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El undécimo domingo después de pentecostés

(Verde)

 

Tema del día: El dinero y las demás bendiciones materiales que Dios nos concede en este mundo son regalos de nuestro Padre celestial y por lo tanto, deben de ser apreciados y usados para su gloria. Pero en el momento que uno empieza de confiar en las cosas de este mundo y aferrarse a ellas, esas bendiciones llegan a ser “vanidades”, sin valor ninguno.

 

La Colecta: Haz que tu perpetua misericordia, oh Señor, limpie y defienda tu iglesia, y puesto que sin tu ayuda no podemos seguir con seguridad, protege y gobiérnala en tu bondad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Eclesiastés 1:2,2:18-26 Buscando la felicidad en las “cosas” de este mundo resultará en el lamento del Rey Salomón: “Todo es vanidad.” Uno solamente puede estar contento al reconocer que todo viene de “la mano de Dios.”

 

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

218Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. 19Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. 20Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. 21¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande. 22Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? 23Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.

24No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. 25Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo? 26Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

 

El Salmo del Día: Salmo 34

 

Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;

Su alabanza estará de continuo en mi boca.

2 En Jehová se gloriará mi alma;

Lo oirán los mansos, y se alegrarán.

3 Engrandeced a Jehová conmigo,

Y exaltemos a una su nombre.

4 Busqué a Jehová, y él me oyó,

Y me libró de todos mis temores.

5 Los que miraron a él fueron alumbrados,

Y sus rostros no fueron avergonzados.

6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,

Y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,

Y los defiende.

8 Gustad, y ved que es bueno Jehová;

Dichoso el hombre que confía en él.

9 Temed a Jehová, vosotros sus santos,

Pues nada falta a los que le temen.

10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;

Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

11 Venid, hijos, oídme;

El temor de Jehová os enseñaré.

12 ¿Quién es el hombre que desea vida,

Que desea muchos días para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,

Y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal, y haz el bien;

Busca la paz, y síguela.

15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,

Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16 La ira de Jehová contra los que hacen mal,

Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17 Claman los justos, y Jehová oye,

Y los libra de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;

Y salva a los contritos de espíritu.

19 Muchas son las aflicciones del justo,

Pero de todas ellas le librará Jehová.

20 El guarda todos sus huesos;

Ni uno de ellos será quebrantado.

21 Matará al malo la maldad,

Y los que aborrecen al justo serán condenados.

22 Jehová redime el alma de sus siervos,

Y no serán condenados cuantos en él confían.

 

 

La Segunda Lectura: Colosenses 3:1-11Al creer en Cristo, un creyente va a luchar para fijar la mirada en las cosas de Dios y para dejar los pecados de la carne.

 

1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

5Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Lucas 12:13-21 Cristo, por medio de la parábola del rico insensato, nos enseña que nuestra seguridad eterna no se encuentra en los bienes de este mundo, sino solamente en él.

 

13Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. 14Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.

 

 

EL ESPÍRITU SANTO HACE QUE BUSQUEMOS LAS COSAS DE ARRIBA

 

Podemos llamar el capítulo 12 del evangelio de Lucas la sección de advertencias y ánimo y esto es una manera de expresar la doctrina de la Ley y el Evangelio que es tan importante para nuestra vida de creyentes, nosotros no somos antinomistas, es decir, usamos la doctrina de la Ley para poder seguir viendo nuestro pecado y seguir confiando en la obra de Jesús. Hoy la Ley nos habla de la hipocresía unida a la avaricia, todos nosotros sabemos en qué consiste este pecado porque hemos tenido niveles de esta, un nivel lo vemos cuando saludamos un hermano en la fe mostrando mucho amor y por detrás hablamos cosas en su contra y esto lo hemos hecho todos nosotros, pero hoy hablaremos de otro nivel de hipocresía donde hemos cruzado el límite de Dios por medio de las cosas materiales. En este capítulo 12 de Lucas Jesús dijo a la multitud Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Es claro este versículo que nos enseña que no podemos ocultar nada porque nuestra hipocresía será visible en algún momento de la vida y sobre todo cuando decimos: “estoy muy bien con las cosas materiales que tengo porque he aprendido a vivir con lo necesario” o también hemos tenido el estómago lleno todo el día y hemos dicho “la situación está muy difícil” estas son algunas cosas que todos nosotros hemos dicho alimentando nuestra hipocresía unida a la avaricia. En este capítulo 12 de Lucas encontraremos un personaje que nos representa muy bien a cada uno de nosotros Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Esto parece una petición justa, pero Jesús descubrió lo oculto que había en el corazón de este hombre, su hipocresía y avaricia. Una parábola trae una enseñanza espiritual usando cosas conocidas, lo conocido aquí este hombre que llamó maestro a Jesús para que le ayudara y es por lo que Jesús usa la palabra heredad en esta parábola: La heredad de un hombre rico había producido mucho. 17Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; 19y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.

 

Nosotros también tendemos como este hombre a confiar y amar las cosas materiales, hoy la Ley nos confronta con nuestra idolatría secreta porque hemos dicho cosas con nuestra boca de estar felices con lo que tenemos, pero en nuestro corazón queremos un poco más, nuestro corazón no está satisfecho con las cosas materiales que Dios nos da y muestra de esto son las deudas que tenemos, creo que ninguno de nosotros no tenemos deudas por haber comprado comida, nuestras deudas están invertidas en las cosas que nuestra avaricia nos ha llevado a tener. Esto es un problema serio porque al tener muchas deudas y cuando no las podemos pagar caemos en la mentira, hablamos siempre demás para ganar prestigio con las cosas materiales que hemos conseguido, y siempre buscamos tener las mismas cosas que los demás, pero ¿Cómo terminamos? Con una deuda más y problemas en casa, en el matrimonio y con amigos que nos han prestado dinero y no les pagamos. Realmente nosotros somos como este hombre en quien Jesús se inspiró en la parábola y por nuestra vanidad que es idolatría secreta merecemos la muerte eterna.

 

Pero nuestro viejo hombre necesita ser convencido por el evangelio y en Colosenses 3:1, la lectura de hoy leemos Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. ¿Quién de nosotros ha resucitado con Cristo? Todos nosotros por el poder del evangelio porque hoy apreciamos la obra de Jesús quien nunca fue hipócrita ni ávaro por amor a nosotros, recordemos su nacimiento en un pesebre, recordemos su vida donde una zorra tenía donde vivir y ÉL no, recordemos su sepultura donde José de Arimatea tuvo que darle una tumba porque no había donde sepultarlo y Jesús vivió de esta manera porque siempre tuvo una confianza perfecta en la provisión de parte de Dios y es por esta manera de vivir de Jesús que cada uno de nosotros hemos resucitado con Cristo. Pero los clavos que fueron clavados en las manos y pies de Jesús sobre la cruz es nuestra hipocresía y avaricia, Él pagó la ira de Dios por nuestra idolatría secreta en su sufrimiento y muerte, pero en su resurrección encontramos la verdadera vida y el Espíritu Santo nos lleva a disfrutar en vivir como Dios quiere que vivamos revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, Colosenses 3:10.

 

Al tener esta imagen de revestidos delante de Dios por la obra de Cristo fuimos librados de lo que le sucedió al hombre rico de la parábola. 20Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? 21Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 12:20-21. Nosotros hoy no tenemos tesoros en este mundo sino en el cielo y este tesoro es nuestra fe donde confesamos delante de los hombres que Jesús es nuestro Señor y Salvador y Él nos confesará delante del Padre en los cielos en este momento y cuando partamos de este mundo, estos tesoros que tenemos en el cielo es algo que el diablo ya no nos puede quitar porque siempre estaremos conectados con el evangelio y la santa cena, este alimento que la Biblia llama el pan de vida lo necesitamos frecuentemente porque por medio de estos medios de gracia vamos a estar concentrados en nuestra vida espiritual y dejamos las cosas materiales en las manos de Dios quien siempre nos da lo que necesitamos para vivir, cada uno de nosotros en amor y agradecimiento a Dios necesitamos hacer un cambio en nuestras vidas el cual consiste en aprender a vivir con lo que Dios nos da que es más que suficiente, también necesitamos dejar de ser emocionales en nuestras necesidades porque realmente las redes sociales, el televisor y la mayoría de información que escuchamos hacen que seamos consumidores y esto necesitamos irlo cambiando paso a paso teniendo lo que realmente necesitamos para vivir en este mundo como el techo, la comida y el vestido e invertir nuestro tiempo en lo más importante que es lo espiritual.

 

También les invito a que estudien el libro de Eclesiastés, esta es una joya que tenemos en nuestras vidas porque fue escrito por un hombre que tuvo todo lo que nosotros quisiéramos tener en esta vida y al llegar a su edad adulta entendió que todo es vanidad, esta palabra da la idea de la neblina que es pasajera, estudiando los 12 capítulos de este libro el Espíritu Santo nos enseñará a enfocarnos en lo importante, en la vida del cielo, porque nosotros realmente somos turistas en este mundo y estanos en las manos de Dios como lo escuchamos en el salmo para hoy 34: 4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. ¿Tenemos temor a nuestra vejez y llegar sin nada material? Dios es quien nos sostiene y sostendrá en nuestra vejez, ¿Estamos confiando en un sistema de pensión para poder vivir felices en este mundo? Dios tiene nuestra pensión asegurada porque Él nos da y dará todo lo que necesitamos para vivir, ¿Tenemos temor con la vida de nuestros hijos en el futuro? Nuestros hijos están en manos de Dios y Él no dejará que se pierdan en la incredulidad y los mantendrá en sus caminos por el poder de su Palabra, ¿Tenemos miedo a los cambios de este mundo? No, porque Dios tiene el control de este y todo lo que pase en nuestras vidas es para nuestro bien, por esto apoyemos la obra en nuestra congregación, apoyemos la misión para que otros puedan escuchar de cómo ser mayordomos de Dios y es así como usamos bien nuestro dinero con las ofrendas que damos, preocupémonos por el bienestar de nuestra familia porque Dios nos da el dinero para el sostenimiento de la misma y cuando podamos ayudemos a quién necesite porque mostramos el amor de Dios en nosotros cuando usamos lo que Dios nos da para los demás porque Dios nos da a nosotros todo lo que necesitamos para vivir. amén.

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

33 Soy el camino

47 A nadie amaré como a Cristo

48 Busca primero el reino de Dios

51 Dios de gracia, Dios de gloria

52 Hermanos cantad

53 Seguidme a mí, dice el Señor

 

Culto Cristiano:

161 Dejo el mundo

167 Nada puede ya faltarme

193 De boca y corazón

240 En Jesucristo se halla la paz

243 Jesús es mi tesoro

245 Lejos de mi Padre Dios

246 Mi fe descansa en ti

253 A los pies de Jesucristo

326 Por tus piedades mil


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