
Servicio - 20 diciembre 2020
El cuarto domingo de adviento
(Azul o púrpura)
Tema del día: En este el último domingo de adviento, vemos como el ángel Gabriel anunció el nacimiento de Cristo a su madre, la virgen María, y como este niño iba a ser el heredero del trono de David, el Salvador del mundo.
La Colecta: Te suplicamos, Señor, que muestres tu poder y vengas y nos auxilies, a fin de que mediante tu gracia se efectúe todo aquello que nuestros pecados impiden; tú que vives y reinas con el Padre y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: 2 Samuel 7:8-16 Dios recuerda al Rey David como lo había sacado de su redil de ovejas para ser el rey de Israel, y le promete que su reino será un reino sin fin, o sea, que aunque David no iba a construir la casa del Señor, es decir, su templo, el Señor edificaría para David una casa, un reino eterno en que el Rey Jesús reinaría en gloria para siempre.
8Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, 11desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. 12Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 13El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. 14Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. 16Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
El Salmo del Día: Salmo 89
Masquil de Etán ezraíta.
1 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;
De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia;
En los cielos mismos afirmarás tu verdad.
3 Hice pacto con mi escogido;
Juré a David mi siervo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu descendencia,
Y edificaré tu trono por todas las generaciones.
Selah
5 Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,
Tu verdad también en la congregación de los santos.
6 Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová?
¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
7 Dios temible en la gran congregación de los santos,
Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.
8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos,
¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová,
Y tu fidelidad te rodea.
9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte;
Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra;
El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
12 El norte y el sur, tú los creaste;
El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.
13 Tuyo es el brazo potente;
Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.
14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;
Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
16 En tu nombre se alegrará todo el día,
Y en tu justicia será enaltecido.
17 Porque tú eres la gloria de su potencia,
Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.
18 Porque Jehová es nuestro escudo,
Y nuestro rey es el Santo de Israel.
19 Entonces hablaste en visión a tu santo,
Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso;
He exaltado a un escogido de mi pueblo.
20 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi santa unción.
21 Mi mano estará siempre con él,
Mi brazo también lo fortalecerá.
22 No lo sorprenderá el enemigo,
Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre será exaltado su poder.
25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,
Y sobre los ríos su diestra.
26 El me clamará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27 Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.
28 Para siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto será firme con él.
29 Pondré su descendencia para siempre,
Y su trono como los días de los cielos.
30 Si dejaren sus hijos mi ley,
Y no anduvieren en mis juicios,
31 Si profanaren mis estatutos,
Y no guardaren mis mandamientos,
32 Entonces castigaré con vara su rebelión,
Y con azotes sus iniquidades.
33 Mas no quitaré de él mi misericordia,
Ni falsearé mi verdad.
34 No olvidaré mi pacto,
Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
Y no mentiré a David.
36 Su descendencia será para siempre,
Y su trono como el sol delante de mí.
37 Como la luna será firme para siempre,
Y como un testigo fiel en el cielo.
Selah
38 Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,
Y te has airado con él.
39 Rompiste el pacto de tu siervo;
Has profanado su corona hasta la tierra.
40 Aportillaste todos sus vallados;
Has destruido sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
Es oprobio a sus vecinos.
42 Has exaltado la diestra de sus enemigos;
Has alegrado a todos sus adversarios.
43 Embotaste asimismo el filo de su espada,
Y no lo levantaste en la batalla.
44 Hiciste cesar su gloria,
Y echaste su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud;
Le has cubierto de afrenta.
Selah
46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda cuán breve es mi tiempo;
¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?
¿Librará su vida del poder del Seol?
Selah
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias,
Que juraste a David por tu verdad?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos;
Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,
Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
52 Bendito sea Jehová para siempre.
Amén, y Amén.
La Segunda Lectura: Romanos 16:25-27 Con estas, las últimas palabras de la carta de San Pablo a los Romanos, Pablo alaba a Dios, el cual reveló a Jesucristo como el Salvador prometido del Antiguo Testamento para que todos crean en él para su salvación. Estas buenas nuevas, este evangelio es “la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora.”
25Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, 27al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. ¡Aleluya!
El Evangelio: Lucas 1:26-38 El ángel Gabriel anunció el nacimiento del Salvador a la Virgen María, diciéndole que iba a tener un hijo el cual se llamaría Jesús, el Salvador, y quien se sentaría en el trono de su padre David. Al escuchar lo que el ángel le había dicho, María respondió humildemente aceptando la voluntad de Dios.
26Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37porque nada hay imposible para Dios. 38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
HERMANOS GOCEMOSNOS EN ESTE ADVIENTO CON EL CUMPLIMIENTO DE LAS ESCRITURAS
El escritor de la carta a los Hebreos nos enseña: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas Hebreos 1:1. Hagamos énfasis en los profetas puesto que el escritor de esta carta quiere que entendamos este versículo inspirado por Dios porque desde Moisés que fue el primer profeta escogido para escribir la Palabra de Dios hasta Malaquías que es el último profeta que tenemos en el Antiguo Testamento tenían un claro propósito hablar acerca del Mesías prometido. Hoy en día nos encontramos con una triste realidad que nos muestra como se peca en contra del tercer mandamiento, cada día aparecen nuevos predicadores con la biblia en sus manos pero con sus palabras personales, no están usando la Palabra de Dios sino sus palabras, creen que son profetas adivinando el futuro, afirman que son super apóstoles porque hacen milagros y pueden ayunar más que el mismo Señor Jesucristo y finalmente dicen que son los cristianos que necesitan seguir porque han aprendido la clave del cristianismo, como ser mejores cristianos cada día para ganar el favor y las bendiciones de Dios. Estos falsos profetas el apóstol Pedro les enfrenta diciéndoles: 1Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme. 2 Pedro 2:1-3. Desafortunadamente el diablo hace que el amor por el dinero y el bienestar en este mundo sea el botín que buscan muchos predicadores hoy en día. San Pablo cuando escribió a los Gálatas mostró lo importante de cuidar el mensaje que ellos habían predicado en su congregación, puesto que este mensaje era Cristo Céntrico. Por esto debían de tener cuidado con el mensaje que escuchaban puesto que les advirtió Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Gálatas 1:8. Pero esto muestra una realidad en la cual vivimos hoy en día porque muchas personas quieren tener una relación con Dios sin su Palabra, por esto creen y ven apariciones de supuestos seres celestiales, hasta se han comunicado con supuestos ángeles como el Moroni que les inspiró a escribir nuevas cosas y ahí nació una secta como los mormones. Cada día el hombre quiere tener su propia explicación e inspiración de la Palabra de Dios y nosotros en oportunidades hemos pecado en contra del tercer mandamiento por no ser diligentes al cuidar el mensaje claro y sencillo de la Palabra de Dios que nos guía en este mundo, en oportunidades hemos interpretado las Escrituras a nuestro parecer aún justificando un pecado propio o defendiendo alguna falsa doctrina que aún este en nuestro corazón. En este cuarto domingo del tiempo de Adviento reconozcamos nuestro pecado en contra del tercer mandamiento, reconozcamos que merecemos ser condenados en el infierno eterno por desobedecer la Palabra de Dios.
Quien más que el mismo Dios para ser fiel a su propia palabra. En los 31.102 versículos de la Biblia vemos como Él no cambia su mensaje dado a los hombres, al inspirar su Palabra siempre fue un fiel perfecto al mensaje de Salvación por esto vemos en la lectura del evangelio para hoy como es fiel con el mensaje que envió a María por parte del ángel Gabriel. Una cosa que necesitamos tener en cuenta es que este ángel no cambió el mensaje como lo previene Pablo en la carta a los Gálatas, fue fiel a las palabras que el mismo Dios le encomendó, fue fiel al mensaje que Dios dio por medio de los profetas y lo primero que vemos en esta visita es como concuerda esta visita con la profecía dada en Isaías 7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. Por esto vemos como el profeta Samuel, Isaías y Lucas concuerdan en este mensaje 26Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Entendemos por el mismo evangelista que los 6 meses es la referencia del embarazo de Elizabet y cuando el ángel se le presentó a Zacarias. Pero lo que nos interesa ver es la Fidelidad de Dios con su Palabra, el profeta Samuel afirmó que el Mesías vendría de la descendencia del rey David y esto se cumple con José y María que eran de esta descendencia puesto que Samuel y Lucas concuerdan al decir que eran de la casa de David y Isaías y Lucas concuerdan con la virgen escogida. Es por el mismo Dios que nuestro pecado en contra del tercer mandamiento es perdonado porque en Jesús encontramos el cumplimiento de esta promesa del Padre, Jesús es la promesa, Jesús es Dios y es por lo que el ángel dijo a María como lo dice hoy a cada uno de nosotros quién es este Mesías 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Cuando Isaías dijo que vendría Emanuel, Lucas nos asegura que este Dios con nosotros es el Hijo del Altísimo y que será rey de la casa de Jacob, es decir rey de todos los que estamos cubiertos por su vida perfecta, en la esencia del mismo Jesús vemos el perdón de nuestro pecado en contra del tercer mandamiento porque Él es el cumplimiento de esta Palabra. Su reino no tendrá fin porque realmente el infierno no tendrá poder sobre este Reino porque Jesús mismo le venció en la cruz. El sentido de celebrar este tiempo de Adviento al recordar la venida de Jesús por primera vez nos lleva a recordar porque vino a este mundo no solamente a llevar una vida perfecta por nosotros sino a sufrir, morir y resucitar para darnos vida eterna, por esto nuestro Dios es fiel con su Palabra y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras 1 Corintios 15:4. Jesús sacrificó su vida conforme a las Escrituras para darnos el perdón de nuestros pecados, para poder glorificar la promesa del Padre y es por lo que cada uno de nosotros somos perdonados.
Estamos parados frente a lo único que es Fiel en este mundo, nuestro Dios, su Palabra es la evidencia de esta Fidelidad por esto nosotros hoy tenemos la misma bendición que María cuando fue saludada por el ángel 28Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Nosotros también somos hoy benditos, no por María, sólo por Jesús, esta bendición nos recuerda las palabras de Dios a Abram serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Génesis 12:3. Somos benditos por Jesús quien, con su vida perfecta, sufrimiento, muerte y resurrección nos dio el perdón de nuestros pecados y ahora estamos en paz con Dios, esto nos recuerda las Palabras que escucharemos cuando Jesús venga por segunda vez Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Mateo 25:34.
Pero nosotros siendo benditos creyentes como María vamos a creer en cada versículo de la Biblia que es Palabra de Dios y esta misma Palabra es quién nos guía en nuestras vidas, así como el mismo Espíritu Santo la guio lo hará con cada uno de nosotros 29Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37porque nada hay imposible para Dios. 38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia. María por la obra del mismo Dios confío en esta Palabra, no tuvo miedo de la concepción de su Hijo puesto que el mismo Espíritu Santo fue quien puso en el vientre de María a Jesús, también ella creyó que su pariente Elizabet estaba en cinta. Esto nos anima a nosotros en creer en la Palabra de Dios y vivir por medio de ella guiados por el mismo Espíritu Santo, Pablo nos dice en Romanos 16:26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe. Porque únicamente por medio de su Palabra nosotros podemos encontrar la necesidad de Cristo puesto que somos pecadores, es únicamente por las Escrituras que se nos lleva a la fe en Cristo Jesús y es por las Escrituras que nosotros obedecemos a esta fe. Obedecer a esta fe quiere decir que estamos unidos a Cristo en cuerpo y alma, porque nuestra alma es alimentada por medio de su Palabra y nuestro cuerpo cada día muestra que sólo dependemos de la fidelidad de Dios en este mundo, por esto el tiempo de Adviento termina con un mensaje claro que tiene que ver con el bienestar de nuestras almas al cumplirse todas las profecías en Cristo Jesús y por amor y agradecimiento a Dios dejemos que el Espíritu Santo ponga en nosotros el respeto y amor hacia las Escrituras que es la Palabra de Dios. Amén.
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
1-3 Los himnos para el Adviento
4-16 Los himnos para la Navidad
32 Oh, Verbo humanado
Culto Cristiano:
1 Oh ven, oh ven, Emanuel
2-6 Los himnos para el Adviento
8-26 Los himnos para la Navidad
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