
El noveno domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: El único que tiene el derecho de juzgar al hombre es Dios. En el juicio final, juzgará con justicia, llevando a los que creen en él al cielo y condenando a los que lo rechazan a una eternidad en el infierno.
La Colecta: Te suplicamos, Señor, que nos concedas el espíritu de pensar y hacer siempre las cosas que sean justas, para que nosotros, que sin ti nada bueno podemos hacer, por tu gracia seamos hechos capaces de vivir según tu santa voluntad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Joel 3:12-16 Dios llama a las naciones que se reúnan delante de él para el juicio final. Está sentado en su trono y juzgará a los ejércitos de las tinieblas, pero para los que confían en él, será refugio y fortaleza.
12Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor. 13Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha es la maldad de ellos. 14Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. 15El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
16Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.
El Salmo del Día: Salmo 18
Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:
1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
4 Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
5 Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.
6 En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
7 La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.
8 Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.
9 Inclinó los cielos, y descendió;
Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
10 Cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí;
Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron;
Granizo y carbones ardientes.
13 Tronó en los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Granizo y carbones de fuego.
14 Envió sus saetas, y los dispersó;
Lanzó relámpagos, y los destruyó.
15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo,
A tu reprensión, oh Jehová,
Por el soplo del aliento de tu nariz.
16 Envió desde lo alto; me tomó,
Me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el día de mi quebranto,
Mas Jehová fue mi apoyo.
19 Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.
22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.
23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
26 Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y severo serás para con el perverso.
27 Porque tú salvarás al pueblo afligido,
Y humillarás los ojos altivos.
28 Tú encenderás mi lámpara;
Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
29 Contigo desbarataré ejércitos,
Y con mi Dios asaltaré muros.
30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová;
Escudo es a todos los que en él esperan.
31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;
33 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;
34 Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé,
Y no volví hasta acabarlos.
38 Los herí de modo que no se levantasen;
Cayeron debajo de mis pies.
39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis enemigos debajo de mí.
40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
Para que yo destruya a los que me aborrecen.
41 Clamaron, y no hubo quien salvase;
Aun a Jehová, pero no los oyó.
42 Y los molí como polvo delante del viento;
Los eché fuera como lodo de las calles.
43 Me has librado de las contiendas del pueblo;
Me has hecho cabeza de las naciones;
Pueblo que yo no conocía me sirvió.
44 Al oír de mí me obedecieron;
Los hijos de extraños se sometieron a mí.
45 Los extraños se debilitaron
Y salieron temblando de sus encierros.
46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca,
Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;
47 El Dios que venga mis agravios,
Y somete pueblos debajo de mí;
48 El que me libra de mis enemigos,
Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí;
Me libraste de varón violento.
49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,
Y cantaré a tu nombre.
50 Grandes triunfos da a su rey,
Y hace misericordia a su ungido,
A David y a su descendencia, para siempre.
La Segunda Lectura: Romanos 8:26-27 Al estar confusos y al tener miedo, a veces ni sabemos qué pedir a Dios. Pero tenemos la seguridad que, aun si no sabemos qué pedirle, el Espíritu Santo intercede con El para nuestro bien.
26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié. ¡Aleluya!
El Evangelio: Mateo 13:24-30,36-43 En esta parábola, Jesús nos recuerda que él es el único que tienen el derecho juzgar al hombre y que no juzgará al hombre hasta la cosecha, o sea, que cada persona tiene su tiempo de gracia aquí en la tierra. En el juicio final, sin embargo, los ángeles de Dios separarán a los que creían en él y los que lo rechazaron. “El que creyere y fuere bautizado será salvo, el que no creyere será condenado.”
24Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
36Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
EL ESPIRITU SANTO NOS DA LA ORACIÓN Y PACIENCIA AL VIVIR EN ESTE MUNDO CON LA CIZAÑA
Esta parábola para el día de hoy podemos decir que nos enseña algo más de la Semilla sembrada en nuestros corazones. Jesús compara esta parábola con lo que pasa en el Reino de los cielos y en esta oportunidad habla de un sembrador que sembró buena semilla que es el trigo y Jesús explica claramente que estos son los creyentes. Pero esta semilla fue sembrada en el mundo y no podemos perder de vista este punto porque la Biblia nos enseña cuál es la influencia de Dios en el mismo. Pero vino el diablo, el maligno y sembró la cizaña, que son los incrédulos, los hijos del malo. Es sorprendente lo que Jesús enseña en esta parábola al responder la pregunta 28¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29El les dijo: No, no sea que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Jesús está enseñando con esta parábola que tengamos paciencia en este mundo con los incrédulos hasta el fin del mundo porque Él es quien va a juzgar.
Un ejemplo de esta parábola para que podamos entenderla un poco más lo encontramos en el libro de Daniel, recordemos que este profeta, junto con otros creyentes, que son el trigo fueron llevados por Nabucodonosor a Babilonia. Este país era totalmente pagano, representa muy bien la cizaña, y vemos su paganismo cuando Nabucodonosor mandó hacer una estatua de él para que la adoraran, pero conocemos el resultado de esto con en Daniel capítulo 3 12Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado. Traídos estos trigos delante de la cizaña Nabucodonosor quiso obligarlos que adoraran su estatua delante de él, pero es sorprendente lo que el Espíritu Santo hizo con estos trigos, 16Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Al escuchar la actitud de estos hombres mandó a que le amarran las manos y fueran echados al horno de fuego, pero nos sorprende lo que sucedió después: 25Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. 26Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Aquí podemos ver como la cizaña quiso destruir al trigo, pero al final no lo pudo hacer, pero sabemos que muchos paganos de Babilonia sus almas están en el infierno hasta que venga Jesús y les juzgue en cuerpo y alma para que sigan siendo condenados en el infierno. Pero apliquemos esta parte de la historia a nosotros en las veces que hemos sentido que desvanece nuestra fe, cuando somos perseguidos por los incrédulos y se burlan de nuestra fe o quieren destruir nuestra fe con el pecado, hoy en día vemos que el mundo en el que vivimos nos ataca fuertemente, haciéndonos creer que nosotros estamos equivocados y ellos tienen la razón. Muchos quieren que aceptemos prácticas de la cizaña para que nos sintamos libres, porque creen que Dios nos tiene esclavizados con sus mandamientos, empiezan a querer mostrar su libertinaje como verdadera libertad al divorciarse una y otra vez porque dicen que su pareja debe seguir sus mismos sueños, dicen que es importante experimentar en lo sexual porque el hombre necesita explorar esto para tener más experiencia y hoy en día nuestros hijos están expuestos en la escuela a profesores y sicólogos que les insisten en que cambien de inclinación sexual. Desafortunadamente muchos trigos han dejado de alimentarse de la semilla buena y se han convertido en cizaña al creer que muchos tienen la razón, como en Babilonia y terminan haciendo lo que hacen los hijos del maligno, pero nosotros pensemos las veces que hemos caído en esta trampa de estar de acuerdo con buscar la libertad porque los mandamiento nos cohíben vivir la vida y es donde pecamos contra el segundo y tercer mandamiento por poner freno al Espíritu Santo y al no confiar en la Palabra de Dios.
Encontramos otro ejemplo con el profeta Daniel y con otro imperio, los persas, fue echado en el foso de los leones porque fue acusado también de no adorar a Darío, rey de Persia, y este rey confiaba mucho en el trabajo de Daniel, pero no pudo cambiar su edicto y fue echado en el foso de los leones y el capítulo 6 de Daniel nos cuenta: 16Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre. 17Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. 18Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fue el sueño.
19El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue apresuradamente al foso de los leones. 20Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? 21Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. 22Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. En toda esta historia vemos como Daniel oró, fue a Dios con su suplica y entendió que vivir dentro de la cizaña pasan acusaciones que pueden afectar nuestra fe. Nosotros como luteranos confesionales somos acusados de legalistas porque tenemos la comunión cerrada y no tomamos la santa cena con otros cristianos que no sean de nuestro compañerismo, también somos fuertemente criticados por el papel del hombre y la mujer en la iglesia y muchos nos llaman legalistas y faltos de amor por no dejar que la mujer sea pastora o maestra de toda la congregación y muchos al no tener madurez de las Escrituras se alejan de nosotros y nos llaman legalistas y hasta he escuchado que nos han llamado inquisidores, pero pecamos contra el primer mandamiento si abandonamos la fe por no soportar los ataques de la cizaña y por esto también merecemos el castigo eterno.
En las lecturas para hoy profundizamos en la respuesta de Jesús de no cortar el trigo y la cizaña para no dañar el trigo y nos enseña el profeta Joel que tengamos paciencia en este mundo hasta que partamos de aquí o si nos toca la venida de Jesús, ese día como lo dice la parábola vendrá Jesús con los segadores que son sus ángeles y harán la separación del trigo y la cizaña que será echada en el horno de fuego, donde será el lloro y crujir de dientes. Josafat fue un rey de Judá y Dios lo uso para destruir a pueblos incrédulos, pero ese día que venga Jesús todos estaremos en el valle de Josafat o el valle de la decisión que no es otra cosa que el tribunal donde juzga el Señor, ese día veremos y seremos testigos de cómo somos separados de la cizaña y seremos llevados al cielo. La promesa del cielo nos hace hoy anunciar porque vamos al trono de Dios: Viva Jehová, y bendita sea mi roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación; Salmo 18:46, Jesús es nuestra roca y salvación porque vino a este mundo para predicarle a la cizaña, nosotros alguna vez fuimos hijos del maligno, pero Jesús al no permitir que se corte la cizaña junto con el trigo lo hizo mostrando su amor perfecto, su paciencia perfecta y así cumplió los tres primeros mandamientos en nuestro lugar. Jesús predicó y confió en la obra del Espíritu Santo cuando estaba en medio de la cizaña y nunca cambio de parecer porque solo quiso nuestra Redención. Pero también encontramos que Jesús fue condenado por la cizaña para ir a la cruz pero ellos no esperaban su triunfo que leemos en Colosenses 2:13-15 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Todos los hijos del maligno, sus ángeles malvados y el mismo maligno fueron derrotados en la cruz y nosotros hoy somos perdonados de nuestros pecados y fue así que en la muerte y resurrección de Jesús nosotros dejamos de ser cizaña y el Espíritu Santo con el poder del evangelio nos convirtió en trigo.
Y ahora el Espíritu Santo que vive dentro de nosotros nos ha dado la fidelidad de los personajes que leímos del libro de Daniel y nos ha dada la bendición de la oración. Cuando estemos siendo acusados o tenemos muchos ataques del mundo, el pecado y el diablo hacia nosotros veamos lo que hace el Espíritu por nosotros: 26Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26. ¡Así es! El Espíritu Santo nos ayuda con la paciencia y la oración porque todos nosotros estamos en una carrera hacia la vida eterna y en esta carrera nunca seremos separados de la cizaña en el mundo hasta que salgamos de este mundo y por esto nosotros en vez de desanimarnos o acobardarnos vamos a ser fieles a nuestro Dios dejando que el Espíritu Santo haga su obra cuando predicamos la Palabra y mostrando la paciencia que viene de los alto porque el evangelio cambia vidas y corazones así como lo hizo con cada uno de nosotros. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
99 Cuando suene la trompeta
100 Pronto vuelve Jesucristo
101 Yo sólo espero ese día
Culto Cristiano:
2 Alzaos oh puertas
5 Redentor precioso ven
78 De mil arpas y mil voces
154 Los santos de la tierra
156 Ven Tú, ¡Oh Rey eterno!
338 Ved del cielo descendiendo
339 Iglesia de Cristo
340 Brillante celestial fulgor
341 Tú ya vienes
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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