
Servicio - 09 febrero 2020
El quinto domingo después de epifanía
(Verde)
Tema del día: Cristo nos dice que somos la luz del mundo, y entonces, qué reflejemos la luz de su amor a todo el mundo.
La Colecta: Oh Dios, nuestro Padre amoroso, que por la gracia de tu Espíritu Santo estableces tus dones amorosos en el corazón de tu pueblo fiel: Concede a tus siervos sanidad del cuerpo y mente, a fin de que te amen con todo su ser y se dediquen de todo corazón a todo aquello que te agrada a ti; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Isaías 58:5-9 Dios mandó al pueblo de Israel ayunar como parte de su adoración a él, pero no quería mera observancia de sus leyes, sino corazones llenos misericordia y vidas de servicio humilde.
5¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová? 6¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? 8Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad
El Salmo del Día: Salmo 111
Aleluya.
1Alabaré a Jehová con todo el corazón
En la compañía y congregación de los rectos.
2Grandes son las obras de Jehová,
Buscadas de todos los que las quieren.
3Gloria y hermosura es su obra,
Y su justicia permanece para siempre.
4Ha hecho memorables sus maravillas;
Clemente y misericordioso es Jehová.
5Ha dado alimento a los que le temen;
Para siempre se acordará de su pacto.
6El poder de sus obras manifestó a su pueblo,
Dándole la heredad de las naciones.
7Las obras de sus manos son verdad y juicio;
Fieles son todos sus mandamientos,
8Afirmados eternamente y para siempre,
Hechos en verdad y en rectitud.
9Redención ha enviado a su pueblo;
Para siempre ha ordenado su pacto;
Santo y temible es su nombre.
10El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
Su loor permanece para siempre.
La Segunda Lectura: 1 Corintios 2:1-5 Nosotros no somos la luz del mundo por nuestro propio poder ni sabiduría, sino por el amor y poder de Dios.
1Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, 5para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Jesús les habló otra vez diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. ¡Aleluya!
El Evangelio: Mateo 5:13-20 En su sermón del monte, Jesucristo anima a sus discípulos que sean luces, sal, y una ciudad asentada en un monte.
13Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
14Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
LA EPIFANÍA NOS TRAE EL REGALO DE ESTAR EN CRISTO Y CON CRISTO
El Sermón del monte nos deja a nosotros como cristianos muchas enseñanzas no solamente en nuestra vida de Justificación sino también en la Santificación. Por esto la Epifanía, la manifestación de nuestro Señor Jesucristo como el Salvador de todo el mundo, como aquel por medio del cual el Padre mostró amor al mundo como lo leemos en Juan 3:16 nos enseña que necesita estar conectado el Amor del Padre con nuestras vidas y esto solo sucede cuando estamos EN Cristo y CON Cristo.
Para poder entender que significa esta situación espiritual en nosotros necesitamos conectar un versículo de las Bienaventuranzas como lo encontramos en Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Los pobres de espíritu somos todos nosotros que no podemos tener una relación con Dios sin un mediador, porque lo único que tenemos para ofrecerle a Dios es el pecado, nuestra naturaleza pecaminosa que predomina en nuestras vidas nos lleva a vivir bajo los deseos de la carne como lo revelo Pablo al escribirle a Timoteo: También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios. 2 Timoteo 3.1–4. Aunque el contexto habla de cuidarnos de líderes que estarán en la iglesia y tendrán estas actitudes pecaminosas, es aplicable a nosotros porque tenemos el llamado del sacerdocio universal, el evangelio para hoy nos enseña cómo llevar a cabo este mismo sacerdocio. Pero al reconocer que somos pobres de espíritu, es decir, que nosotros somos peligrosos porque este listado de pecados muestra lo que realmente somos nosotros y esto también nos lleva a reconocer que no merecemos el reino de Dios como lo prometió Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas sino que esta pobreza de espíritu nos lleva a recibir nuestro pago por no vivir como Dios nos manda a vivir y esto es estar en el mismo lugar de los ángeles malvados que siguieron a Satanás, Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día, Judas 6.
A la oscuridad pertenece todo aquel, como nosotros, que tenemos pecado y es donde Dios mostró su AMOR en cada uno de nosotros, una vez más Pablo nos enseña en 2 Corintios 4.6: Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. y este conocimiento que Dios nos ha dado es su Amor que nos hizo libres de la oscuridad espiritual y eterna a darnos a Jesús porque Él mismo nos dice: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8:12. Jesús es nuestra Luz porque su vida lo reflejó al vivir complaciendo al Padre perfectamente en nuestro lugar, ÉL venció la oscuridad del pecado con su propia vida que brilló delante del Padre para hacernos a cada uno de nosotros salir de las tinieblas espirituales y tener la Luz de la vida eterna y no solamente encontramos la Luz en su vida, también Él nos libró de caer en las prisiones eternas al librarnos de la muerte eterna al pagar con su vida todo nuestro pecado y es por este motivo que nosotros hoy estamos EN Cristo puesto que la Palabra nos dice: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Efesios 2.13–14. Por ser Él Luz del mundo el evangelista Juan nos presenta en el evangelio para este día a Jesús como nuestro SUSTITUTO al decirnos No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Jesús cumplió todo lo que se había prometido de parte de Él en el Antiguo Testamento y es por este motivo que ÉL es nuestra única Luz ya que vino a cumplir toda la Ley de Dios y cada promesa de las Santas Escrituras. También es importante recordar como Juan hoy nos enseña la fraternidad que hay entre la Doctrina Bíblica y nuestras vidas y esto se demuestra primero amando y predicando fielmente la Palabra de Dios 19De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; más cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que, si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Jesús nos enseña de una manera especial que en el cielo será llamado grande o pequeño aquel que cree en Él como su Salvador pero tiene problemas al enseñar algunas doctrinas, muchos hoy en día no entienden lo importante del uso de los sacramentos en la vida de Santificación del creyente pero será llamado pequeño en el reino de los cielos por su fe en Jesús pero nosotros apreciamos toda la plenitud de cada doctrina bíblica que se nos ha dado y es por esto que al cuidar la sana doctrina vamos a mantener la unión necesaria entre la fe y las obras que son necesarias porque también nosotros que vivimos CON Cristo por su misericordia encontramos de su perdón Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Efesios 2.4–6. y ahora nosotros somos Bienaventurados porque nuestra pobreza espiritual nos ha llevado a Cristo quien ganó el cielo eterno por nosotros y es por esto que el reino de los cielos nos pertenece y estaremos en sus lugares celestiales por la Gracia de Dios.
Estar EN y CON Cristo es la manera en la cual nosotros tenemos la motivación de llevar nuestro sacerdocio universal, esto quiere decir que el Espíritu Santo nos ha capacitado para que nosotros seamos Sal y Luz del mundo perteneciendo a Cristo y teniendo su compañía. La sal en los tiempos de Jesús era usada para preservar los alimentos puesto que en ese tiempo no existían los equipos de refrigeración que tenemos hoy en día y al aplicarlo a nosotros que estamos EN Y CON Cristo también el mismo Espíritu Santo nos lleva a poder ser preservadores de este mundo, esto lo hacemos cuando oramos para que el Evangelio se extienda, cuando nosotros mismos queremos ser usados por Dios para llevar la Palabra a otros, cuando en nuestra oración le pedimos a Dios que tenga paciencia con la humanidad extendiendo un poco los días antes de la venida de Cristo. También hace el Espíritu Santo que nosotros seamos Luz para otros, porque al vivir EN y CON Cristo nuestra vida es un reflejo de lo que creemos, por este motivo nosotros no podemos esconder la Luz que vive en nosotros, no podemos ser oscuridad, al contrario dejemos que el Espíritu Santo nos haga vivir como lo enseña la Carta a los Colosenses 3.8–9; 12-15: Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Ahora dejemos que este tiempo de Epifanía Dios nos use para mostrar su grandeza en nuestras vidas y la mejor manera de mostrar esta grandeza es vivir y dar de su amor porque viviendo EN y CON Cristo nuestra Luz alumbrará delante de todos los hombres siendo la justicia que Dios quiere que mostremos por la obra del Espíritu Santo. Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
48 Busca primero el reino de Dios
49 Con el buen Jesús andemos
51 Dios de gracia, Dios de gloria
53 Seguidme a mí, dice el Señor
54 Santo Espíritu llena mi vida
56 Alzad la cruz
57 Antiguo Espíritu despierta
59 Levántate, despierta
60 Señor despierta y llama
Culto Cristiano:
147 ¡Oh mi Dios, oh Rey eterno!
254 Firmes y adelante
255 Que mi vida entera esté
257 Mirad y ved
263 Escuchad, Jesús nos dice
264 Grato es contar la historia
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