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Servicio - 28 febrero 2021

El segundo domingo de cuaresma

(Púrpura)

Tema del día: Jesucristo fue a la cruz para reconciliarnos con Dios y para darnos entrada en el cielo.

La Colecta: Oh Dios, cuya gloria consiste siempre en mostrar misericordia: Muestra tu gracia a todos aquellos que han errado de tu camino y obra en ellos corazones arrepentidos que se aferren a la verdad de tu Palabra; por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Génesis 28:10-17 Dios promete a Jacob lo que había prometido a su abuelo Abraham y a su padre Isaac. El cumplimiento completo de esa promesa se encuentra en Jesucristo, el cual es “la escalera” al cielo.

 

10Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. 11Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. 12Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. 13Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 15He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. 16Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. 17Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.

 

El Salmo del Día: Salmo 73

Salmo de Asaf.

1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel,

Para con los limpios de corazón.

2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;

Por poco resbalaron mis pasos.

3 Porque tuve envidia de los arrogantes,

Viendo la prosperidad de los impíos.

4 Porque no tienen congojas por su muerte,

Pues su vigor está entero.

5 No pasan trabajos como los otros mortales,

Ni son azotados como los demás hombres.

6 Por tanto, la soberbia los corona;

Se cubren de vestido de violencia.

7 Los ojos se les saltan de gordura;

Logran con creces los antojos del corazón.

8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;

Hablan con altanería.

9 Ponen su boca contra el cielo,

Y su lengua pasea la tierra.

10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí,

Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.

11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?

¿Y hay conocimiento en el Altísimo?

12 He aquí estos impíos,

Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,

Y lavado mis manos en inocencia;

14 Pues he sido azotado todo el día,

Y castigado todas las mañanas.

15 Si dijera yo: Hablaré como ellos,

He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.

16 Cuando pensé para saber esto,

Fue duro trabajo para mí,

17 Hasta que entrando en el santuario de Dios,

Comprendí el fin de ellos.

18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos;

En asolamientos los harás caer.

19 ¡Cómo han sido asolados de repente!

Perecieron, se consumieron de terrores.

20 Como sueño del que despierta,

Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.

21 Se llenó de amargura mi alma,

Y en mi corazón sentía punzadas.

22 Tan torpe era yo, que no entendía;

Era como una bestia delante de ti.

23 Con todo, yo siempre estuve contigo;

Me tomaste de la mano derecha.

24 Me has guiado según tu consejo,

Y después me recibirás en gloria.

25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?

Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

26 Mi carne y mi corazón desfallecen;

Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;

Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.

28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;

He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,

Para contar todas tus obras.

 

 

La Segunda Lectura: Romanos 5:1-11 Dado que Dios en su amor nos declara inocentes por los méritos de Jesucristo, nosotros tenemos entrada en el cielo y paz para con Dios. Nos gloriamos en la esperanza segura del cielo y aun en las tribulaciones, porque sabemos que Dios nos ama aunque somos pecadores y que nos fortalece en medio de las tribulaciones.

 

1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

 

El Versículo: Jesús se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 

El Evangelio: Marcos 8:31-38 En esta lectura, Cristo revela a sus discípulos que va a ser necesario que él sufra y muera. Cuando Pedro intenta regañarlo por hablar así, Cristo muestra que su camino (y el camino de cada cristiano) es el camino de la cruz.

 

31Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

34Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 35Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

38Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

 

HERMANOS EL ESPÍRITU SANTO HACE QUE LLEVEMOS NUESTRA CRUZ

 

Cuando nuestro Señor Jesucristo dijo estas palabras acerca de su segunda venida que leemos en el versículo 38Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. Esta mostrando una triste realidad que el hombre de todos los tiempos vivimos. El cristianismo siempre es atacado por el maligno porque quiere ganar las almas de cada cristiano y es por lo que en el tiempo que llevamos como cristianos hemos visto a muchas personas que confesaron la fe en Cristo Jesús y hoy no están. Pero esto sucede porque se han avergonzado del evangelio y de la Palabra de Dios, Jesús les llama generación adúltera porque aprenden a combinar el pecado con la gracia, aprenden a jugar con Dios y con el diablo. 1 Corintios 3:3 nos enseña que es avergonzarse de Jesús y su palabra 3porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Este versículo hace un listado de pecados que van en contra de la segunda tabla de la ley: los celos, las contiendas y las disensiones. Muchos se han alejado de la fe porque aman la carne, ponen en primer lugar su carne mostrando su relación con los hermanos en la fe y el prójimo practicando los celos, contiendas y disensiones. Pero nosotros no vamos a limitarnos hablar de las personas que han abandonado la fe por amar la carne. Pedro después de haber contestado la pregunta de Jesús confesando su fe diciendo Tu eres el Cristo, vemos como segundos después olvidó esta confesión de fe y se dejó llevar por el diablo aconsejando a Jesús que no fuera a Jerusalén a sufrir y morir, es por lo que la respuesta de Jesús fue contundente: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Pedro combino su fe con el amor a su carne, nosotros también hacemos lo mismo cuando excusamos nuestra manera de obrar, hablar y pensar. Hoy lamentablemente hay cristianos que defienden la eutanasia, el aborto, la homosexualidad, el abuso de las drogas y el alcohol. Hay cristianos que no entienden que es el matrimonio, solo limitan su estabilidad en el mismo a base de la relación sexual puesto que si esta falla, dicen que no hay matrimonio como si la promesa de este hubiera sido hecha a base del sexo y no en base del amor ágape. Si nosotros queremos vivir como cristianos amando nuestra carne y tomando decisiones de acuerdo con nuestra carne estamos pecando contra el primer mandamiento, estamos dando el primer lugar a ella y es por lo que mostramos el amor a la carne con nuestro comportamiento hacia el prójimo y hermano en la fe por medio de celos, contiendas y disensiones haciéndonos merecedores de ir al infierno eterno por querer ser amigos de Dios y del diablo.

 

Es por nuestra vergüenza a Jesús y su evangelio que el mismo Dios tubo que venir a este mundo. Adán y Eva demostraron esta vergüenza a la Palabra de Dios cuando quisieron alejarse de Dios y obedecer al diablo, nosotros mostramos esta misma vergüenza al tener la misma actitud. Pero el Espíritu Santo juega un papel importante en cada uno de nosotros haciendo que amemos la obra de Cristo hecha por cada uno de nosotros. San Pablo nos dijo hoy inspirado por Dios Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo Romanos 5:1. Hoy por la obra del Espíritu Santo entendemos que es ser justificados por la obra de Jesús, nosotros por naturaleza amamos nuestra carne, pero Él por amor a cada uno de nosotros no la amó, nunca pecó, venir a este mundo tubo un propósito claro darnos paz con nuestro creador. Jesús en su perfección vio el ataque del maligno usando a Pedro para que no siguiera el plan de Redención por nosotros y cuando Jesús dijo estas palabras como lo leemos en el evangelio de hoy, no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Muestra como ÉL es lo opuesto a esto, ÉL siempre puso su vida en manos de Dios porque Él estaba seguro de que el Padre en los cielos hoy nos ve a través de su vida perfecta y en vez de declararnos culpables por nuestro pecado simplemente nos ha declarado inocentes, esto es lo que significa ser justificados. Pero nos dice Pablo que, Justificado por la fe, ella es el medio por el cuál el mismo Espíritu Santo pone en nosotros la confianza que somos perdonados en la vida de Cristo. Pero hoy vemos más del amor de Dios para con nosotros y lo que leemos en Romanos 5:8 nos deja sin palabras 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Esto quiere decir que el Padre en los cielos conoce bien nuestro obrar, hablar y pensar, Él sabe que mientras estemos en este mundo siempre tendremos que batallar con nuestra carne, pero esto a Él no le importó, al contrario, encontró la solución en no castigar nuestra carne en el infierno eterno y lo hizo con la muerte de Cristo. Jesús en este evangelio esta anunciando su muerte por tercera vez 31Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. El ser necesario es algo que no se puede cambiar, la muerte entró al mundo por el pecado y la mejor manera de solucionarla es con la muerte de Jesús, todo lo que nuestro Señor sufrió mientras iba al Gólgota, los clavos en sus manos y pies muestra como ÉL recibió el castigo por nuestra carne, su carne recibió nuestro castigo y su resurrección demostró que la muerte ha sido vencida, no tenemos hoy miedo de estar frente a Dios cuando muramos porque Él nos ha justificado en la vida perfecta, en la muerte y resurrección de Jesús.

 

El mismo Espíritu Santo hace que no nos avergoncemos de Jesús ni de su Palabra, por esto estamos ansiosos que venga pronto por segunda vez porque sabemos y confiamos que la obra de Cristo es suficiente para nosotros tener paz con nuestro Dios creador y salvador. No seremos declarados culpables y esto lo demostramos con nuestras vidas. Aprendimos lo pecaminoso y lo peligroso que es dejarnos llevar por nuestra carne, pero en este momento por la obra del mismo Espíritu Santo hace que seamos espirituales y la manera de hacerlo nuestro Señor Jesucristo lo enseña en este mismo evangelio Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 35Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Nosotros sabemos que no podemos pagar nada por nuestras almas y que Jesús pagó todo por nosotros y es por lo que como cristianos tomamos nuestra cruz y seguimos a Jesús. Nuestra carne nos incita a vivir en celos, pleitos y contiendas, pero cuando el mismo Espíritu Santo nos hace cargar la cruz sabemos que ya no viviremos de esta manera. Aprendemos como Asaf en el salmo para este día que nuestra carne ama el dinero y las riquezas, pero nuestra vida espiritual hace que disfrutemos el pan diario que nuestro Padre nos da. Tomar la cruz de Cristo es obedecer su Palabra y lo demostramos cuando dejamos que sea ella la cual guie nuestras vidas puesto que cuando la carne tienda al divorcio vamos a honrar la promesa de estar juntos hasta que la muerte nos separe no importando cuál sea nuestra situación siempre vamos a luchar por nuestros matrimonios cumpliendo los papeles que Dios nos ha dado. Cuando nuestra carne vea el aborto y la eutanasia como opciones de salir de ciertos problemas, cuidaremos la vida, cueste lo que cueste, así el gobierno este a favor de estas cosas, nosotros como hijos de Dios en cuanto este en nuestras manos preservaremos la vida, esto seria una manera de llevar la cruz cuando no obedecemos al hombre sino a Dios. Cuando nuestra carne nos tiente a llevar vidas sexuales fuera de la voluntad de Dios porque recordemos que el sexto mandamiento nos manda y guía en que solo la vida sexual es dentro del matrimonio y entre hombre y mujer, dejaremos que sea el mismo Espíritu Santo quien nos guie, nuestra carne nos lleva a identificarnos con el deseo sexual que este mundo ofrece con la homosexualidad, el lesbianismo, la infidelidad conyugal, la promiscuidad y las relaciones sexuales fuera del matrimonio pero cargando nuestra cruz permitiremos que el mismo Espíritu Santo influya nuestra carne llevando vidas ordenadas sexualmente conforme a la voluntad de Dios. Cada vez que dejamos que sea el mismo Espíritu Santo quien guie nuestras vidas y no la carne estamos cumpliendo el mandato de Jesús que nos dice: todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. No es que seremos salvos por dejar de hacer estas cosas. Somos salvos por lo que Cristo hizo por cada uno de nosotros y es por lo que viviremos como salvos, es por lo que en nuestras vidas siempre vemos unido el cielo con la tierra por medio de Jesucristo. Ahora no vemos la visión literalmente como la vio Jacob tal como la primera lectura nos habló hoy, pero si por medio de la Palabra de Dios vemos como con Jesús estamos unidos al cielo hoy y siempre. Amén

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

18 Te saludo, Cristo santo

88 Sublime gracia

47 A nadie amaré como a Cristo

48 Busca primero el reino de Dios

49 Con el buen Jesús andemos

50 Cristiano soy

51 Dios de gracia, Dios de gloria

52 Hermanos cantad

53 Seguidme a mí, dice el Señor

56 Alzad la cruz

 

Culto Cristiano:

47 Cristo vida del viviente

54 ¿Vives triste y angustiado?

67 Santo Cordero

164 En todo tiempo

165 Hay una fuente

202 Oí la voz del Salvador

219 Roca de la eternidad

223 Confío yo en Cristo

225 Por gracia sola yo soy salvo

229 Tal como soy

254 ¡Firmes y adelante!

255 Qué mi vida entera esté

257 Mirad y ved


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