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Servicio - 29 marzo 2020

El quinto domingo de cuaresma

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(Púrpura)

Tema del día:  Hoy, mientras que nos preparemos para la Semana Santa, meditemos en la muerte y la vida. Cristo, por medio de su evangelio en Palabra y Sacramentos, nos salva de la muerte espiritual y nos da vida nueva.

La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, puesto que fue tu voluntad que tu Hijo llevara los sufrimientos de la cruz por nosotros, para así rescatarnos del poderío del adversario: Ayúdanos a recordar y dar gracias por la Pasión de nuestro Señor, a fin de que recibamos la remisión de los pecados y redención de la muerte eterna; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Ezequiel 37:1-14 En esta visión del profeta Ezequiel, el pueblo de Israel se presenta como huesos secos, muertos en sus pecados, pero según el mandato de Dios, Ezequiel predica la Palabra de Dios a ellos, y los huesos secos vuelven a vivir.

1La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

11Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

El Salmo del Día: Salmo 116

1 Amo a Jehová, pues ha oído

Mi voz y mis súplicas;

2 Porque ha inclinado a mí su oído;

Por tanto, le invocaré en todos mis días.

3 Me rodearon ligaduras de muerte,

Me encontraron las angustias del Seol;

Angustia y dolor había yo hallado.

4 Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:

Oh Jehová, libra ahora mi alma.

5 Clemente es Jehová, y justo;

Sí, misericordioso es nuestro Dios.

6 Jehová guarda a los sencillos;

Estaba yo postrado, y me salvó.

7 Vuelve, oh alma mía, a tu reposo,

Porque Jehová te ha hecho bien.

8 Pues tú has librado mi alma de la muerte,

Mis ojos de lágrimas,

Y mis pies de resbalar.

9 Andaré delante de Jehová

En la tierra de los vivientes.

10 Creí; por tanto hablé,

Estando afligido en gran manera.

11 Y dije en mi apresuramiento:

Todo hombre es mentiroso.

12 ¿Qué pagaré a Jehová

Por todos sus beneficios para conmigo?

13 Tomaré la copa de la salvación,

E invocaré el nombre de Jehová.

14 Ahora pagaré mis votos a Jehová

Delante de todo su pueblo.

15 Estimada es a los ojos de Jehová

La muerte de sus santos.

16 Oh Jehová, ciertamente yo soy tu siervo,

Siervo tuyo soy, hijo de tu sierva;

Tú has roto mis prisiones.

17 Te ofreceré sacrificio de alabanza,

E invocaré el nombre de Jehová.

18 A Jehová pagaré ahora mis votos

Delante de todo su pueblo,

19 En los atrios de la casa de Jehová,

En medio de ti, oh Jerusalén.

Aleluya.

La Segunda Lectura: Juan 11:17-27,38-45 Muy poco antes de entrar en Jerusalén por la última vez, Cristo muestra su poder sobre la muerte al levantar a su amigo Lázaro de la muerte.

17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

38Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? 41Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. 43Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

45Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él.

El Versículo: Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

TEXTO SERMÓN: Romanos 8:11-19 San Pablo describe la relación intima que existe entre la vida de un creyente y la vida de Cristo. Nuestra nueva vida en Cristo trae bendición y responsabilidad, es decir, que Dios nos da la bendición de ser sus hijos y herederos del cielo, y entonces, tenemos la responsabilidad de comportarnos como es digno de hijos de Dios.

11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

12Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios

 

HERMANOS EN LA CUAREMA EL ESPIRITU NOS HACE EMBAJADORES DE JESÚS.

En otras oportunidades hemos hablado del tema de las obras, de cómo vive el cristiano que ha sido convencido e instruido por la Palabra de Dios para comportarse en este mundo motivado por el perdón de Dios. Encontramos un pasaje que no podemos olvidar porque siempre nos recuerda nuestra posición en este mundo como cristianos 2 Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo. En la política es muy usado no solamente este término, sino que hay personas que sirven a su país en otro lugar siendo embajador y con esto entendemos que es el representante de todo un país en el extranjero y en especial donde ha sido llamado para servir. Es un puesto que enorgullece a los que son llamados para esto y hasta es el sueño de muchos para servir a su país. En este tiempo de la Cuaresma el Espíritu Santo nos ha convencido y recordado del amor incondicional de nuestro Dios por cada uno de nosotros llevándonos a celebrar el paso de la muerte a la vida con la Semana Santa. La seguridad que hay un lugar en el cielo esperándonos eternamente, la tranquilidad que nuestras oraciones son escuchadas porque estamos bajo la sombra del mediador y Salvador Jesucristo y la seguridad que nuestra adoración tanto en nuestras vidas como en los cultos es aceptada por Dios nos puede llevar a una sola conclusión, en verdad somos embajadores de Dios en nuestras familias, en nuestros trabajos, cuando estamos frente a nuestro prójimo y no podemos dudar que ante el mundo muerto por el pecado somos la luz que Dios usa para llevar almas al cielo eterno usando la predicación de su Palabra.

Somos embajadores de Dios porque Él mismo venció nuestra carne como lo explica el versículo 1 de Romanos 8 que es el capítulo que estamos usando para la de meditación de hoy Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Miremos nuestras vidas en este momento, pensemos en lo que hemos vivido en esta semana y podemos ver como hemos incumplido la voluntad de Dios infringiendo sus mandamientos viviendo conforme a nuestra carne que nos lleva a la muerte. Nuestros pensamientos, palabras y obras nos han hecho pasar una vergüenza porque hemos ofendido con estos no solamente a nuestro Dios sino a nuestro prójimo porque No hay temor de Dios delante de nuestros ojos. Romanos 3:18. Esta falta de Temor a Dios es evidencia de nuestro pecado en contra del primer mandamiento porque tenemos que reconocer que cuando nos falta el temor de Dios es sencillamente porque le damos prioridad a nuestra carne poniéndola en primer lugar, satisfaciendo nuestros deseos y no la voluntad santa y perfecta de Dios y es por esto que en vez de ser embajadores de Dios en este mundo merecemos ser expulsados de su presencia por culpa de nuestro pecado y por la falta de nuestro temor a Él merecemos lo que nos dice Lucas 12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.

Las cartas de Pablo tienen un orden que él mismo conserva el cual consiste en su primera parte explicar la doctrina y en la segunda sección enseña la respuesta que Dios espera que el creyente haga movido por el amor y agradecimiento al perdón y vida eterna que se nos ha dado y estamos precisamente en la enseñanza dada por el mismo Espíritu Santo de como vamos a vivir agradeciendo a Dios por no enviarnos al infierno por la falta de nuestro temor a ÉL sino que nos perdonó por el mismo Jesús que no solamente es su Hijo enviado al mundo para Salvarnos sino que también es Dios mismo quien vino a este mundo a ser el embajador perfecto del Padre para hacernos a nosotros sus embajadores y esto lo logro como lo afirma Pablo por medio de Jesucristo En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humanaNVI Romanos 8:3. Ninguno de nosotros podemos cumplir la ley tal como Dios lo exige y cada vez que nos paramos frente a los mandamientos lo único que vemos es nuestra carne pecaminosa, pero Jesús vino a librarnos de la acusación de la Ley anulando esta acusación porque Él tomo nuestra misma naturaleza y vivió como lo hacemos nosotros, pero con dos grandes diferencias. La primera nunca pecó porque llevó una vida perfecta y fue así como anuló la acusación de la ley hacia nosotros y la segunda se sacrificó por nuestro pecado y es por la obra de Jesús que el Padre condenó el pecado que vive en nosotros.

El Espíritu Santo nos ha convencido de los necesario que es creer en la obra de Jesús y ahora nos convence que habita dentro de nosotros y nos muestra como es nuestra vida de ser creyentes, embajadores de Dios en este mundo y lo primero que nos dice 11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Nuestra resurrección física es un hecho, nuestra muerte no es terminar, solo es llegar a nuestra verdadera casa si partimos de este mundo siendo sepultado nuestro cuerpo y el alma estará en el cielo esperando la resurrección de los muertos para que nosotros resucitemos y estemos en cuerpo y alma al lado de nuestro Dios. Que bendición estamos recibiendo hoy de parte de nuestro Dios, resucitaremos y nuestros cuerpos mortales serán cuerpos inmortales por la bendición que el Espíritu Santo vive dentro de nosotros manteniendo viva nuestra fe en Jesús.

El Espíritu Santo hace que cada uno de nosotros vivamos en este mundo como deudores, es decir, sabemos que no podemos pagar a Dios por su perdón y en agradecimiento dejaremos que el mismo Espíritu Santo haga morir el amor de nuestra carne en nosotros 12Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Todos nosotros sabemos que es ser hijos, hoy nosotros amamos a nuestros padres en agradecimiento por ser usados por Dios para cuidar de nosotros en este mundo y es por lo que nunca pensamos en hacer nada malo a ellos. y también sabemos que somos hijos de Dios y es por lo que no vivimos conforme a la carne, es decir, no vivimos practicando el pecado. No alimentamos nuestras debilidades. No dejamos que nuestros malos pensamientos arrepentidos se vuelvan acciones. Pedimos perdón por cada palabra de ofensa que sale de nuestra boca a nuestro prójimo y a Dios mismo. Pedimos perdón por cada acto que hacemos ofendiendo no solamente al hermano en la fe sino también a nuestro prójimo. ¡Esto es ser embajadores de Cristo hermanos en la fe! Porque somos guiados por el Espíritu de Dios.

El mismo amor hace que no veamos nuestra relación con Dios como siervo esclavo porque Él solo nos guía con su amor y la respuesta a este amor vemos sus mandamientos no como una carga para nuestras vidas sino como una guía para glorificarle y adorarle es por esto que Pablo nos enseña de esta relación con Él de esta manera 15Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. El mundo nos ve como marionetas, pero no nos importa lo que ellos piensan o como nos ven, muchos nos llaman fanáticos, otros dicen que estamos locos y hemos llegado a ser criticados por no hacer las cosas que hacíamos con ellos en el pasado. Pero ahora que somos embajadores de Dios en este mundo sabemos que podemos ir a Él en oración en cualquier momento clamando: ¡Padre! Y esto lo hacemos aún pidiendo por los incrédulos para que lleguen a la fe por medio del mismo poder del Espíritu Santo usando la Palabra, oramos por nuestros enemigos para que nuestro Padre tenga misericordia de ellos, oramos por los hermanos en la fe porque somos herederos al igual que ellos, no somos diferentes, estamos en igualdad de condiciones por los méritos de Cristo y es por esto que cuando estemos en el cielo seremos glorificados con nuestro Dios y por lo tanto hoy nosotros somos embajadores de Dios por ser herederos de Dios y coherederos con Cristo.

Por último, ser embajador de Cristo es llevar nuestras aflicciones con amor y paciencia, estamos sin empleo, tenemos una enfermedad que no se va a curar, tenemos problemas con un hijo desobediente, tenemos padres iracundos, tenemos problemas con nuestro matrimonio pues es el momento de que veamos que todo en este mundo tiene solución con dos palabras, perdón y amor. Y estas mismas no nos hacen esclavos de este mundo porque sabemos que todas estas cosas son temporales aún las riquezas materiales o la fama o el éxito que podamos tener porque nada en este mundo es comparado con lo que nos espera 18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Somos embajadores de Dios por ser sus hijos, todo el mundo espera como actuamos nosotros y en verdad haremos la diferencia permitiendo solo que el Espíritu Santo nos haga llevar vidas que solo muestren el poder de Dios en cada uno de nosotros para Glorificarle y Adorarle. Amén

Los Himnos:

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

18 Te saludo, Cristo santo

28 El profundo amor de Cristo

88 Sublime gracia

90 ¡Oh Cristo de infinito amor!

98 ¡Muerte! ¿dónde está tu horror?

105 Acuérdate de Jesucristo

107 El Señor es mi luz

Culto Cristiano:

46 Al contemplar la excelsa cruz

47 Cristo vida del viviente

54 ¿Vives triste y angustiado?

67 Santo Cordero

55 Jerusalén, despierta

165 Hay una fuente

202 Oí la voz del Salvador

229 Tal como soy

246 Mi fe descansa en ti

332 Dormir en Cristo

334 Morir sólo es resucitar

335 ¡Cristo vive!

337 Mi Jesús, mi Salvador

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