(Lectura de la Biblia en tres años: Josué 2, Lucas 6:6–16)

UNA FE VIVA RESPONDE

Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada. Había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

(Lucas 2:36-38)

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo?” (Santiago 2:14). Unos versículos después, el apóstol Santiago contesta a esas preguntas. Escribe: “Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta” (Santiago 2:17). En palabras claras Santiago nos dice lo que es la fe y lo que no es. Ante todo, la fe es confiar o creer en Jesús como nuestro Salvador. No es sólo tener conocimientos de los hechos acerca de Jesús y de su vida. La fe muestra lo que somos como cristianos.

Vemos cómo la fe de Ana se mostró en su vida y cómo la gracia de Dios la había conmovido. La gran fe que tenía en su corazón la convirtió en una mujer de oración y la llevó a dedicar su vida entera al servicio del Señor. Todos los días adoraba al Señor. Dios usó a Ana para llevar su palabra a la gente. Cuando vio al niño Cristo, dio gracias a Dios. La fe de Ana la conmovió: a orar, a alabar, y agradecer a Dios. Su fe hizo que hablara a otros acerca de lo que el Salvador significaba para ella.

Mostramos que tenemos fe por la forma en que vivimos. Conocemos a Cristo y el poder de su amor y el milagro de su salvación. Tal fe en Cristo nos hace querer llevar nuestra vida al servicio de nuestro Señor. En la fe damos gracias a Dios por nuestra salvación y todas las otras innumerables bendiciones que hemos recibido de él. Al vivir nuestra fe respondemos a su amor por nosotros compartiendo su amor con otros.

Oración:

Querido Padre celestial, respondiendo a tu amor, ayúdanos a llevar nuestra vida dándote las gracias. Amén.

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