
Meditación - 2022 septiembre 16
(Lectura de la Biblia en tres años: Levítico 27, Marcos 5:1–5)
JESÚS SE INTERESA POR SUS AMIGOS
Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pescado encima de ellas, y pan. Les dijo Jesús: “Venid, comed”. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “Tú, ¿quién eres?” sabiendo que era el Señor
(Juan 21:9,12)
Jesús ya antes había preparado alimentos para sus amigos, pero este desayuno probablemente fue la comida más maravillosa que Jesús hizo para ellos. Los discípulos de Jesús pescaron toda la noche, pero sin resultados. Entonces en la mañana, cuando ya volvían a tierra, Jesús, por medio de un milagro, les dio tantos peces que sus redes quedaron repletas. Cuando los discípulos llegaron a la orilla, encontraron una sorpresa maravillosa: Jesús estaba allí con el fuego encendido y con la comida lista. Luego, los invitó a acercarse y a comer. Así que a la vez disfrutaron de su desayuno y del compañerismo con Jesús. Con todo esto, Jesús demostró que le interesaban sus amigos al proveer el desayuno y al darles la bienvenida.
Nosotros no hemos tenido una comida de pan y pescado que Jesús hubiera preparado para nosotros. Sin embargo, él muestra su amor maravilloso por cada uno de nosotros cuando quiera y dondequiera que estemos reunidos para oír o estudiar la palabra de Dios. En el evangelio de Mateo Jesús nos dice: “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).
En la Santa Cena, Jesús también ha preparado un alimento maravilloso para los creyentes. Algunas veces llamamos a este alimento la Santa Cena del Señor porque así es. Jesús instituyó este sacramento e invita a nosotros los pecadores a recibir por medio de él el perdón de los pecados y el fortalecimiento en la fe. Él nos da su propio cuerpo y sangre, junto con el pan y el vino, para el perdón de nuestros pecados. Nos invita, almas cansadas por el pecado, a encontrar descanso espiritual en su amor maravilloso.
Jesús también quiere cuidarnos por siempre. Por ejemplo, en una parábola Jesús habló de la fiesta de bodas en el cielo donde él cuidará eternamente de los creyentes. La Biblia también habla del cielo en el Salmo 16:11: “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre”. Como creyentes en Cristo tenemos mucho que esperar en la gloria venidera del cielo.
La reunión del desayuno de Jesús con sus discípulos, les dio la certeza de que Jesús los ama. También estamos seguros de que Jesús quiere estar con nosotros ahora y siempre.
Oración:
Amado Señor Jesús, te agradecemos por interesarte en nosotros. Nos has invitado a acercarnos a ti para gozar de tu amor y de tu paz. Sigue manteniéndonos cerca de ti toda nuestra vida. Amén.
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