba dominando y el diablo usa esto para quitar la mirada en Jesús, por esto nuestro Salvador fue muy claro al afirmar que el Espíritu Santo por medio de la Palabra limpia de Dios trata con nuestro pecado, ella tiene el poder y la suficiencia de limpiarnos verdaderamente al darnos la fe en Cristo Jesús. Hoy es un día muy importante para nosotros porque la misma Escritura nos lleva hacia la persona que realmente necesitamos en nuestras vidas, a nuestro Salvador. Él por amor a los fariseos, escribas y todos nosotros pecadores predicó perfectamente la Palabra de Dios sin contaminación y por esto 6Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. 7Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. Marcos 7:6-8. Nuestro Señor puso en primer lugar al Padre y a su Palabra cuando dijo que habían dejado los mandamientos de Dios, el énfasis del mensaje limpio de las Escrituras es oír, guardar y ejecutar los mandamientos de Dios porque, así como lo dijo Moisés a su pueblo: 6Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta, Deuteronomio 4:6 Para poder guardar los mandamientos necesitamos estar conectados con la vida perfecta de Jesús, porque Él no solamente guardó el primer y tercer mandamiento por nosotros, sino que pago en la cruz cada uno de nuestros pecados, puesto que sólo ÉL pudo ganar la paz con Dios, Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Efesios 2:13. La doctrina limpia de la Palabra de Dios nos lleva no a confiar en nuestras acciones para ser santos, sino en la obra perfecta de Jesús, por medio de su sacrificio en la cruz estamos cercanos a Dios y por esto en agradecimiento tratemos su Palabra sin contaminarla con la suciedad de nuestras explicaciones e interpretaciones privadas.
Encontramos grandes bendiciones al dejarnos guiar por la Palabra de Dios, Moisés nos dice en las Escrituras 7¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 8Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? La seguridad que nuestra oración es escuchada por la obra de Cristo, somos bendecidos al escuchar en la Palabra de Dios que Él es justo y nos ha dado la grandeza de ser sus hijos y por esto escucha nuestra oración y Él la responde conforme a su voluntad, que honor pedirle a nuestro creador que nos ayude y guie en este mundo. Pero también al tener la Palabra de Dios sin contaminación nos da un adjetivo a cada uno de nosotros, donde nos llama Bienaventurados, este nombre viene desde las profundidades de las Escrituras porque para cada uno de nosotros somos guiados por las mismas, las cuales son nuestra armadura porque la carta a los Efesios 6:10-11 nos enseña 10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. La única manera de mantenernos alejados del maligno y cuidar nuestra alma es mantener el contacto con las Escrituras y dejar que ellas mismas se interpreten así mismas, por esto dejemos que sea el Espíritu Santo y no nuestra razón la que nos guie en el estudio de esta para evitar contaminar el mensaje de la Palabra de Dios llevando vidas guiados por los diez mandamientos. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
38 Tu Palabra es mi cántico
48 Busca primero el reino de Dios
49 Con el buen Jesús andemos
107 El Señor es mi luz
Culto Cristiano:
109 Sosténnos firmes, ¡oh Señor!
110 ¡Luz brillante, dulce y pura!
111 ¡Oh Dios! Tu Verbo santo
112 Padre, tu Palabra
113 Preciosa herencia
114 Sabia, justa y toda pura
115 Tu Palabra, ¡oh Santo Dios!
116 Tu Palabra, ¡oh Padre santo!
254 Firmes y adelante (segunda lectura)
296 Después, Señor, de haber tenido aquí
301 La Palabra hoy sembrada
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