(Lectura de la Biblia en tres años: Josué 16, Lucas 8:40–46)

LOS CRISTIANOS SON BENDECIDOS POR MEDIO DE CRISTO

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

(Romanos 8:16,17)

Un profesor de la escuela dominical preguntó a dos hermanos cuándo era el cumpleaños de ellos. Uno contestó: “Los dos tenemos siete años y mi cumpleaños es el 8 de abril de 1996 y el de mi hermano el 20 de abril de 1996”. El profesor contesto: “Eso es imposible”. “No, no lo es”, dijo el otro niño. “Uno de nosotros es adoptado, pero no sabemos quién de los dos es. Le preguntamos a nuestro padre, pero él sólo dijo que nos quiere a los dos y no importa cuál es el adoptado”.

La Biblia enseña que todos los que somos traídos a la fe en Jesús por el Espíritu Santo somos adoptados en la familia de Dios. Eso quiere decir que ante Dios, nosotros somos como Jesús, el Hijo de Dios; somos santos y sin pecado. ¿Pero, somos como Jesús en otras cosas? ¿Somos siempre humildes como Jesús?

¿Servimos siempre a otra gente? ¿Estamos siempre dispuestos a perdonar a los demás? Tratar de vivir, como hermanos y hermanas adoptados de Jesús, no es fácil.

Como hermanos y hermanas de Jesús heredamos la vida eterna. El salmista David escribe: “Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú aseguras mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos y es hermosa la heredad que me ha tocado” (Salmo 16:5,6). Como hijos adoptados de Dios, él nos ha bendecido verdaderamente en muchas maneras.

Oración:

Dios, soy tu hijo y tú verdaderamente me has bendecido. Te alabo por todo tu amor. Amén.

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