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Servicio - 10 febrero 2019

El quinto domingo después de epifanía

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(Verde)

Tema del día: Jesucristo se manifiesta como el todopoderoso y misericordioso Señor de la mies, mostrando que tiene el poder para purificar corazones, y aun convertir a pecadores en “pescadores de hombres.”

La Colecta: Oh Dios, nuestro Padre amoroso, que por la gracia de tu Espíritu Santo estableces tus dones amorosos en el corazón de tu pueblo fiel: Concede a tus siervos sanidad del cuerpo y mente, a fin de que te amen con todo su ser y se dediquen de todo corazón a todo aquello que te agrada a ti; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

La Primera Lectura: Isaías 6:1-8 En una visión, Dios permitió que su Profeta Isaías viera una chispa de lo que es el cielo. Pero siendo arrodeado por ángeles y estando en la presencia del Santo Dios, Isaías se dio cuenta de su pecado y tuvo miedo. Pero Dios aseguró a Isaías que su pecado había sido limpiado. Con corazón agradecido, Isaías aceptó el llamamiento de Dios.

1En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.

6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 7y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. 8Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

El Salmo del Día: Salmo 85

Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré.

1 Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová;

Volviste la cautividad de Jacob.

2 Perdonaste la iniquidad de tu pueblo;

Todos los pecados de ellos cubriste. Selah

3 Reprimiste todo tu enojo;

Te apartaste del ardor de tu ira.

4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación,

Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

5 ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre?

¿Extenderás tu ira de generación en generación?

6 ¿No volverás a darnos vida,

Para que tu pueblo se regocije en ti?

7 Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia,

Y danos tu salvación.

8 Escucharé lo que hablará Jehová Dios;

Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,

Para que no se vuelvan a la locura.

9 Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen,

Para que habite la gloria en nuestra tierra.

10 La misericordia y la verdad se encontraron;

La justicia y la paz se besaron.

11 La verdad brotará de la tierra,

Y la justicia mirará desde los cielos.

12 Jehová dará también el bien,

Y nuestra tierra dará su fruto.

13 La justicia irá delante de él,

Y sus pasos nos pondrá por camino.

La Segunda Lectura: 1 Corintios 14:12-20 El Señor da muchos dones a sus hijos para la edificación de su iglesia. Qué siempre usemos nuestros dones para la gloria de Dios y no para la gloria nuestra.

12Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.

13Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla. 14Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. 15¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. 16Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. 17Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado. 18Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; 19pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.

20Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.

El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Jesús les habló otra vez diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. ¡Aleluya!

El Evangelio: Lucas 5:1-11 En esta lectura, San Pedro tiene la misma respuesta ante el poder de Dios que tuvo Isaías en la primera lectura para esta mañana: se dio cuenta de sus pecados y tuvo miedo. Pero Cristo en su misericordia quita sus temores y llama a él y sus compañeros a ser “pescadores de hombres.”

1Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.

 

EL TIEMPO DE EPIFANIA NOS RECUERDA EL LLAMADO DE SER PESCADORES DE HOMBRES

Tenemos en nuestras mentes la idea que únicamente los llamados a predicar y enseñar la Palabra de Dios son aquellos que tienen un llamado público de parte de su iglesia para hacerlo; una de las diferencias de doctrina que marcó en los tiempos de la reforma es lo que llamamos el sacerdocio universal porque para los Católicos Romanos únicamente los llamados a predicar la Palabra de Dios y administrar los medios de Gracia son solamente los sacerdotes, es más, si un sacramento no fuere administrado por un sacerdote no es válido. En nuestras confesiones y escritos de nuestro hermano Martín Lutero en dos de sus importantes documentos de 1520, A la nobleza cristiana de la nación alemana acerca del mejoramiento del Estado cristiano La cautividad babilónica de la Iglesia, Lutero aborda el asunto del sacerdocio de todos los creyentes. En el primero afirma tajantemente que no hay diferencia entre cristianos: “a no ser a causa de su oficio”, de tal manera que no hay una clase especial llamada “sacerdotal”, como han inventado los romanos, y otra “secular”. Esto basado en la misma Palabra de Dios que nos enseña en 1 Pedro 2:9-10 9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia. Y el pasaje bíblico para hoy nos explica cómo cada uno de nosotros somos llamados linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para predicar las Buenas Nuevas al mundo entero.

Es interesante observar los eventos que rodean a este pasaje bíblico, necesitamos ver a los dos personajes de esta historia Bíblica, Pedro y Jesús, Pedro aún no tenia en ese momento el llamado de Jesús para ser Apóstol pero ya era testigo presencial de quien era Jesús 38Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. 39E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía. Lucas 4:38-39. Él vio cómo su suegra fue curada de su enfermedad, y el Espíritu Santo ya estaba trabajando en él para que creyera que Jesús era el Cristo esperado por todos, y es por esto que podemos entender la actitud de Pedro en la historia Bíblica para el día de hoy. Jesús estaba en el mar de Galilea y 1Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Genesaret era un sector del mar de Galilea. En Nazaret, su propio pueblo rechazo a Jesús pero aquí vemos como las personas estaban encima de Jesús para oír la predicación de la Palabra de Dios, en el contexto amplio de las Escrituras sabemos que predicar la Palabra es presentar la Ley y el Evangelio, 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 4:17, el llamado al arrepentimiento es la predicación de la Ley y el anuncio de la presencia del reino de los cielos es la predicación del Evangelio, presentar la vida perfecta de Cristo y su sufrimiento y muerte en la cruz con su victoriosa resurrección. Todos nosotros estamos acostumbrados que para escuchar y predicar la Palabra de Dios necesitamos un púlpito, unas sillas, un micrófono, un grupo de música pero en el texto para hoy vemos cual fue el templo que Jesús uso:  2Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. ¡Así es! Uso esta sección del mar de Galilea para hacerla su templo, uso los barcos de Simón como púlpito para enseñar la Palabra de Dios a todos los que estaban allí. Jesús estaba enseñando como ÉL era el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento y era el momento de demostrar que sí era Dios hecho hombre, el Emmanuel, 4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 7Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían.

Pedro le expuso la difícil situación que había vivido la noche anterior porque no habían podido recoger ni un solo pez, pero recordemos cual es el resultado de la predicación de la Palabra de Dios, dar fe, dar toda la confianza en Jesús y este fue el resultado que dio en Pedro, él ya había sido testigo de la curación de su suegra y ahora al decir más en tu palabra echaré la red muestra realmente que el Espíritu Santo usando la predicación de su Palabra llevo a Pedro a poner toda su confianza en la Palabra de Jesús, que es el mismo Dios. Después de que ellos vieron este milagro ya especialmente Pedro se dio cuenta frente a quien estaba  8Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Estar frente a Jesús nos muestra nuestro pecado, eso mismo sucedió con el profeta Isaías 5Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, Isaías 6:5. Y nosotros cada vez que estamos frente a la poderosa Palabra de Dios también necesitamos reconocer 13Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Lucas 18:13. Pecamos si nosotros no reconocemos que somos pecadores, si alguno de nosotros dice que ha alcanzado la perfección en palabras, obras y acciones está siendo condenado porque llama a Dios mentiroso, Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros 1 Juan 1:10. Y esto nos hace merecedores del castigo eterno en el infierno.

El Espíritu Santo ha puesto en nuestro corazón el Temor a Dios, estos pescadores que estaban siendo testigos sintieron ese mismo temor que trae nuestros pecados, cada vez que pecamos recordamos que somos merecedores de ir al infierno eterno, no merecemos estar frente a la presencia de Dios porque solo respiramos pecado,  9Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. Pero el llamado del Evangelio nos dice, no tengas miedo porque solo en Jesús encontramos el perdón de cada uno de nuestros pecados, por eso hizo este milagro que nos presenta el texto de hoy para mostrar a todo el mundo que es Dios y por esto vivió sin el pecado, Él nunca hizo nada malo porque todo fue perfecto en su vida, y esta perfección le llevo a hacer el sacrificio más alto que cualquier ser humano puede hacer, dar la vida por la humanidad ya que con su sangre poderosa como lo enseña 1 Juan 1:7 la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Y después de ser limpiados por la vida perfecta de Cristo y su sangre que derramó en la cruz, hoy nosotros tenemos mucho que contar a la humanidad, el llamado que le hizo Jesús a Pedro lo ha extendido por el mismo Apóstol cuando escribió en su primera carta para que seamos pescadores de hombres y real sacerdocio, El Espíritu Santo nos ha capacitado usando la Palabra para que nosotros podamos ejercer este llamado de predicar a todas las personas que podamos la necesidad que tiene el hombre del Salvador, de Cristo Jesús. Ser pescadores de hombres no es solamente hablar de la ley y el evangelio, es confiar que el Espíritu Santo hace la obra en las personas que les dedicamos tiempo predicándoles, es dejar que sea el mismo Espíritu quien cambie nuestras vidas viviendo para la luz y mostrando al mundo que llevamos vidas de arrepentimiento para que sea Cristo quien se muestre en nuestras eternamente. Amén.

Algunos himnos sugeridos:

Cantad al Señor:

51 Dios de gracia, Dios de gloria

53 Seguidme a mí, dice el Señor

54 Santo Espíritu llena mi vida

56 Alzad la cruz

60 Señor, despierta y llama

72 Gloria al nombre de Cristo

74 Hoy canto el gran poder de Dios

81 Con Dios no temeremos

87 Oh, Dios eterno

107 El Señor es mi luz

Culto Cristiano:

254 Firmes y adelante

255 Qué mi vida entera esté

257 Mirad y ved a nuestro Dios

259 Tu vida, ¡oh Salvador!

263 Escuchad, Jesús nos dice

264 Grato es contar la historia

272 Me guía Cristo

274 No temas ya

403 Estad por Cristo firmes

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