
El día de pentecostés
(Rojo)
Tema del día: ¡Hoy cumple años la iglesia! Hace casi dos mil años, el Espíritu Santo cumplió con promesa y profecía al derramarse sobre los primeros cristianos. Hoy en día, el Espíritu Santo todavía obra en nuestros corazones por medio de Palabra y Sacramentos.
La Colecta: Oh Dios, que impartiste conocimiento a los corazones de tus fieles enviándoles la luz de tu Espíritu Santo: Haz que el mismo Espíritu nos conceda un juicio recto en todas las cosas y nos dé el gozo de su santo consuelo; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Génesis 11:1-9 Cuando Dios creó al hombre, sólo existía un idioma. Pero después del diluvio, los hombres se juntaron en su orgullo para construir una ciudad y una torre contra la voluntad de Dios. Consecuentemente, Dios confundió su lengua y los esparció por todo el mundo.
1Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. 3Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 4Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
El Salmo del Día: Salmo 51
Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
5 He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
15 Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.
16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
El holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.
La Segunda Lectura: Hechos 2:1-21 Al derramarse sobre los apóstoles en el día de Pentecostés, el Espíritu Santo cumplió con la promesa de Cristo que se encuentra en el evangelio para el día de hoy. Con el poder del Espíritu Santo, los apóstoles predicaban sin temor y en varios idiomas a los que se habían reunido en Jerusalén. En el día de Pentecostés, la confusión causada por Babel se convirtió en gozo para todos aquellos que escucharon las buenas nuevas del evangelio en su propio idioma.
1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
5Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 12Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
Primer discurso de Pedro
14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Ven Espíritu Santo, llena los corazones de los fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 15:26-27 En esta lectura, Cristo promete a sus discípulos que mandará al Consolador, es decir, al Espíritu Santo, el cual procede del Padre e Hijo para dar testimonio a la verdad del evangelio.
26Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. 27Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
HIJOS DE DIOS VEAMOS AL PROTAGONISTA DEL PENTECOSTÉS, EL ESPÍRITU SANTO
La actuación es un arte de entretenimiento el cual muchas personas toman como oficio para poder entretener a los demás, podemos recordar en nuestras vidas los actores que nos hicieron llorar, reír y hasta hacernos sentir odio. Pero los actores siempre buscan el bum de su vida con el papel protagónico que hará que su personaje nunca sea olvidado y siempre reconocido y muchos actores que nunca llegan a un protagónico son felices por el trabajo que hacen porque su pasión siempre los lleva a querer entretener al espectador.
Hoy empezamos el tiempo de Pentecostés y junto con esto tristemente recordamos que el hombre le ha quitado toda la gloria a Dios y ha tomado un papel protagónico, en este momento en muchos templos hay cristianos mostrando que tienen mejores dones que otros por el hecho de vivir santamente y creen que tienen estos dones como premio a su manera de vivir, hoy en día escuchamos a muchas personas que simplemente dicen que han alcanzado el umbral de la salvación porque ya no pecan y estas actitudes le quitan la gloria a Dios porque el hombre cree que es el protagonista de la Salvación. También se le quita la gloria a Dios cuando confesamos que llegamos a la fe por nuestro decisionismo, es decir, porque aceptamos o recibimos a Jesús en nuestro corazón, con esto le estamos dando gloria al hombre y no a Dios. También le quitamos la Gloria a Dios cuando pecamos sin consideración, cuando damos rienda suelta a nuestra carne y vivimos entre la luz y las tinieblas, pero el protagonista de nuestra vida espiritual es el pecado y todas sus consecuencias. Todo esto muestra como hemos permitido que el diablo tenga un lugar en la fe que confesamos como cristianos porque hemos dejado que él sea quien interprete la biblia por nosotros y hemos dejado que él muestre el poder de Dios que solo se resume en dar gloria al hombre en sus dones, en su conversión y con negar que somos pecadores, y por esto este día de Pentecostés recordamos que hemos pecado contra la primera tabla de la ley, los tres primeros mandamientos, el primero por quitar la Gloria a Dios, el segundo por usar el nombre de Dios para predicar y vivir en la falsa doctrina y el tercer mandamiento porque no tomamos como regla de nuestras vidas las Escrituras, y por lo tanto merecemos el castigo eterno en el infierno.
En el relato de la creación leemos: el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Génesis 1:2 y esto nos lleva a concluir que el Espíritu Santo fue autor de la creación por ser Dios y por lo tanto es protagonista de la historia del mundo, pero el Espíritu Santo no es un ser tímido que guarda un papel silencioso, cuando Jesús enseñó a Nicodemo le dijo: 8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Juan 3:8, con esta analogía, Jesús está mostrando el poder del Espíritu Santo, que no solamente estuvo en la creación del mundo, sino que siempre ha estado en la vida de todos los seres humanos y aún más en la vida de nosotros cristianos. El evangelio de hoy nos dice: 26Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. 27Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio. Con esto Jesús no estaba diciendo que el Consolador o el Espíritu Santo no existía o que estaba en la banca sentado esperando que fuera llamado a trabajar, nuestro Señor con estas palabras está marcando un momento importante para la vida de sus apóstoles y para cada uno de nosotros, para su iglesia. Cuando judíos y prosélitos que son los gentiles convertidos estaban celebrando la fiesta de las cosechas en el año 33, el mismo año que murió nuestro Señor Jesucristo, cincuenta días después de la Pascua y daban gracias a Dios por las bendiciones materiales que les había dado, todos los que estaban allí fueron testigos de los que sucedió, como los apóstoles del Señor empezaron hablar en sus propios idiomas y a enseñarles que Jesús era el Mesías prometido y que ellos habían estado con Él desde el principio. Jesús el jueves santo estaba hablando del día de Pentecostés cuando ocurrió una gran cosecha espiritual porque allí estaban 9Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11cretenses y árabes, Hechos 2:9-11 y Lucas, escritor de hechos nos dice que ese día se convirtieron tres mil personas.
Centrémonos ahora en el sermón que predicó Pedro en respuesta que muchos creyeron que los discipulos de Jesús estaban ebrios, si recordamos el trabajo del Espíritu Santo, Jesús dijo que él dará testimonio acerca de mí. Y Pedro para dar este testimonio usó al profeta Joel y empezó diciendo en este sermón: 17Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, esto no solamente sucedió en el día de Pentecostés sino que también nos recuerda el día de nuestro bautismo, fuimos concebidos y llegamos a este mundo siendo muertos espirituales como consecuencia del pecado de Adán y Eva, pero nuestros padres movidos por amor a nosotros nos trajeron para que el agua unida al nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo estuviera sobre nosotros y ahí fue derramado el Espíritu Santo en nuestra carne y junto con esto la fe en Jesús. Pedro en el mismo Sermón dijo: 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo, Hechos 2:38. La coherencia de Dios es grande y poderosa en el bautismo porque no solamente nos dio el perdón del pecado original sino también de todos nuestros pecados y el Espíritu Santo hizo parte de nosotros. ¿Cuál fue la misión del Espíritu Santo en nuestro bautismo? Es el protagonista de nuestro bautismo como también es el protagonista de nuestra conversión porque recordando las palabras de Jesús en el Evangelio para hoy el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y el testimonio es muy claro, nos lleva a la obra de Redención de Jesús, nos lleva a la vida perfecta del Salvador quien por amor a nosotros cumplió la primera tabla de la Ley perfectamente por nosotros tal como lo manda Deuteronomio 6:4-5 4Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Así lo hizo Jesús al dejar su trono de gloria y vivir en medio de nosotros para que seamos perdonados para que podamos ver la cruz donde Él murió porque allí fue crucificada nuestra gloria, nuestro protagonismo y encontramos la verdadera paz, puesto que cuando el Espíritu Santo se derramó en nuestra carne nos ha dado la fe verdadera en Cristo Jesús: 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, Romanos 6:3-4. El resultado de celebrar la Pascua es dar gracias a Dios por haber sepultado nuestros pecados, por habernos hecho hijos del Padre y es por lo que hoy damos toda la Gloria a Dios por nuestra Redención.
¿Quién es el protagonista de nuestra fe? El Espíritu Santo que es Dios, la obra del Padre y del Hijo al enviar el Espíritu Santo el día de Pentecostés es la evidencia del cuidado y amor hacia nosotros, porque desde ese día la iglesia ha hecho cosas grandes en la vida de todos nosotros y es por esto de suma importancia saber con quién nos congregamos porque una iglesia que no de la Gloria a Dios en todo, no está haciendo la misión que Dios le mando y no está dejando que el Espíritu Santo sea el protagonista. Pero nosotros si tenemos mucha deuda y agradecimiento con nuestra iglesia porque ha sido fiel en predicar el mensaje de la Palabra de Dios, nuestra iglesia se ha tomado en serio preparar obreros para que sean fieles en la predicación de la Ley y el Evangelio, queremos llegar a muchas personas por medio de Academia Cristo para que puedan disfrutar la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas puesto que Él es protagonista de nuestra conversión, es nuestro maestro cada vez que estudiamos las Escrituras porque Él nos lleva a ser Cristo Céntricos y también es el protagonista de nuestras vidas porque nos hace vivir para la Gloria de Dios y no para nuestra gloria, el Espíritu Santo hace que amemos al prójimo, que oremos por nuestros enemigos, hace que perseveremos en cuidar a nuestros matrimonios y enseñar a nuestros hijos los mandamientos, el credo, el padrenuestro, los sacramentos, el oficio de las llaves, el Espíritu Santo hace que amemos la Palabra de Dios siendo fieles a la predicación de ella usando la Ley y el Evangelio y finalmente el Espíritu Santo nos mantendrá firmes en la fe hasta que se cumpla esta parte de la profecía que también predicó Pedro el día de Pentecostés: 19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; 20 El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; ese día, cuando Jesús venga por segunda vez y veamos todas estas cosas que pasan en el cielo y muchos tendrán miedo nosotros tenemos asegurado nuestro lugar en el cielo porque el Espíritu Santo hace que vivamos constantemente así: 21Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
57 Antiguo Espíritu despierta
54 Santo Espíritu llena mi vida
45 Fortalece a tu Iglesia
36 Soplo de Dios viviente
37 Ven, Espíritu Santo
38 Tu Palabra es mi cántico
Culto Cristiano:
87-95 Himnos para el Pentecostés
96-103 Himnos para la Santísima Trinidad
109 Sosténnos firmes, ¡oh Señor!
291 Imploramos tu presencia
303 Dios os guarde siempre en santo amor
367 Gloria, canto, honor
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