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Servicio - 23 mayo 2021

El día de pentecostés

(Rojo)

 

Tema del día: ¡Hoy cumple años la iglesia! Hace casi dos mil años, el Espíritu Santo cumplió con promesa y profecía al derramarse sobre los primeros cristianos. Hoy en día, el Espíritu Santo todavía obra en nuestros corazones por medio de Palabra y Sacramentos.

 

La Colecta: Oh Dios, que impartiste conocimiento a los corazones de tus fieles enviándoles la luz de tu Espíritu Santo: Haz que el mismo Espíritu nos conceda un juicio recto en todas las cosas y nos dé el gozo de su santo consuelo; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Ezequiel 37:1-14 Por medio de una visión, Dios enseña al profeta Ezequiel, que si una persona no tiene el Espíritu de Dios, aún si tiene vida física, realmente no vive. El Espíritu de Dios nos hace vivos espiritualmente.

 

1La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

7Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

11Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

 

El Salmo del Día: Salmo 51

 

Al músico principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el profeta.

1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.

2 Lávame más y más de mi maldad,

Y límpiame de mi pecado.

3 Porque yo reconozco mis rebeliones,

Y mi pecado está siempre delante de mí.

4 Contra ti, contra ti solo he pecado,

Y he hecho lo malo delante de tus ojos;

Para que seas reconocido justo en tu palabra,

Y tenido por puro en tu juicio.

5 He aquí, en maldad he sido formado,

Y en pecado me concibió mi madre.

6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,

Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

7 Purifícame con hisopo, y seré limpio;

Lávame, y seré más blanco que la nieve.

8 Hazme oír gozo y alegría,

Y se recrearán los huesos que has abatido.

9 Esconde tu rostro de mis pecados,

Y borra todas mis maldades.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

11 No me eches de delante de ti,

Y no quites de mí tu santo Espíritu.

12 Vuélveme el gozo de tu salvación,

Y espíritu noble me sustente.

13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,

Y los pecadores se convertirán a ti.

14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;

Cantará mi lengua tu justicia.

15 Señor, abre mis labios,

Y publicará mi boca tu alabanza.

16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;

No quieres holocausto.

17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;

Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

18 Haz bien con tu benevolencia a Sion;

Edifica los muros de Jerusalén.

19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,

El holocausto u ofrenda del todo quemada;

Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.

 

 

 

 

La Segunda Lectura: Hechos 2:1-21 Al derramarse sobre los apóstoles en el día de Pentecostés, el Espíritu Santo cumplió con la promesa de Cristo que se encuentra en el evangelio para el día de hoy. Con el poder del Espíritu Santo, los apóstoles predicaban sin temor y en varios idiomas a los que se habían reunido en Jerusalén.

 

1Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

5Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 12Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.

Primer discurso de Pedro

14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

17 Y en los postreros días, dice Dios,

Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,

Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;

Vuestros jóvenes verán visiones,

Y vuestros ancianos soñarán sueños;

18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días

Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

19 Y daré prodigios arriba en el cielo,

Y señales abajo en la tierra,

Sangre y fuego y vapor de humo;

20 El sol se convertirá en tinieblas,

Y la luna en sangre,

Antes que venga el día del Señor,

Grande y manifiesto;

21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

 

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Ven Espíritu Santo, llena los corazones de los fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Juan 14:25-27 En la noche en que fue entregado, Jesucristo les prometió a sus discípulos que iba enviar a su Espíritu Santo para ser su consolador y ayudador. Este Espíritu les podía dar la paz que el mundo no puede dar.

 

25Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

 

 

HIJOS DE DIOS CELEBRAR PENTECONSTÉS ES CELEBRAR NUESTRA NACIMIENTO ESPIRITUAL

 

Muchos creen que el cristianismo es un círculo vicioso porque celebramos las mismas fiestas cada año. Otros creen que al no celebrar ciertas fiestas se está pecando contra la voluntad de Dios. Otros no prestan atención el motivo por el cual celebrar ciertas fiestas. Lo primero que necesitamos recordar es la enseñanza del tercer mandamiento la cual nos guía en el análisis de estos puntos porque Dios claramente había mandado dentro de la adoración del pueblo celebrar cada año la fiesta de la Pascua, el día de la expiación y la fiesta de las cosechas, estudiando los libros del Pentateuco podemos ver estos mandatos y como tenían que celebrar estas fiestas, pero con la obra perfecta de Jesús entendemos la libertad que tenemos en celebrar estas fiestas o cualquier otra fiesta que el cristiano quiera celebrar y por esto nunca perdemos de vista lo que nos enseña Colosenses 2:13- 17 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 16Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, * 17todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Estos versículos bíblicos nos dicen que la obra de Jesús nos dio vida y esta vida espiritual hace que tengamos libertad en cuanto a celebrar alguna fiesta porque no podemos olvidar que estas son una sombra de Jesús, es decir, estas apuntaban a la obra perfecta de Jesús hecha por cada uno de nosotros. ¿Por qué nosotros celebramos el domingo de Pentecostés? Lo hacemos porque recordamos que el mismo Dios, el Espíritu Santo, nos ha dado la verdadera vida espiritual.

 

El pueblo de Israel cayó cautivo en Babilonia por su pecado, la idolatría que ellos practicaban los llevo a ser disciplinados por Dios fuertemente y su cautiverio no fue fácil porque ellos cayeron en dos sentimientos nocivos que caemos nosotros como cristianos, la confianza excesiva y la desesperanza. Estamos en un mundo que realmente es muy difícil vivir y entenderlo, un mundo donde el príncipe de este, que es el diablo mantiene a muchos en la oscuridad del pecado afectándonos a nosotros también. Por el pecado de un rey todo el pueblo fue al cautiverio en Babilonia; por el adulterio del rey David este asesinó a un hombre que le fue fiel y dañó el matrimonio de este servidor; por una infidelidad conyugal se destruye una familia, los hijos y todos los que rodean la vida matrimonial terminan de enemigos; por una mentira pueden asesinar a alguien o acusar a una persona injustamente y esto puede dañar no solamente la vida de esta persona sino los que están alrededor de él; cuando alguien roba y comete este pecado en oportunidades hiere físicamente al otro produciendo que tenga una enfermedad o que se limite su capacidad de poder llevar su vida común y corriente; cuando asesinan a alguien el dolor de la familia de este es grande, la depresión, frustración y la venganza hace parte de la vida de los dolientes. Todas estas circunstancias traen a nuestras vidas desesperanza y es donde pecamos contra la primera tabla de la Ley al confiar en nuestras soluciones para arreglar las consecuencias de lo que estamos viviendo. La desesperanza hace que perdamos el objetivo de nuestras vidas espiritualmente, llevándonos al infierno eterno por confiar en nosotros mismos en como arreglar las cosas en este mundo y no en Dios y es así como caemos en estos dos sentimientos nocivos como la confianza en nosotros mismos y la desesperanza.

 

La lectura del profeta Ezequiel nos enseña que la visión de los huesos secos era para animar a los escogidos, en esta visión el profeta vio como Dios iba a volver a crear a su pueblo que ahora parecía perdido en Babilonia. En lo que escuchamos de Hechos de los apóstoles en cuanto a lo sucedido en Pentecostés también Dios lo hizo para dar esperanza a su pueblo, a los apóstoles y todos los que eran creyentes. Jesús ya estaba en el cielo en cuerpo y alma y ellos pensaron que entre ellos debía salir un líder para guiarlos, pero no fue así, el día de Pentecostés el Espíritu Santo les usó a todos por igual para que otros que estaban celebrando la fiesta de las cosechas pudieran tener vida espiritual por medio de la predicación del evangelio, el resultado de la conversión en ese día fue de tres mil personas. Hoy nosotros con este texto de Juan 14:25-27 nos recuerda realmente el motivo por cual damos gracias en este día de Pentecostés por nuestra vida espiritual. Los huesos secos de los cuales habló el profeta Ezequiel es la vida sin Dios, es una vida sin esperanza, pero hoy recordamos lo que nuestro Dios hizo por cada uno de nosotros Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados Efesios 2:1 ¿Pero ¿quién se encargó de darnos vida? ¿Quién hizo que esos huesos secos se juntaran y volvieran a tener vida? El Espíritu Santo, nuestro Señor Jesucristo nos recuerda la misión de este con los versículos para hoy 25Os he dicho estas cosas estando con vosotros. 26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

 

Tres cosas importantes ha hecho el Espíritu Santo en nosotros tales como: enseñarnos, recordarnos y mantenernos en la Paz. Esto lo hace usando los medios de Gracia los cuales son muy importantes para nosotros en este mundo porque por ellos nosotros podemos entender y soportar todo lo que sucede en nuestro alrededor. Las benditas aguas unidas a la Palabra de Dios en el santo bautismo cambiaron nuestro estado espiritual cuando venimos a este mundo muertos por el pecado original fuimos lavados por este sacramento no solamente del pecado original sino de todo pecado y puesto en nuestro corazón la fe en la obra de Jesús, cuando recordamos nuestro bautismo el Espíritu Santo hace que recordemos nuestro verdadero nacimiento. En el momento de ser uno en el altar alrededor del cuerpo y la sangre del Señor, el Espíritu Santo nos recuerda como nosotros llegamos a tener vida espiritual, Jesús recibió en su cuerpo el castigo que nosotros merecemos por nuestro pecado y con su sangre nos limpió del mismo. Cuando nos están explicando el poder del evangelio, el Espíritu Santo nos enseña como Jesús cumplió cada mandamiento en nuestro lugar y como en su sacrificio encontramos la Paz con Dios. Esta Paz no es igual a la que el mundo quiere lograr a base de lo que sea, esta Paz es única y verdadera porque fue dada por el Padre en Cristo Jesús y el Espíritu Santo cambia nuestra perspectiva de este mundo porque al ver el caos en el cual vive estamos ansiosos para que la gente conozca como fue vencido el príncipe de este mundo, el diablo, y el verdadero Rey, Jesús quiere ganarlos por el poder de su Palabra.

 

El pueblo de Israel vivio 70 años cautivos en Babilonia, el rey David vivió más o menos un año en impenitencia después de pecar con Betsabé, nosotros hoy disfrutamos la libertad del cautiverio del pecado y cada día mostramos que el Espíritu Santo hace que vivamos como Hijos de Dios. Por esto el arrepentimiento diario es muy importante porque sabemos que nuestro perdón no depende de nosotros o lo que podamos hacer, sólo depende de Dios y David se dio cuenta y por esto comparó todos los sacrificios que hizo durante ese año, pero su corazón estaba alejado de Dios y nos enseña por medio del Salmo 51 16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. El Espíritu Santo ha transformado nuestro corazón orgulloso en un corazón humilde donde reconocemos nuestro dolor por pecar hacia Dios, porque sabemos la consecuencia temporal o eterna que nos trae el mismo pecado, pero también damos gracias a Dios por darnos el perdón no basado en nuestra contrición sino en la obra de Jesús, la contrición es un fruto de la fe que muestra en agradecimiento a Dios que nos duele cuando nuestra carne pecaminosa le ofende.

Hoy nosotros apreciamos usar cada uno de los mandamientos como guía porque el Espíritu Santo por medio de ellos nos enseña como nosotros vivimos en Paz, cuidamos nuestros matrimonios, enseñamos a nuestros hijos la Palabra de Dios, damos gracias a Dios por las cosas materiales que nos da y cuidamos los bienes de los demás e igualmente entendemos que la vida Dios la dio y es el único que la puede quitar y por lo tanto estamos convencidos que el aborto, la eutanasia, el suicidio y homicidio son pecados que ofenden a Dios y nosotros tratamos mientras dependa de nosotros preservar y cuidar la vida. Todas estas cosas las hacemos porque el Espíritu Santo nos mantiene vivos y esta vida la manifestamos libremente porque pertenecemos a un reino que es opuesto a lo que es este mundo por lo tanto amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos mostrando que en verdad Él nos mantiene vivos en este mundo y por esto celebramos Pentecostés porque es el día que nació la iglesia cristiana, el día de nuestro nacimiento. Amén.

 

 

 

 

 

 

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

57 Antiguo Espíritu despierta

54 Santo Espíritu llena mi vida

45 Fortalece a tu Iglesia

36 Soplo de Dios viviente

37 Ven, Espíritu Santo

38 Tu Palabra es mi cántico

 

Culto Cristiano:

87-95 Himnos para el Pentecostés

96-103 Himnos para la Santísima Trinidad

109 Sosténnos firmes, (oh Señor!

291 Imploramos tu presencia

303 Dios os guarde siempre en santo amor

367 Gloria, canto, honor


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