(Lectura de la Biblia en tres años: Deuteronomio 9:6–10:11, Lucas 1:26–31)

LOS ÁNGELES QUE ADORARON AL NIÑO DIOS

Además, al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: «Que lo adoren todos los ángeles de Dios.»

Hebreos 1:6

El Hijo de Dios (Dios, el Hijo) es llamado Verbo antes de su encarnación. Después de asumir naturaleza humana es llamado: Jesús, que significa «salvador»; Cristo, que significa «ungido» y Jesucristo. Puesto que el Verbo es Dios, el Hijo, es natural que los ángeles del cielo le adoren, pues ellos adoran a Dios. Sin embargo, cuando el Verbo se hizo carne, asumió naturaleza humana en todo el sentido del término, de modo que llegó a ser tan ser humano como cualquier otro excepto que no tenía pecado. Por tanto ¿Es correcto adorarlo?

El escritor de Hebreos nos dice que Dios, el Padre, ordenó a los ángeles que adoren al Hijo de Dios. Adorar al Verbo de Dios no es ningún problema pues él tiene naturaleza divina y es Dios (Juan 1:1-3). Pero adorar al Verbo que y asumió naturaleza humana es otra cosa. El mandato del Padre de que los ángeles adoren al Hijo de Dios cuando ya ha entrado al mundo deja claro dos cosas: 1) el Verbo sigue siendo Dios. 2) La naturaleza divina y la naturaleza humana de Cristo están unidas en Jesucristo de tal manera que en la persona de Jesucristo Dios es hombre y el hombre es Dios. Por tanto, adorar a Jesucristo es adorar a Dios. Los ángeles adoraron a Cristo el día que él nació en Belén (Lucas 2:9–14 cf. Hebreos 9:11;10:5). Los sabios de oriente lo adoraron algún tiempo más tarde, y fue adorado por sus seguidores antes y después de su resurrección (Mateo 14:33; 28:9). En el cielo, Jesucristo sigue siendo Dios hecho carne y es adorado por todos los ángeles y por su pueblo redimido. Finalmente, cuando regrese le adoraran todos, incluso los que van al infierno (Filipenses 2:9,10; Romanos 14:11). Satanás hace todo lo posible para negar Dios se hizo carne porque no le agrada que Jesucristo sea adorado. Las falsas doctrinas de Satanás enseñan que Jesucristo es solo Dios y no hombre (como el gnosticismo que negaba la encarnación de Dios) o que Jesucristo es solo hombre y no Dios (como el arrianismo). Jesucristo es humano para poder obedecer la ley; es Dios para poder pagar el precio de nuestra redención. En gratitud vamos a querer adorarle como lo que es: «nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tito 2:13 cf. Juan 5:22)

Oración:

Señor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, te doy gracias porque siendo Dios te humillaste al asumir naturaleza humana para estar sujeto a la ley y así, en esa condición, obedecerla perfectamente como sustituto nuestro; y fuiste a la cruz para sufrir toda la ira divina que yo merezco. Por esos méritos tuyos que me regalaste mediante el evangelio, soy salvo y tengo vida eterna. Amén.

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