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El tercer domingo de cuaresma

(Púrpura)

 

El Tema del Día: Nosotros somos hijos de luz, es decir, que Cristo la luz del mundo vino para llamarnos de las tinieblas del pecado a la luz de la salvación. Entonces, como dice San Pablo, “qué andemos como hijos de luz.”

 

La Colecta: Oh Dios, que ves que no hay en nosotros poder alguno: Guárdanos exterior e interiormente para que seamos defendidos de toda adversidad que pueda sobrevenir a nuestros cuerpos y de todos los malos pensamientos que puedan asaltar y dañar nuestras almas; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La Primera Lectura: Isaías 42:14-21 Dios por medio de su profeta Isaías prometió que iba a enviar a su siervo el cual iba a guiar a los ciegos y cambiar las tinieblas en luz. Este siervo es Jesucristo la luz del mundo.

 

14Desde el siglo he callado, he guardado silencio, y me he detenido; daré voces como la que está de parto; asolaré y devoraré juntamente. 15Convertiré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques. 16Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé. 17Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.

18Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver. 19¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová, 20que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye? 21Jehová se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla.

 

El Salmo del Día: Salmo 143

 

Salmo de David.

1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;

Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.

2 Y no entres en juicio con tu siervo;

Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.

3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma;

Ha postrado en tierra mi vida;

Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.

4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;

Está desolado mi corazón.

5 Me acordé de los días antiguos;

Meditaba en todas tus obras;

Reflexionaba en las obras de tus manos.

6 Extendí mis manos a ti,

Mi alma a ti como la tierra sedienta.

Selah

7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;

No escondas de mí tu rostro,

No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.

8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,

Porque en ti he confiado;

Hazme saber el camino por donde ande,

Porque a ti he elevado mi alma.

9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;

En ti me refugio.

10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;

Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.

11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;

Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.

12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,

Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,

Porque yo soy tu siervo.

 

La Segunda Lectura: Efesios 5:8-14 Pablo explica a los efesios como Dios en su gracia les llamó de las tinieblas del pecado e incredulidad a ser hijos de luz. Por lo tanto, les exhorta a vivir como es digno de hijos de la luz.

 

8Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz 9(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), 10comprobando lo que es agradable al Señor. 11Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; 12porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. 13Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. 14Por lo cual dice:

Despiértate, tú que duermes,

Y levántate de los muertos,

Y te alumbrará Cristo.

 

El Versículo: Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en él vida eterna.

 

El Evangelio: Juan 9:1-7,13-17,34-39 En esta lectura Cristo sana al hombre ciego, pero este hombre recibe mucho más que la habilidad para ver con sus ojos físicos, porque Cristo también abre sus ojos espirituales. Lo triste es que los que rechazan a Cristo quedan ciegos espiritualmente y entonces también bajo condenación.

 

1Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? 3Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. 4Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. 6Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, 7y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.

13Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14Y era día de reposo* cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. 15Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo. 16Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo.* Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos. 17Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.

34Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron.

35Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. 39Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.

 

Jesús nos da vista espiritual

 

Un hombre estaba almorzando con unos amigos en un restaurante, cuando vino el mesero a tomar su orden, este hombre lo trató horrible. Él le dijo cosas horribles y groseras cuando el mesero no entendió bien lo que el hombre estaba pidiendo. Además, el hombre le dijo que, si el mesero hiciera una sola equivocación, el hombre nunca volvería a ese restaurante. Un poco después, mientras esperaba la comida, el hombre se puso de pie para ir al baño, pero en camino, él se tropezó y tiró una de las mesas, todos se rieron de él y se sintió tan avergonzado que se fue inmediatamente sin decir nada. He escuchado esa historia como un ejemplo de karma, esta palabra significa recibir algo como recompensa a lo que uno ha hecho, puede ser un castigo por algo malo o una bendición por algo bueno. Pues, la Biblia dice claramente que el Karma no existe como tal porque Dios tiene el control y poder de todo. Él no tiene una fuerza como karma para gobernar las cosas del mundo. Vemos en nuestro texto para hoy, tercer domingo de cuaresma que Dios es quién da castigo, y él que da amor y vista a los ciegos.

 

Los discípulos tenían una forma de pensar muy común en esa época, pero hoy en día muchos también tienen esa misma manera de pensar. Ellos pensaron que cuando uno estaba experimentando algo difícil en su vida, debía ser por un pecado. En este caso del hombre ciego de nacimiento, su pregunta era si este hombre cometió un pecado antes de nacer o si fue un pecado de sus padres. Tiene sentido con esa mentalidad similar a Karma que alguien tenía que pecar para merecer un castigo tan fuerte y difícil como la ceguedad. En el versículo que viene podemos ver el propósito del evangelio de Juan, en este tiempo de Cuaresma estamos disfrutando de la obra de Dios. Jesús les respondió a sus discípulos claramente: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Y ¿qué hizo Jesús? Él hizo un poco de lodo con su saliva y la tierra y lo puso en los ojos del hombre ciego y lo mandó a lavarse en el estanque Siloé. Qué bendición que este hombre podía sentir físicamente lo que Jesús estaba haciendo por él - como nosotros en los sacramentos podemos saber y tocar el perdón que recibimos. Y justo después de eso, el hombre ciego recibió su vista.

Pero Jesús no se detuvo ahí. Él tuvo que hacer más con ese hombre y los fariseos. La gente llevó el hombre ante los fariseos. Ellos preguntaron al hombre sobre lo que pasó. Y el hombre respondió de manera clara, diciendo exactamente lo que pasó. Pero los fariseos no querían escuchar sobre el Hijo de Dios. Ellos querían emitir juicios hacia Jesús por hacer tal cosa en un día de reposo. Los fariseos siguieron en su ceguedad espiritual.

Después de expulsar al hombre, Jesús lo buscó. Jesús tenía más que hacer con él. Sí, Jesús le había dado su vista físicamente, pero él quiso también dar la vista espiritual al hombre. Y así lo hizo. Jesús preguntó al hombre, ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Y el hombre respondió preguntando quien era para qué podría creer en él. Y Jesús le dijo que era él. Jesús le dio a este hombre dos tipos de vista, pero una fue más grande que la otra. Seguramente este hombre habló a sus amigos y vecinos sobre el milagro de que podía ver por primera vez en su vida. Pero pienso yo, que él habló más de su vista espiritual que él recibió de Jesús. Esa vista espiritual cambió su vida más que su vista física sin duda.

¿Con qué persona o grupo de personas se pueden identificar en esta historia? Tal vez los discípulos. Quizá han pensado que sus acciones merecen un castigo o una recompensa. Tal vez estamos experimentando algo difícil, una enfermedad dura, o una relación con un familiar está teniendo muchos problemas, o parece que día tras día cada vez más cosas desafortunadas están pasando en nuestra vida. Pero pensamos que es merecido. Hemos pecado gravemente y estas cosas malas simplemente son el castigo. Tenemos que sufrir por nuestros pecados porque el sufrimiento de Jesús no era completamente suficiente. O aún peor, pensamos que nuestras buenas obras merecen algo o pueden contribuir a nuestra salvación.

O tal vez se pueden identificar con los fariseos. Ellos vieron la evidencia clara de que Jesús era el Hijo de Dios que pudo sanar al hombre y perdonar los pecados como Dios. Pero no querían creer. Hemos leído la Biblia que nos dice claramente lo que Dios puede hacer y lo que ya hizo por nosotros. Pero tal vez vienen momentos en nuestras vidas en que no queremos creer en  la Biblia. La Biblia nos dice claramente que es pecado, pero muchas veces queremos seguir pecando así. O posiblemente hemos pecado muchas veces, y pensamos que ese pecado no puede ser perdonado.

Tal vez podemos identificarnos con los dos, pero también debemos identificarnos con el hombre ciego. Estábamos igualmente ciegos como él. Tal vez no en un sentido físico, sino en un sentido espiritual. No podíamos ver nuestro estado espiritual. Como leemos en Colosenses 2:13 - Y a vosotros, estando muertos en pecados. No teníamos chance de ver nada como muertos. Pero Dios envió a Jesús para ser la luz del mundo. Jesús, como luz, nos mostró nuestra ceguedad espiritual y nos dio vista. Así vimos nuestro pecado, pero también nuestro Salvador para que creamos también en el Hijo de Dios. Y este Hijo de Dios no sólo sanó a la gente en su tiempo, sino sanó a todo el mundo de su enfermedad grande - pecado - perdonando todos los pecados del mundo en la cruz del calvario. Mediante la palabra de Dios, podemos ver la luz de Jesús como leemos en 1 Juan 1:5 - Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. La Biblia nos da la vista verdadera.

Con esta vista, podemos ver cosas diferentes por el Espíritu Santo. Podemos ver que Jesús sufrió completamente por todos nuestros pecados. Sí, hay consecuencias por nuestros pecados en este mundo, pero sabemos que recibimos perdón completo por nuestros pecados por la obra de Cristo. Y cuando cosas difíciles aparecen en nuestras vidas, recordamos lo que Jesús dijo en Juan 9:3 - No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Dios puede mostrar su poder en nuestras debilidades y momentos difíciles y el propósito de este tiempo de Cuaresma es que veamos estas obras en nuestra vida, como el Espíritu Santo nos ha guiado a la Luz verdadera, Cristo Jesús.

¡Y esta vista nos motiva! Si ustedes hubieran recibido su vista después de haber sido ciego por toda su vida, yo creo que ustedes vivirían diferentes. ¡Ustedes dirían a todos sus amigos como habían recibido su vista tan milagrosamente! Lo mismo pasa con nuestra vida espiritual. Tenemos la palabra de Dios que da vista espiritual por el Espíritu Santo, y Jesús dice en Juan 9:4 - Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. ¡Trabajamos mientras el día dura en esta vida! Tenemos esa vista espiritual y podemos compartirla con los ciegos de este mundo. Seguramente ustedes conocen a un familiar, un vecino, o un amigo que tiene ceguedad espiritual porque no tienen el conocimiento revelado de Dios, pero nuestro Señor nos usa para que ellos puedan tener esta Luz, este conocimiento en sus vidas. ¡Que bendición que tenemos la palabra de Dios que puede darles la vista que salva! ¡Por esto en este tiempo de Cuaresma necesitamos ir más a la Escritura y ver con mucha Luz y Claridad a Cristo Jesús para poder predicarlo a otros y así compartimos este regalo a todos! Este regalo de vista espiritual es para todos y no tiene límite. Gracias a Dios que vino Jesús para que los que no ven, vean. Amén.

 

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Amén.

 

 

Los Himnos:

 

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

17 De tal manera Dios amó

18 Te saludo, Cristo santo

88 Sublime gracia

107 El Señor es mi luz

54 Santo Espíritu llena mi vida

26-34 Los himnos del Redentor

38 Tu Palabra es mi cántico

 

Culto Cristiano:

47 Cristo vida del viviente

110 ¡Luz brillante, dulce y pura!

116 Tu Palabra, ¡oh Padre santo!

166 Hijos del celeste rey

202 Oí la voz del Salvador

203 ¿Oyes como el evangelio?

245 Lejos de mi Padre Dios


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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