
Servicio - 30 mayo 2021
El primer domingo después de pentecostés
(El domingo de la santísima Trinidad)
(Blanco)
Tema del día: La Biblia enseña claramente que hay un solo Dios, pero que este Dios es tres personas distintas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu los cuales todos son Dios completamente. En el misterio de la Trinidad, Dios se revela como nuestro Creador, Redentor, y Santificador.
La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, que has dado gracia a tus siervos para confesar la verdadera fe, ensalzar la gloria de la eterna Trinidad y en el poder de la majestad divina adorar a la Unidad: Te suplicamos que nos conserves en esta fe y nos defiendas siempre en toda adversidad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 6:1-8 El profeta Isaías ve en una visión al Dios trino, el “Santo, Santo, Santo.” Este Dios trino es a la vez santo y misericordioso. En su santidad no puede permitir el pecado en su presencia, pero en su misericordia quita la culpa del pecador. Ya que hemos sido purificados por el Dios trino, qué le agradezcamos al proclamar sus buenas nuevas a todo el mundo.
1En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. 8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
El Salmo del Día: Salmo 150
Aleluya.
1 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento.
2 Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
3 Alabadle a son de bocina;
Alabadle con salterio y arpa.
4 Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con cuerdas y flautas.
5 Alabadle con címbalos resonantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
6 Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.
La Segunda Lectura: Romanos 8:14-17 Dios por medio de su Espíritu Santo nos llama a ser sus hijos queridos y como hijos queridos, podemos hablar con nuestro Padre celestial con confianza. Recibimos esta adopción por los méritos de Cristo. El Dios trino es nuestro Salvador.
14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 3:1-17 Dios el Padre en su amor infinito envió a su Hijo Jesucristo para morir por nosotros pobres pecadores. Por medio del evangelio en Palabra y Sacramento, el Espíritu Santo nos da la fe, haciéndonos nacer de nuevo. Al creer, la salvación que Cristo ganó por nosotros llega a ser nuestra. No hay duda, el Dios trino nos ha salvado de la condenación eterna.
1Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
HERMANOS SIENDO CONFESIONALES MOSTRAMOS NUESTRA FE EN EL DIOS TRINO
Podemos pensar que hoy es un día único para la adoración del Dios Trino porque estamos celebrando el domingo de la Santísima Trinidad, pero en realidad cada vez que invocamos su nombre estamos confesando en quien creemos al decir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo al empezar y terminar nuestro día, cuando vamos a orar, cuando nos reunimos en nuestro culto de adoración. Uno de los problemas que tienen muchos cristianos hoy en día frente a Dios al usar algunos ejemplos para explicar quien es el Dios Trino como por ejemplo toman un huevo y dicen que así es la Trinidad porque este consta de tres partes: Clara, yema y cascara. Otros quieren usar los tres estados del agua: gaseoso, liquido y sólido. Y ustedes pueden conocer más ejemplos que usan muchos cristianos, pero en realidad estos ejemplo no sirven por una simple enseñanza de la Biblia, Dios es indivisible, no se pueden separar las tres personas de la Trinidad porque en Deuteronomio 6:4 leemos Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
En el evangelio para este día de Juan podemos ver el motivo de porque somos una iglesia confesional, puesto que tenemos confesiones para defender, enseñar y mostrar compañerismo con los que creemos lo mismo y una de las confesiones de fe que más usamos con frecuencia son los credos, apreciamos y usamos el Credo Apostólico, el Niceno y uno poco conocido que es el Atanasiano. Es importante como Luteranos confesionales saber que existen estos tres credos y hoy veremos con este evangelio como podemos ver bendiciones en los tres artículos del credo apostólico, este credo tiene este nombre no porque los apóstoles lo escribieran sino porque desde el año 150 después de Cristo podemos ver como la iglesia cristiana primitiva usaba este credo para confesar la misma fe que tenían los apostoles y profetas que la podemos ver en Efesios 2:20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Nosotros necesitamos tener la misma actitud de Isaías cuando estuvo delante del Dios Trino, como lo leemos en la primera lectura para hoy: 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Isaías 6:3-5. Es realmente una actitud cristiana cuando estamos delante de la presencia de Dios en adoración, meditación de su Palabra y en la oración, el confesar que somos inmundos porque nuestra carne nos lleva a pecar de pensamientos, palabras y obras. Esta inmundicia la manifestamos cuando ofendemos al prójimo obrando, hablando y pensando en hacerle daño. Nosotros nos unimos al mismo clamor de Pablo en Romanos 7:18-19 18Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Reconocemos delante de nuestro Dios que merecemos el castigo eterno en el infierno por desobedecer la voz de nuestro Dios que nos exige perfección.
Creemos en Dios Padre Todopoderoso creador del cielo y la tierra, con Isaías vemos como en su visión los ángeles le dijeron Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos, Él es el Señor de todas las huestes celestiales, el que reina con poder y santidad absoluta. Y en Juan 3:16-17 vemos como con su poder muestra su amor por cada uno de nosotros: 16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El amor del Padre lo conocemos cada uno de nosotros, el Padre en su justicia exige perfección, manda que no pequemos y castiga el pecado, Él no nos castigó a nosotros y es donde conocemos su amor. Isaías se da cuenta como es el perdón de Dios en su visión: 6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Isaías 6:6-7 El carbón provenía del altar, del lugar del sacrificio; el mensaje de absolución es muy claro: “Es quitada tu culpa y limpio tu pecado”. Los pecadores arrepentidos no son abandonados; Dios santificó a Isaías, un humano santo, mediante la expiación y el perdón y nosotros también tenemos el mismo privilegio al darnos la fe que en la obra de Jesús es quitada nuestra culpa y limpiado nuestro pecado.
Esto nos da entrada para hablar del segundo artículo del credo cuando decimos: Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de la virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió al infierno, al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y esta sentado a la diestra de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y los muertos. Isaías explicó cómo fue perdonado cuando escribió inspirado por Dios las palabras en el capítulo 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. El amor que mostró el Padre para con nosotros lo demostró en su Hijo Jesús, en vez de castigarnos a nosotros, castigó a su Hijo, Él fue molido, castigado en la cruz del Calvario para darnos la Paz y esto lo vivió en el tiempo de Poncio Pilato, pero también aprendemos que su concepción fue por obra del Espíritu Santo muestra su perfección, sin pecado vino a este mundo nuestro Salvador para así ser nuestro sustituto al cumplir toda la ley perfectamente que el Padre nos exige, el apóstol Pedro nos afirma esto al escribir: el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca 1 Pedro 2:22. Jesús es nuestro Señor porque dio su vida y vivió perfectamente para nosotros el día que seamos juzgados seremos declarados inocentes por su obra perfecta.
Pero es el momento de recordar el tercer artículo: Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Cristiana, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados, la resurrección de la carne; y la vida eterna. Amén. La obra del Espíritu Santo la vemos en Nicodemo, él como maestro religioso en Israel se dio cuenta de las señales que Jesús había hecho como el convertir el agua en vino en las bodas de Canaán y cuando purificó el templo al empezar su ministerio. Es evidente que el Espíritu Santo llevó a Nicodemo a entrevistarse con Jesús y así preparar su corazón para afirmar que Jesús es el Mesías esperado. Para esto tenia que nacer de Nuevo del agua y el Espíritu y nosotros sabemos que Jesús le estaba hablando del Bautismo, el Espíritu Santo usa el sacramento del bautismo para dar la fe en Cristo Jesús, para poder pertenecer a la iglesia cristiana que aquí no habla de una denominación en especial sino de los verdaderos creyentes, la iglesia invisible. Con la fe en Jesús puesta en nosotros por el Bautismo o el Evangelio podemos entender al igual que Nicodemo un texto mesiánico del antiguo testamento de Numeros 21:9 aplicado en Juan 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. El Espíritu Santo no solamente nos enseña el significado de la serpiente de bronce, sino que nos da la fe, nos lleva a creer en la obra de Jesús para tener vida eterna. El mismo Espíritu Santo nos guía en nuestra muerte porque nos da la tranquilidad que resucitaremos y después de pasar por ella en cuerpo y alma estaremos en el cielo y cuando Jesús venga por segunda vez viviremos al lado de nuestro Dios con cuerpos Glorificados.
Un credo no es una oración, es una confesión de fe donde afirmamos que es lo que creemos frente al Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero estamos conectados con nuestro Dios por medio de Jesucristo y por esto cuando oramos tenemos la seguridad de lo que leemos en Romanos 8:15 cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Al ser hijos de Dios escucha nuestra oración y hoy oramos para que el mismo Dios siempre viva dentro de nosotros, el mismo Dios haga que vivamos para Él, el mismo Dios nos mantenga en este camino sólido de la salvación y Él siempre nos bendiga y nos guarde, haga resplandecer su rostro sobre nosotros y nos mantenga en la paz. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
25 A Dios supremo creador
63 A Dios demos gloria
66 ¡Al Dios de Abraham, loor!
71 Dad al Padre toda gloria
75 Jubilosos te adoramos
78 Señor, mi Dios
Culto Cristiano:
96-103 Himnos para la Santísima Trinidad
104-108 Doxologías
2 Alzaos, ¡Oh Puertas!
185 Naciones todas alabad
190 Sólo a Ti, Dios y Señor
193 De boca y corazón
263 Escuchad, Jesús nos dice (primera lectura)
264 Grato es contar la historia (primera lectura)
303 Dios os guarde siempre en santo amor
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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