
Servicio - 19 enero 2020
El segundo domingo después de epifanía
(Verde)
Tema del día: Jesús es el “cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” así como testifica Juan el Bautista en el evangelio para esta mañana. El mensaje del cordero le es dado por su Padre (la primera lectura), y sus discípulos dan testimonio a él proclamándolo el Mesías (el evangelio).
La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, que gobiernas todas las cosas en el cielo y en la tierra: Oye misericordiosamente las súplicas de tu pueblo y concédenos tu paz todos los días de nuestra vida; por Jesucristo, tu Hijos, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 49:1-6 En este, el segundo de los “Himnos del Siervo” de Isaías, el Señor describe el llamamiento y obra de su Siervo: “restaurar el remanente de Israel” y ser “luz de las naciones.”
1Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. 2Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; 3y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. 4Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.
5Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); 6dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
El Salmo del Día: Salmo 89
Masquil de Etán ezraíta.
1 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente;
De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia;
En los cielos mismos afirmarás tu verdad.
3 Hice pacto con mi escogido;
Juré a David mi siervo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu descendencia,
Y edificaré tu trono por todas las generaciones.
Selah
5 Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,
Tu verdad también en la congregación de los santos.
6 Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová?
¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
7 Dios temible en la gran congregación de los santos,
Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.
8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos,
¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová,
Y tu fidelidad te rodea.
9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte;
Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos, tuya también la tierra;
El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
12 El norte y el sur, tú los creaste;
El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.
13 Tuyo es el brazo potente;
Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.
14 Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
15 Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte;
Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
16 En tu nombre se alegrará todo el día,
Y en tu justicia será enaltecido.
17 Porque tú eres la gloria de su potencia,
Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.
18 Porque Jehová es nuestro escudo,
Y nuestro rey es el Santo de Israel.
19 Entonces hablaste en visión a tu santo,
Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso;
He exaltado a un escogido de mi pueblo.
20 Hallé a David mi siervo;
Lo ungí con mi santa unción.
21 Mi mano estará siempre con él,
Mi brazo también lo fortalecerá.
22 No lo sorprenderá el enemigo,
Ni hijo de iniquidad lo quebrantará;
23 Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos,
Y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi verdad y mi misericordia estarán con él,
Y en mi nombre será exaltado su poder.
25 Asimismo pondré su mano sobre el mar,
Y sobre los ríos su diestra.
26 El me clamará: Mi padre eres tú,
Mi Dios, y la roca de mi salvación.
27 Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra.
28 Para siempre le conservaré mi misericordia,
Y mi pacto será firme con él.
29 Pondré su descendencia para siempre,
Y su trono como los días de los cielos.
30 Si dejaren sus hijos mi ley,
Y no anduvieren en mis juicios,
31 Si profanaren mis estatutos,
Y no guardaren mis mandamientos,
32 Entonces castigaré con vara su rebelión,
Y con azotes sus iniquidades.
33 Mas no quitaré de él mi misericordia,
Ni falsearé mi verdad.
34 No olvidaré mi pacto,
Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
Y no mentiré a David.
36 Su descendencia será para siempre,
Y su trono como el sol delante de mí.
37 Como la luna será firme para siempre,
Y como un testigo fiel en el cielo.
Selah
38 Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungido,
Y te has airado con él.
39 Rompiste el pacto de tu siervo;
Has profanado su corona hasta la tierra.
40 Aportillaste todos sus vallados;
Has destruido sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
Es oprobio a sus vecinos.
42 Has exaltado la diestra de sus enemigos;
Has alegrado a todos sus adversarios.
43 Embotaste asimismo el filo de su espada,
Y no lo levantaste en la batalla.
44 Hiciste cesar su gloria,
Y echaste su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud;
Le has cubierto de afrenta.
Selah
46 ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre?
¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda cuán breve es mi tiempo;
¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte?
¿Librará su vida del poder del Seol?
Selah
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias,
Que juraste a David por tu verdad?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos;
Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado,
Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.
52 Bendito sea Jehová para siempre.
Amén, y Amén.
La Segunda Lectura: 1 Corintios 1:1-9 Pablo empieza su carta a los corintios con acción de gracias por la gracia que Dios les había concedido. Pero aunque no les faltaba a los corintios dones del Espíritu, vemos que Pablo insinúa dos problemas que tenía esa congregación al decir “en toda palabra y en toda ciencia,” porque más tarde en esta misma carta, Pablo advierte a los corintios del mal uso del don de las lenguas y del orgullo en la sabiduría (ciencia) humana.
1Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
4Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; 5porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 6así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; 8el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. 9Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! El me dijo: Tú eres mi siervo, Israel, en quien mostraré mi gloria. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 1:29-41 El testimonio de Juan sobre Jesús anima a dos de sus discípulos a seguir a Jesús. Inmediatamente Andrés comparte con su hermano Pedro las buenas nuevas de que había encontrado al Mesías.
29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
35El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. 37Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús. 38Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? 39Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. 40Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. 41Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo).
LA EPIFANÍA NOS SEÑALA QUE JESÚS ES EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO
Hoy en día hay cristianos que no entienden lo importante de la UNIDAD de las Escrituras, es decir, de cómo están unidos el Antiguo y Nuevo Testamento con el mismo mensaje y la misma promesa. Tienen una manera única de separar los dos Testamentos diciendo cosas como estas, “el Antiguo Testamento no lo necesitamos hoy en día” “Este solo fue escrito para el pueblo de Israel y de nada nos sirve hoy en día” “Solo estos libros eran útiles en los tiempos de Israel para nosotros no tienen ninguna utilidad” “el Antiguo Testamento es Ley y el Nuevo Testamento es Evangelio” y al usar expresiones como estas solamente se están perdiendo de todo el mensaje bíblico que Dios nos ha dado con toda su Palabra y la falsa doctrina se apodera de muchos predicadores y maestros que dejan claro en su mensaje el desconocimiento de tener la UNIDAD de la Biblia en sus pulpitos llevando cada vez más personas el infierno eterno.
En esta segunda semana del tiempo de Epifanía Dios nos enseña lo importante de mantener esta UNIDAD de la Palabra de Dios, nos presenta un buen ejemplo de Juan el Bautista, de Andrés y muy posiblemente Juan el escritor de este evangelio quienes el Espíritu Santo les mostró lo importante de conocer el Antiguo Testamento para identificar a Jesús como el Cordero de Dios y como el Mesías esperado. Por esto siempre insistimos en el estudio de la Palabra de Dios, lo importante que es conocer tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento porque nos muestra UNIDAD en el mensaje dado por Dios, pero a veces nuestra pereza espiritual saca buenas escusas para no estudiar el Antiguo Testamento porque decimos que no entendemos las palabras que se usan en estos libros, no sabemos casi nada de los profetas que escribieron, porque nos es muy complicado entender la cultura de esos tiempos y las escusas pueden continuar llevándonos a pecar en contra del TERCER MANDAMIENTO y este desconocimiento de las Escrituras es muy peligroso porque nos puede llevar a una catástrofe espiritual eterna y nos pasaría como los predicadores en los días del profeta Jeremías que olvidaron el mensaje de Dios predicando mentiras y por ende olvidando la Fe Salvadora del Mesías esperado y es por esto que Jeremías le predicó la Ley a su pueblo en ese momento al igual que a cada uno de nosotros cuando no consideramos el estudio de la Palabra de Dios y es así como nos habla Jeremías 9:3 Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová. Y este desconocimiento nos lleva al castigo eterno en el infierno por no conocer y preservar la verdad de la Palabra de Dios.
El evangelista Juan nos muestra como es importante conocer bien el mensaje del Antiguo Testamento usando a Juan el Bautista como ejemplo diciéndonos 29El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. ¡Así es hermanos! Juan el Bautista pudo ver que Jesús es el Cordero de Dios que vino con un propósito claro dado desde el Antiguo Testamento de quitar el pecado del mundo. Esta figura del Cordero nos lleva al día de la primera pascua que celebraron los judíos cuando estaban siendo liberados de Egipto 3Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. 4Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. 5El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Éxodo 12:3-7. Egipto tiene un significado claro de lo que hace el diablo con la creación de Dios, el pueblo fue esclavizado por este pueblo pagano que desconocía que él era el Pueblo del único Dios verdadero y esta esclavitud nos recuerda como el Diablo nos tenia esclavos a cada uno de nosotros en el pecado, esta esclavitud nos mantenía sin esperanza, sin un propósito claro en este mundo porque sólo la carne es alimentada por el pecado que nos lleva a ser enemigos de Dios. Éxodo nos enseña como la perfección de este Cordero, como la Sangre de este Cordero les iba a librar de la muerte en esa noche horrenda para los egipcios y para todo aquel que no creyó en este Cordero y ahora Juan el Bautista nos señala en esta segunda semana del tiempo de Epifanía que este Cordero que se habla en el Antiguo Testamento esta haciendo referencia a Jesús. Podemos ver lo importante del trabajo del Espíritu Santo en Juan el Bautista, señalar a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y mostrar que este Cordero es perfecto, cumpliendo lo que dice Éxodo y es importante esta verdad porque es Dios mismo al decir 30Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. Que buena referencia encontramos en este mensaje para hoy, Jesús quita el pecado del mundo porque es Dios mismo, ya que Juan nos cita un atributo de Dios que es ETERNO, no tiene principio, no es creado, es por lo que Juan el Bautista sin titubear dice que es primero Jesús que Él en su existencia y esto nos da seguridad que es el mismo Dios quien vino a tratar con nuestro pecado.
Juan no le conocía a Él personalmente, 31Y yo no le conocía; pero al conocer el Antiguo Testamento sabía que su trabajo era muy claro más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. 34Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios. Dios uso a Juan el Bautista Bautizando, lavando los pecados de las personas para que fueran creyentes y sus pecados fueran limpiados con agua para que mostrara al pueblo de quién verdaderamente estaba hablando, puesto que Jesús llegó a Él para ser bautizado y le fue mostrada una visión al ver descender el Espíritu Santo sobre Jesús y así llamarlo Hijo de Dios.
Encontramos en este mensaje para el día de hoy lo importante de la UNIDAD de las Escrituras con su único mensaje que nos muestra en Jesús quien vino a quitar nuestros pecados al ser llamado Hijo de Dios quien vino a cumplir perfectamente la voluntad del Padre, como fue un hijo digno de este mismo llamado al cumplir perfectamente toda la Voluntad del Padre por cada uno de nosotros y como Cordero que derramó su Sangre en la Cruz para que cada uno de nosotros ahora seamos libres de la esclavitud que el Diablo nos tenia con el pecado, como nosotros 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. 4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Efesios 2:2-6. Pablo nos explica claramente cual ha sido este cambio espiritual de cada uno de nosotros en el cual vivimos hoy con la esperanza de la vida eterna porque el Hijo de Dios nos hizo hijos de Dios por su vida perfecta y sufrimiento y muerte en la cruz que pago por cada uno de nosotros para ser librados de la ira de Dios en el infierno eterno.
La otra parte de los importante de conocer bien el Antiguo Testamento lo vemos con los discípulos de Juan el Bautista, lo más posible el mismo escritor de este evangelio y Andrés hermano de Simón Pedro quienes al conocer el Antiguo Testamento sabían muy bien el significado del término MESIAS, ellos no solamente fueron guiados por el Espíritu Santo a creer en Jesús como el Cordero de Dios sino que también al conocer el Antiguo Testamento sabían que el UNGIDO del Señor iba a ser el Salvador de los pecados de todo el mundo, por esto quisieron conocer donde vivía Jesús y ellos hicieron lo que el Espíritu Santo quiere que cada uno de nosotros hagamos que usemos tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento para señalar primero a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo, a quien Dios ponga en nuestro camino para hacer lo mismo que hizo Juan el Bautista, predicar por medio de la ley que el pecado nos hace enemigos de Dios y que Jesús es el Cordero Mesías que vino a este mundo para ser el Salvador de todos nosotros y toda esta predicación la podemos hacer desde el Antiguo como del Nuevo Testamento porque en ellos encontramos la UNIDAD de la Ley y el Evangelio que fue dada para salvarnos, conservarnos y llevarnos al cielo eternamente. Amén
Los Himnos:
Cantad al Señor:
26-34 Los himnos del Redentor
56 ¡Alzad la cruz!
59 Levántate, despierta
60 Señor despierta y llama
Culto Cristiano:
38 Jesús divino
47 Cristo, vida del viviente
52 Jesús mi salvador
53 ¡Oh Cordero celestial!
67 Santo Cordero
263 Escuchad, Jesús nos dice
264 Grato es contar la historia
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