
El sexto domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Nuestro Dios es a la vez todopoderoso y misericordioso. ¡Qué consolante combinación para el creyente! En las lecturas para esta mañana vemos al Dios todopoderoso y misericordioso que puede hacer volver a su pueblo de cautiverio, sin que lo merezca, y que puede aún hacer vivir a una persona muerta. En todo problema, Dios siempre será nuestro ayudador, como dice el salmo para esta mañana.
La Colecta: Oh Dios, que has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan el entendimiento humano: Derrama en nuestros corazones tal amor hacia ti que, al amarte nosotros sobre todas las cosas, se cumplan en nuestras vidas tus promesas, las cuales exceden todo lo que podamos desear; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Lamentaciones 3:22-33 En medio de las ruinas de Jerusalén y viendo las cenizas que antes eran el templo del Señor, Jeremías no se desespera, sino escribe este cántico de confianza. Tal confianza se basa solamente en la gracia y promesas del Dios todopoderoso, el cual después de setenta años libraría a su pueblo del cautiverio, cumpliendo con sus promesas.
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
25 Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
26 Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
27 Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
28 Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
29 Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
30 Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
31 Porque el Señor no desecha para siempre;
32 Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias;
33 Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.
El Salmo del Día: Salmo 30
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.
1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
2 Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
5 Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
6 En mi prosperidad dije yo:
No seré jamás conmovido,
7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.
8 A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.
9 ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.
11 Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
La Segunda Lectura: 2 Corintios 8:1-9,13-14 Al ver las misericordias de nuestro Dios todopoderoso, que se humilló a sí mismo viniendo a este mundo como un pobre ser humano y muriendo como un criminal común, naturalmente vamos a querer compartir todas las riquezas, espirituales y materiales, que Dios nos ha concedido con los que tienen necesidad.
1Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; 2que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. 3Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos. 5Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios; 6de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia. 7Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.
8No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro. 9Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
13Porque no digo esto para que haya para otros holgura, y para vosotros estrechez, 14sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Someteos unos a otros en el temor de Cristo. ¡Aleluya!
El Evangelio: Marcos 5:21-24,35-43 El temor más grande que tiene el hombre en este mundo es el temor de la muerte. Por su consciencia, el hombre sabe que al morir se va enfrentar con juicio, y entonces, que consuelo nos da que nuestro Dios no solamente tiene el poder sobre la muerte, pero que también es misericordioso para ayudarnos en todo. Por medio de su propia muerte y resurrección, nos ha librado de la esclavitud a la muerte.
21Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, 23y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
24Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
35Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. 37Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. 41Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. 43Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer.
AMADOS DE DIOS TENEMOS LA VERDADERA VIDA HOY Y PARA SIEMPRE
El Diablo se ha empecinado en crear en el corazón del hombre que en este mundo puede encontrar la felicidad y este enemigo tiene un aliado que es nuestra carne, el apóstol Juan explica esto en 1 Juan 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Existen programas de televisión que su objetivo es mostrar el lugar perfecto para vivir y nuestra carne empieza a soñar, empieza a enamorarse de este mundo. No estoy diciendo que necesitamos negar o rechazar muchos paisajes o lugares hermosos que Dios ha creado porque cuando vemos lo creado solo podemos pensar en las palabras del Salmo 19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Nosotros como creyentes necesitamos mantener los ojos abiertos en cuanto a disfrutar las cosas que Dios creo para nosotros y no caer en el pecado de idolatrar este mundo y las cosas que hay aquí, porque el diablo sabe usar nuestra carne amando este mundo y así poner en peligro nuestra salvación. En nuestras congregaciones vemos muchos ejemplos de hermanos que se han dejado engañar del maligno, muchos esperan la pensión de su trabajo, pero después de recibirla hasta se pensionan de la fe porque la inasistencia para el alimento de su alma empieza a ser notoria y se pensionan no solamente del trabajo sino también de Dios, otros piden al Creador que les conceda poder estudiar y tener trabajos exitosos, pero cuando su oración es contestada con un sí ya no volvemos a saber de esta persona porque el tiempo solo les alcanza para alimentar su carne y no su alma. Muchos cristianos tienen planes en su vida y los cuales no esta mal que hagamos planes, pero preguntémonos en este momento ¿En estos planes esta incluido Dios y el alimento de nuestra alma?
Las lecturas para este día nos enseñan que no podemos esperar nada de este mundo, porque éste por naturaleza odia a Dios, a su Creador. Pero siendo más concretos es la actitud pecaminosa de nosotros como pueblo de Él la que a veces nos dejamos engañar del maligno. A Jeremías no le tocó fácil en su ministerio, fue testigo de como decayó el imperio Asirio y el pueblo de Dios tuvo una corta vida independiente hasta que llegó el imperio egipcio y todo esto termino en la destrucción del Reino de Judá por Nabucodonosor. Toda la Palabra de Ley y Evangelio que predicó Jeremías fue al reino del Norte, pero Él sintió que Dios era un obstáculo para Él, sintió que Dios lo había usado y abusado de Él porque era objeto de burlas. Jeremías nos recuerda lo que también sucedió con los apóstoles y lo cual Pablo nos recuerda en 2 Corintios 4:8-9 8que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos. Pero estos sentimientos nosotros los hemos sentido como cristianos y como iglesia cuando creemos o sabemos que el mundo se burla de nosotros en estas circustancias: llega la muerte en nuestra familia, miramos al cielo y le decimos a Dios que se ha equivocado, le hemos preguntado ¿Qué pasó aquí?, nosotros cada vez que leemos o escuchamos la Palabra de Dios nos estamos preparando para nuestro encuentro con Él, pero en la muerte nuestra carne pecaminosa tiende a enojarse con Dios, cuando muere un familiar vivimos la poca aceptación de la muerte porque la somatizamos puesto que al llegar la muerte de alguien nacen enfermedades, tristezas que no se quitan y esto nos sucede porque aunque sabemos que vamos a morir no admitimos la muerte en nuestra vida y además queremos ocultar nuestros sentimientos en la muerte para que el mundo no se burle de nosotros y así confiando en nosotros mismos pecamos en contra del primer mandamiento. También dejamos de predicar la Palabra de Dios por varios motivos, uno es que damos prioridad a nuestra carne, es decir, a nuestro pecado y como lo único que mostramos es nuestra rebeldía no predicamos por vergüenza o por evitar que el mundo se burle de nosotros, otro motivo por el cual no predicamos es porque no queremos tener enemigos, por ejemplo en estos días donde el mundo unido celebra el orgullo gay empezamos a tener empatía con este pecado, olvidando que por amor predicamos a estas personas que van a ir al infierno por su impenitencia que es el fruto de su incredulidad y muchos cristianos hoy en día en vez de predicar la Palabra de Dios están aceptando que una persona tenga inclinación sexual fuera de lo mandado por Dios, otro motivo por el cual tal vez no predicamos es porque creemos que no somos efectivos en la predicación, consideramos que Dios no nos usa porque no hay ninguno adorando con nosotros después de predicarle la Palabra de Dios, pero en realidad confiamos tanto en nosotros mismos que dejamos a un lado la gran comisión que Dios nos dio por privilegio. Pero todo esto nos lleva a una conclusión, cada uno de nosotros merecemos lo que nos enseña 2 Tesalonicenses 1:9 Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.
El libro de lamentaciones originalmente su título es “como” porque así empieza el primer versículo de este libro y por la traducción de los judios al griego le dieron el titulo de Lamentaciones de Jeremías, este libro esta escrito en manera acróstica teniendo en cuenta el alefato hebreo y por esto tiene 22 versículos cada uno de los capítulos a excepción del capitulo 3 donde se triplica los versículos, pero el mensaje de este libro, como el de las lecturas de hoy nos recuerda que no estamos solos en este mundo lleno de tantas burlas para nosotros como cristianos, porque primero que todo recordamos como nuestro Dios nos ha dado la Paz con Él, el profeta escribió 22Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Lamentaciones 3:22-23. Estos versículos son una sinfonía musical para nuestros oídos, por naturaleza merecemos el castigo eterno en el infierno por amar e idolatrar este mundo, pero Dios no nos consumió, nos dio de su misericordia y su fidelidad no cambia, aunque todos los días de nuestras vidas son diferentes la fidelidad y misericordia de Dios no cambia porque están basadas en Jesucristo, y en este tiempo de Pentecostés disfrutamos de la obra del Espíritu Santo dándonos la fe en Él. Escuchando el evangelio de hoy encontramos como Jesús venció la muerte, en una de las orillas del mar de Galilea nuestro Señor se encontró a Jairo, un hombre principal de la sinagoga, él tenia un problema que nosotros podemos entender, su hija estaba agonizando, pero el Espíritu Santo le dio tanta confianza a este hombre que cuando vio a Jesús le dijo: ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Pero recibieron la noticia que su hija había muerto, más sin embargo Jesús llegó a su casa y la Biblia nos dice: 41Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Jesús venció la muerte, Jesús hizo este milagro porque es Dios, porque Él vino a este mundo a darnos la verdadera vida y tenemos la confianza que en su vida perfecta encontramos perdón de nuestro pecado en contra del primer mandamiento puesto que solo vino a cumplir la voluntad del Padre perfectamente y dentro de esto estaba vencer la muerte, pero también encontramos en Él aliento cuando pasamos por el dolor de la muerte en nuestra iglesia, con un hermano en la fe o en nuestra familia. Cuando alguno de nosotros muramos no vamos a decir que jamás lo volveremos a ver sino que diremos hasta pronto, diremos gozosamente que es un santo triunfante y también tendremos la esperanza que en la resurrección lo volveremos a ver, ahora lloramos la muerte de un esposo, esposa, un hijo, un familiar cercano, un hermano en la fe pero Jesús hoy nos da la seguridad que estaremos en el verdadero hogar, en nuestra casa al lado de nuestro Dios y con las personas que compartimos este verdadero amor adorándole eternamente y para siempre en el cielo, aunque el mundo se burle de nuestras lágrimas, nuestro Dios sabe que por la obra de Cristo tenemos la confianza de la vida eterna.
Pero también encontramos la verdadera Paz en la muerte de Jesús, la misericordia y fidelidad es palpable en la cruz del calvario y por lo tanto leemos en Efesios 1:7 En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia, hay un valor especial en la sangre de Jesús porque por medio de ella ya no somos enemigos de Dios, Jeremías nos dijo no hemos sido consumidos porque Él consumió a su Hijo en su sufrimiento y muerte en lugar nuestro. Al escuchar estas buenas noticias que no iremos al infierno por la obra perfecta de Cristo es música alegre para nuestros oídos y esto hace que dejemos que sea el Espíritu Santo quien guie nuestras vidas en amor y agradecimiento a Dios. Si entendemos el contexto del salmo 30, el rey David lo escribió en su vejez, antes de morir, su reino aun en sus últimos días estaba en peligro de conspiración por Adonías, el reinado de Salomón estaba en peligro, pero Dios emparejó todo al mantener la descendencia del reinado de David en su hijo Salomón y por esto escribió en lo que conocemos como el Salmo 30: 1Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí. 2Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste. 3Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura. Primero que todo estamos tranquilos porque nuestro enemigo el diablo ya no tiene poder sobre nosotros, no tengamos miedo cuando mostramos la ley al incrédulo o al hermano en la fe, así se burlen de nosotros, en verdad no se burlan de nosotros sino de Dios y es a ÉL a quién tiene que darle cuentas, por esto seamos fieles a usar el oficio de las llaves puesto que el Espíritu Santo actúa por medio de Él. El mundo siempre será nuestro enemigo, pero nosotros seguiremos predicando la Palabra de Dios porque, aunque no veamos a muchos sentados con nosotros en nuestra iglesia adorándole podemos encontrarlos en el cielo adorando perfectamente al Salvador, confiemos en el poder de la Palabra de Dios. La muerte efectivamente nos traerá dolor, lágrimas, pero nosotros necesitamos ir trabajando algo dentro de nosotros, Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. Mateo 8:22, una aplicación de este pasaje es que necesitamos orar y dejar que el Espíritu Santo nos ayude a pasar el dolor de la muerte rápido, que no nos enterremos con nuestros muertos porque la vida continua, nosotros nos encerramos y creemos que el mundo se para o se queda en un cementerio, pero no es así, la vida continua y necesitamos trabajar en esto, aunque la persona que partió de este mundo nos deja un vacío solo pensemos si es creyente que pronto estaremos en el verdadero hogar y si es incrédulo lo único que nos queda es que le ayudamos en este mundo, predicándole la Ley y el Evangelio y ahora nada podemos cambiar. No importa si este mundo se viene encima a causa de nuestra fe, solo recordemos que es a Dios, sólo a ÉL a quien vamos a temer porque nos ha dado vida espiritual, no dejará que vayamos al infierno y nos mantiene vivos en este mundo para así dar a conocer a otros la grandeza del creador en nuestras vidas porque la verdadera felicidad y riqueza que encontramos en este mundo es nuestra fe puesto que ella nos da la confianza que en la obra de Jesús tenemos el mejor tesoro, la vida eterna. Amén
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
17 De tal manera Dios amó
25 A Dios supremos creador
26 El buen Jesús es mi pastor
28 El gran amor de Cristo
48 Busca primero (segunda lectura)
63 A Dios demos gloria
78 Señor, mi Dios
83 Con qué paternal cariño
85 No me abandones, Dios
86 Oh Cristo, nuestro gozo y bien
87 Oh Dios eterno
88 Sublime gracia
98 ¡Muerte! ¿dónde está tu horror?
Culto Cristiano:
35 ¡Gloria a Dios en las alturas!
82 A Cristo proclamad
185 Naciones todas alabad
202 Oí la voz del Salvador
219 Roca de la eternidad
239 El rey de amor es mi pastor
240 En Jesucristo se halla la paz
245 Lejos de mi Padre Dios
246 Mi fe descansa en ti
251 ¡Oh, qué amigo nos es Cristo!
253 A los pies de Jesucristo
272 Me guía Cristo
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