
El séptimo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: El reino de Dios se extiende por todo el mundo por medio de su poder y misericordia.
La Colecta: Concede, Señor, que el curso de este mundo sea gobernado por tu dirección de tal manera que tu iglesia se regocije en servirte en divina paz y tranquilidad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 66:10-14 Dios por medio de su Profeta Isaías nos pinta una ilustración bella de la paz y el gozo que disfruta su iglesia. El reinado de Dios en el corazón del creyente solamente se efectúa por medio de “la mano de Jehovah.”
10Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; 11para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.
12Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. 13Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo. 14Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos.
El Salmo del Día: Salmo 66
Al músico principal. Cántico. Salmo.
1 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su nombre;
Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Cantarán a tu nombre.
Selah
5 Venid, y ved las obras de Dios,
Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6 Volvió el mar en seco;
Por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
7 El señorea con su poder para siempre;
Sus ojos atalayan sobre las naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos.
Selah
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
9 El es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.
13 Entraré en tu casa con holocaustos;
Te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
Con sahumerio de carneros;
Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos.
Selah
16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17 A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito sea Dios,
Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
La Segunda Lectura: Lucas 10:1-12,16-20 Jesús envió a 70 (muchos manuscritos griegos dicen 72) de sus discípulos para predicar las buenas nuevas de salvación en su nombre. Cuando volvieron los discípulos, dieron testimonio al poder de Dios que obró por medio de su mensaje.
1Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. 2Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.3Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. 4No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. 5En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. 6Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. 7Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; 9y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. 10Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: 11Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros. 12Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.
16El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
17Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! En esto es glorificado mi Padre, en que den mucho fruto. ¡Aleluya!
El Sermón: Gálatas 6:1-10,14-16 La fe que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones se manifiesta en obras de amor. Pero no nos jactamos de esas obras, porque sabemos que no podemos ganar la salvación por medio de ellas ni somos nosotros realmente que las hacemos, sino Dios obrando por medio de nosotros.
Si vivimos por el Espíritu andemos también por el Espíritu
"Siembra si pretendes recoger
Siembra si pretendes cosechar
Pero no olvides
Que de acuerdo a la semilla
Así serán los frutos que recogerás"
¿Quién sabe de dónde viene esas palabras? ¿Quién las escribió? ¿Fue el apóstol Pablo? No, fue Willie Colón con Rubén Blades, es la canción titular de su disco Siembra del año 1978. Pero estas son parecidas a palabras que fueron escritas hace casi dos mil años por el Apóstol Pablo, en su carta a las iglesias en la región de Galacia. Muchos toman esa idea de acuerdo a la semilla así serán los frutos que recogerás y olvidan el contexto. Así es fácil interpretarlo mal, y decir, si yo doy mis diezmos y hago las oraciones fielmente, estoy sembrando para que Dios me dé una cosecha de bendiciones. Pero en un momento cuando leo el texto ustedes van a darse cuenta de que no es así, que no habla de sembrar ni cosechar cosas materiales. En cambio, se trata de nuestras acciones, la manera en que vivimos y la manera en que andamos. Escuchamos hace ocho días de la libertad que tenemos en Cristo, ¡que no volvamos a la esclavitud! Pero que tampoco usemos la libertad como ocasión para la carne. En lugar de andar según la carne, andemos según el Espíritu, mostrando los frutos del Espíritu. El capítulo 5 termina con la siguiente frase que sirve como transición entre la lista de los frutos del Espíritu y los ejemplos que van a seguir, va a servimos como el tema del mensaje: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu." Tres puntos analizaremos con este mensaje:
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Andemos juntos.
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Andemos sembrando.
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Andemos conforme a Cristo.
Gálatas 6:1-10,14-16
(25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.)
1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. 4 Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse solo respecto de sí mismo, y no en otro; 5 porque cada uno llevará su propia carga.6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. 15 Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.
Hermanos, esto es lo que son para mí cada uno de ustedes, en Cristo somos hermanos, somos parte de una familia, y Dios es nuestro Padre. Es una familia grande e incluye los oyentes de esta carta. Pablo les llama hermanos once veces a través de la carta, para que lo tangan en mente todo el tiempo. No escribió esta carta a personas que estaban apenas conociendo el evangelio, habían recibido el evangelio de Pablo mismo. Y por eso Pablo los regañó por querer seguir otro evangelio, que realmente no es ningún evangelio, y no es nada. Les acordó de la libertad que tienen en Cristo, para que no vuelvan a la esclavitud, y para que no desechen la gracia de Cristo. Pero sigue y les llama espirituales, “vosotros que sois espirituales…” Aunque nacemos muertos espiritualmente, nosotros somos espirituales por la obra que Cristo hizo por nosotros y por el Espíritu Santo que vive en nosotros. Como había dicho, “Si vivimos por el Espíritu (y sí vivimos por el Espíritu), andemos también por el Espíritu.” ¿Y como familia cómo vamos a andar en el Espíritu?
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Andemos juntos.
Pablo nos da un ejemplo concreto tan real para nosotros que para los Gálatas.
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” Sabemos lo delicado que es corregir a un hermano. Y sí, aunque seamos espirituales, como acabó de mencionar y aunque vivimos por el Espíritu, vamos a cometer errores, mientras que estamos en este mundo seguimos luchando contra la carne, pero no luchamos solos. Tenemos hermanos, para que en amor y con mansedumbre, señalemos a otros sus puntos ciegos, y así les ayudamos en su camino. Dios no quiere que intentáramos a hacer todo solos, por eso nos dio hermanos para que nos ayudemos, cuando uno está débil el otro sobrelleva su carga, así andamos según la ley, no la ley de Moisés, ni las expectativas de Dios para salvarnos, sino la ley de Cristo, La manera en Cristo vivió para nosotros perfectamente.
Pero Pablo tiene unas advertencias, y es importante que les prestemos atención, porque cuando estamos en una posición de ayudar, tenemos nuestras propias tentaciones, Que consideremos a nosotros mismos. ¿Qué tentaciones hay en momentos de corregir a un hermano? lo corregimos con rabia y no en amor. Puede ser que corrijamos para sentirnos bien de nuestras propias acciones, “Yo por lo menos no peco así.” O “esto no lo hacen los cristianos” Así nos gloriamos de nuestros pecados, porque son “más pequeños” que los de otros. ¿Qué dice el texto al respeto? Son mentiras, “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.”
Pero nos gusta hacerlo, ¿no? Hablando de la carne, cuando andamos en la ciudad y vemos toda clase de personas, nos gusta compararnos con otros y pensamos: esos parecen importantes, adinerados, pero probablemente no tienen moral, y esos, yo veo el estilo de vida que viven, yo no hago esas cosas, entonces me siento bien con mi mismo. Así nos gloriamos de nosotros en comparación a otros, y si eso pasa en la calle, ¿piensan que mágicamente termina cuando entramos la puerta de la iglesia? No, y a veces es hasta más feo porque estamos entre hermanos que conocen a Dios, conocen su amor. Y ese orgullo es pecado contra el primer mandamiento, y el odio a otro humano es contra el quinto.
Por eso Pablo advierte que pongamos a prueba nuestras propias acciones, que no las comparemos con las de otros, sino nos examinemos a nosotros mismos, porque cuando llevamos nuestra propia carga ante Dios, no vamos a poder decir, “Pues, hice mejor que este.” No lo hacemos todo perfecto, pero cuando Dios ve nuestro corazón y que estamos andando según el Espíritu que vive en nosotros, allí tenemos razón de que jactarnos, va a dejar totalmente claro en unos versículos que esa jactancia es solamente en Cristo y en su cruz, y a los que enseñan eso, la jactancia solamente en Cristo y su cruz, a esos los apoyamos, porque nos ayudan también en nuestro camino largo. Y es largo, y difícil, y por eso Pablo sigue animándonos que en nuestro camino juntos andemos sembrando para el Espíritu.
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Andemos sembrando
Y aquí es donde recordamos la frase de los salseros Willie y Rubén, pero se va a explicar mejor lo que quiere decir, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” ¿Recordamos lo que somos? Somos hermanos, parte de la familia de Dios, tenemos el Espíritu en nuestro corazón, también tenemos la carne pecaminosa, y los dos están siempre en guerra. Entonces ¿para quién vamos a sembrar? Para el Espíritu Santo, hacemos esto cuando amamos a nuestro hermano o hermana, cuando tenemos mansedumbre en como actuamos con él, o paciencia con ella. Nuestras acciones, entonces, tienen consecuencias, y la manera en que vivimos importa mucho, si nos engañamos a nosotros, pensando lo bueno que soy, no estamos engañando a Dios, porque él ve nuestro corazón, Y cada vez que sembramos para la carne, hay consecuencias, y daña nuestra relación con Dios, y nuestras relaciones con otros y nos engañamos a nosotros mismos.
¿Están cansados ya? Un minuto Pablo habla de nuestro estado de espirituales y hermanos, y luego una advertencia contra la carne, luego nuestra jactancia en la obra del Espíritu en nosotros, luego una advertencia que Dios no puede ser burlado. Este camino en que andamos tiene subidas y bajadas, lomas, curvas. Puede ser muy cansón el camino, pero este es el camino del cristiano, pero estamos en este camino juntos para animarnos como Pablo sigue animando, “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” Y este camino es uno que sólo lo podemos superar en Cristo.
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Andemos conforme a Cristo.
Por eso decimos con Pablo, “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.” No sembramos para la carne, ni para el mundo, todas esas cosas han sido crucificadas por nosotros, cuando después de andar toda su vida totalmente conforme a la voluntad de Dios Padre, Jesús anduvo hacia Calvario, cada paso perfecto. Él sobrellevó la carga que no pudimos llevar, la carga de nuestro pecado, nuestro orgullo, nuestra jactancia, y todos nuestros pasos que nos llevaron a lugares para sembrar para la carne. Ya no nos cargamos con esas vergüenzas, sino tenemos algo de que gloriarnos. De Cristo y su cruz.
No se vio muy poderoso en ese momento, pero para nosotros Jesús en la cruz es la muestra más poderosa del poder de Dios en la historia. En las lecturas escuchamos mucho del poder de Dios- el Salmo mencionó sus obras como volver el mar en seco para que pasaran los Israelitas, y en el evangelio escuchamos de curaciones de enfermos y expulsiones de demonios, como puede ser su muerte más poderosa que estas cosas que Dios hizo por nosotros. Porque en su muerte hizo un milagro, hizo una nueva creación donde antes no hubo nada, en nuestros corazones, nos hizo su pueblo, el Israel de Dios. Lo hizo por amor a nosotros, un amor perfecto y sacrificial. Y ahora, como nueva creación, con corazones renovados andemos según sus pasos. Queremos mostrar el mismo amor sacrificial a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe, siguiendo en sus pasos andando según esta regla, la regla de amor. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.
Este es el último sermón de nuestra serie de Gálatas. Ya terminamos el libro, pero terminamos de vivir según sus palabras. Toda la vida cristiana es una batalla entre la carne y el Espíritu. Pero, hermanos, no nos cansemos de hacer el bien, andemos juntos, andemos sembrando para el Espíritu, y andemos conforme al paso de Cristo, jactándonos solamente de él y su cruz. ¿Vivimos por el Espíritu? Sí. Andemos, también, entonces, por el Espíritu. Amen.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
38 Tu Palabra es mi cántico
54 Santo Espíritu llena mi vida
56 Alzad la cruz
58 En nuestros afanes
59 Levántate, despierta
61 Señor Jesús, atiende
74 Hoy canto el gran poder de Dios
Culto Cristiano:
113 Preciosa herencia otorga Dios
116 Tu Palabra, ¡oh Padre santo!
129 Castillo fuerte es nuestro Dios
254 ¡Firmes y adelante!
255 Qué mi vida entera esté
257 Mirad y ved
263 Escuchad, Jesús nos dice
264 Grato es contar la historia
301 La Palabra hoy sembrada
372 Contaremos a todas naciones
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