
El cuarto domingo de la pascua
(Blanco)
Tema del día: Hoy celebramos el hecho de que Cristo es nuestro "Buen Pastor" quien nos cuida y protege como sus ovejitas queridas. Nosotros que creemos conocemos a nuestro Buen Pastor y lo seguimos con seguridad, aun al andar por "valle de sombra de muerte," porque sabemos que nos protegerá con su mano poderosa.
La Colecta: Todopoderoso Dios, Padre de toda misericordia, ya que despertaste de muerte al Gran Pastor de tus ovejas, concédenos tu Espíritu Santo, a fin de que conozcamos la voz de nuestro Pastor y lo sigamos, para que ni el pecado ni la muerte nos arrebate de tu mano; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Hechos 6:1-9; 7:2a,51-60 Esteban sin temor servía a su Buen Pastor, aun cuando se enfrentó con las amenazas de los judíos. Al morir, fue recibido en los brazos cariñosos de su Buen Pastor, Jesucristo.
1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.
7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
8Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. 9Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.
7
2Y él dijo:
51¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
54Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
El Salmo del Día: Salmo 23
Salmo de David.
1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
La Segunda Lectura: 1 Pedro 2:19-25 Pedro nos anima a seguir a Cristo, nuestro Buen Pastor, quien nos redimió con su sufrimiento y muerte en la cruz. Especialmente en medio de las tribulaciones aquí en este mundo podemos aferrarnos a él con la seguridad de que la salvación es nuestra por medio de él.
19Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre él. Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y la mías me conocen. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 10:1-10 En dos parábolas, Cristo nos dice que él es la puerta del redil y que también es nuestro Buen Pastor, el cual nos cuidará siempre. Nos amó nuestro Buen Pastor hasta que dio su propia vida para salvarnos.
1De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
7Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
- Jesús es el buen pastor y la puerta-
Nos encontramos en el desierto de Judea dónde los pastores cuidan a sus rebaños de ovejas. Vemos a un pastor apoyándose en su bastón, mirando a sus ovejas, contándoles una y otra vez. Este desierto parece muy tranquilo la mayoría del tiempo, pero sabemos que los animales silvestres del desierto no se revelan mucho tiempo antes del ataque. Este pastor mantiene sus ojos vigilantes, siempre esperando a una de sus ovejas desviarse y perderse en las llanuras de Judea para que pueda cogerla. Este pastor tiene un trabajo difícil. Él cuida a su rebaño día tras día en los elementos siempre cuidando con amor para sus ovejas - de las cuales él conoce a cada una.
Pero esas ovejas no merecen ese tipo de amor. Yo sé que no hay muchas ovejas en esta región, pero en Judea, las ovejas eran una parte crucial de su economía. Por eso, había muchas ovejas para cuidar. Pero veamos las características de una oveja. Primero, las ovejas son tontas. No estoy diciendo esto por odio a las ovejas personalmente, de hecho, la oveja es uno de mis animales favoritos. Pero es verdad. Las ovejas no tienen conciencia de su entorno. Ellas comen y caminan y comen y caminan, moviéndose poco a poco hasta que no saben dónde están - perdiéndose en un momento sin saber cómo regresar. Por eso, los pastores las llaman una y otra vez para cogerlas. Hoy en día, unos pastores usan perros también para guiar a sus ovejas.
Segundo, las ovejas son animales sucios. Su lana fina fácilmente acumula lodo y agua a lo largo del tiempo hasta quedar marrón y sucia - y no se pueden bañar. Tercero - son indefensas. Como ganado, necesitan comer y ser salvos para que los pastores puedan venderlas y vender también sus lanas. Pero es un trabajo difícil porque las ovejas no pueden defenderse. Pero cada día, los pastores trabajan fielmente, llamando a sus ovejas a entrar en su redil por una sola puerta para protegerlas.
Hoy vemos dos imágenes bonitas - Jesús nuestro buen pastor, y Jesús nuestra puerta. Sí, normalmente, pensamos en este domingo como el domingo del buen pastor, pero en nuestro texto vemos claramente a Jesús como nuestra puerta también. Vamos a ver: Porque Jesús es nuestro buen pastor y puerta: Oímos su voz y entramos por él.
Recordemos el contexto de esta historia. Jesús había sanado a un hombre ciego. Este hombre fue a los fariseos para explicarles lo que había pasado. Pero a los fariseos no les gustó escuchar acerca de Jesús y expulsaron al hombre. Después, los fariseos vinieron a preguntar a Jesús sobre su aserción que implicó que los fariseos eran ciegos espiritualmente. Y aquí estamos, con la respuesta de Jesús - esta parábola del redil.
Aquí vemos un redil, con una puerta. Imagínense una parte de las llanuras de Israel encerrada por un muro de piedra bajo, con una puerta para entrar. Pero vemos a unos hombres subiendo el muro y saltando sobre el muro para entrar. ¿Y entran en esa manera para qué? Para hurtar y matar y destruir. ¿Y quiénes son esos hombres? Los ladrones y salteadores. Los fariseos y saduceos. Los pastores y sacerdotes que enseñan un evangelio diferente. Los que quieren dirigir a las ovejas a pastos diferentes. Los que quieren robar a las ovejas de su redil. Jesús nos da una advertencia fuerte.
En el clásico de literatura griega, Odiseo se enfrentó a desafíos grandes en su camino a casa después de la guerra troyana. Uno de esos desafíos fue esto - las sirenas. Esas criaturas eran tan seductoras en sus canciones que atraerían a los marineros solo para que sus barcos se estrellaran contra las rocas. Para evitar eso, Odiseo mandó a sus compañeros tapar sus propios oídos y atarle a la barca para que él pudiera escuchar las canciones sin poder hacer nada para dirigir la barca hacia las rocas.
¿Y qué hacemos nosotros? ¿Tenemos el dominio de nosotros mismos para no escuchar y seguir a esas voces seductoras? Cuando la gente salta sobre el muro del redil para tentarnos con voces diferentes de nuestro buen pastor ¿Qué hacemos? ¿Tapamos nuestros oídos, o les damos la oportunidad de hablar y traernos a pastos diferentes? El mundo es perverso. El mundo quiere traernos a un pecado u otro con su voz dulce. Además, hay líderes religiosos que usan su palabra dulce para tentarnos a creer una doctrina falsa en vez de la verdadera palabra de Dios. Así pecamos contra el tercer mandamiento, deshonrando la palabra de Dios y no escuchándola.
Jesús dijo también - El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Bueno, tal vez no escuchamos mucho a las otras voces, pero ¿qué hay de la puerta? Sabemos que Jesús es la puerta, pero ¿qué hacemos muchas veces? Escuchamos una y otra vez lo que Lucas 13:24 nos dice - Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Pero muchas veces queremos buscar otra puerta. Queremos entrar a través de la puerta de buenas obras. Pensamos que el sacrificio de nuestro buen pastor fue maravilloso, pero hay algo poquito que puedo hacer para ayudarme entrar. O tal vez pensamos que el nombre cristiano es suficiente. Como las ovejas hoy en día, tenemos esa etiqueta que dice - cristiano - y pensamos que esa es suficiente. No necesitamos oír la voz de nuestro buen pastor Jesús porque, a fin de cuentas, nuestra etiqueta va a garantizar nuestra entrada. Pero 1 Corintios 10:12 nos dice - Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. Pecamos igualmente contra el primer mandamiento, poniendo nuestro camino ante Dios. Sí, somos esas ovejas tontas y sucias que no merecen la protección y amor de un pastor.
Pero Jesús es nuestro buen pastor. Y como un buen pastor él nos llama una y otra vez. Él nos protege de los ladrones y salteadores que quieren dañarnos y robarnos. Además, él nos llama por nombre. No está llamando generalmente para atraer lo que pueda. Él está pensando en usted por nombre. Jesús ve a los ladrones específicos que quieren robar a usted como oveja tonta y sucia. Pero él vino para protegernos. Para protegernos de esas voces extrañas y puertas falsas. Para guiarnos con su voz y su bastón suavemente.
Me acuerdo viendo un video de una oveja atrapada en una grieta en la tierra. Un pastor estaba esforzándose para rescatar a esa oveja y por fin lo logró. La oveja estaba sana y salva. De hecho, esa oveja empezó a saltar y correr rápidamente por su emoción. Pero saltó, unos segundos después de ser salvada, otra vez en esa grieta en la tierra atrapada de igual manera. Somos como esa oveja. Nuestro pastor nos salva y unos segundos después, caemos otra vez en pecado. Pero ¿qué hace nuestro buen pastor? Él nos llama una y otra vez. Por el Espíritu Santo, nuestro buen pastor nos llama al arrepentimiento y nos perdona en su gracia. Él nos limpia - tontas y sucias ovejas - de nuestro pecado y nos guía a pastos verdes.
Y más que nuestro buen pastor, Jesús es nuestra puerta. Juan 14:6 nos dice - Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Dios nos dio esa puerta de salvación en Jesús. Cuando escuchamos una voz que suena diferente, como ovejas de Dios, por el Espíritu Santo, podemos rechazar esa voz y seguir escuchando a la voz que nos lleva a la puerta verdadera, esta voz solo nos dice que Jesús sí cumplió perfectamente toda la voluntad del Padre y que su sacrificio en la cruz lo hizo para comprarnos de nuevo, por esto en la Pascua celebramos su resurrección porque su voz nos dice que venció el pecado, el mundo y al diablo por amor a nosotros. Y si vemos a alguien en el redil, en nuestra iglesia o comunidad cristiana que no entró por la puerta verdadera, predicando algo diferente de la verdad, podemos huir a la protección de nuestro buen pastor. Porque sabemos que el pastor entra por la puerta verdadera.
Y como ovejas, podemos mostrar a otros la voz del buen pastor Jesús. Podemos estudiar la Biblia con nuestros vecinos y familiares porque en la Biblia, tenemos certeza y paz de que nuestro buen pastor ya hizo todo por nosotros, y nos guiará por la puerta verdadera. Y en amor a los demás, queremos mostrarles esa certeza y paz descrita por David en su Salmo 23 - Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Amén.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Amén.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
26 El buen Jesús es mi pastor
27 ¡Cristo es mi alegría!
28 El profundo amor de Cristo
30 Jesús es la roca
31 Manos cariñosas
33 Soy el camino
34 Salvador, Jesús amado
49 Con el buen Jesús andemos
81 Con Dios no temeremos
83 Con qué paternal cariño
84 Cristo, buen pastor, orienta
87 Oh, Dios eterno
Culto Cristiano:
159 Cristo Salvador, sé mi guiador
165 Hay una fuente
167 Nada puede faltarme
202 Oí la voz del Salvador
235 Como ovejas celebramos
239 El rey de amor es mi pastor
240 En Jesucristo
242 Jesús es mi pastor
244 Jesús, te necesito
245 Lejos de mi Padre Dios
246 Mi fe descansa en ti
250 ¡Oh Jesús, pastor divino!
251 ¡Oh, que amigo nos es Cristo!
405 Jesús es mi rey soberano
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