
El séptimo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: La Palabra de Dios es poderosa y eficaz. Por medio de esta Palabra, el Espíritu Santo obra la fe en nuestros corazones. No obstante, el hombre tiene la habilidad para rechazar el evangelio poderoso de Dios. Qué siempre prediquemos este mensaje de salvación a todos, aún si muchos la rechazan, porque si creen o no, de todas formas Dios es glorificado por medio de la predicación.
La Colecta: Concede, Señor, que el curso de este mundo sea gobernado por tu dirección de tal manera que tu iglesia se regocije en servirte en divina paz y tranquilidad; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Ezequiel 2:1-5 Así como muchos de los profetas de Dios, el profeta Ezequiel fue enviado para predicar a un pueblo de duro corazón. La mayoría de ellos iban a rechazar su mensaje porque para ellos la Palabra de Dios era locura y débil, pero siempre unos iban a creer, porque por medio del evangelio que es el δυvαμoς, la dinamita divina, Dios puede abrir el corazón duro del hombre.
1Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. 2Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. 3Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. 4Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. 5Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.
El Salmo del Día: Salmo 143
Salmo de David.
1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
2 Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.
3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma;
Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.
4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;
Está desolado mi corazón.
5 Me acordé de los días antiguos;
Meditaba en todas tus obras;
Reflexionaba en las obras de tus manos.
6 Extendí mis manos a ti,
Mi alma a ti como la tierra sedienta.
Selah
7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;
No escondas de mí tu rostro,
No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;
En ti me refugio.
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;
Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.
12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,
Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,
Porque yo soy tu siervo.
La Segunda Lectura: 2 Corintios 12:7-10 Por medio de nuestra debilidad, Dios muestra su poder. San Pablo es un ejemplo claro de eso. Dios no quitó su “aguijón en la carne” para el bien de Pablo y para mostrar su gran poder. El gran éxito que tuvo Pablo en su ministerio no se debe a él, sino a Dios y su Palabra.
7Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 8respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. 9Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! En esto es glorificado mi Padre, en que den mucho fruto. ¡Aleluya!
El Evangelio: Marcos 6:1-6 El mensaje de Cristo para nosotros que creemos es sabiduría y poder, pero para los que en su incredulidad y dureza de corazón rechazan a él, es un mensaje de debilidad e insensatez. Así como los de Nazaret, muchos de nuestra época van a rechazar a Cristo y nuestra predicación, pero qué nunca dejemos de predicar. Como vemos en el versículo 6, después de ser rechazado en Nazaret, Cristo “recorría las aldeas de alrededor, enseñando.”
1Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos. 2Y llegado el día de reposo,* comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? 3¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. 4Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. 5Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. 6Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
AMADOS DE DIOS VEAMOS EL PODER VIVO Y EFICAZ DE LA PALABRA DE DIOS
En este mundo como creyentes tenemos dos enemigos que hacen mucho daño a nuestra fe, el orgullo pecaminoso y la razón. Cuando hablamos del orgullo pecaminoso realmente es nuestra carne, lo que somos cada uno de nosotros por naturaleza porque no aceptamos que nadie nos regale nada y tampoco aceptamos que somos malos por naturaleza. La Biblia nos confronta a cada uno de nosotros con estas dos preguntas: ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado? Proverbios 20:9, la respuesta a estas preguntas es sencilla: ninguno de nosotros estamos limpios en nuestro corazón, limpios de nuestro pecado y somos merecedores del infierno eterno. Pero nuestro orgullo pecaminoso nos asegura y convence que tenemos un corazón limpio y que no somos tan pecadores y este orgullo usa nuestra razón para justificar que en cierta manera la Biblia se equivoca con nosotros porque en realidad no somos tan malos y además nuestra razón nos dice: ¿Cómo Dios va a exigir a nosotros lo que no podemos ser y hacer?
La primera lectura usando al profeta Ezequiel vemos un retrato con el pueblo de Israel lo que somos cada uno de nosotros, ellos habían olvidado el privilegio que tenían al ser el pueblo de Dios y por lo tanto tener la bendición que de ellos vendría el Mesías prometido. Para los pueblos paganos esto no importaba porque su incredulidad los llevaba a tener sus propios dioses y no creer en el Dios verdadero. Pero el pueblo de Dios que tenía la promesa del Mesías que los llevaría a la tierra prometida, el cielo, tenía el sello de ser un pueblo elegido y bendecido por el creador del mundo, pero su orgullo pecaminoso y razón los llevó a ser rebeldes, de corazón endurecido, con un rostro duro hacia el verdadero Dios y cayeron en Idolatría adorando los dioses cananeos. Como disciplina de su pecado Jehová permitió que Babilonia los tomara en cautiverio y así buscar en ellos arrepentimiento, pero el pueblo tuvo un efecto contrario en sus cinco años de deportación, no amó a su Dios sino a los dioses cananeos. En los tiempos de Jesús se suponía que los Israelitas de esos tiempos ya deberían estar preparados para identificar y creer en el Mesías esperado, pero la biblia nos muestra cual era la actitud espiritual de este pueblo que aún seguía orgullosa y guiada por su razón cuando Jesús llego de la tierra de los gadarenos a Nazaret y entro en la sinagoga a enseñar podemos encontrar en sus preguntas como no estaban preparados para recibir al Mesías ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? 3¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él. Es evidente que los que estaban en esta sinagoga con Jesús crecieron con Él, conocían su familia, y su orgullo pecaminoso y razón los llevó hacerse estas preguntas, su duda de que Jesús era el Mesías esperado recibió esta respuesta: 4Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. 5Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. 6Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
Es evidente el pecado en contra el primer y el tercer mandamiento de parte del pueblo de Dios en el Antiguo y Nuevo testamento, es evidente que cuando vemos estas historias nos recuerdan que cada uno de nosotros también hemos pecado contra Dios, no confiando en Él, no confiando en su Palabra. Nosotros por naturaleza somos idolatras, confiamos y amamos a los dioses de este mundo como el dinero, el sexo, el yo, porque creemos que la abundancia de esto en nuestras vidas es una bendición de Dios y creemos que tenemos un boleto para pecar porque somos perdonados, pero en realidad si nosotros creemos que tenemos un boleto para pecar siendo el pueblo de Dios la carta a los Hebreos 10:26-27 nos dice: 26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
Ezequiel en su llamamiento estaba preparado para enfrentarse a un pueblo incrédulo a Dios y su Palabra, Jesús también estaba preparado al encontrar que sus propios paisanos no creían en Él y la iglesia actual también está viviendo esto porque la mayoría de pastores están predicando no la Palabra de Dios sino su propia palabra, ellos están creando cada vez nuevas leyes y normas que creen que el cristiano necesita cumplir para hacer parte del pueblo de Dios, cada día nos encontramos con iglesias que quieren ser santas por sí mismas afirmando que no tienen pecado, que son totalmente obedientes a Dios y que realmente siguen toda la Palabra de Dios olvidando el centro de la vida cristiana que es Jesucristo.. Y nosotros hoy, creyentes que somos por la obra del Espíritu Santo no vamos a caer de nuevo del lugar que fuimos rescatados cuando vivíamos en las tinieblas de la incredulidad y la idolatría. Nuestro rostro duro, nuestro corazón rebelde fue cambiado por el poder de la Palabra de Dios, por medio de ella escuchamos que eternamente seriamos enemigos de Dios y la Ley nos llevó a los límites del infierno, pero la Ley venció nuestro orgullo pecaminoso y nuestra razón al decirnos que necesitábamos un salvador porque Romanos 3:20 nos enseña 20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. Nuestro orgullo pecaminoso y razón fue convencido de nuestra maldad, nuestro pecado y por lo tanto el Espíritu Santo nos llevó con el mismo poder del Evangelio que está en la Palabra de Dios a los pies de Jesús, Él no se desanimó al ser cuestionado por sus paisanos, puso en primer lugar al Padre y por los tanto San Marcos 6:6 nos dice: Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. Al poner en primer lugar al Padre le llevó a seguir predicando la Palabra de Dios, es decir, cumpliendo perfectamente el tercer mandamiento, y al hacer esto nos dice la Palabra de Dios que somos justificados en su vida porque Romanos 3:22 nos señala la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Y esta fe en la obra de Cristo nos lleva a tener también seguridad que somos perdonados en su sufrimiento y muerte, allí Él cargó con todo nuestro orgullo pecaminoso, con todo nuestro pecado y por lo tanto leemos en Romanos 3:24-25 24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.
Ahora es muy importante confesar que la Palabra de Dios es viva y poderosa, porque cambio nuestro orgullo y razón pecaminosos en una fe humilde en la obra de Jesús. Pero también el mismo Espíritu mantiene nuestro orgullo y razón controlados, el ejemplo lo vemos en San Pablo con su aguijón, la lectura de Corintios para hoy nos habla que esto le traía a él problemas porque satanás usaba esto para hacerlo dudar de Dios, pero Pablo por la obra del Espíritu Santo confeso que este aguijón tenía un propósito claro: para no enaltecerse. Nosotros no somos perfectos, cuando estamos enfermos, al mirarnos en un espejo con nuestras imperfecciones, cuando tenemos problemas financieros, cuando hay problemas en el hogar esto nos trae dolor y todo esto lo usa el mismo Dios para no enaltecernos, para que no creamos que no necesitamos de Él, al contrario todos los aguijones de la vida nos lleva a usar la Palabra de Dios viva y Eficaz como el Salmo 143 que es el último de los siete salmos penitenciales, este salmo nos enseña a ir en oración a nuestro Dios cuando el aguijón hace difícil nuestra vida 1Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. Aprendemos a darle gracias en medio de nuestros aguijones porque encontramos en nuestro Dios la bendición de Glorificar su nombre cada día en medio de las dificultades como leemos:8Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma. Y finalmente le pedimos a nuestro Dios que nos enseñe siempre a confiar en Él en medio de los aguijones de nuestra vida y que siempre nos guie con un propósito claro, siempre adorar y alabar su nombre y es la enseñanza final de este salmo que consideramos hoy 10Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. ¡Que el Espíritu Santo te conceda esto a cada uno de nosotros! Amén.
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
38 Tu Palabra es mi cántico
56 Alzad la cruz
58 En nuestros afanes
59 Levántate, despierta
61 Señor Jesús, atiende
Culto Cristiano:
110 Luz brillante, dulce y pura
113 Preciosa herencia otorga Dios
116 Tu Palabra, ¡oh Padre santo!
263 Escuchad, Jesús nos dice
264 Grato es contar la historia
296 Después, Señor, de haber tenido aquí
301 La Palabra hoy sembrada
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 01
Ver Recursos