
El duodécimo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Si fuera por nosotros pecadores débiles, nunca podríamos hacer lo que Dios exige de nosotros. Pero hoy vamos a ver que Cristo, el pan de vida, nos ha llamado a la fe por medio de su evangelio, dándonos vida y fuerza para poder seguirle a él en este mundo y para poder vencer a nuestra carne y sus deseos pecaminosos.
La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, que estás siempre más presto para oírnos que nosotros para suplicarte, y acostumbras dar más de lo que pedimos o merecemos: Derrama sobre nosotros la abundancia de tu misericordia, perdonándonos todo aquello por lo que nuestras conciencias estén temerosas, y dándonos los bienes que no somos dignos de pedirte, sino por los méritos y la mediación de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: 1 Reyes 19:3-8 Lo que Dios pidió del profeta Elías parecía imposible. Sus enemigos lo buscaban para matarlo y le parecía a él que ni quedaba un creyente fiel a Dios. Pero Dios no deja que Elías se desanime. En estos versículos envía a un ángel para darle de comer, mostrando su protección y amor. En los versículos que siguen esta lectura, Dios da a Elías un señal increíble para animarle a seguir. Así es Dios con nosotros. Exige mucho, hasta que parece imposible, pero en su amor nos protege y fortalece por medio de su Palabra. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
3Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
El Salmo del Día: Salmo 34
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.
1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.
4 Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
5 Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
8 Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.
9 Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?
13 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16 La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17 Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.
19 Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
20 El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.
21 Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados.
22 Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían.
La Segunda Lectura: Efesios 4:30-5:2 Nuestra respuesta ante el amor de Dios es seguir su ejemplo de amor y humildad. Al ver que nos da el cielo por su puro amor, con corazones agradecidos vamos a luchar contra el diablo y nuestra carne pecaminosa.
30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
5
1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 6:41-51 Al escuchar las promesas de Cristo, muchos en su incredulidad gritaron: imposible porque él es solamente un hombre. Pero Cristo en su amor seguía llamando a todos y por medio de este evangelio, el Padre concedió a sus discípulos la fe para creer lo imposible. Nuestra salvación depende completamente de Dios. El pagó el precio de nuestros pecados, nos llama a la fe, nos da la fe, y nos da la fuerza para servirle en este mundo. Verdaderamente es el pan de vida.
41Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? 43Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 47De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48Yo soy el pan de vida. 49Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
CRISTO NUESTRO PAN DE VIDA ES NUESTRA FORTALEZA EN ESTA VIDA
No es por casualidad que la Biblia presente el estado de animo de los profetas y creyentes en general comparado con el estado de animo de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Nosotros por culpa de nuestra naturaleza pecaminosa somos personas que fácilmente cambiamos nuestra manera de pensar, nuestra manera de ver las cosas y sobre todo la manera de tratar a los demás. En nuestra carne encontramos como imitamos a los políticos, solo somos agradables con quien nos parece, solo tenemos buen comportamiento con quien creemos que tiene buen comportamiento con nosotros. Uno de los problemas que tenemos nosotros como seres humanos es que queremos caer bien a todo el mundo, queremos agradar a todos y que nadie hable mal de nosotros, esto lo vemos en las redes sociales, ellas parecen que se volvieron el monitor de nuestras emociones, cuando publicamos un estado, una foto o un video queremos que todas las personas que nos siguen den un me gusta o hagan un comentario positivo. Pero que frustrados nos ponemos cuando encontramos que somos ignorados, que somos criticados y que no son aceptadas nuestras ideas y comentarios. Todos estos sentimientos tienen que ver con nuestro orgullo pecaminoso que siempre quiere ser superior a todos los hombres y quiere ser aceptado en todos los niveles.
Hoy encontramos tres historias biblicas de hombres que estuvieron en este mundo y recibieron el rechazo de alguien. Podemos imaginarnos el rostro de Elias cuando mato a espada a los 450 sacerdotes de Baal, nos imaginamos su satisfacción y como se sintió de respaldado por Dios. Pero después de que escuchó que existía alguien que le esta contradiciendo y persiguiendo como Jezabel, vemos como cambio su estado emocional que afecto su situación espiritual y es lo que leemos hoy en 1 Reyes 19:4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. ¡Que fácil cambio la actitud de este hombre, profeta y creyente! Se sintió amado por Dios y de un momento a otro creyó que Dios le estaba castigando por algo, eran tan frustrantes los sentimientos de Elías que quiso morirse. Con el rey David cuando estuvo huyendo del rey Saúl, fue muy difícil para él y dentro de esta persecución llegó a una de las ciudades de los Filisteos y la Biblia nos dice: 13Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba. 14Y dijo Aquis a sus siervos: He aquí, veis que este hombre es demente; ¿por qué lo habéis traído a mí? 15¿Acaso me faltan locos, para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa? 1 Samuel 21:13-15. En un momento de debilidad de la fe, David, el rey elegido del pueblo de Dios, perdió la confianza en la protección del Señor contra Saúl y huyó para buscar la ayuda de los enemigos de Israel, los filisteos. Buscó refugio con Aquis, rey de la ciudad filistea de Gat. En el subtítulo del Salmo 34 Aquis se llama Abimelec, que puede ser otro nombre o título suyo. Cuando David se dio cuenta de que se había puesto neciamente en peligro al ir a buscar la ayuda de los filisteos, fingió locura para escapar de ellos. Ahora pensemos en nosotros, ¿en cuales momentos hemos creído que Dios nos ha dejado solos? ¿en qué circunstancias hemos pensado que Dios nos usa para burlarse de nosotros? Estas preguntas solo muestran nuestro pecado en contra los tres primeros mandamientos, porque muchas veces condicionamos nuestra relación con Dios basados en nuestras emociones y no en lo que Él ha hecho por nosotros. Elías, el rey David y cada uno de nosotros merecemos ser expulsados al infierno eterno por nuestra falta de fidelidad hacia Dios.
41Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? Este es el ataque en contra de Jesús, fue muy personal, los judíos estaban tratando de decir que Jesús no estaba en sus cabales, le conocieron desde niño, conocían a sus padres y era imposible que viniera del cielo. Pero cual fue la actitud de Jesús, ¿Salió a esconderse y hacerse el loco como David? O ¿quiso morirse como Elías? O como nosotros que somos tan cambiantes en nuestras emociones que hasta nos desanimamos en la fe. Él por amor a nosotros cumplió perfectamente los tres primeros mandamientos y encontramos en su respuesta perdón de nuestro pecado 43Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 47De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48Yo soy el pan de vida. Jesús no tuvo miedo de presentar la Ley y el Evangelio. Lo primero que hizo fue mostrar su divinidad al decirles que dejaran de murmurar y luego les dijo que para poder tener una relación con el Padre tenía que ser únicamente por medio de Él porque sin miedo siguió insistiendo que ÉL es el pan de vida y quien crea en Él tiene vida eterna. Por amor a nosotros no dudo en defender quien es Él. Pero el mismo Espíritu Santo nos lleva al sufrimiento y muerte de Jesús quien tuvo un propósito claro, recibir el castigo que nosotros merecemos para nosotros estar en paz con Dios, por esto la Biblia nos enseña el resultado de la obra de Cristo en 1 Corintios 6:11 mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. El castigo que Jesús sufrió en la cruz trajo como resultado estas bendiciones de parte de Dios y por lo tanto hoy damos gracias infinitas a la obra del Espíritu Santo quien nos recuerda que tenemos un Dios que nos da el mejor alimento del mundo, así como cuido a su pueblo en el desierto 49Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Ahora nos cuida con el alimento espiritual, Cristo nuestro pan de vida el cual vino a darnos vida espiritual, vida eterna al lado de nuestro Dios.
Ahora que tenemos la seguridad de que somos perdonados por la obra de Cristo, el Espíritu Santo no solamente nos da la fe, sino que San Pablo en la lectura de Efesios capitulo 4 nos dice: 30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. El no poner triste al Espíritu Santo es dejar que ÉL nos guie en este mundo porque tenemos un sello, el de ser salvados, este sello nos recuerda que nuestro nombre esta escrito en el libro de la vida y por lo tanto cuando estamos en momentos difíciles de nuestra vida vamos a 31Quítar de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. No importa quien nos persigue y más cuando tiene que ver con nuestra fe, no importa si las redes sociales se burlan de lo que creemos o cuando nos pasa algo malo y escuchamos decir del incrédulo “y eso que es cristiano” vamos sencillamente a comportarnos como nuestro Señor Jesucristo nos dice pero prediquemos este perdón que cada uno de nosotros conocemos y que andemos en amor porque así somos imitadores de Dios, puesto que entendemos que toda nuestra vida, guiada por el Espíritu Santo, hace que sea una total ofrenda y sacrificio en olor fragante para Dios. Nosotros estamos preparados espiritualmente para pasar por las tormentas de este mundo, muerte de un familiar, quedarnos sin empleo, nuestra empresa quiebra, nuestra familia nos hace a un lado por ser de otra religión, nuestros amigos nos abandonan en momentos de enfermedad y podemos hablar de muchas cosas más. Pero tenemos la fidelidad de Dios que no cambiará el cual nos da el Pan de Vida en todo momento de nuestras vidas y este Pan de vida siempre nos muestra el cielo, el lugar que esperamos estar pronto adorando y glorificando perfectamente a nuestro Dios. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
17 De tal manera Dios amó
32 Oh, Verbo humanado
35 Desciende, oh Santo Dios
37 Ven, Espíritu Santo
38 Tu Palabra es mi cántico
39 No podemos caminar (Santa Cena)
51 Dios de gracia, Dios de gloria
53 Seguidme a mí
54 Santo Espíritu llena mi vida
Culto Cristiano:
165 Hay una fuente
202 Oí la voz del Salvador
239 El rey de amor
240 En Jesucristo se halla la paz
242 Jesús es mi pastor
246 Mi fe descansa en ti
251 ¡Oh qué amigo nos es Cristo!
253 A los pies de Jesucristo
254 ¡Firmes y adelante!
272 Me guía Cristo
273 Mi mano ten
274 No temas ya
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