
Servicio - 10 mayo 2020
El quinto domingo de la pascua
(Blanco)
Tema del día: La Palabra de Dios, que es poderosa y eficaz, nos trae a Jesucristo y nos hace piedras vivas que constituyen el templo de Dios, su santa iglesia.
La Colecta: Oh Dios, que haces que los corazones de tus fieles sean de una misma voluntad: Concede a tu pueblo que ame lo que mandas y desee lo que prometes, para que en medio de los numerosos cambios de este mundo, nuestros corazones estén fijos en ti que eres la fuente de los verdaderos goces; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Hechos 17:1-12 En esta lectura, San Lucas nos muestra como la Palabra de Dios crecía en los días de los apóstoles. Aun en medio de la persecución, los apóstoles predicaban la Palabra de Dios y muchos creyeron. Además tenemos el muy buen ejemplo de los cristianos en Berea: ellos no confían en Pablo y Silas, sino escudriñaron las Escrituras para ver si era cierto lo que decían. Qué nosotros siempre escudriñemos las Escrituras porque en ellas se encuentra la salvación.
1Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo* discutió con ellos, 3declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. 4Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. 5Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; 7a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. 8Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. 9Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.
10Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres.
El Salmo del Día: Salmo 33
1 Alegraos, oh justos, en Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza.
2 Aclamad a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio.
3 Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con júbilo.
4 Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra es hecha con fidelidad.
5 El ama justicia y juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
7 El junta como montón las aguas del mar;
El pone en depósitos los abismos.
8 Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo.
9 Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió.
10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová,
El pueblo que él escogió como heredad para sí.
13 Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los hijos de los hombres;
14 Desde el lugar de su morada miró
Sobre todos los moradores de la tierra.
15 El formó el corazón de todos ellos;
Atento está a todas sus obras.
16 El rey no se salva por la multitud del ejército,
Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
17 Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
19 Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre.
20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti.
La Segunda Lectura: 1 Pedro 2:4-10 Jesucristo, la piedra viva, nos hace miembros de su santa iglesia por medio de su Palabra poderosa. Dios nos ha escogido para ser su pueblo especial y ahora nos anima a compartir las buenas nuevas de la salvación con el resto del mundo.
4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre él. Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 14:1-12 Por medio del santo evangelio el cual nos dice que Jesucristo es el único camino al cielo, el Espíritu Santo obra la fe en nuestros corazones para que creamos en él para nuestra salvación. Este mensaje, estas buenas nuevas de la salvación, verdaderamente nos une con Dios y nos hace partícipes de su santa iglesia.
1No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
HERMANOS LA PASCUA DERROTA TODA ANSIEDAD.
Los cristianos somos conocidos porque mantenemos la Biblia en nuestras manos. Pero nos enfrentamos a varias situaciones en este mundo que nos llevan a tener ansiedad y se nos olvida abrirla. Mantenemos la Biblia al lado de nuestra cama pero en el diario vivir olvidamos usarla. Memorizamos pasajes biblicos pero muchas veces con nuestras acciones demostramos que no conocemos a Jesús. Es muy importante nuestro contacto con las Escrituras y más que estas nos llevan a conocer a nuestro Señor. Nosotros al igual que dos personajes que nos muestra el evangelio del dia de hoy necesitamos reconocer nuestro pecado en contra del Tercer Mandamiento porque olvidamos como Jesús se ha dado a conocer en las Escrituras. 5Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 8Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Tal vez para nosotros es fácil juzgar el pecado en contra del tercer mandamiento en Tomás y en Felipe, pero no podemos olvidar la situación emocional de ellos cuando escucharon estas palabras el Jueves Santo después de que Jesús lavo sus pies, les predicó del amor entre ellos y como Pedro lo iba a negar públicamente estaban llenos de ansiedad y falta de entendimiento por las palabras de despedida de su Señor.
Todos nosotros conocemos que es la ansiedad que nos trae este mundo cuando estamos sin empleo, con una enfermedad que no se puede curar, con una relación rota con la persona que amamos y es imposible de recuperar y muchas otras circunstancias más, las cuales nos hace recordar que la ansiedad que hay en nuestro corazón hace que vivamos como si no conociéramos a Jesús. Nuestro corazón acepta fácil la ansiedad porque el enemigo usa el pecado que hay en nuestro corazón para hacerla predominar. Dios después del diluvio prometió no destruir más el mundo con agua porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud. Genesis 8.21. y conociendo nuestro corazón débil que nos dejamos vencer en muchas oportunidades de la ansiedad Él mismo Dios sabe que tendemos a sólo tener miedo a este mundo, a los hombres, a las circunstancias y solo nos concentramos en esto haciéndonos caer con el peligro de verse nuestra eternidad afectada como lo enseña Mateo 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
Tomás, Felipe usted y yo ahora conocemos del amor de nuestro Dios. Él aún conociendo nuestro corazón ansioso que es muy debil empieza a trabajar dentro de nosotros para que no tengamos miedo y confusión y olvidemos que el maligno tiene poder sobre nosotros porque ahora el Espiritu Santo nos ha hecho creyentes. La voz del Buen Pastor que estamos escuchando hoy es un mensaje para aquellos que vivimos en la misericordia de Dios. Pero tambien es un mensaje para el que está alejado de esta misma misericordía porque Dios quiere la Salvación de todos los hombres. Pero nosotros que hoy somos creyentes y estamos reunidos en este momento encontramos la bendición de conocer a Jesús en las Escrituras. Lo primero que nos recuerda es como ahora tenemos un lugar en el cielo. Él nos dice: 2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Estas palabras nos aseguran que no iremos al infierno ni siquiera de visita, también nos asegura que somos propiedad del Padre en los cielos y Jesús es el camarero de las moradas en el cielo porque es Él quien nos ha preparado un lugar para nosotros. Nos asegura que Él Padre en el cielo tiene marcado un lugar con nuestro nombre el cual no será quitado y finalmente nos asegura que Jesús vendrá por nosotros para que en cuerpo y alma adoremos a nuestro Dios.
El Espíritu Santo nos da esta seguridad que ahora pertenecemos a nuestro Dios, nuestro corazón no necesita dejarse llevar de la ansiedad porque Jesús mismo nos dice que este ha sido intervenido por el mismo Dios 1No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Se ha transformado nuestro corazón incrédulo, muerto por el pecado por una fe que viene de Dios, esta fe nos lleva a creer que Jesús es Dios. 9Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: ¿Muéstranos el Padre? 10¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. En nuestro corazón ha habido una transformación tan grande y poderosa que no tenemos ninguna duda que nuestro Salvador es Dios, es la segunda persona de la Trinidad. Es Dios porque no hay pecado en Él y es por lo que pudo llevar una vida unida al Padre en los cielos, esta conexión santa y perfecta sucedió para que usted y yo en este momento y en nuestra vida confesemos que tenemos una morada en el cielo esperándonos para adorar a nuestro Dios en cuerpo y alma eternamente. ¡Que buen plan tenemos para la eternidad! Es un viaje sin retorno, es un viaje en un hotel mucho mejor que cualquiera en este mundo no tenemos la cantidad de estrellas para mostrar la calidad de este hotel porque es perfecto al igual que nuestro Señor y Salvador que es Dios mismo quien vino a nuestro rescate. Cada vez que leemos las Escrituras Jesús nos muestra al Padre porque Él mismo nos dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Que conexión la que tenemos con el Padre, que conexión la que tenemos con el cielo. Gracias a Dios que nuestra estadía en el cielo no depende de nosotros, de nuestras obras o de algo que tengamos que comprar porque Jesús es nuestro único camino al Padre, es nuestra única verdad que nos asegura una eternidad en el cielo. El camino que Jesús hizo viable para nosotros no fue fácil para Él porque Pablo cuando estaba evangelizando a los Tesalonicenses 3declaró y expuso por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos. Hechos 17:3. El padecimiento de Jesús no fue fácil porque ÉL pagó por nuestros pecados en su carne, los latigazos, las palabras humillantes que soportó, los clavos puestos en sus manos y pies lo padeció para que nosotros tuviéramos abierto el camino al Padre que no es otra cosa que ir al cielo.
12De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Al destacar nuevamente la verdad solemne de sus palabras, Jesús añade una verdad asombrosa para cualquiera que continúe creyendo en él. Esta persona hará las obras que vio que Jesús había hecho, y hará obras todavía mayores que éstas. Las obras de las que Jesús habló fueron las primeras obras que él hizo en el terreno físico, como la curación de los enfermos. Por el poder de Jesús, los discípulos hicieron milagros similares cuando estaban en el proceso de establecer la antigua iglesia. Esos milagros disminuyeron cuando disminuyó la necesidad de hacerlos para corroborar la Palabra. Pero las obras mayores fueron los milagros que tuvieron lugar en el terreno espiritual, como la conversión de los gentiles. Mediante el poder del evangelio de Jesús, todo creyente puede tener parte en la obra de cambiar el corazón de otros para que pasen del pecado al Salvador, en la obra de darles la vida eterna a los que están espiritualmente muertos, de abrirles el cielo a los pecadores que están perdidos. Hasta estos días, podemos hacer estas obras en todo el mundo. En su gracia, Dios nos usa para que llevemos a cabo este propósito. Y es el llamado que se nos hace a nosotros que conocemos a Jesús en las Escrituras. Éste que se nos ha dado a conocer quiere que lo mostremos a aquellos que hoy están muertos espiritualmente o aquellos que confían en su propio camino para ir al Padre haciendo obras queriendo buscar la perfección en sí mismos. A todos los que están en este momento confundidos por la ansiedad en este mundo. Dios quiere que nosotros seamos como su voz para anunciarles a ellos que no tengan miedo a este mundo porque ya ha sido vencido. Dios quiere que mantengamos nuestra maleta de viaje lista para en cualquier momento llegar a nuestro hotel eterno y para esto es muy importante la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas conservándonos en la fe por medio de la Palabra de Dios y los Sacramentos y cada día confesando el dolor por nuestro pecado y confiando en la obra perfecta de Cristo. Amén.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
30 Jesús es la roca
33 Soy el camino
38 Tu palabra es mi cántico
44 Amigos de Cristo
45 Fortalece a tu Iglesia
46 La iglesia es Cristo en el mundo
Culto Cristiano:
109-116 Los himnos de la Santa Palabra
128 Un solo fundamento
129 Castillo fuerte
131 Firme en la roca
135 De la iglesia el fundamento
202 Oí la voz del Salvador
225 Por gracia sola yo soy salvo
238 ¡Cuán firme cimiento!
245 Lejos de mi Padre Dios
246 Mi fe descansa en ti
264 Grato es contar la historia
301 La Palabra hoy sembrada
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