
El séptimo domingo después de epifanía
(Verde)
Tema del día: El Señor de la epifanía en su amor nos ha perdonado todos nuestros pecados y ahora quiere que nosotros con corazones agradecidos amemos y perdonemos a nuestros prójimos, incluyendo a nuestros enemigos.
La Colecta: Oh Señor, te suplicamos que guardes continuamente a tu iglesia y familia en tu verdadera religión, para que los que se afirman solamente en la esperanza de tu gracia celestial sean defendidos siempre por tu gran poder; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Génesis 45:3-8,15 Aunque sus hermanos lo había maltratado y vendido en esclavitud, José muestra su amor para con ellos al decirles quien realmente era y como Dios había controlado todo para el bien de ellos.
3Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
4Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto. 5Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. 6Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega. 7Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
15Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.
El Salmo del Día: Salmo 103
Salmo de David.
1 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4 El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5 El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
6 Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
8 Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
9 No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12 Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
16 Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18 Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.
La Segunda Lectura: 1 Corintios 15:35-38,42-49 Por medio de la resurrección de Jesucristo, tenemos la garantía de que nuestros pecados están perdonados y de que resucitaremos también en el fin del mundo. En aquel día, nuestra carne pecaminosa será transformada en un cuerpo santo y glorioso, como el de Cristo.
35Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. 37Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; 38pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
42Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 46Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Sean compasivos, así como su Padre es compasivo. ¡Aleluya!
El Evangelio: Lucas 6:27-38 Motivados por el amor que Cristo nos ha mostrado y usando su amor como el modelo, qué amemos y perdonemos a todos, incluyendo a nuestros enemigos.
27Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. 30A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
32Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. 33Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. 35Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. 36Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
37No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. 38Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
AMADOS DE DIOS LA EPIFANIA NOS TRAJO EL AMOR A NUESTRAS VIDAS
Jesús nos enseña: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Juan 15:12. Este es el mensaje claro y único de las Escrituras, si nosotros buscamos una palabra para resumir el mensaje de Dios de toda la Biblia podemos decir sin temor, el amor. Hay muchas maneras de mostrar el amor los unos a los otros, pero realmente estamos en un mundo donde el odio y la venganza abundan, es difícil ser portadores de este amor en este mundo pecador, pero no es imposible vivir con este amor. El evangelio para este día es de esos pasajes que son muy difíciles de predicar porque cuando lo estaba estudiando para este sermón encuentro cuatro acciones que el mismo Dios las da para mostrar que nos amamos unos a otros, reconozco y reconozcamos que hemos perdido este examen puesto que Jesús quiere que practiquemos estas cuatro acciones: amar, hacer el bien, bendecir y orar por aquel que ha hecho mal a nuestra familia, ha hecho mal a cada uno de nosotros y es por esto que necesitamos reconocer que hemos hecho lo contrario, no solamente con aquellos que son nuestros enemigos sino también con nuestros amigos. Si nosotros viviéramos la situación de José donde la envidia de sus hermanos lo llevaron a venderlo como un esclavo, no le trataron como hermano, lo trataron como alguien sin valor y llegamos a tener una posición de poder como la tuvo él, que se tenga todo el mundo y en especial mis enemigos porque realmente la venganza para ellos será implacable, así somos nosotros por naturaleza. Lo que realmente somos San Pablo lo menciona en la segunda lectura para hoy, usa cuatro palabras que muestran porque no somos capaces de hacer las cuatro acciones que Jesús quiere que hagamos en todo momento y estas palabras son: corrupción, deshonra, debilidad, cuerpo animal; estas cuatro palabras muestran que nosotros somos terrenales y actuamos como terrenales y es por esto que mostramos en oportunidades que nuestra relación con Dios no está bien comportándonos no solo con los enemigos sino con el prójimo de manera odiosa, problemática, vengativa y esto señala que realmente merecemos morir en las tinieblas eternas y resucitar para estar en este lugar en cuerpo y alma para siempre condenados por nuestro pecado en contra del quinto mandamiento.
Pero en este momento paremos de escuchar estas palabras y en un silencio reconozcamos como ha sido nuestro trato con la persona que nos odia, con la persona que le hemos hecho mal en algún momento o con las personas que amamos y con la persona que hoy tenemos una relación rota después de haber compartido juntos…Reconozcamos nuestro pecado, reconozcamos que nos dejamos llevar por la corrupción, deshonra, debilidad y el cuerpo animal. Solo alguien Santo que nos domine puede transformar estas cuatro características pecaminosas en acciones como el amar, hacer el bien, bendecir y orar. Este ser Santo la Biblia nos dice que es Jesús, al predicar este sermón tuvo toda la autoridad moral de predicarlo, y hoy doy gracias a Dios que no estoy diciendo palabras mías, sino de aquel que hizo lo que dijo, Él si amó, Él sí hizo el bien, Él si Bendijo y oró por sus enemigos y aún por sus amigos, este mismo evangelista nos cuenta como lo hizo Jesús: 31Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra. 33Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén. 34¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! 35He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor. Lucas 13:31-35. Jesús contestó de esta manera fuerte a los incrédulos por amor a ellos, para que se dieran cuenta de su pecado y que la justicia de Dios era lo que les esperaba, pero en amor siguió la obra de redención, mostrando como tiene más poder que el diablo y mostrando como amó, hizo el bien, bendijo y oró por Jerusalén, por todos los que le rechazaron y aun cuando dijo en estos versículos: mi obra al tercer día termina está haciendo referencia como iba a pasar tres días en la muerte para con su resurrección demostrar que el sacrificio que hizo en la cruz para librarnos a nosotros de la condenación eterna fue aceptado por el Padre. Estamos frente al verdadero amor, el salmista para hoy nos habla de este amor: 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Salmo 103:10-12.
Porque José trató tan misericordiosamente a sus hermanos haciendo estas cuatro acciones: amar, hacer el bien, bendecir y orar porque era un creyente como lo somos nosotros, José no era una clase de creyente especial que pudiera hacer cosas que nosotros no podemos hacer porque él conoció del amor de Dios al perdonarlo a él, puesto que vivía esperando al Mesías, y nosotros hoy por la misma influencia que él tuvo por el Espíritu Santo podemos practicar estas cuatro acciones no solamente frente a los que amamos sino frente a los que son nuestros enemigos, por esto Jesús pone ejemplos para que podamos practicar estas cuatro acciones usando situaciones que todos nosotros vivimos el día a día, por esto dice: el que nos aborrece, el que nos maldice, el que nos calumnia, el que nos golpea en la mejilla, el que nos quita la capa, aquel que nos pida. Estas situaciones el Espíritu Santo hace que nosotros vivamos las palabras de Jesús para tratarlos como nos gusta que nos traten a nosotros y estos ejemplos son la oportunidad de aplicar estas cuatro acciones como amar, hacer el bien, bendecir y orar, puesto que necesitamos entender que el enemigo tiene el problema y nosotros no podemos caer en el juego del diablo quien quiere que estemos como gallos de pelea puesto que ellos quieren que su amargura y venganza sea respondida por nosotros de la misma manera porque realmente el Espíritu Santo hace que escuchemos y vivamos en la Palabra amando al prójimo como a nosotros mismos, que hagamos favores no esperando nada a cambio, no vamos a regirnos por este dicho: yo doy para que me des, por esto Jesús quiere que cada uno de nosotros reflejemos su amor enfatizando la naturaleza inmerecida e incondicional de la Gracia.
No podemos olvidar que somos hijos del Altísimo y esto es una gran influencia para nosotros porque Él nos guía, Él hace que seamos misericordiosos como ÉL lo es con nosotros, mostrar su compasión en este mundo hace que nosotros seamos diferentes, uno de los motivos que Él no ha venido a destruir el mundo es porque escucha nuestras oraciones y ve como nosotros predicamos de este amor a otros porque queremos que todos los que estén en nuestros caminos tengan esta misma fe, escucha nuestra oración por el incrédulo y por aquel que ya no nos ama por una circunstancia que hemos vivido; bendice nuestro camino cuando estamos hablando con aquella persona con la cual hemos tenido algún problema para tratar de arreglarlo y nos ayuda a no estar hablando de más, a no juzgar situaciones en las cuales no hemos sido testigos, a no condenar acciones y situaciones que no hemos visto porque recuerden que muchas veces contamos las historias o las cosas desde nuestra perspectiva olvidando la realidad. Por esto Jesús termina hablando de nuestras acciones comparándonos con la ilustración de un recipiente para medir en el cual se echaba el grano. Este se apretaba y remecía hasta llenar los espacios vacíos. Después el grano se vaciaba en una bolsa en el manto exterior para ser transportado a la casa, y esta ilustración nos enseña que Jesús quiere que seamos generosos, no medidos en la generosidad sino amplios en darla, allí está la bendición, allí encontramos como para nosotros no es difícil el perdonar porque somos perdonados, vivir en el perdón que se nos ha dado inmerecidamente es una medida muy generosa de Dios la cual quiere que nosotros en este tiempo de Epifanía donde nuestro Señor Jesucristo se manifestó como el Mesías, el Cristo esperado nos da el regalo que constantemente estemos practicando estas cuatro acciones: amar, hacer el bien, bendecir y orar. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
27 Cristo es mi alegría
28 El profundo amor de Cristo
31 Manos cariñosas
51 Dios de gracia, Dios de gloria
52 Hermanos cantad
53 Seguidme a mí, dice el Señor
55 Serviremos al Señor
76 ¡Oh amor de Dios!
88 Sublime gracia
Culto Cristiano:
47 Cristo vida del viviente
54 ¿Vives triste y angustiado?
133 Amémonos hermanos
202 Oí la voz del Salvador
205 Venid pecadores
218 Tu sangre, ¡oh Cristo!
219 Roca de la eternidad
225 Por gracia sola yo soy salvo
229 Tal como soy de pecador
240 En Jesucristo se halla la paz
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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