
El quinto domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Cuando vienen los problemas diarios de este mundo, el diablo nos tienta a pensar que nosotros tenemos la habilidad para resolverlos sin la ayuda de Dios, hasta que nos tienta a dudar de Dios y culparle a él por ellos. En las lecturas para esta mañana vemos que Dios es el único que nos puede ayudar en los problemas porque es el Dios todopoderoso, el creador del universo, que en su amor nos ha reconciliado consigo mismo por la muerte de su Hijo y que promete siempre ayudarnos en cualquier situación.
La Colecta: Oh Señor, cuya presencia misericordiosa nunca deja de gobernar y dirigir a los que has alimentado en tu amor y adoración: Haz que reverenciemos y amemos sin cesar tu santo nombre; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Job 38:1-11 En medio de un sufrimiento intenso, Job llegó a dudar de la justicia de Dios y pidió la oportunidad para presentar su caso ante él. Dios le respondió con una serie de preguntas que servían para recordar a Job que Dios es mucho más grande que nosotros y sus juicios más que podemos entender. Nunca tenemos el derecho de cuestionar los caminos del Señor. Por medio de la Palabra de Dios sabemos que su voluntad para nosotros es puro amor.
1Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:
2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo
Con palabras sin sabiduría?
3 Ahora ciñe como varón tus lomos;
Yo te preguntaré, y tú me contestarás.
4 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia.
5 ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?
¿O quién extendió sobre ella cordel?
6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
7 Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios?
8 ¿Quién encerró con puertas el mar,
Cuando se derramaba saliéndose de su seno,
9 Cuando puse yo nubes por vestidura suya,
Y por su faja oscuridad,
10 Y establecí sobre él mi decreto,
Le puse puertas y cerrojo,
11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante,
Y ahí parará el orgullo de tus olas?
El Salmo del Día: Salmo 46
Al músico principal; de los hijos de Coré. Salmo sobre Alamot.
1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
2 Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
3 Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza.
Selah
4 Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
El santuario de las moradas del Altísimo.
5 Dios está en medio de ella; no será conmovida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
6 Bramaron las naciones, titubearon los reinos;
Dio él su voz, se derritió la tierra.
7 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Selah
8 Venid, ved las obras de Jehová,
Que ha puesto asolamientos en la tierra.
9 Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra.
Que quiebra el arco, corta la lanza,
Y quema los carros en el fuego.
10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
11 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Selah
La Segunda Lectura: 2 Corintios 5:14-21 Podemos confiar en Dios aún en medio de tribulaciones porque sabemos que es el Dios que nos ha reconciliado consigo mismo por la muerte de su Hijo Jesucristo. En el gran intercambio de Dios, Cristo sufrió el castigo de nuestros pecados y nos regaló su justicia. Como dice en Romanos 8, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
14Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
16De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Porque somos hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre! ¡Aleluya!
El Evangelio: Marcos 4:35-41 En medio de una tormenta, los discípulos de Cristo dudaron de la protección de Dios y empezaron a desesperarse. Por medio del milagro que se encuentra en esta lectura, Dios nos muestra que tiene el poder para ayudarnos en cualquier situación y que nunca nos desamparará.
35Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?
HERMANOS LAS TORMENTAS DE ESTE MUNDO NOS LLEVAN A NUESTRO VERDADERO REFUGIO
Como Luteranos Confesionales cada 31 de octubre, celebrando la fiesta de la reforma, cantamos el himno “Castillo Fuerte es nuestro Dios” este himno escrito por nuestro hermano Martín Lutero es tomado del salmo del día de hoy, el salmo 46, este salmo nos habla del gobierno de Dios sobre el mundo y como el diablo no es el dueño de este, Dios es el dueño de todo y por lo tanto es nuestro refugio. Los que viven junto a los mares saben que es hacer un refugio para usarlo en el momento que llegan los huracanes, también en estos tiempos donde hay tanta migración obligada, muchos salen de sus países o ciudades sin saber a dónde ir y en su migración empiezan a encontrar refugios para pasar la noche o comer un poco. La palabra refugio tiene mucha connotación para el ser humano porque llega a su mente amparo, protección, abrigo y hasta defensa.
Este mundo en el cual vivimos está lleno de tormentas, podemos pensar en los 4 jinetes del apocalipsis para entender como está influenciado el mundo desde el momento que entró el pecado al mundo. El primer jinete es nuestro amparo y protección porque el caballo blanco el cual leemos en Apocalipsis 6:2 es el Evangelio. El siguiente jinete que nos presenta la visión de Juan está montado en un caballo de color Bermejo o rojo lo podemos leer en Apocalipsis 6:3-4 y este significa las guerras, muchos de nosotros podemos saber la destrucción que traen las mismas, no solamente las guerras entre paises sino también en nuestros propios paises vivimos nuestras propias guerras destruyéndonos los unos a los otros, la guerra es sinónimo de destrucción y muerte. Apocalipsis 6:5-6 nos habla del caballo negro y esto es lo que estamos viendo con la carestía, cada vez notamos como el precio de nuestras monedas comparadas con lo que necesitamos para vivir básicamente no alcanzan, la devaluación es un tema que no prestamos mucha atención, pero cada vez que vamos a la tienda a comprar algo para comer mayormente decimos lo costoso que esta y cada día vemos cómo afecta la parte emocional de las personas al ver que trabajan y lo que ganan no alcanza para sobrevivir. Falta hablar del caballo de color amarillo el cual leemos en Apocalipsis 6:8 y este nos habla de la enfermedad, cada vez estamos más enfermos porque emocionalmente estamos debilitados, cada día el hombre se enferma más y salen nuevas enfermedades creadas por el pecado del hombre para destruirnos a nosotros mismos. Al ver lo que sucede con los tres caballos de color bermejo, negro y amarillo solo podemos ver que cada uno de nosotros estamos en un mundo que vive de tormenta en tormenta, vivimos vidas donde salimos de una tormenta para entrar en otra y muchas veces las tormentas en nuestras vidas son muy fuertes, pero también vemos como esto es el cumplimiento de las señales antes del fin que nuestro Señor Jesucristo dijo y las vemos registradas en Mateo capítulo 24.
La pregunta es ¿cómo vivimos nuestras tormentas personales? ¿Cuál es la actitud que tomamos cuando tenemos una enfermedad, o problemas financieros o circustancias en nuestros matrimonios que nos quitan la paz o cuando nuestros hijos la desobediencia empieza a guiar sus vidas?
El capítulo 4 de Marcos nos ofrece la respuesta a esta pregunta, la biblia nos enseña a vivir influenciados por el caballo blanco que es el Evangelio y en la parábola del sembrador nos dice, Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Marcos 4:8, esta semilla que es la Palabra de Dios cuando llego a nuestras vidas tuvo una influencia grande porque ella nos libró de la tormenta eterna a la cual nos enfrentaríamos porque si viviéramos hoy como incrédulos, el infierno y ser hijos de satanás era la consecuencia de nuestra vida incrédula y apartados de Dios eternamente. Encontramos en su Palabra un refugio que nos dio por medio de la fe, la cual nos da la confianza que somos perdonados no por lo que hacemos o dejamos de hacer, somos perdonados por la obra del mismo Dios. Pero en oportunidades olvidamos confiar en Él, cuando estamos en niveles de estrés altos por culpa de la turbulencia que estamos viviendo olvidamos que Él nos libró de ir al infierno y nos libró de ser castigados eternamente y confiamos mejor en este mundo, pecamos contra el primer mandamiento cuando queremos arreglar nuestras tormentas guiados por nuestra carne, no buscamos ayuda en la oración para que se cumpla la voluntad de Dios cuando vamos al médico sino en la brujería, no damos tiempo a recuperar nuestra relación en el matrimonio sino que decidimos el divorcio, no nos sentamos a orar con y por nuestros hijos o a estudiar con ellos la Palabra de Dios sino que llegamos al nivel de la violencia y así actuamos nosotros, así actúa nuestra carne, tenemos la misma actitud de desconfianza de parte de los apóstoles que después de pasar un día escuchando la Palabra de Dios llego la prueba de fe en la noche en medio de una tormenta y perdieron su confianza en el refugio y por lo tanto recordamos la historia bíblica: 37Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Marcos 4:37-38. El estar en peligro de muerte los llevó a creer que estaban solos, pensaron que eran los últimos minutos de su vida y al ver como Jesús solo dormía en la popa de la barca le hicieron una pregunta queriéndole decir que no estaba preocupado por ellos. Pero veamos la influencia del caballo blanco en el mundo y en nuestras vidas, Marcos nos dice: 39Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Marcos 4:39. Que hermosas palabras estamos escuchando, después de la tormenta llega la calma, pero esta calma no es temporal es eterna, nunca podemos olvidar que el problema del pecado y del infierno ya fue solucionado en Jesús y nuestro pecado en contra del primer mandamiento también, por esto escuchemos la exhortación de nuestro Señor Jesucristo en este momento que nos dice 40Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Marcos 4:40. Pero en este momento el poder del jinete del caballo blanco nos recuerda como se solucionó nuestro gran problema y ahora estamos en Paz con Dios y san Pablo escribiendo a los Corintios nos enseña, 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21, nuestro Señor Jesucristo en su vida perfecta cumplio toda la voluntad que Dios nos exige a cada uno de nosotros y el resultado de la vida de Cristo es sorprendente ahora somos justicia de Dios, esto nos asegura que cuando lleguemos a la presencia de Dios no seremos declarados culpables por nuestro pecado, porque en la vida de Jesús encontramos perdón. Pero también encontramos que el castigo que merecemos Jesús lo recibió por nosotros en su muerte en la cruz 14Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 2 Corintios 5:14-15. La muerte de Jesús hace que tengamos nueva vida, su resurrección hace que podamos tener confianza que cuando muramos o cuando él venga por segunda vez estaremos en el cielo porque ya no tenemos nada que nos acuse de pecado, porque la muerte de Jesús hizo que seamos nuevas criaturas y dejamos de ser hijos de ira y ahora somos hijos de Dios.
El caballo blanco que es el Evangelio porque y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. Apocalipsis 6:2. Nos responde la pregunta que se hicieron los apóstoles en ese momento 41Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen? Hoy confesamos por obra del Espíritu Santo nuestra fe en Cristo Jesús que es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Salmo 46:1, así es, recordemos que nuestro destino eterno esta asegurado por la obra de Jesús y el momento que estemos viviendo con una tribulación recordemos que no importa por lo que pasemos ÉL es nuestro refugio, nos cuida en los momentos difíciles de nuestra vida, el Espíritu Santo nos guía en la oración cuando no sabemos que pedir en momentos de tribulación nos asegura Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles, Romanos 8:26. ¡Qué garantías que tenemos como hijos de Dios! no estamos solos en este mundo, no estamos solos en nuestros problemas, no estaremos solos en los momentos de nuestra muerte porque nuestro Dios es nuestro auxilio en los momentos más difíciles de nuestras vidas y este es el testimonio que daremos en medio de nuestra tribulación usando las palabras del Salmo 121
1 Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre. Amén
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
48 Busca primero el reino de Dios
49 Con el buen Jesús andemos
51 Dios de gracia, Dios de gloria
81 Con Dios no temeremos
82 Bien sé en quien creo
83 Con qué paternal cariño
85 No me abandones, Dios
87 Oh, Dios eterno
88 Sublime gracia
Culto Cristiano:
129 Castillo Fuerte
159 Cristo Salvador
165 Hay una fuente
240 En Jesucristo se halla paz
251 Oh, qué amigo nos es Cristo
254 Firmes y adelante
272 Me guía Cristo en Santo amor
273 Mi mano ten
274 No temas ya
403 Estad por Cristo firmes
406 Luchad, luchad por Cristo
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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