Servicio - 18 octubre 2020

El vigésimo domingo después de pentecostés

(Verde)

Tema del día: Dios en su amor nos ha otorgado su santo evangelio, una fuente de salud y bendición para todos los que creen, y ahora no quiere que despreciemos este regalo especial, sino que lo usemos para producir fruto y llamar a otros a la viña del Señor.

La Colecta: Oh Dios, que demuestras tu omnipotencia principalmente en manifestar clemencia y piedad: Concédenos misericordiosamente tal medida de tu gracia que se logre en nosotros el cumplimiento de tus benignas promesas, seamos hechos partícipes de tu tesoro celestial y podamos dirigirnos siempre por el camino de tus mandamientos; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Isaías 5:1-7 El Señor había dado a su pueblo Israel cada ventaja y muchas oportunidades para producir fruto, pero el pueblo produjo solamente fruto podrido. Por lo tanto, Dios en su ira justa destruyó su viña y la convirtió en tierra desolada. ¡Qué el pueblo de Israel sirva como advertencia para nosotros! Los que desprecian el santo evangelio de Dios sufrirán su justicia y condenación.

¹Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. ²La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

³Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ⁴¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?

⁵Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. ⁶Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. ⁷Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

 

El Salmo del Día: Salmo 118

¹ Alabad a Jehová, porque él es bueno;

Porque para siempre es su misericordia.

² Diga ahora Israel,

Que para siempre es su misericordia.

³ Diga ahora la casa de Aarón,

Que para siempre es su misericordia.

⁴ Digan ahora los que temen a Jehová,

Que para siempre es su misericordia.

⁵ Desde la angustia invoqué a JAH,

Y me respondió JAH, poniéndome en lugar espacioso.

⁶ Jehová está conmigo; no temeré

Lo que me pueda hacer el hombre.

⁷ Jehová está conmigo entre los que me ayudan;

Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.

⁸ Mejor es confiar en Jehová

Que confiar en el hombre.

⁹ Mejor es confiar en Jehová

Que confiar en príncipes.

¹⁰ Todas las naciones me rodearon;

Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.

¹¹ Me rodearon y me asediaron;

Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.

¹² Me rodearon como abejas; se enardecieron como fuego de espinos;

Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.

¹³ Me empujaste con violencia para que cayese,

Pero me ayudó Jehová.

¹⁴ Mi fortaleza y mi cántico es JAH,

Y él me ha sido por salvación.

¹⁵ Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos;

La diestra de Jehová hace proezas.

¹⁶ La diestra de Jehová es sublime;

La diestra de Jehová hace valentías.

¹⁷ No moriré, sino que viviré,

Y contaré las obras de JAH.

¹⁸ Me castigó gravemente JAH,

Mas no me entregó a la muerte.

¹⁹ Abridme las puertas de la justicia;

Entraré por ellas, alabaré a JAH.

²⁰ Esta es puerta de Jehová;

Por ella entrarán los justos.

²¹ Te alabaré porque me has oído,

Y me fuiste por salvación.

²² La piedra que desecharon los edificadores

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

²³ De parte de Jehová es esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos.

²⁴ Este es el día que hizo Jehová;

Nos gozaremos y alegraremos en él.

²⁵ Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego;

Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora.

²⁶ Bendito el que viene en el nombre de Jehová;

Desde la casa de Jehová os bendecimos.

²⁷ Jehová es Dios, y nos ha dado luz;

Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar.

²⁸ Mi Dios eres tú, y te alabaré;

Dios mío, te exaltaré.

²⁹ Alabad a Jehová, porque él es bueno;

Porque para siempre es su misericordia.

 

La Segunda Lectura: Filipenses 3:12-21 En esta lectura el apóstol Pablo defiende el evangelio contra dos nociones extremas que lo opusieron. De un lado, unos mantuvieron que es posible lograr aún en esta vida lo que es la perfección y santidad, pero esta arrogancia excluye completamente la gracia de Dios. Aunque nos esforzamos para alcanzar la perfección celestial, sabemos que la vida santa que llevamos en este mundo proviene solamente de Cristo. El otro extremo que se opone en esta lectura es la idea que se puede usar el perdón y la misericordia de Dios como pretexto para pecar más. Los que piensan así sólo piensan en lo terrenal y su destino es destrucción, pero nosotros tenemos ciudadanía en el cielo y la seguridad que nuestro Señor y Salvador Jesucristo transformará nuestros cuerpos miserables para que sean como su cuerpo glorioso.

 

¹²No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. ¹³Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, ¹⁴prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. ¹⁵Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. ¹⁶Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

¹⁷Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. ¹⁸Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; ¹⁹el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. ²⁰Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; ²¹el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te cantaré himnos. ¡Aleluya!

El Evangelio: Mateo 21:33-43 En la parábola de los labradores malvados, el Señor muestra una paciencia increíble para los que desprecian su responsabilidad de cuidar su evangelio y producir fruto. Sin embargo, los labradores rechazaron repetidamente a todos sus mensajeros hasta que mataron a su único hijo. Los que rechazan a su Salvador, Jesucristo, en el fin serán destruidos, y Dios dará el reino del cielo a otros quienes producirán fruto.

 

³³Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. ³⁴Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos. ³⁵Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. ³⁶Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. ³⁷Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. ³⁸Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. ³⁹Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. ⁴⁰Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? ⁴¹Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.

⁴²Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores,

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

⁴³Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

 

HERMANOS SOMOS PARTE DE LA VIÑA DEL SEÑOR

Cuando alguien nos regala algo difícilmente lo regalamos a otros porque esto lo consideramos como un acto de desagradecimiento. Siempre que alguien ve este regalo o lo exponemos para que otro lo vea decimos a  que tengan cuidado de no dañarlo. Un regalo que se nos ha dado y sin merecerlo es ser parte del pueblo de Dios, nosotros no pertenecíamos a este pueblo de Dios por el motivo que nos expone 1 Corintios 12:2 Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Nuestra naturaleza pecaminosa nos hacía pertenecer al reino de las tinieblas porque íbamos como locos de un lado a otro adorando dioses falsos buscando ganar la paz con Dios. Estos ídolos mudos no son solamente aquellos que la iglesia de la tradición nos enseñó a confiar, o aquellos que la iglesia evangélica nos enseña a confiar en la propia obra del hombre para poder ganar la salvación, estos ídolos también somos cada uno de nosotros justificándonos con nuestras buenas obras para pertenecer al reino de Dios.

 

La manera que el pueblo de Israel llego a ser la viña del Señor fue por un regalo del mismo Dios, el pueblo no buscó ni llamó a Dios para tener una relacion con Él. Fue el mismo Dios quien buscó y llamó a este pueblo cuando llamó a Abraham ¹⁷de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. ¹⁸En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. Génesis 22:17-18.  El mismo Dios fue quien trató al pueblo como una viña, cercándola y construyendo una torre para mantener la viña bien fortalecida. Pero Isaías nos enseña que el fruto de esta viña fueron uvas silvestres, es decir, cuando Dios esperaba frutos de fe como: amor, mansedumbre, humildad, fe y reverencia, la gente dio una cosecha perversa de: glotonería, arrogancia, ambición y burla. Nosotros igualmente olvidamos que somos pueblo de Dios como un regalo inmerecido y cuando vemos nuestra vida, cuando analizamos si hemos dado un buen fruto tristemente reconocemos que también hemos dado uvas silvestres porque hemos pecado en contra de nuestro Dios infringiendo los diez mandamientos abusando de la gracia, rompiendo la relación con Dios por medio de nuestra carne dándole prioridad a ella y es donde abusamos de la gracia como lo enseña Pablo en la lectura de Filipenses para este día ¹⁸Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; ¹⁹el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Filipenses 3:18-19. Nosotros necesitamos reconocer que hemos amado lo terrenal, es decir el pecado, no hemos amado a Dios sobre todas las cosas, hemos pecado en contra del primer mandamiento pensando solo en nuestro bienestar terrenal alimentando el pecado.

 

Isaías habló de los frutos podridos del pueblo y Jesús habla de los frutos podridos de los lideres del pueblo de Israel en ese momento. La viña en la parábola de Jesús esta dando frutos pero el dueño de ella la alquiló a unos labradores. Entendiendo que esta parábola es la continuidad del mensaje de Jesús dado en la última semana de su vida no podemos olvidar que los personajes en este contexto a los cuales se les esta predicando es a los líderes del pueblo de Dios, sacerdotes, fariseos, escribas o como más los llamen las Escrituras porque ellos habían cuestionado la autoridad de Jesús. El resultado que ellos necesitaban dar al dueño de la viña, que es Dios, es haber llevado a las personas hacia el Mesías, hacia Jesús y no lo hicieron porque olvidaron que la viña no era de ellos y rechazaron cada vez que el dueño de la viña les llamó a dar cuentas de su fruto como lo muestra estos versículos ³⁵Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon. ³⁶Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera. Los siervos que mandó Dios son los profetas del Antiguo Testamento, estos vinieron a llamar a los lideres y al pueblo de Dios al arrepentimiento pero ellos recibieron el desprecio de los lideres religiosos del pueblo como lo leemos en este pasaje de 2 de Crónicas 24:20-22 ²⁰Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías hijo del sacerdote Joiada; y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos de Jehová? No os vendrá bien por ello; porque por haber dejado a Jehová, él también os abandonará. ²¹Pero ellos hicieron conspiración contra él, y por mandato del rey lo apedrearon hasta matarlo, en el patio de la casa de Jehová. ²²Así el rey Joás no se acordó de la misericordia que Joiada padre de Zacarías había hecho con él, antes mató a su hijo, quien dijo al morir: Jehová lo vea y lo demande.

 

El Salmo 118 para este día nos muestra la misericordia de Dios y por qué darle gracias por todo el amor que ha tenido con su viña y mostró este amor en enviar a su propio hijo como lo dice esta parábola ³⁷Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. ³⁸Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. ³⁹Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. Y el resultado de esto lo sabemos por las Escrituras como ellos rechazaron al Hijo. Dios quería que ellos creyeran en su Hijo y llevaran a su pueblo a Jesús, y no lo hicieron, por esto se cumplió las palabras del salmista que estamos usando para hoy y una vez más nos dice ²²La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo. Estos labradores que son los edificadores no cumplieron su misión de construir al pueblo de Dios sobre la cabeza del Angulo que es Jesucristo, ellos le rechazaron, ellos le mataron y el escritor de Hebreos nos dice: ¹¹Porque los cuerpos de aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. ¹²Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta. Hebreos 13:11-12. Jesús murió fuera de Jerusalén cumpliendo las palabras de esta parábola pero para estos labradores fue condenación el haber rechazado a Cristo Jesús pero para usted y para mi encontramos una gran bendición en la muerte de Jesús porque hemos sido perdonados con su sangre preciosa, Jesús murió para pagar por todos nuestros pecado y recordando nuestro pecado en contra del primer mandamiento por amar las cosas terrenales también ha sido perdonado, en este momento somos libres de toda culpa y es por la sangre de Cristo que pertenecemos a la viña del Señor. Pero también la Biblia por medio de esta parábola nos enseña como Jesús cumplió la voluntad de su Padre, cuando nos dice que vino a este mundo a reclamar lo que le correspondía al Padre recordamos como en su bautismo y en el monte de la transfiguración le llamó este es mi hijo amado en quién tengo complacencia Mateo 17:5 y es por esto que Jesús complació al Padre en todo perfectamente por nosotros, Jesús nunca amó lo terrenal pero sí nos amó cada uno de nosotros complaciendo al padre cumpliendo el primer mandamiento perfectamente por nosotros y es por lo que hoy pertenecemos a la viña del Señor.

 

El Espíritu Santo nos lleva a que nuestra vida de creyentes este fundamentado en esta misma piedra del Ángulo que no solamente llevó una vida perfecta y murió por nosotros, sino que también resucitó y esto nos anima a ubicarnos en la ultima parte de la parábola ⁴³Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Esta gente que habla este versículo somos nosotros quienes por la misericordia de Dios pertenecemos a la viña y quienes el mismo Dios produce frutos en nosotros y esto no es otra cosa que vivimos para nuestro Dios, Pablo nos llama ciudadanos del cielo y es así como vivimos porque Dios nos usa para que otros pertenezcan también a esta viña, ser ciudadanos del cielo hace que nosotros seamos como nos enseña Pablo ⁴Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! ⁵Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. ⁶Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:4-6. Esta amabilidad la demostramos cuando con paciencia predicamos al prójimo la necesidad de arrepentirse y creer en el mensaje de la cruz donde hay perdón, esta amabilidad también la demostramos teniendo paciencia cuando oramos en nuestros momentos que sintamos que este mundo nos quiere ganar para el diablo produciendo afán en nosotros para conseguir cosas materiales pero el Espíritu Santo hace que nosotros confiemos en nuestro Dios, hace que seamos guiados por el primer y segundo mandamiento orando y poniendo todo en manos de Dios quién actuará de acuerdo a su voluntad y esto lo conocerán muchos que también el Espíritu Santo les traerá a pertenecer  a la viña por la obra de Cristo y lo más importante tenemos la seguridad que pertenecemos a la viña del Señor manteniéndonos en este mundo como ciudadanos del cielo hoy y por siempre. Amén

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

38 Tu palabra es mi cántico

47 A nadie amaré como a Cristo

49 Con el buen Jesús andemos

53 Seguidme a mí, dice el Señor

54 Santo Espíritu llena mi vida

 

Culto Cristiano:

58 Afligido y castigado

109 Sosténnos firmes, Oh Señor

111 ¡Oh Dios! Tu Verbo santo

116 Tu Palabra, ¡Oh Padre Santo!

165 Hay una fuente

253 A los pies de Jesucristo

255 Qué mi vida entera esté

257 Mirad y ved a nuestro Dios

301 La Palabra hoy sembrada

403 Estad por Cristo firmes

406 Luchad, luchad por Cristo