
Meditación - 2022 noviembre 4
(Lectura de la Biblia en tres años: Números 29:1–17, Marcos 13:3–7)
AHORA EL CIELO NOS PERTENECE
Vosotros que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas
1 Pedro 1:8-9
Un hombre prometió construir una casa para su amigo, pero mientras la construía se cayó del techo y se lastimó mucho. Nunca más pudo trabajar en la construcción y tampoco pudo cumplir su promesa. Aunque dio su palabra, por causa de la herida no pudo cumplirla. Por esto sus palabras pasaron y se desvanecieron.
¡Qué contraste con nuestro Señor Jesús cuando prometió: “Mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35)! Las promesas de Jesús nunca se desvanecerán. Cuando él dice: “Te perdono tus pecados”, ya quedan perdonados. Cuando dice: “Porque yo vivo, ustedes también vivirán”, sabemos que viviremos por siempre con Jesús en el cielo. Cuando él dice: “Te doy la vida eterna”, podemos tener la absoluta seguridad de que estas palabras son verdad porque Jesús es el Hijo de Dios quien resucitó de entre los muertos.
El primer domingo de Pascua cuando Jesús apareció a los discípulos, Tomás no estaba presente. Rehusó aceptar que Jesús estaba vivo hasta que pudo poner su dedo en las heridas de las manos de Jesús. No creía las buenas nuevas acerca de Jesús resucitado hasta que lo vio vivo ocho días después.
Igual que el apóstol Tomás, muchas personas dudan de las promesas y palabras de Jesús. No sea como Tomás. Escuche las palabras del apóstol Pedro: “Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”.
Ahora mismo todas las bendiciones de la fe en el Salvador resucitado pertenecen a usted: el perdón de los pecados, la paz espiritual, y el gozo de ser hijo de Dios. La vida eterna pertenece a usted desde el momento en que fue convertido. Es cierto que en esta vida no lo podemos ver ni apreciar en su totalidad, pero Jesús está con nosotros para ayudarnos y guiarnos hacia allá. Y sí es cierto que tampoco podemos verlo a él, pero él está presente con nosotros en todo momento. El constructor no pudo cumplir con su promesa, pero Jesús sí pudo porque es el Dios vivo y sus palabras nunca pasarán.
Oración:
Señor Jesús, creo que resucitaste de entre los muertos. Sigue enviándome tu Espíritu Santo para que mi fe siga fortaleciéndose en tu palabra y así siga alabándote cada día por la salvación y la promesa de la vida eterna en el cielo. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 01
Ver Recursos