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Meditación - 2023 abril 2

(Lectura de la Biblia en tres años: 1 Samuel 21:1–22:5, Lucas 20:9–18)

¿JUZGAR O NO JUZGAR? ¡HE AQUÍ EL DILEMA!

No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.

Mateo 7:1-2

—¿Por qué no le reprendiste cuando viste que cometió ese pecado? — Preguntó el pastor a un creyente que resultó testigo de cierto pecado.

—Porque Cristo mandó que no juzguemos y dije «que Dios lo juzgué»—respondió.

Aun desde tiempos del Nuevo Testamento hay mucha confusión respecto a juzgar como creyentes. En Corinto un miembro de la iglesia cometió fornicación con su madrastra y la congregación no dijo nada e hizo la vista gorda para evitar «juzgar». Ese proceder nos es correcto. Por eso el apóstol Pablo los reprendió duramente: «¿No debieran, más bien, haber lamentado lo sucedido y expulsado de entre ustedes al que hizo tal cosa? Yo, por mi parte, aunque no estoy físicamente entre ustedes, sí estoy presente en espíritu, y ya he juzgado, como si estuviera presente, al que cometió este pecado. […] ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al mundo? Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no van a ser capaces de juzgar casos insignificantes? ¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de esta vida!» (1 Corintios 5:2-3; 6:2-3).

Cristo manda no juzgar pero Pablo reprende por no haber juzgado ¿Aquí hay una contradicción? No, pues sí hay una orden de no juzgar y otra de sí juzgar; pero es necesario discernir cuándo hay que juzgar y cuándo no. No debemos juzgar las intenciones del corazón de las personas pues realmente nos ha sido dado a conocer el corazón de las personas. Pero sí podemos conocer sus actos y eso es lo que sí podemos y debemos juzgar: «No digan que algo está mal sólo porque así les parece. Antes de afirmar algo, deben estar seguros de que así es.» (Juan 7:24, TLA) La norma de nuestro juicio no debe ser la costumbre, ni la opinión humana. La norma para juzgar todo acto y enseñanza es la Palabra de Dios. Eso significa que no vamos a prohibir lo que la Biblia no prohíbe ni mandar lo que ella no manda. Hay asuntos en los que la Biblia nada manda ni prohíbe, en esos asuntos hay libertad. Callaremos cuando la Escritura calla y hablaremos en lo que la Biblia habla. Como creyentes somos conscientes de que también fallamos. Pero Cristo juzgó perfectamente en lugar nuestro y pagó en la por nuestro juicio imperfecto. En gratitud vamos a querer juzgar guiados por la Palabra y siendo conscientes que nosotros también somos débiles propensos al pecado (Gálatas 6:1)

Oración:

Señor, por tus medios de gracia concédeme juzgar con rectitud cuando haya que hacerlo y que no olvide que también yo puedo ser tentado. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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