Skip to content

Meditación - 2023 julio 10

(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Reyes 13, Juan 11:1–7)

¿CON QUÉ AUTORIDAD HACES ESTO?

Jesús entró en el templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. —¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?

Mateo 21:23

El lunes de la última semana de su ministerio público, Jesucristo entró al templo de Jerusalén y expulsó a los comerciantes y cambistas. ¿Quién podía tener la osadía y la autoridad para hacerlo?

No es apropiado usar un santuario para lucrar a costa de la fe. Por tanto lo que Jesús hizo fue correcto y también fue lo apropiado. Sin embargo esto no tuvo ninguna importancia para los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. Por el contrario, sintieron la necesidad de hacer sentir su poder al que se había atrevido a poner en orden las cosas. Por esto, el martes, le preguntan ¿Con qué autoridad lo hizo? Jesús no quiso entrar en debate acerca de quién tiene mayor derecho en cuanto a las cosas de la fe. Simplemente quiere confrontarlos con la autoridad a la que esos líderes no querían obedecer, la Palabra de Dios. Por eso les responde: «Yo también voy a hacerles una pregunta. Si me la contestan, les diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía? ¿Del cielo o de la tierra?» (Mt 21:24-25). Si ellos respondían que Juan bautizaba por orden de Dios (del cielo) entonces tendrían que reconocer a Jesús como el Mesías pues Juan lo presentó así al pueblo. Además eso implicaba que las profecías se habían cumplido en Juan y en Jesús. Para evitarse problemas con el pueblo respondieron «No lo sabemos». Pero sí lo sabían. Si ellos hubieran respondido la pregunta de Jesús, habrían tenido la respuesta de quién es y qué había venido a hacer. La pregunta de Jesús es en realidad un llamado al arrepentimiento, una invitación de última hora a creer en él como el Salvador. Para su propio mal, estos líderes rechazaron al Hijo de Dios y con él a la única salvación de la condenación eterna.

Rechazar a Jesucristo es rechazar al Salvador y a la salvación que él obró para beneficio de la humanidad. Por causa de nuestra naturaleza pecaminosa todos rechazamos a Dios. Solo podemos creer y confiar en él por obra del Espíritu Santo que usa el evangelio para obrar la fe en nosotros. En gratitud a lo que Jesucristo hizo por nosotros y a la obra del Espíritu Santo vamos a querer prestar atención a la Palabra de Dios.

Oración:

Espíritu Santo, Señor y dador de vida, mediante el evangelio obra en mí de manera que sea afirmado y fortalecido en la verdadera fe. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos