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El tercer domingo de la pascua

(Blanco)

 

Tema del día: El hecho de que Jesucristo es nuestro Señor resucitado nos da la seguridad de que tenemos la vida eterna y nos anima a compartir esta esperanza segura con los demás.

 

La Colecta: Oh todopoderoso y eterno Dios, ya que nos has asegurado del cumplimiento de nuestra salvación mediante la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, concédenos la voluntad para manifestar en nuestras vidas lo que profesamos con nuestros labios; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Hechos 2:14a, 36-47 Pedro, lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, compartió con la gente de Jerusalén su fe en su Señor resucitado. Por medio del evangelio que el predicó, muchos creyeron en Cristo para su salvación.

 

14Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: 36Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

37Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

43Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. 46Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, 47alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

 

 

El Salmo del Día: Salmo 67

 

Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.

1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga;

Haga resplandecer su rostro sobre nosotros;

Selah

2 Para que sea conocido en la tierra tu camino,

En todas las naciones tu salvación.

3 Te alaben los pueblos, oh Dios;

Todos los pueblos te alaben.

4 Alégrense y gócense las naciones,

Porque juzgarás los pueblos con equidad,

Y pastorearás las naciones en la tierra.

Selah

5 Te alaben los pueblos, oh Dios;

Todos los pueblos te alaben.

6 La tierra dará su fruto;

Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

7 Bendíganos Dios,

Y témanlo todos los términos de la tierra.

 

 

La Segunda Lectura: 1 Pedro 1:17-21 El cristiano vive en la sombra de la resurrección como "peregrino" y con un "temor reverente." La salvación que tenemos es solamente por Jesucristo, en el cual tenemos la esperanza segura del cielo.

 

17Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre él. Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras? ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Lucas 24:13-35 En el domingo de la resurrección, Jesús apareció a dos de sus discípulos en el camino a Emaús. En su gozo de haber visto al Señor resucitado, los dos regresaron a Jerusalén en esa misma noche para compartir con los demás las buenas nuevas de la resurrección.

 

13Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. 17Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? 18Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? 19Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron. 21Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. 25Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

28Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. 30Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. 32Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? 33Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. 35Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

 

 

HERMANOS EN LA PASCUA JEHOVÁ ENDERESA NUESTROS PASOS

 

Leemos en Proverbios 16:9 El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos. Este versículo nos ayuda a entender lo que estaba sucediendo ese mismo domingo de pascua, el día que resucitó Jesús con algunos de sus discípulos y especialmente con estos dos que iban caminando de Jerusalén a Emaús, solo sabemos el nombre de uno de ellos Cleofás, un comentario bíblico de la biblia popular dice que posiblemente la otra persona era su esposa, pero en realidad no podemos afirmar quien es la otra persona que iba camino a Emaús. Parece que era muy cerca este lugar de Jerusalén a 11 kilómetros y por esto pudo ser un viaje de algunas horas, pero lo que nos interesa entender hoy como estos dos discípulos iban por un camino desconsolado, sin esperanza, sin saber que iba a pasar con ellos. Estaban muy acostumbrados a estar con Jesús por mucho tiempo y ahora no sabían a quien seguir o como seguir este Camino que el mismo Señor les había mostrado. Pero también es pertinente que nosotros hoy podamos pensar en cual camino estamos en este momento: ¿nuestra fe esta llena de dudas? ¿tengo un vecino que ora cinco veces al día y yo oro poco? ¿veo que la iglesia de mi amigo es mejor que la nuestra porque se ve allá más santidad? Y tal vez usted puede tener más preguntas en este momento, pero al estar en un camino lleno de dudas y sin esperanza como iban estos dos discípulos caminando hacia Emaús realmente muestra que tenemos un vació espiritual porque dudamos de Dios y su presencia en nuestras vidas y no estamos poniendo la confianza en la Palabra de Dios, esta historia bíblica esta mostrando nuestro pecado en contra del primer y tercer mandamiento y, muestra también que merecemos la eternidad sin Dios.

 

Cuando Pedro estaba predicando su primer sermón en el día de Pentecostés estaba siendo usado por el Espíritu Santo para enderezar los pasos de todos los que estaban escuchándole, esto les predicó: Arrepentíos, y bautícense cada uno de ustedes. El único camino que tenían estas personas era escuchar de la Ley por su pecado, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole. Hechos 2:23. Ellos habían sido culpables de la muerte de Jesús, pero nosotros también lo somos, porque nuestro pecado, nuestra falta de tener confianza en Dios y su Palabra nos hace culpables que Jesús halla ido a la Cruz y también todos nuestros pecados. Pero Jesús también mostró la Ley a estos dos discípulos que iban camino a Emaús cuando se les acercó y les preguntó ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? Y la respuesta de ellos fue el resultado de la Ley: 21Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. Ellos no habían entendido cual era la obra de Jesús, no habían comprendido que ya había hecho la obra de redención para Israel porque pensaban lo mismo que los demás que el Mesías los iba a liberar del imperio Romano por esto Jesús les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! Pero Pedro llevo a sus oyentes al Evangelio, al igual que lo hizo Jesús con sus discípulos confundidos y también el Espíritu Santo nos esta mostrando el evangelio en este momento. Pedro dijo a su audiencia que se bautizaran y ese día por el poder del Evangelio fueron convertidos tres mil personas, Jesús llevo a estos discípulos al mensaje de las Buenas nuevas después de quitar sus ojos velados y predicarles la Palabra de Dios, cumpliendo así el tercer mandamiento no solamente por ellos sino también por nosotros y por esto disfrutamos leer y escuchar estos versículos: 26¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Fue necesario que Jesús muriera, tal como los profetas lo habían anunciado y fue necesario que entrara en su gloria, su estado de exaltación, porque usó todo su poder como Dios para vencer al padre de toda duda, satanás, venció nuestras dudas y todos nuestros pecados y el Espíritu Santo obro en estos discipulos como en nosotros hoy que confesamos ser perdonados por toda la obra de Jesús.

 

Nuestro Señor tenía un plan con estos discípulos y por esto se quedó con ellos y compartió la comida, oró y sus ojos fueron abiertos para que vieran a su Señor resucitado, en ese momento ellos creyeron que la redención para ellos y todos en Israel si había sido culminada y por esto fueron de nuevo a Jerusalén para ser testigos junto con Pedro que habían visto al Señor resucitado. Pero nuestro Señor también tiene un camino para nosotros, el enderezó nuestros pasos y por esto nos ha dado las Escrituras, porque por medio de estas tenemos vida eterna y por medio de estas podemos confesar nuestra fe en Jesús resucitado. En esta pascua adoramos a nuestro Dios porque enderezó nuestro camino de condenación y nos ha llevado a la esperanza de la vida eterna, Jesús nos dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6, por esto la iglesia a la que pertenecían todos los que creían en Jesús se llamaba El Camino porque muestra una sola dirección para tener la paz e ir al cielo, Jesús resucitado, pero este Camino tiene una única Verdad que es la Escritura y nosotros necesitamos que el Espíritu Santo influya en nosotros para que podamos confiar en ella, meditar con ella y vivir en ella, Jesús resucitado es La Verdad quien nos lleva a confesar como dice el tercer artículo del credo apostólico: Creo en el Espíritu Santo, la santa iglesia cristiana, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna. Esta manera de confesar nuestra fe muestra que creemos en esta Verdad que es Cristo Resucitado quien enderezó nuestro camino. Jesús resucitado es La Vida porque venció la muerte por nosotros, no sé si pasaremos por la tumba o vivamos la venida de Jesús por segunda vez pero lo que sí sabemos es que tenemos la vida eterna, estos discipulos camino a Emaús encontraron la Vida, nosotros también la encontramos al igual que ellos pero no porque la buscábamos sino porque Jesús resucitado enderezó nuestro camino.

 

Por esto cuando hablamos de tener este camino enderezado por la obra del Espíritu Santo usando la Palabra de Dios, mostramos que nuestras vidas también van por el camino correcto porque vivimos conectados al Evangelio y al hacerlo mostramos que Jesús resucitado guía nuestras vidas y esto empieza cuando empezamos a predicar a otros a cerca de lo que la Palabra nos enseña, que Jesús Resucitado es el Camino, la Verdad y la Vida, pero esta predicación también se ve en nuestras vidas porque el Espíritu Santo nos ha dado dones que podemos vivir en ellos como la fidelidad en todos los sentidos, no solo ser fieles a la Palabra de Dios, sino en nuestros matrimonios y en las palabras que decimos; también mostramos que Jesús resucitado enderezó nuestro camino cuando somos mayordomos de nuestro tiempo, talentos y dinero, entendemos que todo lo que tenemos Dios lo ha dado y nosotros como administradores de todo esto seamos cristianos que damos valor a los regalos de Dios, el tiempo lo usamos para estudiar y enseñar la Palabra de Dios, tenemos muchos dones para usarlos en la fe, cuidar y animar enfermos, ser consejeros, ayudar en los matrimonios con problemas y orar los unos por los otros, usamos el dinero que Dios nos ha dado para ofrendar a nuestra iglesia y así pueda seguir la misión de la iglesia de predicar la Ley y el Evangelio porque por medio de estas ofrendas no solamente cuidamos un lugar como nuestro templo sino que podemos enviar a otros en representación de nosotros para que predique a Jesús resucitado, también con el dinero que Dios nos ha dado proveemos a nuestra familia, porque Dios nos da la comida a su tiempo y es lo que hacemos con los que están a nuestro cargo, pero también ayudamos a los necesitados honestos, aquellos que tienen alguna necesidad material y no esta usando la necesidad como un motivo para consumir drogas o tomar alcohol o gastarlo en los placeres de este mundo estos son los necesitados deshonestos. Pero también hoy en este camino a Emaús confesemos nuestro destino final en el cielo al lado de nuestro Dios, porque allá viviremos eternamente gracias a la misericordia de nuestro Dios y por lo tanto terminamos nuestro sermón confesando las palabras de Hebreos 13:20-21 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Amén

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

19-23 Los himnos para la Resurrección

56 Alzad la cruz

98 ¡Muerte! ¿dónde está tu horror?

105 Acuérdate de Jesucristo

108 Esta es la fiesta

 

Culto Cristiano:

38 Jesús divino

69-77 Los himnos para la Pascua de Resurrección

78 De mil arpas y mil voces

82 A Cristo proclamad

264 Grato es contar la historia

335 ¡Cristo vive!

336 Del sepulcro tenebroso


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