
El decimoctavo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Al creer en Jesucristo como nuestro Salvador, dejamos el orgullo pecaminoso para confiar en Dios y servirle en humildad. La fe humilde no busca su propia gloria, sino quiere dar toda la gloria a su Dios y Salvador, porque ese mismo Dios en su sola gracia nos da la gloria del cielo.
La Colecta: Te suplicamos, Señor, que guardes tu iglesia con tu perpetua misericordia, y puesto que sin ti no podemos menos caer, defiéndenos siempre de cuanto nos pueda hacer daño y dirígenos a todo lo que corresponda a nuestra salvación; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Jeremías 11:18-20 El profeta Jeremías muestra la verdad que vimos la semana pasada: que al seguir a nuestro Dios, vamos a sufrir nuestras cruces. No obstante, Jeremías seguía predicando la Palabra de Dios confiando que Dios lo protegería. Tampoco buscó venganza, sino en humildad, dejó que Dios juzgara a sus enemigos en su justicia perfecta.
18Y Jehová me lo hizo saber, y lo conocí; entonces me hiciste ver sus obras. 19Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre. 20Pero, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.
El Salmo del Día: Salmo 31
Al músico principal. Salmo de David.
1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
8 No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.
14 Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.
19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.
La Segunda Lectura: Santiago 3:13-18 El cristiano muestra su fe al llevar una vida de “sabia mansedumbre.” Envidia y celos provienen del egoísmo y no tienen lugar en la vida de un cristiano. Por amor a Dios, sirvamos a nuestro prójimo en humildad y estemos contentos con lo que Dios nos ha dado.
13¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. 18Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. ¡Aleluya!
El Evangelio: Marcos 9:30-37 Aun después de tres años de andar con Cristo, los discípulos todavía no entendieron lo que significaba ser un discípulo de Cristo. Discutían entre sí quién de ellos era el mayor. Al ver el amor de Cristo, qué dejemos nuestro orgullo pecaminoso para poder servirle con humildad.
30Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
33Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 35Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. 36Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.
EL ESPÍRITU SANTO HA PUESTO EN NOSOTROS EL DON DEL SEVICIO PARA MOSTRAR LA VERDADERA SABIDURIA
Cuando pensamos en que es el servicio tenemos una equivocación en cuanto a este tema, porque nosotros creemos que una persona nos sirve bien cuando todo lo que hace es atender nuestros caprichos o nuestros problemas. Hoy en día todas las entidades que nos prestan un servicio siempre hacen encuestas para calificar como fue nuestra experiencia con ellos, pero los resultados de esta encuesta son diferentes porque todo depende de cómo nos sentimos en el momento en el cual recibimos el servicio, puesto que las quejas las cuales damos desde nuestra perspectiva pecaminosa son en muchas oportunidades no muy objetivas porque creemos que el servicio que nos dieron no fue el adecuado ya que no solucionaron nuestro problema personal. Dentro de las iglesias también existe ese problema de cristianos que no sabemos que es el servicio, creemos que el pastor, el lider o el maestro esta para hacer todo lo que cada uno de los hermanos quiera que haga dentro de la iglesia o creemos que es buen pastor cuando lleva todos nuestros caprichos, nosotros necesitamos entender que la iglesia no es como una empresa donde llegan personas por sus méritos a ocupar los lugares importantes dentro de la misma, porque si confiamos que es Dios quien usa a la iglesia para escoger a los servidores, entonces es el mismo Dios quien bendice al cristiano que desempeña cualquier ministerio dentro de la iglesia y también recordar que los que servimos no somos jefes o dueños de las ovejas del Señor, por esto cuando un lider cae en esta trampa del diablo es donde las congregaciones se dividen y es donde el centro de una iglesia no es Cristo sino el pastor o el lider. La pastorlatría es un pecado en contra del primer mandamiento que caemos todos nosotros porque creemos que nuestros lideres son personas que nunca se equivocan, que sus pensamientos y palabras es como su hablara el mismo Dios y también descuidamos de ellos al creer que solo están para hacer lo que la iglesia les mande. Al no entender que es el servicio pecamos contra el primer mandamiento puesto que nunca pondremos en primer lugar a Dios sino al hombre y esto nos lleva a pecar en contra del cuarto mandamiento porque no tendremos a nuestros lideres espirituales en alta estima y también nos lleva a pecar en contra del octavo mandamiento porque estaríamos en todo momento hablando mal de todos los que nos cuidan espiritualmente, realmente nosotros necesitamos reconocer que no merecemos hacer parte del reino de Dios sino del reino del infierno por siempre.
El evangelio de Marcos, el cual estamos meditando en este día nos presenta este problema. Muchos creen que la vida de los apóstoles al lado de Jesús fueron unas vidas perfectas o creen que los apóstoles eran personas que no pecaban. Pero la realidad es otra, ellos fueron escogidos por Jesús no por ser los mejores, sino porque eran pecadores que eran pescadores de hombres pecadores. Es interesante como Jesús iba con ellos hacia Jerusalén y nuestro Señor les estaba explicando el propósito claro de ese viaje, cuando les habló de su muerte los apóstoles entraron en una controversia entre ellos mismos, y Jesús la sacó a la luz de la siguiente manera: 33Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. Marcos 9:33-34. Nosotros entendemos bien lo que les estaba pasando a ellos, porque Jesús les dijo lo que iba a pasar en Jerusalén y ellos empezaron hacer cuentas de quien iba a ser el primero entre ellos, cuando empezamos a pensar en la herencia que nos pueden dejar nuestros padres entendemos la actitud de los apóstoles porque en temas de esa índole queremos ser los primeros. Pero lo que realmente muestran los apóstoles es nuestra misma naturaleza pecaminosa de nosotros, al no entender que es el servicio abusamos de las personas, humillamos las personas o queremos menospreciarlas porque no hacen lo que queremos que hagan. En la lectura de Jeremías vemos esa actitud del pueblo, su pecado de idolatría, tal como lo leemos: 11Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré. 12E irán las ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán salvar en el tiempo de su mal. 13Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal. 14Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré en el día que en su aflicción clamen a mí. Jeremías 11:11-14. El pueblo de Dios se estaba dejando llevar de su orgullo pecaminoso y creía que el Dios verdadero era igual a los dioses de las otras naciones, olvidaron el servicio perfecto que ÉL hizo por ellos al sacarlos de la esclavitud de Egipto y hacerlos una gran nación y mantener viva la promesa del Mesías entre ellos, pero su orgullo pecaminoso les llevó a que su oración no fuera escuchada por Dios y ellos como no veían a Dios para enfrentarse a ÉL quisieron enfrentarse al profeta, quería asesinarlo porque el profeta no les decía lo que querían escuchar, ellos son un ejemplo de cristianos caprichosos que quieren acabar con la fe de sus lideres porque no hacen lo que quieren que hagan.
Hoy nosotros veamos lo que ha pasado en nuestras vidas, el Espíritu Santo ha cambiado nuestro orgullo pecaminoso y nuestro corazón arrogante en una fe humilde donde apreciamos por su obra lo que Jesús hizo por nosotros, las Escrituras en Mateo 20:28 nos dice: como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Jesús no vino a este mundo para que nosotros lo usáramos con un dios más, Él vino con un verdadero amor el cual lo demostró en su servicio y esto lo vemos en cómo le sirvió al Padre perfectamente por nosotros, ÉL sabía que su obediencia perfecta a los mandamientos dados por el Padre era para nuestro beneficio y es por esto que en su obediencia Él dijo y cumplió su obra: Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Marcos 9:31. En Jesús vemos el acto de servicio por excelencia, donde no solamente cumplió con perfección la ley que no podemos cumplir, sino que recibió el castigo que nosotros merecemos por nuestro pecado y por esto Él es nuestro príncipe de Paz.
Necesitamos cambiar nuestro concepto y la manera del servicio entre nosotros, Jesús nos enseña que cuando estamos sirviendo no es para cumplir los caprichos de los demás, el verdadero servicio consiste: Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. Marcos 9:35, el servicio tiene un principio claro, no estamos para que seamos servidos, no estamos para que vivíamos como príncipes o reyes dentro del reino de Dios, por ejemplo Pedro nos dice como es el servicio de los pastores y lideres de la iglesia unido a las Palabras de Jesús: 1Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 1 Pedro 5:1-3. La manera de servir a la iglesia es siendo ejemplos, los lideres y pastores ser ejemplos en la dedicación de la fe, pero este mensaje también es para todos los cristianos, Santiago nos enseña cómo es la manera de servir los unos a los otros 13¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Santiago 3:13-16. Primero notemos que nos dice Santiago que la buena conducta en obras es la manera de ser entendido y sabio, pero también de esta manera dejamos de tener celos entre nosotros, veamos que los celos dentro de la iglesia o en nuestras vidas traen amargura y reprensión al corazón y además de esto los celos vienen del diablo porque él siempre quiere que vivamos en contención y perturbación. Pero lo primero que haremos como hijos de Dios guiados por el Espíritu Santo es dar gracias a Dios por darnos personas que nos sirven enseñando fielmente la Palabra de Dios, segundo el servicio que damos cada uno de nosotros dentro de la iglesia también hagámoslo conectados al amor del cielo y no pensando qué dirán los demás de como servimos ni tampoco vamos a dañar la manera de servir de un hermano en la fe porque todos sirven de acuerdo a los dones que Dios les ha dado y demos la Gloria a Dios porque hace Él que todos nosotros nos sometamos al creador y que nuestra actitud siempre sea como la de los niños 36Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió. Marcos 9:36-37, Estos versículos son muy claros, el centro de la iglesia no es un hombre, no es nuestro servicio, el centro de la iglesia es Cristo Jesús quien vino a este mundo a servirnos dándonos la salvación y quiere usarnos para que nos sirvamos unos a otros hasta que lleguemos al cielo. Amén.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
47 A nadie amaré como a Cristo
48 Busca primero el reino de Dios
49 Con el buen Jesús andemos
50 Cristiano soy
51 Dios de gracia, Dios de gloria
52 Hermanos cantad
53 Seguidme a mí, dice el Señor
Culto Cristiano:
225 Por gracia sola yo soy salvo
229 Tal como soy de pecador
253 A los pies de Jesucristo
255 Qué mi vida entera esté
257 Mirad y ved
272 Me guía Cristo
300 Guíenos Dios al salir
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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