
Servicio - 02 junio 2019
El séptimo domingo de la pascua
(Blanco)
Tema del día: Aunque Cristo ascendió al cielo, sigue cuidando y dirigiendo a su iglesia por medio de su palabra y nos promete que pronto regresará para llevarnos al cielo para estar con él en la eternidad.
La Colecta: Oh Rey de gloria, Señor de los ejércitos, exaltado y triunfante encima de los cielos: Te suplicamos que no nos dejes huérfanos sin consuelo, sino que nos envíes el Espíritu de Verdad, prometido del Padre; porque tú vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Hechos 16:6-10 Cristo aun después de su ascensión sigue dirigiendo la obra de la iglesia. En esta lectura, Dios enseña a Pablo en una forma muy especial a dónde quería que fuera para predicar. Un hombre de Macedonia le apareció en una visión rogándole que fuera a Macedonia.
6Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 9Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
El Salmo del Día: Salmo 8
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David.
1 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos;
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,
A causa de tus enemigos,
Para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,
La luna y las estrellas que tú formaste,
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles,
Y lo coronaste de gloria y de honra.
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 Ovejas y bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias del campo,
8 Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro,
Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
La Segunda Lectura: Apocalipsis 22:12-17,20 Aunque nuestro Salvador ascendió al cielo, no nos dejó solos. Sigue mandando a su Espíritu para ofrecer y darnos la salvación gratuitamente. Además, nuestro Señor ascendido nos promete que va a venir de nuevo para llevarnos al cielo.
12He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
14Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 15Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
16Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
17Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
20El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre él. ¡Aleluya! Nos os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. ¡Aleluya!
El Evangelio: Juan 17:20-26 En la noche antes de su crucifixión, Jesús pide a Dios que los creyentes de su iglesia sigan en la verdadera fe para que tengan unidad con Dios y la vida eterna.
20Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 24Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
TERMINAMOS LA PASCUA CONFESANDO CREO QUE JESÚS ESTA SENTADO A LA DIESTRA DE DIOS PADRE
Cada vez que estamos en un funeral de un ser querido o de un amigo muy personal sabemos que no volveremos a ver a esta persona por algún tiempo o por la eternidad dependiendo de su vida espiritual, porque nosotros como creyentes sabemos que si un ser querido va al infierno nunca le veremos jamás. Pero el punto que necesitamos ver con nuestra introducción es que la expresión que usamos “el muerto, muerto esta” quiere decir que realmente esa persona ya no existe para este mundo, cuando un padre de familia muere ya no puede hacer nada por su familia, no puede trabajar para poner comida sobre la mesa para sus hijos y familiares, no puede cuidarles cuando están enfermos y no puede ya estar pendiente realmente de su familia.
¿Podemos aplicar esto para nuestro Señor Jesús? No, porque Él está vivo y más aún en este momento está en el cielo en cuerpo y alma; no olvidemos lo que nos enseñó el Apóstol Pedro en el domingo pasado, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. 1 Pedro 3:22. Ninguno de nosotros tenemos problema al entender estas palabras porque por la obra del Espíritu Santo creemos que Jesús es el único que murió para vencer al imperio de la muerte y no solamente eso sino que está en el cielo cumpliendo la promesa que hizo a todos los creyentes yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:20; y esto es muy importante para nosotros terminar este tiempo de Pascua porque nos da la seguridad que vamos en la dirección indicada de la eternidad en el cielo con nuestro Dios y es por este motivo que cada vez que confesamos en nuestra fe creemos que subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre, estamos afirmando con esto que Él no se ha ido y no nos ha abandonado, que Él todavía cuida de nosotros, que el mundo no está a la deriva como muchos quieren hacerlo creer hoy en día; si ustedes han notado ha estado creciendo una manera de hablar entre las personas refiriéndose al universo como el mismo dador de todo, es por este motivo que frecuentemente vemos frases o escuchamos “Gracias al Universo por darme todo”, “Gracias al Universo porque estoy progresando” y esto es un pecado en contra del segundo mandamiento porque se le está dando la gloria a algo que no es Dios, porque al invocar el nombre del universo y no el nombre de Dios encontramos que hay un gran vacío espiritual de incredulidad el cual muestra que Dios no está haciendo nada para cuidar el mismo universo.
Es por esto que encontramos sentido a esta oración que Jesús hizo no al universo sino al que creo el universo por lo más importante que puede tener una persona, llegar a creer en la Palabra de Dios; 20Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, sí nosotros caemos en esta nueva ola de oración y agradecimiento no a Dios sino al universo, si nuestra oración va únicamente enfatizada a pedir las cosas materiales y dar prioridad a estas mismas también estamos pecando en contra del segundo mandamiento y en contra del deseo de Dios que es muy claro en este evangelio para el día de hoy 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Esta prioridad de Dios necesita ser muy importante para nosotros, Él desea que no solamente nosotros sino que todo hombre sean uno con Él.
Pero este propósito no se logra con la oración porque ella no es un medio de gracia, aquí esta inductivamente metido el tema de ser embajadores de Dios llevando la Palabra a todas las naciones, unos pocos no pueden ir a todas las naciones pero sí todos los cristianos nos concentramos en evangelizar, en predicar la ley y el evangelio claramente la obra del Espíritu Santo será más evidente, porque ÉL usa el Evangelio y los sacramentos para hacernos uno con Dios. Pero también pecamos cuando somos cristianos despreocupados en esta misión, es un pecado igualmente en contra del segundo mandamiento porque no invocamos el nombre de Dios entre los incrédulos, Dios también quiere tener compañerismo con ellos, Dios también quiere ser uno con ellos.
Nuestro Señor Jesucristo es muy diferente a nosotros porque Él si tomó muy enserio el ser embajador del Padre y el llevar este mensaje de reconciliación entre Dios y los hombres, ya que nosotros somos beneficiados de la Gloria que Jesús recibió del Padre 22La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Y la Gloria de Jesús la encontramos en su vida perfecta y su sufrimiento y muerte, porque su comunión con el Padre fue perfecta, mientras estuvo en este mundo ya que sí cumplió todo lo que le Padre exige, perfección, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia Lucas 3:22. Es por este motivo que nuestra unión con Dios es perfecta, porque esta unión depende totalmente de Jesús y no de nosotros y el mundo que no conoce de este amor, necesita de cada uno de nosotros para mostrar porque es importante hoy decir que creemos que Jesús subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre.
Cuando hacemos esa confesión viene a nuestra mente la promesa de Jesús 24Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Esta comunión que Jesús gano por cada uno de nosotros, no solamente la quiere tener en este mundo sino en la eternidad, la respuesta a esta petición que hizo Jesús a su Padre fue un SI, porque el amor de Dios es un atributo divino de Él que está conectado con su Deidad, que no tiene principio ni fin y así es el amor de Dios que demostró en la Cruz al castigar a Jesús por causa de los pecados del mundo 2Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 1 Juan 2:2. Muchos no entienden este versículo porque usan una doctrina falsa que es el universalismo que enseña que todos la humanidad estará en el cielo con Dios, lo que realmente enseña este versículo con todo el contexto de las Escrituras es que Jesús si murió por el perdón de los pecados de todo el mundo pero esta propiciación solo beneficia a personas como nosotros que sí creemos que tenemos un lugar en las habitaciones eternas dado por la sangre de Jesucristo.
El próximo Domingo celebraremos el día de Pentecostés y las palabras siguientes de este evangelio muestra como Dios aún tiene el control del mundo, como nuestro Señor Resucitado y Ascendido a los cielos está a la Diestra del Padre 25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. Así es, la única manera de conocer a Jesús, al Padre es el trabajo del Espíritu Santo que nos usa a cada uno de nosotros para que llevemos la Palabra de Dios a otros y esta Palabra que necesitamos llevar es dando seguridad a las personas que nos escuchan que Dios tiene el control de todo, que el Amor del Padre no ha cambiado y muestra su amor proveyéndonos de todo lo que necesitamos en este mundo como el techo, la comida y el vestido; también parte de esta protección la asigna a los ángeles para que nos protejan de los ataques del maligno. También ellos necesitan escuchar que el Amor del Hijo no ha cambiado porque Él está en el cielo abogando por cada uno de nosotros y esto es constante, cada vez que caemos en pecado somos llevados a los pies de la obra de Jesús y recordar que somos perdonados, Él está en este mundo también recordándonos de su Amor por medio del Sacramento del Altar porque allí encontramos de su presencia real en el pan y vino alimentando la fe Salvadora y por último el mundo necesita escuchar que es por el Espíritu Santo que nosotros estamos en esta fe y es este mismo que es Dios quien les llevará a la Fe y mantendrá en los caminos del Señor por medio del Evangelio y los Sacramentos.
Anunciemos al mundo sin ningún temor que terminamos este tiempo de Pascua confesando que Jesús subió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre. Amén.
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
26 El buen Jesús
27 ¡Cristo es mi alegría!
31 Manos cariñosas
80 A las montañas mis ojos con fe
81 Con Dios no temeremos
82 Bien sé en quien creo
83 Con qué paternal cariño
84 Cristo, buen pastor, orienta
85 No me abandones, Dios
86 Oh Cristo, nuestro gozo y bien
87 Oh, Dios eterno
88 Sublime gracia
Culto Cristiano:
78-81 Himnos para la Ascensión
159 Cristo Salvador
202 Oí la voz del Salvador
239 El rey de amor
240 En Jesucristo se halla paz
242 Jesús es mi pastor
245 Lejos de mi Padre Dios
246 Mi fe descansa en Ti
251 ¡Oh, que amigo nos es Cristo!
254 Firmes y adelante
257 Mirad y ved a nuestro Dios
272 Me guía Cristo con su amor
303 Dios os guarde siempre en santo amor
403 Estad por Cristo firmes
406 Luchad, luchad por Cristo
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