
Servicio - 26 julio 2020
El octavo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Por medio de su Santa Palabra, Dios siembra y fortalece la fe en nuestros corazones. ¡Qué siempre escuchemos esta Palabra salvadora de buena voluntad!
La Colecta: Oh Dios, cuya providencia todo lo gobierna: Te suplicamos humildemente que apartes de nosotros las cosas que nos dañan, a fin de que nosotros, siendo capacitados en alma y cuerpo, llevemos a cabo tu santa voluntad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 55:10-11 Dios envía lluvia para que la vegetación de este mundo produzca fruto. En la misma manera, la Palabra de Dios siempre va a producir frutos, o sea, resultados: o una persona va a creer en Dios o lo va a rechazar, pero cualquier el resultado, Dios es glorificado.
10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
El Salmo del Día: Salmo 65
Al músico principal. Salmo. Cántico de David.
1 Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios,
Y a ti se pagarán los votos.
2 Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.
3 Las iniquidades prevalecen contra mí;
Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.
4 Bienaventurado el que tú escogieres
y atrajeres a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De tu santo templo.
5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la tierra,
Y de los más remotos confines del mar.
6 Tú, el que afirma los montes con su poder,
Ceñido de valentía;
7 El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas,
Y el alboroto de las naciones.
8 Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
9 Visitas la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos,
Haces descender sus canales;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan grosura.
12 Destilan sobre los pastizales del desierto,
Y los collados se ciñen de alegría.
13 Se visten de manadas los llanos,
Y los valles se cubren de grano;
Dan voces de júbilo, y aun cantan.
La Segunda Lectura: Romanos 8:18-25 La gloria que nos espera en el cielo es tan increíble que los sufrimientos de este mundo son insignificantes en comparación con ella. Nosotros los hijos redimidos de Dios esperamos con anhelo el fin del mundo en que recibiremos la gloria que Cristo ganó por nosotros.
18Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. 19Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; 21porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; 23y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. 24Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? 25Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Pues, la Palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes. ¡Aleluya!
El Evangelio: Mateo 13:1-9,18-23 Dios siembra en nuestros corazones su santa Palabra la cual es la única cosa que puede producir fe en el corazón. Si una persona rechaza a Dios, no es que la Palabra no tiene suficiente poder. El la que rechaza tiene la culpa. Entonces, así como dijo Cristo: El que tenga oídos, que oiga.
1Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9El que tiene oídos para oír, oiga.
18Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
SOMOS INSTRUMENTOS DE DIOS, PERO ÉL HACE LA OBRA
En el momento de ver los informes misioneros de una iglesia en oportunidades estos informes pasan en cero porque el esfuerzo de un año en llevar la Palabra de Dios no trajo los frutos que se esperaba porque no hay nadie nuevo en la congregación. Otras iglesias quieren comparar la cantidad de dinero que invierten en evangelismo con la cantidad de almas que son traídas a la iglesia, es más en su plan incluyen que si no llega nadie nuevo en determinado tiempo el pastor o misionero encargado tendrá serios problemas para sostener su empleo. También encontramos iglesias que no hacen ningún plan de evangelismo y están contentos y satisfechos con la cantidad de miembros que tienen en ese momento, pero en realidad ¿es lo que quiere Dios que haga una iglesia? Entendemos que no está mal hacer planes para misiones, intentar estrategias para llegar a más personas, usar las ofrendas para llevar el evangelio y usar todos los dones y talentos que Dios nos ha dado para llegar a otros, pero no podemos olvidar que la obra la hace el Espíritu Santo. No la hace el dinero que invertimos, no lo hace la elocuencia del predicador, no lo hace la estrategia que se implemente porque nuestras confesiones nos afirman esta verdad en la confesión de Augsburgo en el artículo V que habla del oficio de la predicación: Para conseguir esta fe, Dios ha instituido el oficio de la predicación. Es decir, ha dado el Evangelio y los Sacramentos. Por medio de estos, como por instrumentos, él otorga el Espíritu Santo, quien obra la fe, donde y cuando le place, en quienes oyen el Evangelio.
Entendiendo ahora que somos instrumentos de Dios que nos usa a cada uno de nosotros para predicar el mensaje de salvación cumpliéndose así este llamado que nos da San Pedro 9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9. Cada cristiano tiene el llamado de hablar de las virtudes de nuestro Dios, es decir, de cómo hemos sido sacados de la incredulidad, la cual nos condenaba eternamente en el infierno porque no éramos hijos de Dios, sino hijos de ira porque no teníamos la fe salvadora. Cuando un cristiano que es miembro de una iglesia no lleva el mensaje de salvación se está pecando en contra del tercer mandamiento, primero porque no esta dejando que el Espíritu Santo actúe en él y segundo porque la misma palabra nos llama a ser instrumentos de Dios para predicar la Palabra y si no lo hacemos estamos pecando en contra de este mandamiento y esto nos recuerda el castigo que merecemos de la muerte eterna en el infierno.
Cuando estamos hablando de las virtudes de Dios hacia nosotros, es importante recordar como nosotros dejamos de ser hijos de ira a ser hijos de Dios solo por Jesucristo quien sí cumplió el tercer mandamiento perfectamente por nosotros como lo enseña este Evangelio para el día de hoy 1Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3Y les habló muchas cosas por parábolas. Jesús conocía perfectamente cual era la prioridad del Padre, predicar la Palabra de Dios porque por medio de ella se cumple lo que nos enseña Romanos 10:17 La fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Jesús sabia perfectamente cual era el medio para crear la fe en las personas, y por lo tanto sentado junto al mar predicó la Palabra de Dios como nuestro sustituto. Pero también cuando estamos hablando de las virtudes de Dios hacia nosotros encontramos que sólo en la sangre de Jesús encontramos perdón y vida eterna como lo enseña Colosenses 1:14 en quien tenemos redención por su sangre, perdón de pecados. Pero esta transformación espiritual que hemos vivido por la obra de Cristo dada por el Espíritu Santo usando el evangelio y los sacramentos es de una garantía total, es decir, que no hay espacio para ninguno de nosotros en darnos la gloria de ser hijos de Dios por nuestros propios méritos. Es cien por ciento toda la Gloria a Dios por medio de su Palabra porque somos el resultado de todo su poder cuando dice 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. Y el fruto más precioso que el mismo Espíritu Santo hace en nosotros es predicar la Palabra de Dios. El evangelismo personal que hacemos llevando la Palabra de Dios confiemos que el Espíritu Santo va delante de nosotros y por la tanto la Biblia nos dice: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Romanos 10:15.
Pero este pasaje también nos prepara y enseña las alternativas que pasan con las personas que rechazan el mensaje de salvación. Entonces no vamos a desanimarnos cuando todo lo que hacemos en evangelismo como congregación y de manera personal no tiene los frutos que esperamos porque 19Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Estos son los que no escuchan la Palabra de Dios frecuentemente, conocemos personas que les hemos predicado y confiesan la fe en Jesús, pero no hay evidencia de su fe, no se congregan a escuchar la Palabra de Dios ni tampoco la estudian, es decir, no alimentan su fe y el diablo que no pierde oportunidad gana esa alma quitándole la fe que por un momento estuvo en su corazón y esta persona al rechazar el mensaje de la fe salvífica.
Nos presenta otro caso 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. Estos son los que llegan a la fe por un motivo equivocado y no se enfocan en lo importante. Aquellos que llegan porque fueron curados de una enfermedad, o argumentando que al llegar la fe fueron premiados con un buen empleo y prosperidad económica, y cuando llega la aflicción, persecución o cualquier problema se desaniman y abandonan la fe. Estos creen que al llegar a la fe no tendrán más penas en este mundo olvidando lo que nos dice las Escrituras Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Hechos 14:22.
El tercer grupo nuestro Señor Jesucristo dice 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. La Biblia nos enseña que el amor a las riquezas es un serio problema para el cristiano, porque cae en la trampa de dedicar su tiempo solo a cuidar sus riquezas con afán olvidando cuidar la fe y es donde la Salvación se pierde. Muchos creen equivocadamente que esta no se pierde, pero con esta parábola nos queda claro que son personas que llegan a ser cristianos por un tiempo y luego abandonan la fe. No sintamos ninguna culpa por las personas que hemos predicado y han rechazado la fe salvadora porque son ellos mismos quien han rechazado a Dios. Sintamos tristeza por ellos y oremos constantemente para que se cumpla la palabra de Isaías 55:10-1110Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Y esta oración es para que no partan de este mundo siendo incrédulos y que la Palabra de Dios cumpla su prometido no volver vacía a Dios. También es importante orar por el tiempo, y esto en dos sentidos, el primer sentido para que nuestro Señor Jesucristo venga pronto por segunda vez porque Romanos 18:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Y la segunda parte de la oración pidiendo del tiempo es recordando la oración de intersección de Abraham por Sodoma y Gomorra para que Dios tuviera misericordia de los que son incrédulos.
Hermanos sigamos firmes y adelantes, soldados de la fe. Sin temor alguno que Jesús nos ve. Jefe soberano, Cristo al frente va llevando su Palabra por medio de nosotros y el Espíritu Santo prosperará. Amén
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
38 Tu Palabra es mi cántico
Culto Cristiano:
109 Sosténnos firmes, ¡oh Señor!
110 Luz brillante, dulce y pura
111 ¡Oh Dios! Tu Verbo Santo
112 Padre, tu Palabra
113 Preciosa herencia otorga Dios
115 Tu Palabra, ¡Oh Santo Dios!
116 Tu Palabra, ¡Oh Padre Santo!
203 ¿Oyes cómo el evangelio?
253 A los pies de Jesucristo
296 Después, Señor, de haber tenido aquí
301 La Palabra hoy sembrada
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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