
El cuarto domingo de cuaresma
(Púrpura)
El Tema del Día: La misericordia de Dios y su plan de salvación son locuras para el mundo pecaminoso, pero para nosotros que creemos, son el poder y la sabiduría de Dios, nuestro gozo y delicia.
La Colecta: Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial: Tus misericordias son nuevas cada mañana, y pese a que no merecemos tu bondad de ninguna manera, tú provees abundantemente todas nuestras necesidades de alma y cuerpo: Concédenos, te rogamos, tu Espíritu Santo para que reconozcamos tu bondad misericordiosa para con nosotros, te damos gracias por todos tus beneficios y te sirvamos de buena voluntad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 12:1-6 Las buenas nuevas del evangelio que nos dicen, “He aquí Dios es salvación mía,” nos causan tanto gozo que queremos cantar con corazones agradecidos “¡Cantad a Jehová porque ha hecho cosas magníficas!”
1En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. 2He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí. 3Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. 4Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. 5Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra. 6Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
El Salmo del Día: Salmo 32
Salmo de David. Masquil.
1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.
3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano.
Selah
5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.
Selah
6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.
7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás.
Selah
8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
9 No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.
11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.
La Segunda Lectura: 1 Corintios 1:18-25 Así como en los días de San Pablo, hoy en día la palabra de la cruz, o sea, el evangelio, es locura y debilidad para el mundo pecaminoso. Una salvación gratuita no tiene sentido para la razón humana, y un Salvador humilde que se muere (y sus discípulos que siguen su ejemplo de humildad), parece debilidad al mundo egoísta.
18Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
El Versículo: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, mas tenga vida eterna.
El Evangelio: Lucas 15:1-3,11-32 En esta parábola del hijo pródigo, Dios nos muestra que tan grande es su amor para con nosotros. Aunque nos hemos rebelado contra Dios con nuestros pecados, nos recibe con amor y perdón. Esta parábola nos enseña la gracia de Dios, es decir, su amor inmerecido por nosotros. Sin embargo, el hermano mayor de esta parábola se enojó con su padre, porque en su orgullo y celos, no entendió el gozo de su padre por un pecador que se arrepienta.
1Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
3Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
11También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
25Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
HERMANOS ¿COMO ENTENDEMOS Y CREEMOS NOSOTROS EL MENSAJE DE LA CRUZ?
Pablo nos explica en 1 Corintios 1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Es importante para como cristianos entender y creer que fue lo que sucedió en la cruz, cada año recordamos la muerte de Cristo y recordamos toda su pasión con películas, series y hasta libros que hablan de este tema de manera investigativa, pero que ganamos nosotros con dedicar tiempo a esto y ¿no entender personalmente el mensaje de la cruz? Jesús estaba camino a Jerusalén para terminar crucificado en la Cruz, pero a medida que avanzaba en este viaje muchas personas se unían a Él en su camino escuchándolo por curiosidad y otros estaban esperando un nuevo milagro. Esta situación que nos presenta las Escrituras es la misma que vivimos hoy en día, ¿Por qué escuchamos el mensaje de la cruz? ¿Tenemos muchas curiosidades por saber o estamos esperando el milagro de nuestra vida para poder creer? Y aquí encontramos una respuesta que para nosotros es complicada de entender y sobre todo cuando estamos hablando de creyentes porque nuestra carne hace que seamos tercos, el Salmo 32: 9 para este día nos dice: No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti. Nuestra carne no entiende el mensaje de la cruz porque el pecado hace que nos comportemos con un instinto animal, por esto es fácil para nosotros pecar, es fácil para nosotros la infidelidad sexual, defendernos con ira peleando e hiriendo a las personas con palabras fuertes o chismes o actos que van en contra de su vida, es fácil para nosotros destruir relaciones con el prójimo, con nuestros padres o hijos y aún es fácil dañar un matrimonio porque por naturaleza nos gusta la destrucción, es fácil para nosotros amar el dinero, la fama, la pasión y complacer nuestra carne. Es por lo que merecemos la destrucción de nuestro cuerpo y alma en el infierno eterno porque nuestra carne nos lleva a despreciar y no creer en el mensaje de la cruz.
No entendemos el mensaje de la cruz como estos escribas y fariseos que estaban escuchando a Jesús y murmuraban porque estaba reunido con publicanos y pecadores, nuestra carne se identifica muy bien con estos líderes religiosos y con el hermano mayor que Jesús cita en esta parábola, creemos que por el hecho de ser cristianos estamos en la autoridad moral de poder criticar aquellos que no los son y sentirnos mejores que aquellos que aún viven en sus delitos y pecados. Este sentimiento simplemente lo tenemos porque nuestra carne esta acostumbrada a sentir que merece y a ganado un lugar privilegiado por no ser como los demás. El reclamo del hijo mayor: 29He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Nuestra carne nos hace creer que merecemos ser hijos de Dios y nos hace creer que nuestra fidelidad merece ser premiada, merece darnos los mejores lugares en este mundo y en la eternidad, muchas veces pensamos cuando Pablo dijo que estuvo en una visión en el tercer cielo y nosotros creemos que merecemos estar en el séptimo, pero esta actitud arrogante hace que no entendamos el mensaje de la Cruz que es para todos los hombres.
¿Pero que es entender y creer el mensaje de la cruz? Volvemos a la respuesta de Pablo: a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Nosotros nunca olvidamos que fuimos como el hijo pródigo, en el bautismo fuimos llamados hijos de Dios, pero al crecer pedimos nuestra herencia y creímos que no era necesario cuidarla. Es interesante notar que este hijo no merecía tener la herencia porque en los días de Jesús la costumbre era que al morir el padre al hijo mayor le correspondía recibirla y administrarla para los demás. Pero nosotros empezamos a escuchar y a creer que nunca perderíamos la herencia de Dios no importando como vivíamos, empezamos a escuchar y a creer que podíamos cumplir la le ley de Dios para ser salvos, empezamos a escuchar y a creer que, dejando de bailar, comer algunas comidas, no viendo televisión, no escuchando música y dejando otras cosas íbamos a ser más santos que los demás y por esto ganar el cielo. Este hijo menor no estaba preparado para administrar su herencia, lo único que le intereso fue alimentar su carne, la inexperiencia de la vida lo llevo a gastarse su herencia viviendo perdidamente y es así como su herencia se hizo humo, pero no tuvo como recuperarse porque llego también la hambruna y tuvo que pelear con animales impuros como los cerdos para poder alimentarse, este joven cayó en lo más bajo que alguien puede caer, pelear con animales para poder comer algo. Pero nosotros que vivíamos con una creencia de la relación con Dios tan diferente también nos paso lo de este joven, tocamos fondo, el pecado hizo que pudiéramos ver las consecuencias del mismo en el infierno eterno, nos dimos cuenta de que vivimos engañados por mucho tiempo porque la Biblia nos dice: Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Gálatas 3:10. Todo aquel que crea que no pierde la salvación no importando como viva, todo aquel que crea que es salvo porque vive mejor que otros o porque ha dejado muchas cosas atrás es un maldito porque cree que es salvo por sus obras.
Pero hoy damos gracias al Espíritu Santo que nos llevó a actuar como este hijo que estaba muerto, Jesús en esta parábola en dos oportunidades dijo como era el estado espiritual de este hijo, 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Hoy somos testigos de esta resurrección cuando este dijo: 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. La predicación de la Ley nos llevó a reconocer que no podemos tener una relación con Dios por nuestros propios medios sino por Jesús. Isaías habla de manera individual mostrando su sentimiento al escuchar la Palabra de Dios, escuchamos hoy del profeta: He aquí Dios es salvación mía, y también nos dice este mismo profeta grande es en medio de ti el Santo de Israel. Isaías 12:2; 6. Sólo es por Jesús que nosotros hoy somos perdonados, la salvación es individual y nuestra relación personal con Dios es muy importante y, podemos centrarnos en la actitud y el amor del Padre con su hijo que había malgastado todo su dínero, toda su herencia 20Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Usted y yo sabemos que sintió este hijo al ser recibido por su Padre, nuestro Dios no nos castigó a nosotros, castigó a su propio hijo en nuestro lugar, cuando Jesús estaba en la Cruz dijo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?, Mateo 27:46 podemos encontrar en este pasaje que por primera única vez Jesús llama a su Padre Dios, ÉL mismo lo dejó allí soportando el castigo de la muerte eterna, en ese momento nosotros ganamos la Paz con Dios y además de esto, cuando Isaías dijo que Él era el Santo de Israel confiamos en su vida, como Jesús amó perfectamente al Padre y con esta parábola vemos a Él como nuestro sustituto, a pesar que los fariseos y escribas murmuraban en contra de Él no pecó sino que enseñó con amor y misericordia el amor y la misericordia que es el mensaje de la Cruz, por esto nosotros recordamos en este tiempo de Cuaresma el mensaje de la Cruz, este mensaje que es Salvación, este mensaje que nos trajó la verdadera Paz con Dios por medio de Jesús, el mensaje de la Salvación por Gracia. Jesús en la parábola muestra la fiesta grande que hubo al recibir el Padre a su hijo, sacando el mejor vestido, poniéndole un anillo en su mano, un buen calzado en sus pies y la fiesta que hizo matando un becerro gordo muestra como compartió la felicidad de la vida espiritual de su hijo, no le importó que perdiera su herencia, le dio importancia a lo más importante, su alma, su vida espiritual y el Salmo para este día muestra lo mismo cuando hay arrepentimiento con fe 11Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón. Salmo 32:11. Muestra esta misma fiesta donde hay júbilo, donde hay música y gozo, este es el mensaje de la Cruz y por esto nosotros vivimos en este mensaje predicándolo en nuestras vidas dando frutos de arrepentimiento por la obra del Espíritu Santo, vamos a evitar peleas no importando si hemos sido avergonzados o se han burlado de nosotros, vamos a construir y cuidar las relaciones que tenemos en la familia y con los hermanos en la fe junto con el prójimo, vamos a ser honestos hablando la verdad y cuidando las posesiones de los demás, vamos a orar para que Dios nos use para que otros puedan saber que son hijos pródigos y que el Padre en los cielos les esta esperando para un banquete celestial, una fiesta que solo es producida por el mensaje de la Cruz. Amén.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
17 De tal manera Dios amó
18 Te saludo, Cristo santo
28 El profundo amor de Cristo
30 Jesús es la roca
31 Manos cariñosas
33 Soy el camino
34 Salvador Jesús amado
63 A Dios demos gloria
72 Gloria al nombre de Cristo
75 Jubilosos te adoramos
76 ¡Oh amor de Dios!
88 Sublime gracia
90 ¡Oh Cristo de infinito amor!
107 El Señor es mi luz
Culto Cristiano:
38 Jesús divino
46 Al contemplar la excelsa cruz
47 Cristo vida del viviente
54 ¿Vives triste y angustiado?
67 Santo Cordero
202 Oí la voz del Salvador
219 Roca de la eternidad
223 Confío yo en Cristo
225 Por gracia sola yo soy salvo
226 No habré de gloriarme jamás
229 Tal como soy
240 En Jesucristo se halla la paz
245 Lejos de mi Padre Dios
246 Mi fe descansa en ti
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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