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El cuarto domingo de adviento

(Azul o púrpura)

 

Tema del día: En éste el último domingo de adviento, celebramos la promesa y cumplimiento del nacimiento de Emanuel, el “Dios con nosotros.” Ya que nos acercamos a la Navidad, nos preparamos para recibir al bebé de Belén como nuestro Salvador.

 

La Colecta: Te suplicamos, Señor, que muestres tu poder y vengas y nos auxilies, a fin de que mediante tu gracia se efectúe todo aquello que nuestros pecados impiden; tú que vives y reinas con el Padre y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Isaías 7:10-14 Por medio de su profeta Isaías, Dios promete en gran detalle el nacimiento del Salvador del mundo unos setecientos años antes de que nació. No hay duda que Jesús, el hijo de la virgen María, es Emanuel, el “Dios con nosotros”.

 

10Habló también Jehová a Acaz, diciendo: 11Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. 12Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. 13Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios? 14Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

 

El Salmo del Día: Salmo 24

Salmo de David.

1 De Jehová es la tierra y su plenitud;

El mundo, y los que en él habitan.

2 Porque él la fundó sobre los mares,

Y la afirmó sobre los ríos.

3 ¿Quién subirá al monte de Jehová?

¿Y quién estará en su lugar santo?

4 El limpio de manos y puro de corazón;

El que no ha elevado su alma a cosas vanas,

Ni jurado con engaño.

5 El recibirá bendición de Jehová,

Y justicia del Dios de salvación.

6 Tal es la generación de los que le buscan,

De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.

Selah

7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

8 ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová el fuerte y valiente,

Jehová el poderoso en batalla.

9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,

Y alzaos vosotras, puertas eternas,

Y entrará el Rey de gloria.

10 ¿Quién es este Rey de gloria?

Jehová de los ejércitos,

El es el Rey de la gloria.

Selah

 

 

La Segunda Lectura: Romanos 1:1-7 Con las primeras palabras de esta carta, Pablo afirma que Jesucristo es verdadero hombre y verdadero Dios, el cual por su muerte en la cruz nos ofrece y nos da la salvación.

 

1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, 3acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 5y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre; 6entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; 7a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

 

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. ¡Aleluya!

 

El Evangelio: Mateo 1:18-25 El nacimiento de Cristo cumplió con todas las profecías del Antiguo Testamento en cada detalle. Por lo tanto, no hay duda que Cristo, el bebé nacido en Belén, es Dios con nosotros y nuestro Salvador.

 

18El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 22Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo,

Y llamarás su nombre Emanuel,

que traducido es: Dios con nosotros. 24Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. 25Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.

 

 

Mateo 1:18-25 - Dios por medio del poder de la Biblia nos lleva a creer la misma fe como José

 

Marco nunca en su vida ha comprado un billete de lotería. No era porque no le gustó la lotería, simplemente él nunca tenía ganas de comprarlos. Pero un día, él recibió un llamado de un hombre desconocido. Este hombre le dijo, Felicidades Marco, tú has ganado la lotería. Tu premio es mil millones de pesos. Tú puedes venir a la oficina de la lotería para buscar tu premio hoy. Pero obviamente Marco pensó, No es posible. Nunca he comprado un billete de lotería. Esto debe ser una trampa. No voy a buscar este premio. ¿Qué harían ustedes en esta situación imposible? Es interesante pensar en estas situaciones increíbles. Pero en nuestro texto para hoy, vemos que Dios hizo lo imposible para ser con nosotros.

 

En los primeros versículos de Mateo, leemos la genealogía de Jesucristo. Es interesante ver cuantas personas Dios usó para llegar al nacimiento de Jesús. Dios tenía un plan desde la eternidad para salvar a todo el mundo y ahora vemos cómo cumplió este plan. Hasta María, la genealogía es sencilla. Pero sabemos que la historia del nacimiento de Jesús fue un poco complicada. Primero tenemos la situación de José y María. Ellos estaban comprometidos el uno al otro. En ese tiempo y esa cultura, comprometerse significó algo más que en el día de hoy. Probablemente significó que hubieran hecho votos de matrimonio en presencia de testigos y eran considerados marido y mujer. Pero normalmente, la pareja esperó unos meses para celebrar su matrimonio y empezar a vivir juntos. Aparentemente en esta historia, estamos en el tiempo de espera y en esta vemos la cosa complicada.

 

José se enteró que María estaba embarazada. Pero no era posible. Pensamos en Marco y el billete de lotería. La única forma en que él podría haber ganado la lotería era si alguien había comprado un billete para él. ¿Y qué pensó José? Naturalmente, él pensó que María había sido infiel. Solo tenía sentido. Y aquí vemos que tipo de hombre era José.

 

Leemos, José su marido, como era justo, y no quería infamar, quiso dejarla secretamente. Era un caballero. A pesar de que aparentemente María había sido infiel, él todavía quería proteger su honor y dignidad. En ese tiempo le hubiera arruinado la vida de María si hubiera sido embarazada por una relación infiel. Pero José lo sabía y la trató con gracia y dignidad. Pero desde que fueron considerados casados, José necesitó divorciarse secretamente.

 

Pero mientras José estaba pensando en esto leemos, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Sí estuviera José, yo habría pensado, ¿Qué? Eso no tiene sentido. Jamás en la historia del mundo ha pasado eso. ¿Y tu me dices que está pasando ahora con María? Pero José no reaccionó así. El Espíritu Santo hizo que José escuchara con paciencia el mensaje del ángel. Y el ángel continuó: Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

 

¿Por qué creyó José al ángel? Porque José creyó la palabra de Dios por el poder del Espíritu Santo. Pero esta palabra vino de un ángel. Esto pasa mucho en el día de hoy. Hay gente que tiene sueños que son aparentemente de Dios o un ángel. Y posiblemente es verdad. Pero recuerden que nos dice Gálatas 1:7-9 - No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. ¿Qué es lo más importante? La palabra de Dios. Y lo vemos en el versículo 23 de nuestra historia. El ángel citó Isaías 7:14 cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel. Eso es lo más importante. José creyó el ángel no porque era un ángel, sino porque él le dijo la palabra de Dios. Entonces, si alguien tiene un mensaje o sueño de Dios o un ángel, somos sabios para buscar la palabra de Dios y ver si es verdad.

 

Pero a pesar de que tenemos la palabra de Dios en su totalidad, muchas veces no queremos creerlo. El diablo, el mundo, y nuestra carne pecaminosa siempre tratan de meter dudas en nuestras mentes. Ellos dicen cosas así: ¿Es su salvación realmente totalmente por gracia? Seguramente usted puede hacer algo para ayudar. O así: Usted puede interpretar la Biblia como desee. No hay solo una manera en que necesita interpretarlo. Si en su mente la Biblia dice que usted no puede bailar o tomar o que necesita adorar en ciertos días o usted puede orar a ángeles y María, está bien. O también así: Usted puede vivir su vida como quiera. Recuerde, usted tiene libertad Cristiana. La Biblia es solo un tipo de guía que puede seguir cuando quiere.

 

Esas ideas nos llevan a dudar de la palabra de Dios. Cuando creemos que podemos merecer algo para nuestra salvación, pecamos contra el tercer mandamiento. Cuando creemos que podemos interpretar la Biblia como deseemos, pecamos igualmente. Cuando quitamos la Biblia casi completamente y solo la usamos cuando nos gusta, pecamos en contra de la misma palabra de Dios. En todo esto nos apoyamos en nuestra voluntad y en las mentiras de Satanás, el mundo, y nuestra carne pecaminosa. Este camino nos lleva a una vida terrible en este mundo y aún peor, a una muerte eterna en el infierno. Sin la palabra de Dios, todo lo que nos queda es nuestra razón pecaminosa. Y esta razón no nos sirve en el asunto de salvación.

 

Pero Dios no nos ha quedado solo con nuestra razón pecaminosa. Dios nos ha dado su palabra perfecta. Su palabra que nos da vida. Su palabra con que podemos probar todas las cosas en nuestras vidas. Si alguien quiere llevarnos a legalismo, tenemos la palabra en Efesios 2:8-9 que nos dice: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Y si alguien quiere llevarnos a desorden o una vida sin la guía que es la ley, tenemos el próximo versículo en Efesios 2:10 que nos dice: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Y si alguien quiere decirnos algo que suena diferente, tenemos La Biblia para probarlo. Y esta Biblia nos dice hoy que en Belén va a nacer nuestro salvador, Emanuel que significa: Dios con nosotros. Nuestro Señor estaba pensando en ustedes desde la eternidad. Él vio a ustedes y decidió enviar a su único hijo para estar con nosotros. Dios dio su palabra para que nosotros creamos. Por siglos y siglos Dios dio profetas para predecir el salvador. Desde el Jardín de Edén Dios prometió nuestro salvador.

 

Y este salvador fue nacido por María en Belén para vivir una vida perfecta para nosotros. Ni una sola vez dudó la palabra del Señor. Él confió perfectamente en la voluntad de Dios y jamás cayó en tentación como vemos en Mateo 4 dónde Jesús conquistó las tentaciones del diablo. Y Jesús vino a este mundo no solo para ser nacido, sino para ser muerto por nosotros. Todas las veces que hemos dudado la palabra de Dios fueron llevadas a la cruz y perdonadas por la muerte de Jesús. Somos perdonados completamente.

 

Y esta palabra de Dios nos da confianza como José. Podemos estar seguros que la palabra de Dios es verdad en toda parte. José tenía confianza por medio del Espíritu Santo en la palabra de Dios que le dijo que María, una virgen, daría a luz al salvador del mundo. Y para nosotros, es cumplido. Ya tenemos la palabra de Dios que nos dice que Jesús es nuestro salvador verdadero. Ya tenemos sus promesas cumplidas. Y por eso podemos estar aún más confiados que Dios va a cumplir sus otras promesas.

 

Ya hemos visto que el nombre Emanuel significa: Dios con nosotros. José fue bendecido poder ver a Dios con él cuando nació Jesús. Y tenemos la misma fe como José. Creemos que la palabra de Dios es verdad. Y por eso, sabemos que Dios está con nosotros ahora como leemos en Mateo 18:20 - Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Y además sabemos que vamos a estar con Dios cuando nos lleva al cielo en su segunda venida. Amén.

 

 

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

1-3 Los himnos para el Adviento

4-16 Los himnos para la Navidad

32 Oh, Verbo humanado

 

Culto Cristiano:

1 Oh ven, oh ven, Emanuel

2-6 Los himnos para el Adviento

8-26 Los himnos para la Navidad


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