
El primer domingo después de pentecostés
(El domingo de la santísima Trinidad)
(Blanco)
Tema del día: La Biblia enseña claramente que hay un solo Dios, pero que este Dios es tres personas distintas: el Padre, el Hijo, y el Espíritu los cuales todos son Dios completamente. En el misterio de la Trinidad, Dios se revela como nuestro Creador, Redentor, y Santificador.
La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, que has dado gracia a tus siervos para confesar la verdadera fe, ensalzar la gloria de la eterna Trinidad y en el poder de la majestad divina adorar a la Unidad: Te suplicamos que nos conserves en esta fe y nos defiendas siempre en toda adversidad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Romanos 5:1-5 En estos versículos breves, San Pablo destaca la obra salvadora que ha efectuado nuestro Dios trino por nosotros. Jesucristo vino a este mundo y pagó el precio de nuestros pecados. Dios el Padre por su parte nos justifica, es decir, nos declara inocentes por los méritos de Cristo y ahora tenemos paz con él. Recibimos este regalo de la justificación por medio de la fe que el Espíritu Santo ha derramado en nuestros corazones.
1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
El Salmo del Día: Salmo 150
Aleluya.
1 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento.
2 Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza.
3 Alabadle a son de bocina;
Alabadle con salterio y arpa.
4 Alabadle con pandero y danza;
Alabadle con cuerdas y flautas.
5 Alabadle con címbalos resonantes;
Alabadle con címbalos de júbilo.
6 Todo lo que respira alabe a JAH.
Aleluya.
El Evangelio: Juan 16:12-15 En la noche antes de su crucifixión, Cristo promete a sus discípulos que iban a recibir al Espíritu Santo el cual los conduciría a un conocimiento completo de la salvación que tenían en Cristo. Por los méritos de Cristo ya tenían paz para con Dios Padre. ¡La salvación se encuentra solamente en nuestro Dios trino!
12Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria. ¡Aleluya!
El Sermón: Números 6:22-27 En esta lectura, Dios manda a Moisés y Aarón bendecir a la gente con lo que llamamos hoy en día “la bendición aarónica.” Nosotros, el pueblo de Dios, todavía recibimos esta bendición del Dios trino.
ESCUCHEMOS LAS PALABRAS PODEROSAS DE NUESTRO DIOS TRINO
Sticks and stones may break my bones, but words can never hurt me. Es un dicho en inglés que usamos cuando nos insultan. Se traduce así: “Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras jamás me pueden herir.” La idea es, que no voy a permitir que los insultos me afecten o que las palabras ofensivas de otros tengan efecto negativo sobre mí, no voy a permitir que las palabras ofensivas tengan poder. Pero la verdad es totalmente, al contrario, y ¿Quién entre nosotros no ha sido herido por palabras? En todas las relaciones que tenemos, va a pasar, solo es cuestión de tiempo. ¿Por qué? Porque somos pecadores y nos sale palabras feas ofensivas de nuestra boca, y las palabras tienen poder para destruir o construir.
Existen palabras que pueden herir, pero no solo eso, también existen palabras que pueden persuadir para efectuar un cambio positivo. Las palabras pueden inspirar esperanza cuando escuchamos a un líder, o producir miedo cuando le escuchamos. Las Palabras pueden probar o cubrir el carácter de alguien. Las Palabras pueden comunicar información o pueden confundir. Las palabras pueden expresar amor o transmitir ira. Pero de todas las cosas que pueden hacer palabras, hay una cosa espectacular de las palabras, porque Dios eligió usar palabras para comunicarse con nosotros en nuestro propio idioma para bendecirnos. Y esas palabras tienen más poder que todas otras porque son basadas en las promesas de Dios. Vamos a escuchar estas palabras, vienen de Números 6:22-27.
22 Jehová habló a Moisés, diciendo: 23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles:
24 Jehová te bendiga, y te guarde;
25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
26 Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
El Dios Trino habla palabras poderosas a su pueblo. Primero habló a Moisés, su representante elegido para comunicarse con el pueblo. No lo eligió porque fue mejor que nadie, sino por su gracia. Recordamos la historia de Moisés, fue asesino que huyó de su pueblo. Los abandonó a todos puesto que no lo quisieron los egipcios ni los israelitas. Pero pastoreando en el desierto Dios lo llamo especialmente en una zarza que ardía, pero no se consumía, Dios llamó a Moisés como su instrumento para salvar al pueblo. Moisés preguntó, “¿Y quién digo que me envió?” Dios respondió con su nombre, “JEHOVA,” que quiere decir, “YO SOY QUIEN SOY.” Este es un nombre que Moisés y los Israelitas iban a conocer bien e iban a escuchar repetidamente cuando Dios pondría su nombre sobre su pueblo, como mandó que hiciera Aaron y sus hijos, los sacerdotes, con el pueblo, usando las palabras que acabamos de escuchar, y que vamos a escuchar al terminar nuestro culto, y cada ocho días. Y estas palabras son poderosas y tenían mucho significado para el pueblo de Israel.
Jehová te bendiga, y te guarde…
Israel después de salir de esclavitud de Egipto estaba organizado para una jornada, desde el Monte Sinaí a la tierra prometida. Hicieron un censo, contaron a todos, de eso viene el nombre del libro, Números. Dios dio a Moisés y a los sacerdotes más instrucciones para la alabanza, el tabernáculo- que era su templo portátil, y la organización del pueblo. Esta jornada en que iban a embarcar debería de ser de nada más que dos semanas, pero llegaron por fin cuarenta años después. Durante todo ese tiempo de caminar en el desierto escucharon las mismas palabras poderosas- Jehová te bendiga y te guarde. La jornada no fue fácil. Enfrentaron muchos peligros- serpientes, enemigos de otras naciones, aun un mago que fue contratado a maldecir al pueblo- si se acuerdan de la historia de Balaam y su asno que le habló. Pero en todos los peligros Dios guardó a su pueblo y los bendijo. Y ese Balaam no fue permitido maldecir a Israel, cuatro veces abrió la boca a maldecir, pero Dios tomó control y Dijo: “He aquí, he recibido orden de bendecir. Él dio bendición, y no podré revocarla.” Y la cuarta vez dijo, “Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel.” Todavía no se sabía mucho acerca de esa estrella, pero en el tiempo Dios lo reveló, que era Jesús.
Jehová le bendijo y guardó a su pueblo con palabras poderosas, aun habladas por un mago, y con la bendición de Aaron, que sigue así:
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Desde el Monte Sinaí Dios dio esta bendición a su pueblo, y cada vez que la escucharon recordaban esos días y todo lo que vieron y escucharon. El monte cubierto por nubes, relámpagos y truenos señalando la presencia de Dios... Que miedo… “Ay, Moisés, usted vaya a hablar con Dios, mejor le esperamos aquí, y nos puede compartir lo que dice Dios, para que no veamos a Dios y muramos.” Entonces desapareció Moisés en las nubes y cuarenta días después bajo, y su rostro resplandeciendo. Moisés había visto el rostro de Dios, ¡y no murió! Dios hizo resplandecer su rostro con Moisés y le tuvo misericordia. Moisés bajo con la ley, los diez mandamientos y otras leyes específicamente para el pueblo. Y prometieron a Dios, “Si, ¡vamos a guardar todas estas cosas que nos mandas!” Pero aun antes de recibir todas las instrucciones habían hecho un becerro de oro, un ídolo que adoraban. Dios los castigó, pero no los destruyó por completo. Lo hizo en amor y siguió bendiciéndoles y mostrando misericordia, aunque su pueblo solo le dio razones de no mostrar misericordia. Dios les guio hasta llegar a la tierra prometida y nunca escondió de su pueblo su rostro. En cambio, lo alzó hacia ellos como dice la tercera parte de la bendición.
Jehová alce su rostro hacia ti y ponga en ti paz
Cuando la Biblia habla de paz, no significa solamente la ausencia de guerras. Paz es una palabra poderosa y complicada de definir. En hebreo se dice shalom, y el significado es una combinación de hola, salud, paz, lo completo, y bienestar. Lo más increíble de todo es que pudieran estar en esta paz con Dios. Que Él les alce el rostro quiere decir que los ve con placer, a ese pueblo rebelde y complicado.
Porque Dios puso su nombre sobre su pueblo. Su nombre era Jehová, pero para un hebreo, el nombre no es solo como se llama, el nombre equivale la totalidad de las características de uno, o sus atributos. El nombre de Jehová significa todas las cosas que hemos dicho aquí. Su fidelidad, misericordia y su amor hacia el pueblo.
A nosotros, sigue poniendo su nombre sobre nosotros. Por eso seguimos usando la misma bendición que usaron Aaron y los sacerdotes. Pero Dios nos ha revelado más acerca de su nombre, o sea de cómo es Él. Nos ha revelado por las palabras poderosas del Nuevo Testamento, inspiradas por Él, que su nombre es Padre, e Hijo y Espíritu Santo, como dicen los otros textos de hoy. Conociendo esto de Dios volvemos a escuchar la bendición y nos damos cuenta de que nos dejó una pista de la Trinidad allí en la bendición, repitiendo su nombre tres veces. Y cada parte de la bendición podemos relacionar con la obra de cada tres personas de la Trinidad.
Jehová te bendiga y te guarde,
Esta parte relacionamos con Dios el Padre. El Padre nos guarde. El provee por nosotros por medio de nuestros trabajos, o nuestros padres. Nos guarda espiritualmente por medio de su palabra y por los diez mandamientos, que nos guían en la vida. Pero nosotros sabemos que no podemos guardar esos mandamientos como quiere. Y es por lo que las siguientes palabras son tan poderosas.
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia.
Cuando vemos los diez mandamientos nos damos cuenta de que Dios tiene toda la razón para maldecirnos, quitar de nosotros su nombre, y no mirarnos más. Su nombre que es perfecto, que merece todo el honor, ¿Cuántas veces lo usamos sin pensar? Ay, mi bendito Dios… Y eso en lugar de proclamar las maravillas de él y la gloria de su nombre. Al usar mal el nombre de Dios o no predicarlo cuando tenemos oportunidades por miedo de que nos rechazan pecamos contra el segundo mandamiento. Y cuando saben que somos cristianos, que tenemos sobre nosotros el nombre de Cristo, y ven la manera en que actuamos en contra la ley, traemos vergüenza a su nombre, y Jesús nos dijo que, “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria.” Con el Rey David en Salmo 27 confesamos rostros inclinados nuestros pecados contra él, decimos no escondas tu rostro de mí, no apartes con ira a tu siervo.
Y abrimos los ojos para ver un poquito y allí está el rostro de Dios. Gira y nos mira, y vemos salir de él una sonrisa. Dios tiene misericordia de nosotros. ¿Por qué? Porque cuando nos mira, ve a Jesús, el que oraba perfectamente al Padre, y predicaba confiadamente siempre. Dio toda la gloria al nombre del Padre, y lo hizo por nosotros. Su muerte y resurrección nos libró del pecado y su castigo eterno. Por eso relacionamos esta parte de la bendición con la obra de Dios el Hijo, Jesús, el Cristo. En la tercera parte vemos como nos afecta, relacionada con la obra de Dios el Espíritu Santo.
Jehová alce su rostro hacia ti y ponga en ti paz
Dios nos mira con placer porque hemos sido justificados por Cristo. Nos bendice y pone en nosotros paz. Ya no hay que buscar en otros lugares porque tenemos paz en Dios. Esta paz llega a nosotros por la obra del Espíritu Santo, por medio de su palabra. Esta paz vino a nosotros por primera vez cuando las aguas de nuestro bautismo ahogaron nuestro pecado. Fuimos sepultado y resucitado con Cristo por el bautismo. Esta paz también es fortalecida cada vez que recibimos personalmente el perdón de pecados en la Santa cena.
Esta paz nos afecta en cada aspecto de nuestra vida- la vida personal, en el trabajo, en la familia, y obviamente con hermanos y hermanas en la fe. Es una paz real. Y como viene a nosotros. Por palabras, pero palabras poderosas. Dios usa palabras para comunicarse con nosotros, en las Escrituras para que seamos sabios para la salvación. Y usa palabras para bendecirnos. Entonces cuando el mismo Dios, Jehová, Padre Hijo y Espíritu que dijo “Sea la luz,” y fue la luz nos bendice, presta atención, porque así será:
Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
25 A Dios supremo creador
63 A Dios demos gloria
66 ¡Al Dios de Abraham, loor!
71 Dad al Padre toda gloria
75 Jubilosos te adoramos
78 Señor, mi Dios
Culto Cristiano:
96-103 Himnos para la Santísima Trinidad
104-108 Doxologías
2 Alzaos, ¡Oh Puertas!
185 Naciones todas alabad
190 Sólo a Ti, Dios y Señor
193 De boca y corazón
303 Dios os guarde siempre en santo amor (primera lectura)
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