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Meditación - 2023 mayo 23

(Lectura de la Biblia en tres años: 1 Reyes 3:16–28, Juan 4:13–18)

TODA LA LEY MORAL RESUMIDA EN UN SOLO MANDAMIENTO

Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.»

Gálatas 5:13,14

El aforismo latino citado ayer «Errare humanum est», errar es humano generalmente es citado de forma incompleta para mitigar algún fallo que hayamos tenido. La forma completa encierra dice: «Errare humanum est, sed persevere diabolicum» que traducido es «Errar es humano, pero persistir en ello es diabólico» ¿Sera verdad que así es?

Nadie conoce tanto al ser humano como Dios mismo. Él sabe cuán imperfectos y pecaminosos somos. Por eso mismo nos advierte seriamente en su palabra: «Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado. Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno; no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. […] No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!» (Romanos 3:9-12). Con estas palabras nos muestra que todos somos merecedores de toda la ira de Dios. Pero, también, debido a que sabe que no podemos ser perfectos como Él lo exige (Mateo 5:48) ha enviado a su Hijo Jesucristo para ser nuestro sustituto de manera que su perfecta obediencia a la ley moral de Dios nos sea atribuida gratuitamente y que el castigo que como pecadores merecemos lo lleve él en la cruz. El resultado a nuestro favor es que ya no estamos bajo la obligación de obedecer perfectamente la ley moral de Dios (los diez mandamientos) para ser agradables a Dios. Él está satisfecho con los méritos de Cristo. Por esto Pablo afirma que hemos sido llamados a libertad. Sin embargo quien afirma que esa libertad le permite actuar como quiera sin importar quien salga perjudicado en realidad muestra que no ha creído el evangelio. Pues quien ha creído tiene gratitud y en gratitud va a querer amar a su prójimo como a sí mismo. A los actos de gratitud llamamos fruto de arrepentimiento. Ese fruto de arrepentimiento es el resultado de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Oración:

Señor, te doy gracias por Jesucristo, pues por sus méritos tengo tu perdón y el privilegio de servirte aunque soy imperfecto. Concédeme por tus medios de gracia amar de modo que te honre en gratitud a tu amor incondicional. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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